Buscando un Pasado

Hace no más de tres días que había culminado su Prueba, y en este nuevo día Kurai caminaba como un Guerrero Sith, sendero que el mismo decidió tomar, a su propia voluntad. La razón? No importa, El Motivo? Tampoco. El Porque? Así lo quiso el destino.

Amanecía en las desoladas tierras de Korriban. Quienes vagan en la absurda idea de que un amanecer es lindo, seria ignorante. En Korriban, por lo menos en aquellas oscuras tierras, no había nada de lindo. Todo lo que se podía ver o sentir en aquellas tierras infundaba miedo. Temor.

Así lo han querido los Lords Sith's que descansan en ese lugar. A cada lado que mires es una tumba que admirar, cada una con una insignia que la distingue de la otra. Naga Shadow, Marka Ragnos, Ajunta Pall y Tulak Hord. Esos eran los Lords Sith's que se encontraban dentro de dichas cuevas, bañando el ambiente en una nube de oscuridad, el viento de aquel lugar era mas pesado que en el cualquier otro, sentías como la densa capa te cubría y atraía a ella. Pero esto era algo de lo que Kurai ya estaba acostumbrado.

3 años habían pasado desde entonces, y esto era algo que Kurai recordaba bien. Había estado 3 años en los densos aires de Korriban, y en eso tres años, había adoptado una costumbre completamente tranquila. El ambiente nunca fue algo que le perturbara, a diferencia de algunos. Si, aquellos que veía mientras caminaba hasta los bordes de aquella zona, varios arqueólogos todavía no se acostumbraban y se veía la fatiga en ellos, otros eran estudiantes todavía y perecían tirados o recostados sin poder moverse mientras sentían como el lado oscuro los iba sofocando. Sinceramente Kurai pensaría que estos no durarían muchos. En varias circunstancias los Lords Sith preferían acabar con la vida de estos ignorantes. Total, no era su problema. Haya en los bordes de aquella zona, se conseguía el lugar de Kurai, donde se sentaba a meditar, donde el aire tentaba entre lo denso y lo ligero y podía pensar tranquilamente. Pensar que? eso no era problema de nadie, solo el conocía sus pensamientos, y aquellos que intentaran preguntarle. Mas vale que no fueran estudiantes, de lo contrario, una montaña de basura se apilaría en los fondos de aquel borde.

La soledad era su compañera en aquellos viajes eremitas en busca del porque de las cosas y de la planificación de su maldita vida. Como siempre los desplazamientos que llevaba a cabo el joven Maro eran con un único y primordial objetivo pensar o razonar dónde poder hallar más poder sin importarle el sacrificio que tuviera que hacer ni los métodos de cómo conseguirlo.

Aquellos momentos de soledad le tranquilizaban, su nerviosismo cesaba, y su mente se abría en busca de nuevas observaciones de aquel lugar. Cada vez que habría su mente hacía el exterior de aquella forma tan profunda notaba una gran cosquilleo en su interior, que lo llamaba a gritos desde una cueva no muy lejana a su situación actual. No sabía definir muy bien como era aquello que percibía, pero si de algo estaba convencido era que aquello era vicioso y muy estimulante. Ya que cada vez quería más. Se dice popularmente que la curiosidad mató al gato, ¿sería aquello verdad?

De la nada y enfrente suyo apareció uno de tantos Siths que había en la sede de la academia Sith. Éste iba vestido como todos ellos, túnica negra con capucha sobre la cabeza y guantes oscuros. Escondiendo de esta forma su verdadera identidad y posiblemente un pasado amargo y repleto de muertes sin escrúpulos con el único fin de cumplir ordenes o de obtener más poder.

El sujeto que había aparecido no le llamó la atención, así que el joven siguió envuelto en sus pensamientos posesivos y egoístas que le colocaban en el centro del universo. Su túnica oscura empezó a ondear levemente debido a una suave brisa que se levantó en aquel mismo instante, provocada por las diferentes presiones de la zona. Su capucha también empezó una larga danza bastante pasiva, al mismo tiempo que aquel engendro Sith dejaba a entrever unos grandes ojos dorados que se perdían entre el horizonte oscuro y melancólico. Su respiración era pausada y parecía estar allí plantado de la misma forma que lo estaría un monumento, sin vida alguna. ¿A caso todo el oro reluce?

La intriga y el suspense envolvían aquel personaje gélido y cavilado en aquel mar de oscuridad y muerte.

