Descansando...

La ventana se mantenía abierta, era gustoso respirar el aire puro por la mañana, sobretodo en estos días de primavera donde la brisa soplaba cálida y tranquila. Una melodía sonaba por el intercomunicador, se trataba del Hit! del momento por el Planeta, los "Dantoo eléctricos", una banda de granjeros aburridos que dedicaban sus momentos libres a la música, pero demasiado ocupados como para consagrar su vida seriamente al espectáculo. Sin embargo, habían tenido una encomiable aceptación dentro del planeta, debido a que la mayoría de habitantes de allí eran granjeros igual que ellos.

Una mano moribunda se extendió hasta el intercomunicador y lo apagó. ( Será posible que ni los pocos días de descanso pueda uno dormir hasta cuando le plazca...aish ), sin duda estaba agotado. Y no era para menos, con la escasez de Jedi últimamente los mas experimentados de la orden debían de abarcar un campo mucho mas amplio de trabajos, y luego tenías que escuchar las quejas del ricachón por llegar tarde a su encuentro diplomático. En fin, quejarse no servía de nada, el destino ya estaba señalado. ( Pero...ung pocog mag...), y sus ojos se cerraban nuevamente en el letargo de la somnolencia.

"Prrrri, Prrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrri", otra vez el sonido del intercomunicador hacía acto de presencia como si no fuera suficiente con ya disponer de un sonido tan agudo como molesto, ahora los inventaban que sonaban mas fuerte si no respondías. - Gsi? - Respondía con una lengua aún en el 5to sueño. - ¿Maestro Vas?...¿se encuentra bien? - La voz de una joven vigorosa se expresaba por el aparato. - Clarog, Lana...estoyg ocupaduo...graci.. - Y la comunicación se cortaba a voluntad del exhausto Caballero Jedi. Y otra vez la calma, ay! esa bendita tranquilidad...y otra vez ese sueñito placentero.

"Prri, Prrrrrri, Prrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrriiiiii", ( Pero la ma... ). - Si!!!... - Respondía ya resignado a poder seguir durmiendo por hoy. - Maestro Vas, disculpe que insista, pero el consejo espera su informe desde hace 30 minutos - Respondía la damisela con cierto nerviosismo, denotando su falta de experiencia en el asunto. - Ehm, claro!. Dile a los Maestros que mi meditación matutina tomó mas tiempo del esperado - Estaba claro que se le había pasado por completo ese detalle pero tenía excusa, nadie resistía una semana sin dormir y vivía para contarlo. La jovencita satisfecha de haber cumplido por fin su mandato, afirmó y cortó la comunicación.

( Valla...será mejor que mande esto a lavar ) Reponía observando los trajes similares que disponía en su armario. En realidad no tenía mas de dos, y su única diferenciación es que uno tenía agujeros y manchones de quién sabe qué, y el otro simplemente manchones. Con lo cual la decisión estaba mas que obviada. Vestido ya con su elegante vestidura, y atados firmemente sus pelos rebeldes en su colita característica, estaba todo listo para empezar el día. "Toc, toc" y se abrió la puerta de entrada, - Señor, aquí tiene su reemplazo de vestiduras, me llevaré el roto - Decía una droide de servicio, mientras dejaba el traje nuevo en lugar del roto. - Tenga un buen día - Y se retiraba tan impertinentemente como había entrado. ( Deberían de empezar a implantarles un módulo de respeto a la intimidad... ), reprochaba un tanto molesto, mas que nada por la falta de un sueño profundo. Pero la idea de disponer de un traje nuevito y recién hecho le alegró un poco el día. - Tendré que bañarme, no vaya a ser cosa que te ensucies mas deprisa - Le hablaba al nuevo traje mientras observaba la excelente similitud con los que siempre lleva.

