La Sangre que brota de alguien quien Odias. (libre)
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La Sangre que brota de alguien quien Odias. (libre)
La vision infraroja permite basicamente poder mirar en ambientes muy oscuros o ausentes de luz, aquella habilidad es natural en los Arkarianos y en el planeta frio en donde habitan tampoco hay demasiada luz por lo que es apto para ellos, a si mismo Korriban era en el fondo un planeta igual de oscuro aunque su falta de luz se debia a lo poderoso que en ese lugar era el lado oscuro de la fuerza, y no a causas naturales, por lo anterior un Arkaniano no necesitaria antiparras anti-luz para protegerse de ella aunque aun asi Izidor tenia un par de ellas puestas de todas formas todo el tiempo y que eran de un cristal de tono amarillo.
Era un sitio prohibido protegido por grandes e incontrolables horrores, ni siquiera los Grandes Señores Oscuros se acercaban sin un motivo aunque a aquel lugar todos llegaban a habitar alguna vez. Al contrario de un Jedi que era quemado para que volviera a la naturaleza, el Sith era embalsamado para preservarse fuera de ella, y era enterrado en criptas construidas en el suelo de aquel planeta impio con el proposito de salvaguardar el cuerpo del poderoso Darth o Conde Sith que ahi era enterrado, los aprendices que morian durante el aprendizaje eran simplemente arrojados a los animales como alimento, o dejados en una gran fosa comun cercana a esa area.
Sin embargo durante esos ultimos años una capucha negra iba y venia por esas tierras, una presencia debil y poco amenazadora que sin embargo no tenia miedo de lo que ahi acontecia, y porque no decirlo, conocia aquel paraje quizas mejor que muchos otros caballeros de lo oscuro. Los animales que atacaban al azar o por supervivencia se habian acostumbrado a ella y la obviaban como si fuese ya parte de aquel prohibido lugar, y las trampas ya no se disparaban cuando ella pasaba ya que habia aprendido a reconocerlas.
Entre tumbas y mausoleos, rodeada de muertos o de creaturas que podrian hacerla morir en un instante ella podia sentirse mas comoda, y como no si en los lugares en donde se suponia que debia descansar y estudiar era constantemente golpeada y abusada. Entre mausoleos y bestias en donde el poder del lado oscuro palpitaba como si estubiese vivo ella podia alimentarse de el, curar sus heridas y calmar su espiritu.
Hacia un tiempo habia logrado entender el lenguaje antiguo que se escribia en las paredes de los mausoleos y asi tambien en los pergaminos y bases de datos que ahi existian y que habian sido guardados con los muertos. Desde que leyera por primera vez, "Dame una gota de Sangre de alguien quien ames, de alguien a quien odies, y de ti mismo", habia logrado leer muchos mas mensajes y todo ello le habia hecho aprender mucho.
Sin embargo la curiosidad por aprender mas y mas rapido, y la familiaridad que tenia con el area habia hecho que tubiera menos cuidado a la hora de ingresar a esas areas, sin saber lo que habia en su porvenir comenzo a leer con avida y exitada velocidad los jerogrificos que existian en aquella muralla. No necesitaba una luz para hacerlo, tenia sus potentes ojos y a si mismo tenia sus manos, garras de cuatro dedos, que tocaban la roca tallada y recorrian el relieve.
Esa falta de cuidado, alimentada por la sensacion de haber descubierto algo importante, probablemente se traduciria en el hecho de que alguien le habia seguido, o bien podia traducirse en nada, la negligencia no siempre tiene un castigo y quizas por aquella ocasion ella estaria a salvo.
Al menos hasta que sintiera algun ruido observaria con detenimiento los jerogrificos y no estaria interesada en el horario, era poco probable el hecho de que alguien le hechara de menos, pensaba aunque aquello no necesariamente podia ser posible, los Sith eran en el fondo muy estrictos y ya mas de un instructor debio darse cuenta de las continuas desapariciones de la joven. ¿Era acaso una traidora? ¿Una espia? Con aquella simple sospecha la solucion era matarle, pero tal vez el seguirla llevaria a alguien a un trofeo mucho mayor.
Era un sitio prohibido protegido por grandes e incontrolables horrores, ni siquiera los Grandes Señores Oscuros se acercaban sin un motivo aunque a aquel lugar todos llegaban a habitar alguna vez. Al contrario de un Jedi que era quemado para que volviera a la naturaleza, el Sith era embalsamado para preservarse fuera de ella, y era enterrado en criptas construidas en el suelo de aquel planeta impio con el proposito de salvaguardar el cuerpo del poderoso Darth o Conde Sith que ahi era enterrado, los aprendices que morian durante el aprendizaje eran simplemente arrojados a los animales como alimento, o dejados en una gran fosa comun cercana a esa area.
Sin embargo durante esos ultimos años una capucha negra iba y venia por esas tierras, una presencia debil y poco amenazadora que sin embargo no tenia miedo de lo que ahi acontecia, y porque no decirlo, conocia aquel paraje quizas mejor que muchos otros caballeros de lo oscuro. Los animales que atacaban al azar o por supervivencia se habian acostumbrado a ella y la obviaban como si fuese ya parte de aquel prohibido lugar, y las trampas ya no se disparaban cuando ella pasaba ya que habia aprendido a reconocerlas.
Entre tumbas y mausoleos, rodeada de muertos o de creaturas que podrian hacerla morir en un instante ella podia sentirse mas comoda, y como no si en los lugares en donde se suponia que debia descansar y estudiar era constantemente golpeada y abusada. Entre mausoleos y bestias en donde el poder del lado oscuro palpitaba como si estubiese vivo ella podia alimentarse de el, curar sus heridas y calmar su espiritu.
