Meditando VII: Movimientos sismicos [Tigre, Mith, Kahlan]
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Meditando VII: Movimientos sismicos [Tigre, Mith, Kahlan]
Al llegar al palacio de gobierno, en la entrada se encontraba el lider Ukata hablando con un joven...
- ¿Has descubierto algo Nadir? - le preguntaba Ukata a un joven, el cual tenia unos rasgos muy parecidos al jovenzuelo que Mohamed dejo atras hace años, cuando se marcho de vuelta a Dantooine.
Nadir le respondio a Ukata preocupado - He descubierto una fragata y una nave de transporte, pude intervenir las comunicaciones de esas naves y oi que hablaban de extraer y cargar algo lo más rápido posible y huir del planeta -
Mohamed se dirigio hacia el joven, y le pregunto - ¿Donde se encuentran esas naves?¿Las has podido ver?¿Tienes idea de donde se puede extraer algo? -
El joven respondio con asombro - Tu cara me es conocida... ¿Quien eres? - preguntaba Nadir. - ¿Mohamed?¿Eres tu? -. Antes de que Mohamed respondiese, Nadir le abrazo con fuerza, y le dijo - Gracias a La Fuerza, has vuelto, necesitaremos tu ayuda de nuevo -
Mohamed respondio con una sonrisa - Además esta vez no estoy solo, estos son Mithrandir y Kahlan, a Mai ya la conoces - cediendole posteriormente la palabra a sus amigos.
Última edición por tigresj el Miér Sep 16, 2009 7:43 pm, editado 1 vez
tigresj- Maestro Jedi
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Re: Meditando VII: Movimientos sismicos [Tigre, Mith, Kahlan]
Parece que es cierto que cuando dejas de buscar aquello que buscas acabas por encontrarte con él. En el caso de Mohamed y Mith, cuando ya habían desistido en seguir buscando al joven Nadir, pues asuntos más importantes habían surgido en su viaje, el joven amigo de Larbi apareció en el camino de aquellos jedis, y de la cazarrecompensas que ahora le acompañaba.
- Encantado, soy Mithrandir. - se presentó escuetamente el arkaniano, tras que Nadir y Mohamed se saludaran calurosamente. - Contad conmigo para todo lo que necesitéis. Debemos actuar en seguida, en mi opinión. - concluyó.
Después de que la cazarrecompensa se presentara, Mith se acercó a ella, apartándose un poco del resto. Kahlan había estado intentando contactar con su nave por el intercomunicador, pero parecía no funcionar bien. Mith notó la preocupación en el rostro de la joven y quiso ayudar. Recordó que Larbi era bastante diestro con los aparatos electrónicos, por lo que quizá podría ayudarle.
- Deberías dejar a Mohamed ese aparato para que le eche un vistazo. - le dijo afablemente, como si el altercado anterior no hubiese ocurrido. - Es muy habilidoso con la tecnología, quizá pueda comprobar si está roto y arreglarlo. - continuó Mith, acercándose a la joven y hablando en voz baja para que Larbi no le escuchara.
Mohamed hablaba con su viejo amigo y planeaban juntos que hacer mientras que Mith hablaba con Kahlan. Al joven padawan se le ocurrió algo y se acercó Nadir:
- ¿Pudiste identificar la nave? Sería bueno conocer de antemano a qué o a quién nos enfrentamos. - comentó el arkaniano, con tono serio.
- Encantado, soy Mithrandir. - se presentó escuetamente el arkaniano, tras que Nadir y Mohamed se saludaran calurosamente. - Contad conmigo para todo lo que necesitéis. Debemos actuar en seguida, en mi opinión. - concluyó.
Después de que la cazarrecompensa se presentara, Mith se acercó a ella, apartándose un poco del resto. Kahlan había estado intentando contactar con su nave por el intercomunicador, pero parecía no funcionar bien. Mith notó la preocupación en el rostro de la joven y quiso ayudar. Recordó que Larbi era bastante diestro con los aparatos electrónicos, por lo que quizá podría ayudarle.
- Deberías dejar a Mohamed ese aparato para que le eche un vistazo. - le dijo afablemente, como si el altercado anterior no hubiese ocurrido. - Es muy habilidoso con la tecnología, quizá pueda comprobar si está roto y arreglarlo. - continuó Mith, acercándose a la joven y hablando en voz baja para que Larbi no le escuchara.
Mohamed hablaba con su viejo amigo y planeaban juntos que hacer mientras que Mith hablaba con Kahlan. Al joven padawan se le ocurrió algo y se acercó Nadir:
- ¿Pudiste identificar la nave? Sería bueno conocer de antemano a qué o a quién nos enfrentamos. - comentó el arkaniano, con tono serio.
Mithrandir- Caballero Jedi
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Re: Meditando VII: Movimientos sismicos [Tigre, Mith, Kahlan]
La tropa llegó al palacio de gobierno del planeta. La cazarrecompensas iba con la capucha puesta para que no se la reconociera, puesto que normalmente no están muy bien vistos en las cercanias de los palacios. Mientras se presentaban ellos, ella seguía intentando contactar con Jin, pero no había manera de localizarle.
Mith le comentó a Kahlan que debería dejar el aparato a Mohamed para que le echara un vistazo, ya que era habilidoso con la tecnología. Kahlan rió y le dijo a Mith:
- ¿Qué? Ni de coña... no voy a decir que si me puede reparar esto... sería como admitir mi derrota en la pelea... y todos sabemos que ha acabado en tablas - sonrió, y guardó el aparato para que no se la notara nada - Además, seguro que está bien, ligando con alguna Twi'lek o algo mientras yo no estoy - Ella sabía que no, porque la última vez que vió a Jin con una chica fue en la academia, y no duró más de dos semanas.
Kahlan escuchó lo que había dicho el amigo de Mohamed, y dió su opinión acerca del asunto:
- Tiene toda la pinta de que pueden ser cazarrecompensas. Nadie en su sano juicio haría esa operación gratis, y huiría a la primera de cambio. - Al menos, ella lo haría... - Mi nave está en el Monte Hacho... un grupo podría ir allí y estar en el espacio a la espera de lo que hagan esas dos naves... el otro, podría pillarlos in fraganti extrayendo lo que hayan venido a extraer... - Miró a Mith después y dijo - Y estoy de acuerdo con Mith, cuando antes se haga todo, más oportunidades tenemos de tener éxito...
Mith le comentó a Kahlan que debería dejar el aparato a Mohamed para que le echara un vistazo, ya que era habilidoso con la tecnología. Kahlan rió y le dijo a Mith:
- ¿Qué? Ni de coña... no voy a decir que si me puede reparar esto... sería como admitir mi derrota en la pelea... y todos sabemos que ha acabado en tablas - sonrió, y guardó el aparato para que no se la notara nada - Además, seguro que está bien, ligando con alguna Twi'lek o algo mientras yo no estoy - Ella sabía que no, porque la última vez que vió a Jin con una chica fue en la academia, y no duró más de dos semanas.
Kahlan escuchó lo que había dicho el amigo de Mohamed, y dió su opinión acerca del asunto:
- Tiene toda la pinta de que pueden ser cazarrecompensas. Nadie en su sano juicio haría esa operación gratis, y huiría a la primera de cambio. - Al menos, ella lo haría... - Mi nave está en el Monte Hacho... un grupo podría ir allí y estar en el espacio a la espera de lo que hagan esas dos naves... el otro, podría pillarlos in fraganti extrayendo lo que hayan venido a extraer... - Miró a Mith después y dijo - Y estoy de acuerdo con Mith, cuando antes se haga todo, más oportunidades tenemos de tener éxito...
Kahlan- Cazarrecompensas
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Re: Meditando VII: Movimientos sismicos [Tigre, Mith, Kahlan]
Mohamed sonrio a Kahlan y le dijo - En el momento que decidiste venir con nosotros admitiste tu derrota, ahora formas parte de nosotros -
- Respecto a tu amigo, no le conozco para nada, pero algo raro esta sucediendo por aqui y hay que averiguar que es lo que esta pasando - respondio Mohamed.