Bañado y conforme, se dirigió a la sala de holoproyección privada del sector de Habitaciones Este de la Academia. Una leve espera y las caras de los ancianos y seres de especies tan dispares como sus propias habilidades apareció en la pantalla. - Lamento mi demora, Maestros. Pero no les haré perder mas tiempo - Expresó dispuesto a comenzar el joven Idam, decidido a terminar con las consignas del día lo mas pronto posible. - Adelante, joven Van - Resaltó dándole la formal iniciativa, uno de los mas experimentados Maestros Jedi de la Orden, el Maestro Shoota.

- He explorado los lugares tal y como ustedes expresaron, pero no encontré rastro alguno de presencia Sith. Las sospechas del Gobernador Wolan, eran provocadas por un extraño contingente de nuevos inmigrantes que llegaban al lugar, procedentes de algún planeta del Borde Exterior. Pero no se especificaba el planeta de procedencia de la nave de transporte, solo aparecía el Sistema Y'Toub, en el sector dominado por los Hutt. Mis conclusiones sobre el estado de forma de esa gente es que se trataba probablemente de refugiados o esclavos, que de alguna forma lograron escapar de las garras de los Hutt - Expresaba el Caballero Jedi con cierta soltura en sus palabras, se notaba que la ducha le había despejado un poco la mente.

- Aún es muy pronto para sacar conclusiones, joven Jedi, pero el consejo discutirá sobre ello. Se te mantendrá informado - Respondía con sabiduría el mismo maestro jedi, aparentemente expresando la palabra general del consejo, que con un leve ojeo se divisaba que no estaba al completo. Era lógico. - Comprendido, Maestro - Y la comunicación se cortaba. Al fin tenía un día libre para hacer lo que quisiera, sin incordios ni responsabilidades. Pero...¿qué hacer?, hacía tanto tiempo que no disponía de tal libertad que toda idea implicaba o entrenamiento o entrenamiento.

( Dejaremos que la fuerza nos guíe, pues... ), optaba por concretar el peli-largo, dispuesto a hacer un rápido recorrido por los pasillos de las habitaciones y salir al exterior, en la Plaza central del Sector Este de la Academia. Sus pulmones se llenaron de placer, hacía tiempo que no olía el tierno olor de esas flores autóctonas de Dantooine...


[Abierto para el que lo desee ^_^]

OFFROL: Entro desde el topic "Por fin en casa".


Rosk se encaminó por el pasillo hacia la plaza, ya no tenía ninguna duda, reconocía sin problemas a la persona que se encontraba allí. (¿Cuanto tiempo hace que no lo veía? desde el incidente de... ¿Tatooine? mmm... ) El embriagador olor de la plaza, ni el bello espectáculo visual que suponía la diversidad de flora ,consiguieron atraer esta vez la atención del Jedi.

El maestro Taa´kal se aproximó al Caballero Jedi mostrando una amistosa sonrisa. -Que la Fuerza sea testigo... ¡benditos los ojos!- Exclamó efusivamente Rosk parándose a un par de metros de Idan. -Increíble pero cierto, eh!, mira que hacía tiempo que no coincidíamos... - El Maestro Jedi se cruzó de brazos mirando de arriba a abajo a su interlocutor. . -Bueno, no tienes mal aspecto... Escuché rumores sobre tu última misión, algo sobre unas posibles presencias Sith, ¿Qué tal fue todo?.- Se interesó Rosk, que charlaba de forma distendida, algo extraño en él y que solo sucedía cuando se encontraba en presencia de alguien en quien sabía podía confiar sin reservas, cosa que el caballero jedi había demostrado en mas de una ocasión.

-Vamos, te invito a tomar algo. Así si el consejo me cita tengo excusa para retrasarlo un rato -
-Ya veo que hay cosas que no cambian nunca, eh... jejeje- Rió el Maestro Jedi mientras se encaminaba junto a su antiguo Padawan hacia la cafetería.

