Partida...
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Partida...
El muro que lo contenía había finalmente caído dejando su carcel abierta para poder ser libre y dejar sus deseos navegando a la deriba de su locura, tener el basto universo a su libre disposición para hacer de el lo que desee, tomar con la palma la vida de los demás y hacerlos andar en el camino previsto por él...
Andaba libre por un nuevo mundo que supo era la concentración de la facción Sith, podía andar libre, sus vestimentas lo harían pasar desapercivido, quien podría imaginar el poder oscuro contenido en tan simple persona, mantenía una tranquilidad única que salía de una de sus personalidades, la otra deseosa de omnipotencia dormía en lo más ondo de su ser...
Su túnica se alzó por el suave viento que por ahí corría de un lugar a otro arrastrando polvo y elevandolo como seda sobre el rostro claro del chico que caminaba por medio de la calle, los sables laser estaban escondidos en el cinto, casi no tenía la necesidad de utilizarlos, podría terminar con algún enemigo sólo con el uso de la fuerza que había aprendido...
De su aura salía un perfume que distaba demasiado de ser puro, era más un viento pesado el que lo cubría, si se sentía más cerca se podía olisquear el olor de la sangre que recorrió miles de veces entre sus manos, ese nectar carmesí que era el inicio de toda vida...
Avanzó varios pasos mirando de un lugar a otro, su túnica pálida se movía al son de las brisas que jugueteaban al mismo tiempo con sus largos cabellos dorados, sus ojos cansados miraban de un lugar a otro más estaban escondiendo su dirección por las gafas oscuras que tenía entre los ojos y el exterior...
Andaba libre por un nuevo mundo que supo era la concentración de la facción Sith, podía andar libre, sus vestimentas lo harían pasar desapercivido, quien podría imaginar el poder oscuro contenido en tan simple persona, mantenía una tranquilidad única que salía de una de sus personalidades, la otra deseosa de omnipotencia dormía en lo más ondo de su ser...
Su túnica se alzó por el suave viento que por ahí corría de un lugar a otro arrastrando polvo y elevandolo como seda sobre el rostro claro del chico que caminaba por medio de la calle, los sables laser estaban escondidos en el cinto, casi no tenía la necesidad de utilizarlos, podría terminar con algún enemigo sólo con el uso de la fuerza que había aprendido...
De su aura salía un perfume que distaba demasiado de ser puro, era más un viento pesado el que lo cubría, si se sentía más cerca se podía olisquear el olor de la sangre que recorrió miles de veces entre sus manos, ese nectar carmesí que era el inicio de toda vida...
Avanzó varios pasos mirando de un lugar a otro, su túnica pálida se movía al son de las brisas que jugueteaban al mismo tiempo con sus largos cabellos dorados, sus ojos cansados miraban de un lugar a otro más estaban escondiendo su dirección por las gafas oscuras que tenía entre los ojos y el exterior...
Kaeltas- Conde Sith
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Fecha de inscripción : 29/04/2009
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Re: Partida...
Hacía ya bastante tiempo que había salido de la Domus en la que residía habitualmente. Al fin, había terminado con las clases de la academia y ahora se disponía a relajarse e interiorizar lo aprendido saliendo al exterior de aquel recinto y perdiéndose por algún lugar del extenso planeta de Korriban.
Sus ropas eran las de siempre: las botas oscuras, la túnica oscura con la capucha puesta y los guantes de cuero en sus manos huesudas. Sus dos ojos doradas no cesaban de observar su alrededor atentos a cualquier peligro inminente, para así poderse anticipar a su depredador. Después de un largo y exigente período de búsqueda, consiguió hallar un lugar idóneo en el que descansar y reflexionar. Actitud no muy propia de los Siths pero no sabía porque, le ayudaba a concentrarse y a tranquilizarse.
El mon calamari se introdujo en el interior de aquella cueva pequeña la cual tenía una entrada y de repente ésta giraba hacía la derecha, para terminar dando en un recinto no mayor de cien metros cuadrados. Maro se quitó los guantes y se pasó sus delgados y delicados dedos por sus ojos, para quitar el polvo que le había entrado. Aquella “sala” tenía forma extraña, para no decir peculiar. Ya que ésta era totalmente esférica y bastante abrupta, menos en el centro que era totalmente lisa y en el cual había tres piedras de gran tamaño alineadas y de altura casi inexistente. La entrada al centro de la esfera se hacía por un camino totalmente liso y recto que había en un costado, es decir, recordaba la forma de un ratio de circunferencia. Ahora bien el acceso a éste área estaba condicionado por un sin fin de estalagmitas y su forma inversa.