Mohamed continuo respondiendo a las palabras de Kahlan, mientras Nadir se limitaba a mirar con admiración a Mohamed, este hablaba - Puede que sean cazarrecompensas, por eso mismo, porque tenemos de nuestro lado a uno de los cazarrecompensas, es decir, a ti, no podemos seguir tu premisa, ya que esa regla a la que refieres, es como un divide y venceras, y evidentemente juntos somos más poderosos y podemos afrontar las situaciones, si tenemos que movernos de alguna manera, lo haremos, pero siempre juntos -
Fue entonces cuando Mohamed miro al gobernador Ukata y le dijo - El grupo de operaciones especiales de Ukata podria encargarse de esa tarea -
Ukata respondio entoncés - Así es Mohamed, no dudes de que cumpliré con mi responsabilidad y llegaré hasta el fondo de este asunto -. A lo que Mohamed respondio sonriente - No lo dudo Ukata, en el pasado demostraste tu valia, pero hay momentos en los que nos equivocamos y debemois enmendar nuestros errores -. Ukata asintio y dijo - Tienes razón, por eso Mission y compañia se encargarán de investigar en el monte hacho, mientras vosotros os encargareis, hay sospechas de que cerca de la Droideka Corp hay una excavación ilegal -
Mohamed se dirigio entonces al grupo y les dijo - Nuestro proximo destino será la droideka corp, pero antes Kahlan nos guiara hasta la posición de su nave, tanto al grupo de Mission, como a nosotros, cuantos menos secretos tengamos entre nosotros mejor nos compenetraremos -
tigresj- Maestro Jedi
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Re: Meditando VII: Movimientos sismicos [Tigre, Mith, Kahlan]
Parece que Kahlan prefería estar incomunicada que dar su brazo a torcer pidiendo ayuda a un Jedi. Mith respondió a su testarudez con una leve sonrisa. Larbi intervino con seriedad, desechando la idea de la cazarrecompensas de dividirse en dos grupos para atajar el problema cuanto antes.
Mithrandir compartía la opinión de Kahlan, aunque su maestro podía tener razón. Al fin y al cabo no sabían a los que se enfrentarían. Además, no iba a contradecir a Mohamed en público. El respeto y la admiración por los conocimientos de su Maestro superaban de largo a la confiaza de su propia, aunque inexperta, opinión.
A continuación, Mohamed encargó al gobernador Ukata que usara el grupo de operaciones especiales para investigar el Monte Hacho mientras que ellos irían a por la nave de Kahlan y más tarde de vuelta a Droideka Corps, donde existían sospechas, según las fuentes de Ukata, de que existiese allí una extracción ilegal. Podría tratarse de la excavación que buscaban.
Mith sintió en lo más profundo de su ser un ligero nerviosismo, fruto de su corta experiencia en combate y de la inminente llegada de una afrenta. Pronto desechó tales sentimientos, concentrándose para prepararse y ayudar en todo lo posible. Volver a decepcionar al Consejo no entraba en sus planes.
- Kahlan. Tendrás que guiarnos hacia tu nave cuanto antes. - se detuvo un segundo por un nuevo seísmo, esta vez algo más leve aunque más prolongado, en cambio. - Las sacudidas son cada vez mayores, debemos darnos prisa antes de que la tierra se trague tu nave. - acabó por decir con aplomo.
La verdad es que, y Mith era consciente de ello, si los terremotos aumentaban hasta el grado de que la nave de Kahlan sucumbiera bajo la superficie, lo menos preocupante sería dicho vehículo, porque sus vidas correrían grave peligro. Aun así la nave sería clave, ya que, a parte de otorgar un suelo estable para aquellos aventureros, podrían vislumbrar más fácilmente el foco de aquellos temblores.
Mithrandir compartía la opinión de Kahlan, aunque su maestro podía tener razón. Al fin y al cabo no sabían a los que se enfrentarían. Además, no iba a contradecir a Mohamed en público. El respeto y la admiración por los conocimientos de su Maestro superaban de largo a la confiaza de su propia, aunque inexperta, opinión.
A continuación, Mohamed encargó al gobernador Ukata que usara el grupo de operaciones especiales para investigar el Monte Hacho mientras que ellos irían a por la nave de Kahlan y más tarde de vuelta a Droideka Corps, donde existían sospechas, según las fuentes de Ukata, de que existiese allí una extracción ilegal. Podría tratarse de la excavación que buscaban.
Mith sintió en lo más profundo de su ser un ligero nerviosismo, fruto de su corta experiencia en combate y de la inminente llegada de una afrenta. Pronto desechó tales sentimientos, concentrándose para prepararse y ayudar en todo lo posible. Volver a decepcionar al Consejo no entraba en sus planes.
- Kahlan. Tendrás que guiarnos hacia tu nave cuanto antes. - se detuvo un segundo por un nuevo seísmo, esta vez algo más leve aunque más prolongado, en cambio. - Las sacudidas son cada vez mayores, debemos darnos prisa antes de que la tierra se trague tu nave. - acabó por decir con aplomo.
La verdad es que, y Mith era consciente de ello, si los terremotos aumentaban hasta el grado de que la nave de Kahlan sucumbiera bajo la superficie, lo menos preocupante sería dicho vehículo, porque sus vidas correrían grave peligro. Aun así la nave sería clave, ya que, a parte de otorgar un suelo estable para aquellos aventureros, podrían vislumbrar más fácilmente el foco de aquellos temblores.
Mithrandir- Caballero Jedi
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Re: Meditando VII: Movimientos sismicos [Tigre, Mith, Kahlan]
Kahlan sonrió ante el comentario de Mohamed, y añadió otro:
- Muy gracioso...
Después echó por tierra la estrategia de la cazarrecompensas debido a que juntos eran mas poderosos. La idea no le gustó, puesto que separados podrían cubrir más terreno, y podrían atacar varios flancos, pero como nadie dijo nada se calló y continuó escuchando. Después, Mohamed dijo que querían que les guiara hacia mi nave:
- Vale, pero se me ha olvidado comprar aperitivos, así que tendréis que estar sin comer panchitos dentro de ella - sonrió, y siguió hablando - Eso sí, la nave la piloto yo... por mucho jedi que seais y esas cosas... mi nave no se la dejo nunca a nadie, salvo que vaya drogada, borracha o algo parecido, que en todo caso se la dejo a Jin- volvió a sonreír.
Cogió sus cosas y empezó a andar a paso ligero, ante el comentario de Mith:
- Tienes razón Mith ¡Vamos soldados! ¡ Hay que llevar buen ritmo! ¿Es que sois unas nenitas? Hop Hop - la cazarrecompensas esperaba que al menos los jedis aguantaran el ritmo, ya que tenía prisa para ver si le había pasado algo a Jin.
Al llegar a la nave, por fuera parecía que no había pasado nada, pero por dentro parecía que había pasado un tornado. Sacó el arma por si había alguien aún, mientras gritaba:
- ¡Jin! ¡Jin! - Kahlan no oía nada. Fué hacia la sala de estar y vió que estaba tirado en el sofá, sangrando y casi moribundo - ¡No! - Se dirigió hacia su amigo, y empezó a sacar el botiquín para curarle - Tenemos que llevarle hacia la enfermería, ¡ayudarme!
Miró a los jedis, y les dijo:
- Vosotros podéis curarle con esa cosa de la fuerza. Hacedlo, no os quedéis ahi parados poniendole vendas. Mohamed, ven conmigo a la cabina, necesito que me guíes hacia la droideka. Juro que lo pagarán caro... - Miró a su droide y le dijo - R4, tráeles todo lo que necesiten.
Kahlan se dirigió hacia la cabina para preparar la nave y hacer un diagnóstico de sistemas. Parecía que los motores estaban bien, pero el dispositivo de velocidad luz tenía una avería:
- Mierda... si saltan a la velocidad de la luz, no vamos a poder seguirles... habrá que evitar eso...
Kahlan ascendió, y miró a Mohamed:
- Bien, tú dirás - esperando a que le diera coordenadas para ir a la droideka.
- Muy gracioso...
Después echó por tierra la estrategia de la cazarrecompensas debido a que juntos eran mas poderosos. La idea no le gustó, puesto que separados podrían cubrir más terreno, y podrían atacar varios flancos, pero como nadie dijo nada se calló y continuó escuchando. Después, Mohamed dijo que querían que les guiara hacia mi nave:
- Vale, pero se me ha olvidado comprar aperitivos, así que tendréis que estar sin comer panchitos dentro de ella - sonrió, y siguió hablando - Eso sí, la nave la piloto yo... por mucho jedi que seais y esas cosas... mi nave no se la dejo nunca a nadie, salvo que vaya drogada, borracha o algo parecido, que en todo caso se la dejo a Jin- volvió a sonreír.