Al entrar, mientras Idan se acercó a la barra, Rosk observaba en silencio el bar. Los olores a fritanga le traían recuerdos, (¿Cuanto hace que no vengo por aquí?). Se dirigió ha donde el Caballero se hallaba pidiendo. -Yo solo tomaré un loom-, dijo antes de que Joan se marchara corriendo a pasar el pedido. -Estoy sediento, la verdad- comentaba mientras tomaban asiento.

- Ya empezaba a olvidarme de nuevo de esta calma... - -Te entiendo, si la memoria no me falla debe de hacer... madre mia!, algo mas de un año que no entraba a tomar nada- Rosk se giró a un lado y a otro mirando el bar. -Y fíjate, mesas nuevas, aquellos holocuadros tampoco estaban, han reformado la barra... a veces pienso que el mundo avanza sin tenernos en cuenta.-

El maestro Taa´kal suspiró encogiéndose de hombros. -Un sacrificio mas en la vida de un Jedi.- Realmente no se estaba quejando, simplemente remarcaba una obviedad, y sí. la vida de un Jedi estaba lleno de sacrificios, pero desde su punto de vista todos se compensaban con el resultado del gran labor que hacían para con la galaxia; mantener la paz exigía tiempo completo.

Por fin, la chica llegó a la mesa.

-Aquí teneis,- decía mientras dejaba en la mesa lo que habían pedido. -Vaya!- exclamó Rosk, -Esto si que es un servicio rápido....- -Jajaja, aquí han cambiado muchas cosas, por suerte, desde su última visita Maestro Taa´kal- Contestó Joan antes de marcharse de nuevo a atender la barra.

Rosk miró fijamente a Idam, -cuéntame viejo amigo- empezó con seriedad tras darle un generoso trago a su bebida - ¿No crees que ya va siendo hora de que tomes algún Padawan bajo tu tutela?, el Consejo se ha interesado por el tema en varias ocasiones, no se si podrás seguir dándoles largas mucho mas tiempo-

- Vamos maestro, no me digas que no vas a probar este Galactic Gigante de jamon y queso - -Jajaja, en serio Idan, he llegado exausto del viaje, si no fuera porque te reconocí en la plaza me hubiera retirado a descansar.- Decía el Maestro jedi mientras con las yemas de los dedos hacía círculos en sus sienes. -Ya sabes como agotan las mediaciones diplomáticas... ¿o es que has olvidado eso?- Preguntó con tono socarrón.

- No lo se, Rosk. No soy el tipo de persona que se la pase dando explicaciones de todo lo que hace para que lo aprendan. No sabría como actuar con semejante responsabilidad a mi lado... - Contestó el Caballero dubitativo ante la idea de tomar un Padawan. -Idan, sabes que entre los Jedis es ley de vida, aprender para enseñar. ¿De qué sirve tanta sabiduría acumulada si no se comparte?- Dijo Rosk con tono mas serio. Pero al momento se dió cuenta de que ya no eran Caballero y Padawan, el tiempo había pasado... el vínculo que les unió en el pasado había cambiado, ahora los unía algo aun mas fuerte, la amistad. Así que decidió no insistir y disfrutar de la compañía de un amigo, cosa que no hacía desde hace mucho, mucho tiempo.

Sin embargo, había algo que percibía en el Caballero que le preocupaba, quizás no fuera nada, pero creía que debía preguntar. Agarró su copa de nuevo y bebió tranquilamente mientras dirigía la mirada hacia donde el Caballero miraba esperando encontrar las palabras adecuadas, no quería molestar a Idan. -Da gusto verlos, ¿verdad? la mente de un niño es maravillosa... tan dispuestos y despreocupados a la vez, desprende armonía y paz por los cuatro costados, ¿no crees?, puedo notarla desde aquí- Comenzó Rosk tratando de ir con tacto. -Aunque no puedo decir de ti lo mismo, siento la inquietud en tu interior, hay algo de lo que quieras hablar?- Preguntó Rosk dando un nuevo trago intentando no parecer preocupado.