Belleza incuestionable poseía la mirada de Kurai al llegar al borde del Cementerio, donde por un acantilado se podía ver la fauna silvestre que viste al planeta Korriban. Que no es bello? Pues para el si. Día tras otro Kurai se sentaba en aquel borde a meditar. Y aquel día no era distinto.

Sentándose y adoptando una postura relajada, cruzando sus piernas entre si y dejando caer sus brazos en ambas piernas, el joven Kurai cerro los ojos. El viento era incesante y escalofriante, aunque para el joven pareció sereno y tranquilo. Refrescante.

Se podía sentir la fuerza fluir a través de el, podía sentir era sensación que tanto tiempo había permanecido oculta. La Fuerza, toda aquella energía que es creada por todas las cosas, incluso entre una roca, la tierra y los seres vivos. Es todo los que nos rodea, la energía del universo, los Jedi y los Sith pueden controlar y utilizar esa energía con la mente. Eso intentaba hacer el joven Kurai en su meditación. Podía sentir como los pequeños fragmentos de rocas que había podido levantar los podía mover solos con su mente, y estando frente a ellos, este abrió sus ojos e impulsivamente los fragmentos fueron empujados hacia el acantilado, haciendo un sonido tan silencioso que expresaba el mismo vació al que eran conducidos, hasta perderse en la fauna de la región inferior.

Su nivel de control estaba mejorando, pero algo lo perturbaba. Esa sensación de sentir lo que lo rodea seguía incomodándolo. Sentía como ciertas energías de las fuerzas se mostraban desniveladas, algo descontroladas. Tal vez por algún joven de las cercanías.

Mientras, un hallazgo dio fin a una excavación, uno de los arqueólogos había encontrado un holocron, aparentemente de algún Lord Sith talvez, tendrían que investigar, pero un grito de posible satisfacción por parte de uno de los estudiantes que lo acompañaba se hizo sentir perturbando a Kurai, y sacándolo de su meditación.

Un golpe contra uno de los muros basto para desmayar al joven estudiante, producto del despliegue de la fuerza ejercido por el Sith Kurai. Dando salvación de que no estaba en las cercanías del acantilado para afirmar su teoría, del que todo que le moleste conocerá aquella región baja, eso si vive la caída. Los otros simplemente atendieron al llamado de uno de los Sith, asistiendo al instante.

La fuerza comienza a perturbarse, a cada momento que pasaba el aire se volvia mas espeso, como si algo estuviese haciando que el ambiente que rodeaba aquellas investigaciones se camuflase con el lado oscuro de la fuerza. A lo lejos se ve una sombra muy pequeña, esta caminaba por los estrechos caminos de aquella investigacion, donde un paso en faslo podria acabar con la vida de cualquiera.

La pequeña sombra a cada paso que dava, se alejaba de aquella oscuridad que daban las montañas, adentrandose en la luz del intenso sol. De esta sombra sale un mitico guerrero, conocido por su destresa en el uso del sable laser, maestro en la tecnica Ataru y en la tecnica de la fuerza Telekinesis. Este se aproximaba hacia Kurai, este podia practicamente verlo pero el viento que levantaba un polvo que se alsaba a un metro del suelo, tapando al pequeño Darth Sith.

El Darth Sith se te aserca mas y cada vez mas, hasta tal punto que este se coloca frente a Kurai para decirle.

Zyxeron: -Joven Caballero Sith, que vagas por este planeta en el vago intento de convertirte en un verdadero sith, pero te digo halgo, solo yo podre hacerte un sith verdadero, solo yo Darth Zyxeron podre llevarte por el verdadero camino del lado oscuro de la fuerza.

Zyxeron mira atentamente a Kurai quien al estar sentado, se encontraba a la misma altura que Zyxeron.

Tras lo acontecido la mayoria de Aprendiz Sith preferian no estar en las cercanias de Kurai, mientras que otros al igual que rangos superiores ni se inmutaron y siguieron con sus asuntos. Kurai se postro de nuevo en su meditacion de la fuerza, cuando fue interrumpudo nuevamente, pero este, no podia hacer nada para detener tal interrupcion.

Un paso en falso le costaria la vida, por lo que se quedo estatico en su lugar sin moverse mientras que escuchaba las palabras del Maestro Sith.

-Joven Caballero Sith, que vagas por este planeta en el vago intento de convertirte en un verdadero sith, pero te digo halgo, solo yo podre hacerte un sith verdadero, solo yo Darth Zyxeron podre llevarte por el verdadero camino del lado oscuro de la fuerza.