Cogió sus cosas y empezó a andar a paso ligero, ante el comentario de Mith:
- Tienes razón Mith ¡Vamos soldados! ¡ Hay que llevar buen ritmo! ¿Es que sois unas nenitas? Hop Hop - la cazarrecompensas esperaba que al menos los jedis aguantaran el ritmo, ya que tenía prisa para ver si le había pasado algo a Jin.
Al llegar a la nave, por fuera parecía que no había pasado nada, pero por dentro parecía que había pasado un tornado. Sacó el arma por si había alguien aún, mientras gritaba:
- ¡Jin! ¡Jin! - Kahlan no oía nada. Fué hacia la sala de estar y vió que estaba tirado en el sofá, sangrando y casi moribundo - ¡No! - Se dirigió hacia su amigo, y empezó a sacar el botiquín para curarle - Tenemos que llevarle hacia la enfermería, ¡ayudarme!
Miró a los jedis, y les dijo:
- Vosotros podéis curarle con esa cosa de la fuerza. Hacedlo, no os quedéis ahi parados poniendole vendas. Mohamed, ven conmigo a la cabina, necesito que me guíes hacia la droideka. Juro que lo pagarán caro... - Miró a su droide y le dijo - R4, tráeles todo lo que necesiten.
Kahlan se dirigió hacia la cabina para preparar la nave y hacer un diagnóstico de sistemas. Parecía que los motores estaban bien, pero el dispositivo de velocidad luz tenía una avería:
- Mierda... si saltan a la velocidad de la luz, no vamos a poder seguirles... habrá que evitar eso...
Kahlan ascendió, y miró a Mohamed:
- Bien, tú dirás - esperando a que le diera coordenadas para ir a la droideka.
Kahlan- Cazarrecompensas
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Re: Meditando VII: Movimientos sismicos [Tigre, Mith, Kahlan]
[Zona de excavación - Perímetro opuesto de extracción de la Droideka Corp - Llegada de la nave de transporte]
— ¡Preparen a cargar! —
Uno tras otro decenas de droides acatan la orden del Quarren ante la presencia de la nave de transporte, finalmente esta había llegado. Su falso exterior de nave de provisiones fue el disfraz perfecto, al menos para la llegada al planeta.
El lento paso de su colosal figura metálica se abre camino entre las nubes, descendiendo bajo el rugido de sus motores y la estela de polvo que comienza a levantar en tierra.
Su estructura de metal cruje, la presión se libera de sus sellos y los soportes buscan el suelo afirmándose a este pesadamente. La bestia alada había aterrizado y sus compuertas no tardaban en abrirse, una a una, dejando sus zonas de carga libre y a un centenar de humanoides que se suman a la ilícita labor de carga.
— ¡Dejen la maquinaria de perforación, carguen todo lo que puedan! —
— Entendido. —
Los almacenes estaban atiborrados de contenedores llenos de aquel valioso mineral. Unos tras otros los contenedores eran retirados con cuidado por mecánicas y precisas manos las cuales los ubicaban y acomodaban en plataformas de transporte, centenares de ellas colocadas en fila una al lado de la otra, que partían de inmediato hacia los hangares de la nave de carga y volvían a repetir el ciclo.
— ¿Cuánto tiempo tardarán? —
— 45 minutos a la actual velocidad de carga. —
— Bien, avisa a los mercenarios, que hagan su distracción tan pronto finalicemos y prepara la explosión de las vetas para 2 minutos después, estarán demasiado ocupados cuando salgamos. —
— Los sectores del A al E ya han sido cargados con explosivos. —
[Centro de la ciudad - Vigilancia de la fragata]
Silenciosa, imperceptible a la vista, la fragata de combate yace sobrevolando la ciudad oculta tras su potente camuflaje. Inerte, suspendida en el aire estudiando y analizando los puntos más transitados y concurridos de una ciudad que desconoce su presencia por la preocupación sobre los cada vez más continuos e intensos temblores.
Una señal de comunicación llega a tal invisible crucero, proveniente de la zona de extracciones, evidentemente en clave por si fuese interceptada por algún sistema de defensa.
El mensaje puso sobre aviso a la fragata, reiniciando su lento traslado sobre la ciudad en busca de tres puestos de ofensiva.
— ¡Preparen a cargar! —
Uno tras otro decenas de droides acatan la orden del Quarren ante la presencia de la nave de transporte, finalmente esta había llegado. Su falso exterior de nave de provisiones fue el disfraz perfecto, al menos para la llegada al planeta.
El lento paso de su colosal figura metálica se abre camino entre las nubes, descendiendo bajo el rugido de sus motores y la estela de polvo que comienza a levantar en tierra.
Su estructura de metal cruje, la presión se libera de sus sellos y los soportes buscan el suelo afirmándose a este pesadamente. La bestia alada había aterrizado y sus compuertas no tardaban en abrirse, una a una, dejando sus zonas de carga libre y a un centenar de humanoides que se suman a la ilícita labor de carga.
— ¡Dejen la maquinaria de perforación, carguen todo lo que puedan! —
— Entendido. —
Los almacenes estaban atiborrados de contenedores llenos de aquel valioso mineral. Unos tras otros los contenedores eran retirados con cuidado por mecánicas y precisas manos las cuales los ubicaban y acomodaban en plataformas de transporte, centenares de ellas colocadas en fila una al lado de la otra, que partían de inmediato hacia los hangares de la nave de carga y volvían a repetir el ciclo.
— ¿Cuánto tiempo tardarán? —
— 45 minutos a la actual velocidad de carga. —
— Bien, avisa a los mercenarios, que hagan su distracción tan pronto finalicemos y prepara la explosión de las vetas para 2 minutos después, estarán demasiado ocupados cuando salgamos. —
— Los sectores del A al E ya han sido cargados con explosivos. —
[Centro de la ciudad - Vigilancia de la fragata]
Silenciosa, imperceptible a la vista, la fragata de combate yace sobrevolando la ciudad oculta tras su potente camuflaje. Inerte, suspendida en el aire estudiando y analizando los puntos más transitados y concurridos de una ciudad que desconoce su presencia por la preocupación sobre los cada vez más continuos e intensos temblores.
Una señal de comunicación llega a tal invisible crucero, proveniente de la zona de extracciones, evidentemente en clave por si fuese interceptada por algún sistema de defensa.
“Una menos cuarto, luces en el cielo… dos para el final…”
El mensaje puso sobre aviso a la fragata, reiniciando su lento traslado sobre la ciudad en busca de tres puestos de ofensiva.
La Fuerza- Narrador/GM
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Re: Meditando VII: Movimientos sismicos [Tigre, Mith, Kahlan]
Mohamed le respondio a Kahlan sonriente - No hay problema, con la ayuda de R4, yo puedo encargarme de reparar la nave más tarde, ahora mismo no necesitamos velocidad de la luz, más bien, una velocidad de exploración, así que aqui tienes las coordenadas, 35 grados norte, 52 grados este y todo recto - dijo Mohamed serio.
Kahlan siguio las instrucciones de Mohamed, y pusieron rumbo hacia la Droideka Corp, al llegar a las cercanias de la Droideka Corp, pudieron avistar decenas de droides, que al parecer acataban las ordenes de un Quarren, así que Mohamed hablo con Kahlan - Creo que hemos dado con el problema, debemos avisar a los demás, tenemos que encargarnos del problema - le comento serio a Kahlan.
Mohamed, dejo entonces a Kahlan en la nave de mando y se dirigio en busca de Mithrandir para avisarle, tanto a el como a los compañeros, de que su proximo objetivo era detener al Quarren y sus secuaces, y averiguar que era lo que estaban tramando.
- Adelante Mith, tu te encargaras de la exploración, Mai se quedará en la nave y se encargara de cuidar a Jin, avisa a Kahlan, haber que puede hacer para ayudarnos, ella conoce mejor que nosotros el modus operandis de los de su clase - dijo Mohamed con decisión.
