Cueva de Cristales

Más allá del Enclave Jedi, más allá del perímetro de sus muros la planicie de Khoonda yace en la calma del tranquilo terreno.
Un ecosistema que yace en paz, adornado por el vivo tono que el césped otorga en su ondulante mover que cubre el térreo suelo junto a la visible vegetación.

Una formación rocosa se abre paso al frente, imponente, erguida se alza en pie desafiando aquella planicie y el paso de quien por ahí se encuentre.
Sus empedrados y fuertes muros protegen y ocultan la Cueva de Cristales que yace en su interior, resguardada a su vez por una serie de confusos y peligrosos túneles, entrada de los cuales se revela entre la natural irregularidad y relieve de aquellas rocas.

La entrada al túnel era visible. La luz se resistía a ingresar dejando una evidente oscuridad que contrasta con la luz del claro día que se muestra en el exterior, el inicio de la búsqueda del cristal había comenzado.
La silueta de un Maestro Jedi, aquel Whiphid de pelaje color café, custodia la entrada siendo él el único que otorgará el paso al interior de la caverna.