Kurai Dark podia sentir esa sensacion que lo incomodaba en aquel ser, esta era obviamente mucho mas intensa, demostraba que aquel Sith tenia un alto control de la fuerza y que por sus palabras seria el, el que conduciria a Kurai a tener tambien un mayor control de la Fuerza. Sin embargo Kurai quedo unos segundos en silencio, aun sin abrir sus ojos, sin dejar de meditar, mientras una piedra levitaba por su frente. Y de nuevo hacia un vacio fue dirigida, este fue el final de la meditacion, pero Kurai seguia manteniendo su postura, abrio los ojos mientras apreciaba los alrededores mas haya de aquel acantilado que tenia a su frente.

- Quien soy yo para negarme a tus enseñanzas. Mas solo una cosa pido... haga de mi su aprendiz y no lo defraudare, enseñeme lo que sabe. Dicho esto Kurai abrio los ojos y con la misma mirada fria miro al Lord Sith, percatandose de su pequeña estatura, pero eso no seria motivo para juzgar, el Lado Oscuro es fuerte en el.

Maro tuvo la intuición de que en un momento u otro algún Sith de rango superior lo necesitaría o lo buscaría. Así que decidió volver a sus estancias.

Sin embargo, no obstante algo hizo cambiar su parecer. Un pensamiento mas haya le hizo pensar que el no era el indicado para enseñarle, por lo que se levanto y se puso en camino hacia aquel lugar del que traia una extraña perturbacion, algo habia en su interior.

Era de nuevo esa extraña sensacion que lo acogia y agobiaba, La Fuerza que sentia era sorprendente.El lugar no estaba muy lejos, por lo que acto seguido, se dio media vuelta y empleo sus pasos a la Academia.

Ese lugar del que provenia lo reconocia sin duda alguna, en el pasado habia estado unas cuantas veces hay, unas para entrenar, otras por la misma perturbacion de la cual se sentia atraido.

Caminaria hasta el Hangar mas haya de la Academia y se dirigiria hacia Ziost, donde unas cuantas veces habia estado anteriormente.

Que es el tiempo? Es el espacio que hay entre un suceso a otro?... es la manera de saber en el momento que estamos parados?... es la forma en que razonamos nuestra duración en la vida?... es en la medida que pasa un evento ocasionado por un movimiento?... es un espacio uniforme y tal vez infinito que sigue y sigue sin parar? que es el tiempo en si?; podremos detener el tiempo?. Básicamente podemos alterarlo... podemos alterar el tiempo en que una tortuga llegue de un punto al otro con solo tomarla en nuestras manos, y llevarlo al otro lado. Pero ese es el tiempo de otro ser... y nuestro propio tiempo?

A pesar de la larga ausencia, dependiendo de como denominemos larga, si es ir de un punto a otro y viceversa en una misma línea, o es una ausencia vacía en la cual tu presencia no se haya notado de manera considerable, de cualquier forma es ausencia. Es a pesar de esa ausencia que ha pasado que se ve un rostro familiar, de nuevo, en el planeta de Korriban.

Un rostro que aunque llevado por esa ausencia, no ha cambiado absolutamente nada, y cuando decimos nada, es nada, ni el ropaje que lo acobijaba cada día. Su túnica negra cubriéndolo todo de pies a cabeza, y ocultando su chaleco de cuero y camisa gris, y abajo un mono de igual color que la túnica, al parecer no había cambiado en absolutamente nada. . . bueno por lo menos en su vestimenta. Y a pesar de que su comportamiento fuera el mismo, aquel control que poseía de la Fuerza, había cambiado totalmente. Pero algo peculiar seguía en el, algo que no dejaba explorar el sentido de la fuerza en todo su ser, ese algo que desde pequeño no hay podido sacarse de encima, algo que la ha estado perturbando todo este tiempo, aquella extraña e incomoda sensación hacia la fuerza del lado oscuro.

Es así, como luego de aquella ausencia el joven Sith ha retornado a Korriban, y no solo a Korriban, si no también a su antiguo puesto de meditación. Tras el caminar por el Cementerio Sith, muchos reconocieron su rostro, y aquellos que miraban a través de su túnica denotaban el carmesí de sus ojos tal cual como lo recordaban, pero notaban algo distinto en el, algo que hasta sus propios semejantes evitaban acercárseles, y que de un momento a otro, como un lapso de tiempo, no tan largo ni tan corto, solo el esperado, un joven comprobaría sin derecho alguno de merecerlo.