Antes de marcharse de la sala, se dio la vuelta, y vió que Jin tan solo estaba vendado, por lo que utilizo su poder curativo, y le restauro las heridas, una vez realizado esto, esta vez si se marcho de la sala diciendo - Mai, hazte cargo de su cuidado, Mith, Kahlan y yo, nos encargaremos de lo demás -
tigresj- Maestro Jedi
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Re: Meditando VII: Movimientos sismicos [Tigre, Mith, Kahlan]
El grupo de improvisados aventureros llegó pronto a la nave de Kahlan, pues la urgencia de las situación los había llevado a acelerar al máximo sus pasos. Al llegar allí la escena era desoladora. El compañero de Kahlan, Jin, estaba severamente herido en el suelo y la nave, tras un primer diagnóstico de la cazarrecompensas, parecía ser incapaz de saltar al hiperespacio en aquellos instantes. Ese nuevo contratiempo aceleró más los ánimos de los tripulantes de la nave, ya que debían interceptar a los responsables de aquellas excavaciones antes de que saltaran al hiperespacio o los perderían para siempre de vista.
Mohamed indicó a Kahlan el rumbo a tomar mientras Mai le aplicaba los primeros auxilios a al maltrecho Jin, con la ayuda del joven padawan Mithrandir. Tras vendar al copiloto, Mith poco más podía hacer allí, por lo que se propuso volver junto con Kahlan y su Maestro. Antes de que le diera tiempo a dejar aquella sala, Mohamed hizo acto de presencia, indicándoles al Padawan y a Mai que había avistado una partida de droides cerca de Droideka Corp. Tras usar la Fueza para sanar las heridas más graves de Jin, Mohamed y Mith dejaron al cargo de Mai al copiloto y regresaron junto a Kahlan para pedirle "consejo profesional". Antes de que nadie hablara, el padawan intervino:
- Creo que lo más sensato sería seguir a esos droides. - propuso con entusiasmo. - Nos llevarán casi con toda seguridad junto a su amo, el problema es que sea demasiado tarde. - acabó por decir, algo más serio y desesperanzado.
De repente los temblores parecieron cesar, pues los árboles cesaron sus bruscos movimientos y aquel ruido se calmó. Todo parecía indicar que la maquinaria que usaban para perforar había dejado de funcionar, según pudo deducir rápidamente Mith:
- ¡Maldita sea! - se lamentó el arkaniano. - Parece que nos quedan menos tiempo aun, han dejado de perforar. - Mith volvió a mirar los droides, buscando con rapidez alguna idea que no tardó en llegar: - Creo que nuestra mejor opción sería volar a toda velocidad hacia allí donde los droides se dirigen, hacia el norte. Parece ser el lado opuesto a la excavación de Droideka Corp. - concluyó, analizando la situación sobre la marcha, ahora que tenía una vista más panorámica del lugar.
Mith estaba algo tenso por aquella situación. O al menos eso parecía al ver la aparente tranquilidad de sus dos compañeros. Respiró hondo, recordando las enseñanzas del Código Jedi para lograr concentrarse. "No existe pasión, sino serenidad". Mith se calmó al instante y la Fuerza inquirió más intensamente en él. Sintió por un momento una sensación que no podría venir de otro lugar que del norte, tal y como su su razón le había guiado. Ahora la Fuerza corroboraba sus presentimientos lógicos.
- Estoy seguro ahora, Maestro. - dijo nuevamente el padawan a medida que abría los ojos. - Esas excavaciones deben estar dañando seriamente el planeta, pues incluso el poder de la Fuerza ha sido perturbado. Debemos dirigirnos al Norte cuanto antes. - concluyó con seriedad y aplomo en sus palabras, señalando la dirección con su mano derecha extendida.
Mohamed indicó a Kahlan el rumbo a tomar mientras Mai le aplicaba los primeros auxilios a al maltrecho Jin, con la ayuda del joven padawan Mithrandir. Tras vendar al copiloto, Mith poco más podía hacer allí, por lo que se propuso volver junto con Kahlan y su Maestro. Antes de que le diera tiempo a dejar aquella sala, Mohamed hizo acto de presencia, indicándoles al Padawan y a Mai que había avistado una partida de droides cerca de Droideka Corp. Tras usar la Fueza para sanar las heridas más graves de Jin, Mohamed y Mith dejaron al cargo de Mai al copiloto y regresaron junto a Kahlan para pedirle "consejo profesional". Antes de que nadie hablara, el padawan intervino:
- Creo que lo más sensato sería seguir a esos droides. - propuso con entusiasmo. - Nos llevarán casi con toda seguridad junto a su amo, el problema es que sea demasiado tarde. - acabó por decir, algo más serio y desesperanzado.
De repente los temblores parecieron cesar, pues los árboles cesaron sus bruscos movimientos y aquel ruido se calmó. Todo parecía indicar que la maquinaria que usaban para perforar había dejado de funcionar, según pudo deducir rápidamente Mith:
- ¡Maldita sea! - se lamentó el arkaniano. - Parece que nos quedan menos tiempo aun, han dejado de perforar. - Mith volvió a mirar los droides, buscando con rapidez alguna idea que no tardó en llegar: - Creo que nuestra mejor opción sería volar a toda velocidad hacia allí donde los droides se dirigen, hacia el norte. Parece ser el lado opuesto a la excavación de Droideka Corp. - concluyó, analizando la situación sobre la marcha, ahora que tenía una vista más panorámica del lugar.
Mith estaba algo tenso por aquella situación. O al menos eso parecía al ver la aparente tranquilidad de sus dos compañeros. Respiró hondo, recordando las enseñanzas del Código Jedi para lograr concentrarse. "No existe pasión, sino serenidad". Mith se calmó al instante y la Fuerza inquirió más intensamente en él. Sintió por un momento una sensación que no podría venir de otro lugar que del norte, tal y como su su razón le había guiado. Ahora la Fuerza corroboraba sus presentimientos lógicos.
- Estoy seguro ahora, Maestro. - dijo nuevamente el padawan a medida que abría los ojos. - Esas excavaciones deben estar dañando seriamente el planeta, pues incluso el poder de la Fuerza ha sido perturbado. Debemos dirigirnos al Norte cuanto antes. - concluyó con seriedad y aplomo en sus palabras, señalando la dirección con su mano derecha extendida.
Mithrandir- Caballero Jedi
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Re: Meditando VII: Movimientos sismicos [Tigre, Mith, Kahlan]
Kahlan hizo caso a las indicaciones que Mohamed le estaba dando. Mohamed dijo que creía haber dado con el problema. Dijo:
- Odio a los droides... malditas chatarras...
Mientras ella seguía sobrevolando la zona para que nadie sospechara nada, Mohamed se levantó y se fué hacia otro lado. Mientras Kahlan seguía manejando la nave, pero sin dejar de pensar en lo que le haría a esa gente una vez descendieran. Definió una ruta para que siguiera navegando la nave en automático, y se unió al grupo de los demás.
Oyó como Mith proponía bajar y seguir a los droides para intentar no llamar la atención. Asintió y dió la razón a Mith:
- Yo creo que no debemos retrasarnos. Con mi historial de delitos podremos colarnos perfectamente entre los robots, ya que verán que soy una cazarrecompensas. - dijo sonriendo - La fiesta empezará cuando nos encontremos a alguien que sepa mirar más allá que un microchip...
Kahlan empezó a coger armas para bajar allí. Cogió toda la artillería, y tiró dos pistolas hacia los jedis diciendoles:
- Tomad, debéis esconder vuestros sables láser. Si os ven con uno de ellos, sabrán que no sois cazarrecompensas, y se eliminará el factor sorpresa. Dejémos de hablar, y vayamos a por los que han hecho esto... no podemos dejar que se escapen así como así.
Antes de salir, Kahlan se fué hacia Jin y se puso delante suya. Le dijo:
- Jin... encontraré al que te ha hecho esto... no tengas ninguna duda... y pagará con creces lo que te ha hecho...
Kahlan pretendía secuestrar al autor, y torturarle hasta que pidiera clemencia... sólo que se pensaría mucho si ofrecersela...
Perdón por la tardanza... podéis adelantar si quereis e ir detrás de los droides... no se si Mohamed va a hacer caso a Mith, o va a hacer otra cosa, por eso no he querido avanzar...
- Odio a los droides... malditas chatarras...
Mientras ella seguía sobrevolando la zona para que nadie sospechara nada, Mohamed se levantó y se fué hacia otro lado. Mientras Kahlan seguía manejando la nave, pero sin dejar de pensar en lo que le haría a esa gente una vez descendieran. Definió una ruta para que siguiera navegando la nave en automático, y se unió al grupo de los demás.