Hacia un tiempo habia logrado entender el lenguaje antiguo que se escribia en las paredes de los mausoleos y asi tambien en los pergaminos y bases de datos que ahi existian y que habian sido guardados con los muertos. Desde que leyera por primera vez, "Dame una gota de Sangre de alguien quien ames, de alguien a quien odies, y de ti mismo", habia logrado leer muchos mas mensajes y todo ello le habia hecho aprender mucho.
Sin embargo la curiosidad por aprender mas y mas rapido, y la familiaridad que tenia con el area habia hecho que tubiera menos cuidado a la hora de ingresar a esas areas, sin saber lo que habia en su porvenir comenzo a leer con avida y exitada velocidad los jerogrificos que existian en aquella muralla. No necesitaba una luz para hacerlo, tenia sus potentes ojos y a si mismo tenia sus manos, garras de cuatro dedos, que tocaban la roca tallada y recorrian el relieve.
Esa falta de cuidado, alimentada por la sensacion de haber descubierto algo importante, probablemente se traduciria en el hecho de que alguien le habia seguido, o bien podia traducirse en nada, la negligencia no siempre tiene un castigo y quizas por aquella ocasion ella estaria a salvo.
Al menos hasta que sintiera algun ruido observaria con detenimiento los jerogrificos y no estaria interesada en el horario, era poco probable el hecho de que alguien le hechara de menos, pensaba aunque aquello no necesariamente podia ser posible, los Sith eran en el fondo muy estrictos y ya mas de un instructor debio darse cuenta de las continuas desapariciones de la joven. ¿Era acaso una traidora? ¿Una espia? Con aquella simple sospecha la solucion era matarle, pero tal vez el seguirla llevaria a alguien a un trofeo mucho mayor.
Saverema- Lord del Sith
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Re: La Sangre que brota de alguien quien Odias. (libre)
Pronto entre los laberinticos pasillos de uno de los mausoleos de uno de los Señores de lo Oscuro, comenzo a sonar y a resonar la recitacion de oscuros preceptos y enseñanzas de los oscuros del pasado. Solo una voz se escucho en un principio, sin embargo con el pasar de tan solo unos instantes una mas y despues otras mas voces se sumaron al cantico ritual.
Era aquel tal vez un efecto producido por el eco en aquel oscuro paraje, pero las voces sonaban como si en efecto pertenecieran a mas de una persona, quizas Saverema no era la unica persona que se encontraba en aquel lugar y era todo un grupo sectario del Sith y su magia del lado oscuro que se encontraba junto a ella.
Las numerosas estatuas que habian en aquel lugar, guardianes decorativos quizas, sirvientes del que en el centro de aquel lugar se hallaba enterrado quizas, una persona normal e incluso un sith normal no podrian saberlo. El caso era que esas estatuas comenzaban a sacarse de si mismas el velo de la oscuridad que inundaba todo el resto de los lugares en aquel maligno lugar, podian verse claramente aun a pesar del hecho de que no emitian luz alguna. Como un mantra las palabras en una extraña y corrompida lengua resonaron por aquel templo y la voz de Izidor se confundio completamente entre las demas.
En el lugar perdido en donde se encontraba ella leia envuelta de tinieblas lo que en la pared estaba escrito, mientras su mano derecha de cuatro no muy grandes garras similares a dedos tocaba aquellas letras palpando la sabiduria del lado oscuro que habia en ellas.
Hablaba en un lenguaje desconocido para la mayoria de la gente e incluso para muchos Sith de la actualidad, sin embargo ella habia aprendido a entenderlo en el tiempo en que un aprendiz debia aprender supuestamente a pelear y a servir como un arma. No se sentia sola, ella era una aprendiz de un muy antiguo arte de miles de años de edad, y por tanto estaba acompañada tal vez por los espiritus de los viejos maestros y aprendices del arte, aunque tal vez por alguien mas.
Era aquel tal vez un efecto producido por el eco en aquel oscuro paraje, pero las voces sonaban como si en efecto pertenecieran a mas de una persona, quizas Saverema no era la unica persona que se encontraba en aquel lugar y era todo un grupo sectario del Sith y su magia del lado oscuro que se encontraba junto a ella.
Las numerosas estatuas que habian en aquel lugar, guardianes decorativos quizas, sirvientes del que en el centro de aquel lugar se hallaba enterrado quizas, una persona normal e incluso un sith normal no podrian saberlo. El caso era que esas estatuas comenzaban a sacarse de si mismas el velo de la oscuridad que inundaba todo el resto de los lugares en aquel maligno lugar, podian verse claramente aun a pesar del hecho de que no emitian luz alguna. Como un mantra las palabras en una extraña y corrompida lengua resonaron por aquel templo y la voz de Izidor se confundio completamente entre las demas.
En el lugar perdido en donde se encontraba ella leia envuelta de tinieblas lo que en la pared estaba escrito, mientras su mano derecha de cuatro no muy grandes garras similares a dedos tocaba aquellas letras palpando la sabiduria del lado oscuro que habia en ellas.
Hablaba en un lenguaje desconocido para la mayoria de la gente e incluso para muchos Sith de la actualidad, sin embargo ella habia aprendido a entenderlo en el tiempo en que un aprendiz debia aprender supuestamente a pelear y a servir como un arma. No se sentia sola, ella era una aprendiz de un muy antiguo arte de miles de años de edad, y por tanto estaba acompañada tal vez por los espiritus de los viejos maestros y aprendices del arte, aunque tal vez por alguien mas.
Saverema- Lord del Sith
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