Los pasos se hicieron sentir, y cada vez estaban más y mas cerca del esperado lugar, un lugar donde se acostumbraba a meditar y que traía buenos tiempos. Sin embargo, ese lugar estaba manchado, manchado por un ser que se encontró sentado en el tiempo equivocado, y en el lugar equivocado. Es así como el tiempo juega con nosotros, sin decirnos a que hora seremos sorprendidos.

Como alma moribunda que se lleva el viento, así Kurai Dark levanto al Joven Sith con su mano, sin el mínimo contacto, solo el que con su esfuerzo había entrenado, y posteriormente lanzado. Pero lanzado a donde?

Muchos se expresan "Vamos" y otros solo dicen "El Tiempo lo Dirá". Pues, tal ves el tiempo actuó, tal ves ese era el lugar indicado en el tiempo indicado. Y Kurai retomo su lugar, mientras con el pasar del tiempo el joven iba alejándose cada vez más hasta perderse en la espesa fauna de la Región Inferior y no verse más. El punto de un Suceso a otro se había completado, y al joven se le acabo su tiempo, tal ves. Todo parecía como de costumbre, el silencio se pudo sentir como en aquellos tiempos. Y se preguntaran, donde estaba Kurai Dark en todo este TIEMPO?

¿Donde? ¿Importaria aquello a alguien realmente? El pasado es simplemente lo ocurrido anteriormente, inmutable en la realidad pero discutible en los recuerdos por decir lo menos. Recordada a travez de la historia, la cual no es realmente mas que una enumeracion de batalla, tras batalla, tras batalla, y un recuento de las personas que supuestamente habian sido grandes, grandes heroes o grandes villanos dependiendo del punto de vista. Ajunta Pall era una leyenda entre los Sith, pero en otras leyendas era un horrible monstruo que habia extendido sus tentaculos a todas partes de la galaxia, esparciendo junto con ellos el sufrimiento y la destruccion a donde fuera que estos tocaran.

A un Sith solo debia interesarle el presente y el futuro, el poder que se poseia en el presente, y el poder que podia obtenerse en el futuro, la ruina y destruccion de los enemigos, y la sumision de los demas. Hacia el pasado solo debia mirar el Sith cuando debia apoderarse de todo conocimiento, de toda arma antigua que habia sido construida o diseñada para la destruccion y la obtencion del poder. Las tumbas de los antiguos debian ser estudiadas, debian ser profanadas por aquellos que tubieran el poder para hacerlo.

El PODER

... Con poder, obtengo la victoria.
Con la victoria, mis cadenas se rompen.
La Fuerza me liberara

En el lugar en el que habia meditado Kurai Dark habian meditado mucho antes que el numerosas personas, el lado oscuro en aquel lugar era realmente seductor con aquellas personas que podian escuchar sus susurros y deleitarse con ellos. Podia ocupar aquel Sith aquel espacio todo lo que quisiera, pero en aquel rincon de aquel lugar maldito no obtendria lo que necesitaba.

He aqui la sabiduria de la historia: Toda persona que medito antes en aquel lugar ya no se encuentra ahi. La mayoria de ellos simplemente no tubieron las agallas de participar en el juego, no se hiciero uno con el poder, no tomaron lo que era suyo por derecho a todo Sith, fueron debiles, fueron destruidos. Los que si lo hicieron a la larga tambien fueron destruidos, pero ellos si tubieron el arrojo necesario como para al menos intentar hacerse con el poder.

y se marcharon de aquel sitio de meditacion.

y se convirtieron en leyenda, aunque ellos querian mas.

Deseaban ser eternos, ya que la eternidad es el camino del Sith, ser libre de toda atadura sea esta fisica, psiquica o incluso ligada a las mismas reglas inviolables que el universo ha creado. El Jedi considera todo esfuerzo del Sith como antinatural y maligno, pero el hecho de que sea posible significa que segun ciertas condiciones sea natural, y lo maligno o lo beningo, lo malo y lo bueno...

Eso es solo un mito

Eso es solo Propaganda.

A los Jedi y a esos cerdos de la republica les encantaba presumir de sus derechos ciudadanos y de sus libertades, pero al mismo tiempo estaban corrompidos y cegados, unos por el poder que daba la influencia sobre las personas y los medios de capital, y los otros por el poder de lo que ellos llamaban sabiduria. Como si ellos no usaran el poder de la fuerza para destruir al enemigo.

Busca un futuro.