Oyó como Mith proponía bajar y seguir a los droides para intentar no llamar la atención. Asintió y dió la razón a Mith:
- Yo creo que no debemos retrasarnos. Con mi historial de delitos podremos colarnos perfectamente entre los robots, ya que verán que soy una cazarrecompensas. - dijo sonriendo - La fiesta empezará cuando nos encontremos a alguien que sepa mirar más allá que un microchip...
Kahlan empezó a coger armas para bajar allí. Cogió toda la artillería, y tiró dos pistolas hacia los jedis diciendoles:
- Tomad, debéis esconder vuestros sables láser. Si os ven con uno de ellos, sabrán que no sois cazarrecompensas, y se eliminará el factor sorpresa. Dejémos de hablar, y vayamos a por los que han hecho esto... no podemos dejar que se escapen así como así.
Antes de salir, Kahlan se fué hacia Jin y se puso delante suya. Le dijo:
- Jin... encontraré al que te ha hecho esto... no tengas ninguna duda... y pagará con creces lo que te ha hecho...
Kahlan pretendía secuestrar al autor, y torturarle hasta que pidiera clemencia... sólo que se pensaría mucho si ofrecersela...
Perdón por la tardanza... podéis adelantar si quereis e ir detrás de los droides... no se si Mohamed va a hacer caso a Mith, o va a hacer otra cosa, por eso no he querido avanzar...
Kahlan- Cazarrecompensas
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Re: Meditando VII: Movimientos sismicos [Tigre, Mith, Kahlan]
Mohamed escucho atentamente a Kahlan y asintio - Asi es, como bien dices, no tenemos tiempo que perder -. Suspiro y añadió - Efectivamente, con tu historial de delitos, podremos atacar por sorpresa -
Tras decir esto, Kahlan les lanzo un par de pistolas a Mithrandir y Mohamed, este ultimo las recogio y se la dio a su compañero - Esta vez tiene razón Kahlan, Mithrandir, al igual que tu, así uqe vamos alla, es momento de acción - grito Mohamed.
Mohamed se sobrecogio con la imagen de Kahlan y Jin, parecia que lo queria muchisimo, después de todo parecia que tenia corazón, así que la animo diciendole - No te preocupes Kahlan, los que le hicieron esto a tu amigo pagaran por sus errores -
Tras esto, Mohamed sorprendentemente se dirigió a Kahlan amistosamente y le dijo - Estas al mando Kahlan, siendo cazarrecompensas, sabras actuar mejor que nosotros frente a ellos, pero templa tus nervios por favor, debes controlar tus sentimientos -.
A partir de ahora el orden será... Primero Kahlan, luego Mohamed, luego Mith, debido a que Mith va a estar algo ausente debido a los examenes...
tigresj- Maestro Jedi
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Re: Meditando VII: Movimientos sismicos [Tigre, Mith, Kahlan]
A pesar de que el joven Padawan había tenido una fuerte experiencia, sintiendo aquella perturbación en la Fuerza, sus dos compañeros parecieron obviar ese detalle. A Mith se le había iluminado la cara al tener ese contacto con la Fuerza, tan impropia de un Padawan, pero volvió a ponerse serio al ver que aquello no enorgulleció a su Maestro. Aun así quisieron seguir su idea racional, en detrimento de su idea fundada en la Fuerza, por lo que seguía orgulloso por ello.
El plan de Kahlan parecía sencillo pero efectivo. Aprovechando su fama como cazarrecompensa, se dejarían ver, volando directamente entre los droides hacia donde Mith indicó. Una vez más los dos Jedis deberían fingir que no los son, por el éxito de la misión. El arkaniano comenzaba a acostumbrarse, además de que tal y como iban vestidos, sin sus ropajes jedis, no les sería muy complicado. Sólo tenían que ocultar sus sables. Mith, tras agarrar el arma que la cazarrecompensas le lanzó, sacó su sable del cinto y lo escondió entre sus ropajes, en un bolsillo interno de sus anchos pantalones arkanianos. Ahí podría permanecer fuera de la vista de la mayoría, a la vez de estar a mano por si hiciera falta. El padawan miró el arma con recelo. No sabía usarla demasiado, ni pensaba hacerlo.
Tras colgarse el bláster del cinto, los tres aventureros se dispusieron a dejar la nave para seguir el rastro de los robots. Kahlan le dedicó unas palabras a su compañero Jin, bastante emotivas teniendo en cuenta de quien venían, ya que hasta entonces no había dejado aflorar ningún sentimiento parecido. Mithrandir le dedicó una sonrisa, sin saber muy bien que decir, al pasar por el lado del maltrecho copiloto. Antes de salir pudo escuchar como Larbi le cedía el mando a Kahlan, ya que su experiencia en aquellos ambientes les favorecería a todos.
- Vayámonos, no hay tiempo que perder, sobre todo si vamos a pie. ¿O tienes algún aerodeslizador en la nave, Kahlan? - preguntó, esperando para salir.
Mientras esperaba su respuesta, Mith se preparó para abandonar la nave. Palpó a través de sus ropajes el sable. Le daba confianza ante el peligro y ahora la necesitaba. Respiró hondo y se concentró. No quería defraudar a nadie.
El plan de Kahlan parecía sencillo pero efectivo. Aprovechando su fama como cazarrecompensa, se dejarían ver, volando directamente entre los droides hacia donde Mith indicó. Una vez más los dos Jedis deberían fingir que no los son, por el éxito de la misión. El arkaniano comenzaba a acostumbrarse, además de que tal y como iban vestidos, sin sus ropajes jedis, no les sería muy complicado. Sólo tenían que ocultar sus sables. Mith, tras agarrar el arma que la cazarrecompensas le lanzó, sacó su sable del cinto y lo escondió entre sus ropajes, en un bolsillo interno de sus anchos pantalones arkanianos. Ahí podría permanecer fuera de la vista de la mayoría, a la vez de estar a mano por si hiciera falta. El padawan miró el arma con recelo. No sabía usarla demasiado, ni pensaba hacerlo.
Tras colgarse el bláster del cinto, los tres aventureros se dispusieron a dejar la nave para seguir el rastro de los robots. Kahlan le dedicó unas palabras a su compañero Jin, bastante emotivas teniendo en cuenta de quien venían, ya que hasta entonces no había dejado aflorar ningún sentimiento parecido. Mithrandir le dedicó una sonrisa, sin saber muy bien que decir, al pasar por el lado del maltrecho copiloto. Antes de salir pudo escuchar como Larbi le cedía el mando a Kahlan, ya que su experiencia en aquellos ambientes les favorecería a todos.
- Vayámonos, no hay tiempo que perder, sobre todo si vamos a pie. ¿O tienes algún aerodeslizador en la nave, Kahlan? - preguntó, esperando para salir.
Mientras esperaba su respuesta, Mith se preparó para abandonar la nave. Palpó a través de sus ropajes el sable. Le daba confianza ante el peligro y ahora la necesitaba. Respiró hondo y se concentró. No quería defraudar a nadie.
Mithrandir- Caballero Jedi
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Re: Meditando VII: Movimientos sismicos [Tigre, Mith, Kahlan]
Todos estaban preparados para salir, pero Kahlan se paró para decirle unas palabras, y todos se quedaron mirando. Mohamed dijo que lo pagarían, y Kahlan asintió:
- Ya lo creo que lo pagarán... - dijo mientras se ponía la capucha para salir. Después, la dió el mando y la dijo que templara sus nervios. Le miró con cara enfadada y le dijo:
- Yo no te digo como ser un jedi, así que esto lo haré a mi manera. Además, el lado oscuro y luminoso no existe para mi... - dijo mientras abría la compuerta de la nave para bajar. Mith preguntó si tenía un aerodeslizador en la nave, y Kahlan se rió - Si, claro... no seas vago y anda... además, con un aerodeslizador atraeríamos todas las miradas. Si vamos a pie, podemos mezclarnos con los droides...
Llegaron hasta el droide que controlaba el acceso a la plataforma, y Kay habló con él:
- Ey... vengo a proteger la plataforma... me acaban de contratar para evitar que alguno entre sin permiso - sacó una identificación y se la dió - toma, estos dos son mercenarios contratados... no son muy habladores, pero parecen buenos, porque las ropas que llevan son de jedis muertos...