Tras superar el camino sinuoso atento a que no hubiera vida alguna en su interior y esperando la aparición de algún ser o cosa molesta, el chico se introdujo en el ratio que lo llevaría al centro de la sala. Una vez allí se sentó en la última piedra alineada. Seguidamente se descalzó y posteriormente dejó los guantes y las botas al lado diestro de su ubicación. Finalmente se cruzó de piernas y de brazos y cerró los ojos concentrándose en eliminar de la mente toda preocupación y así conseguir hacer fluir la fuerza por su interior. Al mismo tiempo que aspiraba y expiraba a un ritmo pausado. Debía conseguir fundirse con ésta de este modo conseguiría comprender la fuerza.
Si alguien pasase cerca de aquel lugar notaría la presencia de un ser bastante oscuro en el interior de aquella cueva. Ahora bien, ¿ se acercaría a observar el sujeto o más bien pasaría de largo?
Sus ropas eran las de siempre: las botas oscuras, la túnica oscura con la capucha puesta y los guantes de cuero en sus manos huesudas. Sus dos ojos doradas no cesaban de observar su alrededor atentos a cualquier peligro inminente, para así poderse anticipar a su depredador. Después de un largo y exigente período de búsqueda, consiguió hallar un lugar idóneo en el que descansar y reflexionar. Actitud no muy propia de los Siths pero no sabía porque, le ayudaba a concentrarse y a tranquilizarse.
El mon calamari se introdujo en el interior de aquella cueva pequeña la cual tenía una entrada y de repente ésta giraba hacía la derecha, para terminar dando en un recinto no mayor de cien metros cuadrados. Maro se quitó los guantes y se pasó sus delgados y delicados dedos por sus ojos, para quitar el polvo que le había entrado. Aquella “sala” tenía forma extraña, para no decir peculiar. Ya que ésta era totalmente esférica y bastante abrupta, menos en el centro que era totalmente lisa y en el cual había tres piedras de gran tamaño alineadas y de altura casi inexistente. La entrada al centro de la esfera se hacía por un camino totalmente liso y recto que había en un costado, es decir, recordaba la forma de un ratio de circunferencia. Ahora bien el acceso a éste área estaba condicionado por un sin fin de estalagmitas y su forma inversa.
Tras superar el camino sinuoso atento a que no hubiera vida alguna en su interior y esperando la aparición de algún ser o cosa molesta, el chico se introdujo en el ratio que lo llevaría al centro de la sala. Una vez allí se sentó en la última piedra alineada. Seguidamente se descalzó y posteriormente dejó los guantes y las botas al lado diestro de su ubicación. Finalmente se cruzó de piernas y de brazos y cerró los ojos concentrándose en eliminar de la mente toda preocupación y así conseguir hacer fluir la fuerza por su interior. Al mismo tiempo que aspiraba y expiraba a un ritmo pausado. Debía conseguir fundirse con ésta de este modo conseguiría comprender la fuerza.
Si alguien pasase cerca de aquel lugar notaría la presencia de un ser bastante oscuro en el interior de aquella cueva. Ahora bien, ¿ se acercaría a observar el sujeto o más bien pasaría de largo?
Maro- Aprendiz Sith
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Fecha de inscripción : 26/01/2009
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Re: Partida...
Las calles aún abarrotadas de gente inundadas de aquellas almas inconcientes de lo que tenían enfrente parecían no temerle aún cuando sería el próximo comandante de las fuerzas de la oscuridad, estupidizados seguían con sus vidas... No sabían cuanto eso le molestaba simples campesinos que ni tenían cultura de la gran fuente de poder que se les escapaba de las manos aún teniéndola en su nariz...
Pudo sentir una fugaz fuga de fuerza en esa área tan concentrada de gente, intentó ver, le era impresindible gente con la cual cumpliría sus ansias, el poder lo era todo y sólo teniendo el universo en la palma de la mano podría tener el poder más inmenso que nunca imaginó... Pero una vez más él no podría ser dos personas y hacer todo lo necesario para poner en marcha su plan meticulosamente realizado...
Un usuario de la fuerza eso era lo más resaltante, parecía que la tentadora mano de la oscuridad lo había enbelezado con ese susurro que sólo escuchaban los sedientos seguidores del Sith, podría llamar su atención sólo para demostrarle que cosas podría tener si lo seguía, él le daría el poder más grande que habría imaginado...
Se concentró un poco, no era dificil, elevó su contacto con la fuerza y emitió una pequeña onda que hizo al aire moverse a su alrededor, con tanta gente pasaría desapercivido pero sería como un gran terremoto para alguien que conoce lo básico del control de la fuerza, luego de eso sólo habría que sentarse y esperar...
Pudo sentir una fugaz fuga de fuerza en esa área tan concentrada de gente, intentó ver, le era impresindible gente con la cual cumpliría sus ansias, el poder lo era todo y sólo teniendo el universo en la palma de la mano podría tener el poder más inmenso que nunca imaginó... Pero una vez más él no podría ser dos personas y hacer todo lo necesario para poner en marcha su plan meticulosamente realizado...