Un manto verde de flora y vegetación cubre el páramo de aquel desconocido y hermoso planeta ante sus ojos, los cuales se pierden en la naturaleza reinante de aquel lugar.
Silencio reinante, respetuoso. Apenas el viento bajo un suave y etéreo murmullo recorre tal páramo acariciando el fresco césped que oscila a merced del elemento.

El cielo refulge libre bajo el lento e inofensivo paso de etéreas nubes esponjosas a la deriva. Un aleteo, ondulante y oscilante, colosal, tan gigantesco como inofensivo; aquella pasividad es rota por el paso de un Brith, tal formidable criatura que decora el cielo del planeta a su paso por éste.

El suave crujido del césped resuena bajo la presión de sus pies a cada paso. El entramado de la suela de sus botas atrapa entre si aquellos fragmentos de naturaleza que ahora lleva consigo sin saberlo.


Ondulación hipnotizante, tranquila, relajante. Su vista se había entretenido una vez más ahora en el suave y calmo fluir del riachuelo con el cual se topa siempre camino al Enclave donde reside.
Minutos que no se perciben, tiempo que se ignora; aquello le trae una calma evidente por lo cual su paso no reanuda hasta un rato después.
Unas pequeñas y empedradas elevaciones nacen del térreo suelo como diminutas columnas flanqueando un acostumbrado camino el cual toma sin dudarlo.


… Al menos no había kinraths…
Cierto letargo, un lento exhalar escapa de mis labios evidenciando lo sucedido; aquella caminata había terminado.
Térrea magnificencia, mi vista y atención se pierde un instante en la arquitectura de aquel Enclave que se alza al fin a mi paso.

....espero no notaran me fui…
Una falsa esperanza, si algo había aprendido era que aquellos Jedi e instructores eran concientes de todo suceso. Aún así esperaba no hubieran notado mi ausencia por mucho tiempo.


En silencio la fémina figura suya recorre con cierta prisa aquel ingreso, tomando el camino de la derecha ante la primera bifurcación.
Había personas en aquel lugar, algunas al menos. Su paso flanquea un muro, su palma derecha busca tal empedrada pared donde sostiene su postura un instante.

Una leve vibración se expande por el suelo, un breve golpeteo que nace de las puntas de sus botas que una a una golpean brevemente contra el suelo. Las hebras de pasto caen bajo tal resonar, la suela de su calzado se libera de la evidencia de aquella no autorizada salida.
La yema de sus dedos y palma recorre tal térrea pared percibiendo la firmeza y textura de tal muro el cual finalmente deja al reanudar un más acelerado paso.


— Sithspit, las clases comenzarán ya. —
Aquellas palabras nacen de sus labios con inconciente tono elevado entre aquellas personas que evade al apresurar su paso. Su atención no había recaído con demasía en ninguna más que lo necesario para no chocar con tales.

¿Hm?

El eco de aquellas desconocidas palabras es captado por su oído, por inercia su paso se detiene de súbito. Un breve chirrido escapa de la suela de sus botas al frenar volviendo su vista hacia aquella persona que ahora ve de soslayo.
La oscura cortina de sus cabellos oscila con fuerza por el abrupto virar de su faz. Entre aquellas hebras de cabello azabache contrasta el iris ámbar de sus ojos el cual se posa en el desconocido que hacia ella se dirige y expresa.

Algún Youngling más, rara ocasión había intercambiado palabra con alguno por lo cual su memoria no almacena mucha información respecto a los integrantes restantes de la Orden.


— Algunos años. Es tarde, la clase comenzará. Date prisa. —
Un tono mecánico guía sus palabras, serias y sin una predominante expresión. Su faz vira con rapidez y su paso reanuda en un raudo paso rumbo a las instalaciones del Enclave donde finalmente su silueta desaparece.