Comprobó la ficha de la cazarrecompensas, y el robot les dejó paso añadiendo:
- Vaya... has tenido que costar mucho... adelante... - pasó hasta adentro y vió al que manejaba los droides. Miró a Mohamed y Mith y les dijo - Bueno... hasta aquí la infiltración... ahora no creo que vaya a colar lo de que me han contratado...
Se acercó hacia el controlador, y le dijo:
- Ey... vengo por lo de la oferta de los cazarrecompensas...
- Plazo cerrado, largo de aquí...
- No, pero me dijeron...
- Largo
- Pero...
- ¡Largo!
Kahlan vió que ya no había forma de que la hiciera caso, y decidió pasar a la acción. Cogió del cuello al controlador, y le preguntó acerca de sus dos misiones:
- Vale, me he cansado. Ahora vas a decirle a estos chicos como parar esto, y a mi el que ha atacado mi nave... - por el fondo se oían tropas... el controlador había dado la alarma en el momento en el que vió la cazarrecompensas, y ahora no paraba de reírse en su cara. Noqueo al controlador y les dijo a los jedis - ¡Corred! ¡Intentaré cubriros todo lo que pueda, pero no dejéis que escapen... y si encontráis al que atacó la nave, retenedle hasta que os alcance... - dijo mientras sacaba las armas y disparaba hacia la parte delantera...
- Ya lo creo que lo pagarán... - dijo mientras se ponía la capucha para salir. Después, la dió el mando y la dijo que templara sus nervios. Le miró con cara enfadada y le dijo:
- Yo no te digo como ser un jedi, así que esto lo haré a mi manera. Además, el lado oscuro y luminoso no existe para mi... - dijo mientras abría la compuerta de la nave para bajar. Mith preguntó si tenía un aerodeslizador en la nave, y Kahlan se rió - Si, claro... no seas vago y anda... además, con un aerodeslizador atraeríamos todas las miradas. Si vamos a pie, podemos mezclarnos con los droides...
Llegaron hasta el droide que controlaba el acceso a la plataforma, y Kay habló con él:
- Ey... vengo a proteger la plataforma... me acaban de contratar para evitar que alguno entre sin permiso - sacó una identificación y se la dió - toma, estos dos son mercenarios contratados... no son muy habladores, pero parecen buenos, porque las ropas que llevan son de jedis muertos...
Comprobó la ficha de la cazarrecompensas, y el robot les dejó paso añadiendo:
- Vaya... has tenido que costar mucho... adelante... - pasó hasta adentro y vió al que manejaba los droides. Miró a Mohamed y Mith y les dijo - Bueno... hasta aquí la infiltración... ahora no creo que vaya a colar lo de que me han contratado...
Se acercó hacia el controlador, y le dijo:
- Ey... vengo por lo de la oferta de los cazarrecompensas...
- Plazo cerrado, largo de aquí...
- No, pero me dijeron...
- Largo
- Pero...
- ¡Largo!
Kahlan vió que ya no había forma de que la hiciera caso, y decidió pasar a la acción. Cogió del cuello al controlador, y le preguntó acerca de sus dos misiones:
- Vale, me he cansado. Ahora vas a decirle a estos chicos como parar esto, y a mi el que ha atacado mi nave... - por el fondo se oían tropas... el controlador había dado la alarma en el momento en el que vió la cazarrecompensas, y ahora no paraba de reírse en su cara. Noqueo al controlador y les dijo a los jedis - ¡Corred! ¡Intentaré cubriros todo lo que pueda, pero no dejéis que escapen... y si encontráis al que atacó la nave, retenedle hasta que os alcance... - dijo mientras sacaba las armas y disparaba hacia la parte delantera...
Kahlan- Cazarrecompensas
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Re: Meditando VII: Movimientos sismicos [Tigre, Mith, Kahlan]
- No te estoy diciendo como tienes que ser Kahlan, tan solo te estoy aconsejando, comprendo tu postura, y seguramente Mithrandir, la comprenderá aun más que yo -, respondió Mohamed.
Mohamed miró a Mith y le dijo - ¿Un aerodezlizador? Ya tendras tiempo de pilotar distintos tipos de naves y dispositivos - dijo Mohamed sonriendo.
Prosiguieron con la aventura y Kahlan actuo, esta que no tenia demasiada paciencia, cogio al controlador por el cuello y le pregunto respecto a las misiones que estaban llevando a cabo.
Al parecer, al controlador le habia dado tiempo a activar la alarma, y se oian acercarse a las tropas, Kahlan noqueo al controlador, mientras Mohamed y Mithrandir se preparaban para la acción, al haberse descubierto la tapadera. Mohamed penso en una estrategia, y le dijo a Mithrandir - Mith, no saques el sable hasta que sea necesario, con tu habilidad en las artes marciales podras con ellos, confio en ti - dijo Mohamed demostrando la confianza que tenia en su padawan.
Tras la charla, se lanzo con un ataque poderoso hacia las tropas que se acercaban, venian en grupos de a seis, por lo que Mithrandir se encargaria de un grupo, y Mohamed de otro, mientras tanto Kahlan se encargaria de cubrirles y averiguar algo sobre las misiones.
Mohamed miró a Mith y le dijo - ¿Un aerodezlizador? Ya tendras tiempo de pilotar distintos tipos de naves y dispositivos - dijo Mohamed sonriendo.
Prosiguieron con la aventura y Kahlan actuo, esta que no tenia demasiada paciencia, cogio al controlador por el cuello y le pregunto respecto a las misiones que estaban llevando a cabo.
Al parecer, al controlador le habia dado tiempo a activar la alarma, y se oian acercarse a las tropas, Kahlan noqueo al controlador, mientras Mohamed y Mithrandir se preparaban para la acción, al haberse descubierto la tapadera. Mohamed penso en una estrategia, y le dijo a Mithrandir - Mith, no saques el sable hasta que sea necesario, con tu habilidad en las artes marciales podras con ellos, confio en ti - dijo Mohamed demostrando la confianza que tenia en su padawan.
Tras la charla, se lanzo con un ataque poderoso hacia las tropas que se acercaban, venian en grupos de a seis, por lo que Mithrandir se encargaria de un grupo, y Mohamed de otro, mientras tanto Kahlan se encargaria de cubrirles y averiguar algo sobre las misiones.
tigresj- Maestro Jedi
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Re: Meditando VII: Movimientos sismicos [Tigre, Mith, Kahlan]
Cuando llegaron al lugar de la excavación, Kahlan se acercó a un controlador e intentó interrogarlo sin éxito. Al parecer además había hecho saltar la alarma, por lo que pronto tendrían compañía. La cazarrecompensas redujo al controlador y comenzó a disparar por donde venían aquellos hombres, intentando cubrir a los Jedis. Mohamed, por el contrario, decidió pasar a la acción y enfrentarse a ellos. Algo tramaba, pues le pidió a Mith que no mostrara su sable aun. Éste intentaría hacer todo lo posible.
— Si vienen armados no podré prescindir de mi sable. — le contestó el padawan, palpando el viejo recuerdo de su madre a través de la ropa.
El arkaniano se detuvo un momento, concentrándose por un instante en su entorno. Los atacantes parecían no haberlo visto aun, por lo que quizá podría tenderles una pequeña emboscada. Los agresores venían desde el final de una explanada, en dos grupos de seis. Mith decidió dejar pasar al primero, encargándose su maestro de ellos, y él se encargaría de los seis últimos, o lo intentaría al menos. Corrió agazapado y se escondió tras una grúa cercana que servía para cargar mercancías. Dejó pasar al primer grupo y justo cuando pasó el segundo, salió corriendo tras ellos, todo lo sigilosamente que pudo.
Tres de ellos parecían ser guardianes del lugar, pues portaban bastones largos con ambos extremos electrificados. El resto llevaban blasters, aunque sólo uno lo había desenfundado aun. Parecía ser que nadie lo había detectado, por lo que Mith saltó sobre el más rezagado de todos. Intentó placarlo y tirarlo al suelo, pero aquel humano era bastante resistente y aguantó el primer golpe. Acto seguido intentó golpearle con aquel arma, pero el padawan se adelantó a su movimiento, dando un rápido paso hacia delante y agarrándole el brazo que sujetaba aquel bastón. Golpeó con la otra mano a la vez que intentó agarrar aquel arma. Aquel individuo tiró de ella y tras un pequeño forcejeo, Mith optó por usar la Fuerza, concentrándola en su mano libre y descargándola a pocos centímetros del pecho de su rival, el cual salió disparado en el aire, yendo a chocar contra la grúa, inconsciente.