Un usuario de la fuerza eso era lo más resaltante, parecía que la tentadora mano de la oscuridad lo había enbelezado con ese susurro que sólo escuchaban los sedientos seguidores del Sith, podría llamar su atención sólo para demostrarle que cosas podría tener si lo seguía, él le daría el poder más grande que habría imaginado...
Se concentró un poco, no era dificil, elevó su contacto con la fuerza y emitió una pequeña onda que hizo al aire moverse a su alrededor, con tanta gente pasaría desapercivido pero sería como un gran terremoto para alguien que conoce lo básico del control de la fuerza, luego de eso sólo habría que sentarse y esperar...
Kaeltas- Conde Sith
- Cantidad de envíos : 16
Fecha de inscripción : 29/04/2009
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Re: Partida...
La oscuridad envolvía aquella particular sala, un sin fin de rocas abruptas y puntiagudas envolvían su alrededor. En el centro había un sujeto no mayor de un metro y medio envuelto con una túnica oscura y sentado en el suelo cruzado de piernas y manos, totalmente inmóvil. Un silencio espectral invadía el recinto, un acontecimiento trascendental para el lucho de la historia tenía que pasar en aquel lugar. Pero el cuando nadie lo sabía, se le había sido enunciado en aquel extraño sueño que tuvo sin hallarse dormido. No había lugar a dudas, había sufrido una visión.
“Cuanto deberé de esperar” Se preguntaba el joven aprendiz ansioso de poder encontrar el motivo de aquella visión o de aquello que había creído tener.
El joven se encontraba envuelto en aquel mundo dominado por aquellas partículas, la fuerza, que tanto le fascinaban y que tanto poder albergaba. Hacía relativamente poco había aprendido a dominarla de forma leve e inexperta, fue por ello que no pasaron ni treinta minutos que ya empezó a practicar lo aprendido.
Se encontraba totalmente relajado y sereno, había conseguido contactar con la fuerza fácilmente y ahora tocaba practicar el hecho de mover aquellas partículas de un lugar a otro. Notó como aquella vez que todo alrededor suyo tenía un centro de gravitación diferente y tras ello concentró su fuerza en uno de sus dedos y movió éste provocando que una piedra no mayor que una perla saliera disparada hacía la pared. El ejercicio no le había salido bien, pues la piedra había salido a una velocidad demasiado elevada por el interés que el tenía, por ello debía de seguir practicando.
Justo cuando tenía que desplazar otra piedra, una extraña sensación le invadió. Algo con un terrible poder oscuro se acaba de despertar o se acababa de dar a conocer.
“Algun antiguo Lord Sith habría despertado” pensó el joven mientras todo sus pelos se ponían de punta y un extraño temor le envolvía.
No estaba convencido de que hacer, de momento seguiría en aquel refugio de mala muerte. Aquello que hubiera realizado lo que acaba de percibir poseía un gran poder y hablándose de siths era mejor mantenerse al margen durante un buen tiempo y hasta ver que la situación no está controlada.
“Cuanto deberé de esperar” Se preguntaba el joven aprendiz ansioso de poder encontrar el motivo de aquella visión o de aquello que había creído tener.
El joven se encontraba envuelto en aquel mundo dominado por aquellas partículas, la fuerza, que tanto le fascinaban y que tanto poder albergaba. Hacía relativamente poco había aprendido a dominarla de forma leve e inexperta, fue por ello que no pasaron ni treinta minutos que ya empezó a practicar lo aprendido.
Se encontraba totalmente relajado y sereno, había conseguido contactar con la fuerza fácilmente y ahora tocaba practicar el hecho de mover aquellas partículas de un lugar a otro. Notó como aquella vez que todo alrededor suyo tenía un centro de gravitación diferente y tras ello concentró su fuerza en uno de sus dedos y movió éste provocando que una piedra no mayor que una perla saliera disparada hacía la pared. El ejercicio no le había salido bien, pues la piedra había salido a una velocidad demasiado elevada por el interés que el tenía, por ello debía de seguir practicando.
Justo cuando tenía que desplazar otra piedra, una extraña sensación le invadió. Algo con un terrible poder oscuro se acaba de despertar o se acababa de dar a conocer.
“Algun antiguo Lord Sith habría despertado” pensó el joven mientras todo sus pelos se ponían de punta y un extraño temor le envolvía.
No estaba convencido de que hacer, de momento seguiría en aquel refugio de mala muerte. Aquello que hubiera realizado lo que acaba de percibir poseía un gran poder y hablándose de siths era mejor mantenerse al margen durante un buen tiempo y hasta ver que la situación no está controlada.
Maro- Aprendiz Sith
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