Mithrandir ahora, con el arma del noqueado contrincante, corría rápidamente hacia los cinco restantes. Pronto advirtieron de su presencia. Otro guardián cargó contra Mith, pero este, apoyándose en su nueva arma, saltó sobre él. Su prioridad eran aquellos que portaban blasters. Uno de ellos estaba a punto de desenfundarlo cuando Mith llegó a su lado. Golpeó la mano de su rival, para luego golpearle la cara. El extremo del arma emitió un leve destello junto a un profundo zumbido. Aquel hombre quedó tendido en el suelo, bastante dolorido. El tercer guardián, un gamorreano bastante corpulento, intentó golpearle descargando su bastón verticalmente sobre la cabeza del arkaniano. Éste bloqueo el ataque con dificultad, colocando su bastón horizontalmente, pero su contrincante seguía empujando hacia abajo. De repente, el atacante que llevaba el blaster e la mano desde el principio, apuntó a Mith y disparó un par de veces, aunque por suerte impactaron en el voluptuoso cuerpo del gamorreano frente al padawan, que hacía las veces de escudo. Ahora, sin embargo, se enfrentaba a dos oponentes armados, uno lo apuntaba y el otro lo haría en breve. Estaban a varios metros de él y no le daría tiempo detener a ambos de él. Decidió que ya era hora de sacar su sable, pero aun así estaba en grave peligro, pues era un blanco fácil para ambos agresores.
— Si vienen armados no podré prescindir de mi sable. — le contestó el padawan, palpando el viejo recuerdo de su madre a través de la ropa.
El arkaniano se detuvo un momento, concentrándose por un instante en su entorno. Los atacantes parecían no haberlo visto aun, por lo que quizá podría tenderles una pequeña emboscada. Los agresores venían desde el final de una explanada, en dos grupos de seis. Mith decidió dejar pasar al primero, encargándose su maestro de ellos, y él se encargaría de los seis últimos, o lo intentaría al menos. Corrió agazapado y se escondió tras una grúa cercana que servía para cargar mercancías. Dejó pasar al primer grupo y justo cuando pasó el segundo, salió corriendo tras ellos, todo lo sigilosamente que pudo.
Tres de ellos parecían ser guardianes del lugar, pues portaban bastones largos con ambos extremos electrificados. El resto llevaban blasters, aunque sólo uno lo había desenfundado aun. Parecía ser que nadie lo había detectado, por lo que Mith saltó sobre el más rezagado de todos. Intentó placarlo y tirarlo al suelo, pero aquel humano era bastante resistente y aguantó el primer golpe. Acto seguido intentó golpearle con aquel arma, pero el padawan se adelantó a su movimiento, dando un rápido paso hacia delante y agarrándole el brazo que sujetaba aquel bastón. Golpeó con la otra mano a la vez que intentó agarrar aquel arma. Aquel individuo tiró de ella y tras un pequeño forcejeo, Mith optó por usar la Fuerza, concentrándola en su mano libre y descargándola a pocos centímetros del pecho de su rival, el cual salió disparado en el aire, yendo a chocar contra la grúa, inconsciente.
Mithrandir ahora, con el arma del noqueado contrincante, corría rápidamente hacia los cinco restantes. Pronto advirtieron de su presencia. Otro guardián cargó contra Mith, pero este, apoyándose en su nueva arma, saltó sobre él. Su prioridad eran aquellos que portaban blasters. Uno de ellos estaba a punto de desenfundarlo cuando Mith llegó a su lado. Golpeó la mano de su rival, para luego golpearle la cara. El extremo del arma emitió un leve destello junto a un profundo zumbido. Aquel hombre quedó tendido en el suelo, bastante dolorido. El tercer guardián, un gamorreano bastante corpulento, intentó golpearle descargando su bastón verticalmente sobre la cabeza del arkaniano. Éste bloqueo el ataque con dificultad, colocando su bastón horizontalmente, pero su contrincante seguía empujando hacia abajo. De repente, el atacante que llevaba el blaster e la mano desde el principio, apuntó a Mith y disparó un par de veces, aunque por suerte impactaron en el voluptuoso cuerpo del gamorreano frente al padawan, que hacía las veces de escudo. Ahora, sin embargo, se enfrentaba a dos oponentes armados, uno lo apuntaba y el otro lo haría en breve. Estaban a varios metros de él y no le daría tiempo detener a ambos de él. Decidió que ya era hora de sacar su sable, pero aun así estaba en grave peligro, pues era un blanco fácil para ambos agresores.
Mithrandir- Caballero Jedi
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[Tigre y Mith]
Mohamed se encargo sin demasiado problema de su grupo, mediante ataques poderosos, les bloqueaba el paso, y a pesar de ser seis contra uno, no parecian lo suficientemente entrenados para enfrentarse a un maestro jedi. Al acabar con el grupo salio corriendo tras Kahlan para que no cometeria ninguna locura, dejando a Mithrandir en su lucha contra sus enemigos.
Cuando Mohamed llego al lugar donde se encontraba Kahlan, la encontró interrogando a un cazarrecompensas, al parecer parecia ser que era quien habia dañado gravemente a su amigo. Así que sin dudarlo, una vez habia confesado, Kahlan disparo contra el varias veces, causandole la muerte, sin embargo, no lo dejo ahi y salio corriendo tras los demás que intentaban escaparse, la sed de venganza la habia segado, era una femina muy temperamental.
Mohamed al ver que ya no seria capaz de ayudar a Kahlan, regreso a buscar a su padawan, cuando de repente se elevo una nave sobre ellos y se marchaba a máxima velocidad, al parecer era la nave de los cazarrecompensas, que se retiraban, dejando el planeta y a sus subordinados abandonados.
Mithrandir no corria buena suerte, se encontraba luchando contra dos adversarios bien armados. Uno lo apuntaba y el otro cubria al que lo apuntaba. Mohamed los vio y penso que Mithrandir no podria con ambos, asi que se hizo cargo... lanzo un empujon de fuerza, que mando a los contrincantes a unos cinco metros de distancia, impactando contra una pared rocosa.
Mohamed se dirigio entonces a Mithrandir y le dijo amablemente - Buen trabajo Mith, encargate de interrogar a estos, pero hazlo lo más deprisa posible, Kahlan nos ha abandonado, escapó en su nave tras los cazarrecompensas, dejandonos atras, espero que los demás esten bien, en cuanto terminemos aqui, debemos de volver atras, donde dejamos la nave, y comprobar como estan los demás -
Cuando Mohamed llego al lugar donde se encontraba Kahlan, la encontró interrogando a un cazarrecompensas, al parecer parecia ser que era quien habia dañado gravemente a su amigo. Así que sin dudarlo, una vez habia confesado, Kahlan disparo contra el varias veces, causandole la muerte, sin embargo, no lo dejo ahi y salio corriendo tras los demás que intentaban escaparse, la sed de venganza la habia segado, era una femina muy temperamental.
Mohamed al ver que ya no seria capaz de ayudar a Kahlan, regreso a buscar a su padawan, cuando de repente se elevo una nave sobre ellos y se marchaba a máxima velocidad, al parecer era la nave de los cazarrecompensas, que se retiraban, dejando el planeta y a sus subordinados abandonados.
Mithrandir no corria buena suerte, se encontraba luchando contra dos adversarios bien armados. Uno lo apuntaba y el otro cubria al que lo apuntaba. Mohamed los vio y penso que Mithrandir no podria con ambos, asi que se hizo cargo... lanzo un empujon de fuerza, que mando a los contrincantes a unos cinco metros de distancia, impactando contra una pared rocosa.
Mohamed se dirigio entonces a Mithrandir y le dijo amablemente - Buen trabajo Mith, encargate de interrogar a estos, pero hazlo lo más deprisa posible, Kahlan nos ha abandonado, escapó en su nave tras los cazarrecompensas, dejandonos atras, espero que los demás esten bien, en cuanto terminemos aqui, debemos de volver atras, donde dejamos la nave, y comprobar como estan los demás -
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Re: Meditando VII: Movimientos sismicos [Tigre, Mith, Kahlan]
La situación era algo peligrosa para el joven padawan. Había quedado solo frente a dos contrincantes armados con blasters, mientras que él blandía sus sable en una posición básica de defensa. No era muy habilidoso deteniendo disparos láser, por lo que preocuparse por detener disparos procedentes de dos fuentes le sería casi imposible.
Uno de ellos disparó primero, pero no acertó. Justo después disparó el otro y Mith detuvo el disparo, que salió reflejado hacia el cielo. Ambos contrincantes sonrieron y se miraron con complicidad. Cuando estaban a punto de disparar a la vez, o al menos eso intuyó Mithrandir, ambos contrincantes, como si un impetuoso viento se hubiese levantado de golpe, salieron disparados, golpeándose contra una pared. Su Maestro había llegado justo a tiempo, cuando Mith más necesitaba su ayuda.
— Gracias, estaba en un apuro. — dijo Mith, mientras guardaba su sable.
El padawan escuchó las palabras de Larbi. Al parecer Kahlan los había abandonado en busca de su venganza personal. Al parecer la nave también había escapado, otra mala noticia. El rostro de Mith se entristeció. Lo que menos deseaba en aquellos momentos es volver a Dantooine con otra mala noticia, la noticia de otra misión sin cumplir. Ahora sólo les quedaba el consuelo de que varios de lo secuaces de aquella corporación se habían quedado en tierra, por lo que los interrogarían y entregarían a las autoridades.
Mith, obedeciendo las palabras de Mohamed, se acercó a aquellos dos que ante intentaron matarle, los cuales se encontraban junto a la pared contra la que golpearon, doloridos. Sus armas estaban aun cerca, por lo que mientras se acercaba el arkaniano usó su telequinesis para alegarla fuera del alcance de aquellos dos.
— Parece que os han dejado aquí y se han marchado. Qué desaprensivos. — dijo Mith, en tono algo satírico. Atípico en él, pero algo de rabia brotaba de lo más profundo de su ser. Recordó sus enseñanzas, recordó el Código y, inspirando profundamente, se calmó. — Creo que no os queda otra que cooperar. — dijo con seriedad, clavando la mirada en uno y otro respectivamente. — Estáis a nuestra merced y seréis encarcelados, aunque si nos ayudáis podréis libraros de alguna que otra condena. Decid: ¿quién os ha contratado? ¿Para quién trabajáis?
Uno de los tipos sonrió, algo altivo. El otro se mostraba más nervioso e hizo un amago de hablar y contestar a las preguntas del padawan. El sonriente golpeó al otro, a modo de aviso para que no abriera la boca. Parecía estar por encima de él en cuanto a tomar decisiones se trataba.
— Está bien, tú pareces ser el jefe. — dijo Mith, mientras sacaba de un bolsillo su sable y lo encendía, situando la luminosa hoja frente a la cara de aquel tipo. — Habla.
— Pero, pero... — titubeó. Parte de su sonrisa se le borró de la cara, poniéndose algo nervioso. Al momento recordó algo y volvió a mostrarse arrogante. — No puedes hacerme nada. Un Jedi no mata así por que sí. Estoy desarmado e indefenso, estas cosas las tenéis prohibidas. — había recuperado la sonrisa a medida que hablaba.
— Eso es cierto, tienes razón. — contestó Mith. Aquel hombre pareció suspirar aliviado, pero el padawan sonrió: — Los jedis tienen prohibido matar a sangre fría, no está bien visto en su "código". — dijo, haciendo un ademán con la cabeza como si se burlase del Código Jedi al mencionarlo. — Sin embargo, ¿qué te hace pensar que soy un jedi? — sonrió aun más ampliamente. — ¿Acaso luzco como tal? — le preguntó, mientras su mano libre recorría sus ropajes arkanianos, tan distintos de las ropas jedi como el día y la noche. La cara de aquel tipo pareció palidecer al instante.
— Me matarán si digo algo. — contestó con brusquedad.
— Al menos tendrás la oportunidad de escapar. ¿O de veras crees poder escapar ahora de mi sable? — dijo en tono intimidante, acercando la verde hoja de mismo al cuello de aquel tembloroso hombre.
— No, n-no sé mucho, de verdad. — comenzó a decir, algo titubeante. — Fui contratado a través de un enlace, nunca supe quien era. Sólo sé que todo esto es obra de una gran corporación, no recuerdo su nombre. — Mith lo miró con cara de insatisfacción. — Corporación Zann, creo que se llamaba.
— Muy bien. Eso bastará. Ahora poneros las esposas que lleváis en el cinto. — le ordenó Mith. Aquellos dos no tardaron en obedecer. — Hablaré bien de vosotros a las autoridades.
El arkaniano volvió junto a Larbi, que esperaba unos metros atrás. Una ténue sonrisa había aparecido en su boca. Era feliz por haber podido encontrar al menos alguna respuesta a todo aquel embrollo, pero seguía angustiado por el hecho de volver a decepcionar a la Orden.
— Fueron contratados por una organización conocida como Corporación Zann, o algo así. ¿Te suena de algo? — le preguntó a su maestro. — Aunque no sepas nada acerca de ellos deberíamos volver pronto a Dantooine e informar al consejo. Puede que el Registro Jedi contenga algún tipo de información acerca de ellos.
La experiencia de Larbi en situaciones como esa era mucho más extensa que la de Mith, por lo que creyó que se podría haber topado antes con aquella Corporación y que conocería algo de ella. Sea como fuera, Mithrandir se consoló un poco con la idea de que al menos esta vez no volverían a la Academia con las manos vacías.
Uno de ellos disparó primero, pero no acertó. Justo después disparó el otro y Mith detuvo el disparo, que salió reflejado hacia el cielo. Ambos contrincantes sonrieron y se miraron con complicidad. Cuando estaban a punto de disparar a la vez, o al menos eso intuyó Mithrandir, ambos contrincantes, como si un impetuoso viento se hubiese levantado de golpe, salieron disparados, golpeándose contra una pared. Su Maestro había llegado justo a tiempo, cuando Mith más necesitaba su ayuda.
— Gracias, estaba en un apuro. — dijo Mith, mientras guardaba su sable.
El padawan escuchó las palabras de Larbi. Al parecer Kahlan los había abandonado en busca de su venganza personal. Al parecer la nave también había escapado, otra mala noticia. El rostro de Mith se entristeció. Lo que menos deseaba en aquellos momentos es volver a Dantooine con otra mala noticia, la noticia de otra misión sin cumplir. Ahora sólo les quedaba el consuelo de que varios de lo secuaces de aquella corporación se habían quedado en tierra, por lo que los interrogarían y entregarían a las autoridades.
Mith, obedeciendo las palabras de Mohamed, se acercó a aquellos dos que ante intentaron matarle, los cuales se encontraban junto a la pared contra la que golpearon, doloridos. Sus armas estaban aun cerca, por lo que mientras se acercaba el arkaniano usó su telequinesis para alegarla fuera del alcance de aquellos dos.
— Parece que os han dejado aquí y se han marchado. Qué desaprensivos. — dijo Mith, en tono algo satírico. Atípico en él, pero algo de rabia brotaba de lo más profundo de su ser. Recordó sus enseñanzas, recordó el Código y, inspirando profundamente, se calmó. — Creo que no os queda otra que cooperar. — dijo con seriedad, clavando la mirada en uno y otro respectivamente. — Estáis a nuestra merced y seréis encarcelados, aunque si nos ayudáis podréis libraros de alguna que otra condena. Decid: ¿quién os ha contratado? ¿Para quién trabajáis?
Uno de los tipos sonrió, algo altivo. El otro se mostraba más nervioso e hizo un amago de hablar y contestar a las preguntas del padawan. El sonriente golpeó al otro, a modo de aviso para que no abriera la boca. Parecía estar por encima de él en cuanto a tomar decisiones se trataba.
— Está bien, tú pareces ser el jefe. — dijo Mith, mientras sacaba de un bolsillo su sable y lo encendía, situando la luminosa hoja frente a la cara de aquel tipo. — Habla.
— Pero, pero... — titubeó. Parte de su sonrisa se le borró de la cara, poniéndose algo nervioso. Al momento recordó algo y volvió a mostrarse arrogante. — No puedes hacerme nada. Un Jedi no mata así por que sí. Estoy desarmado e indefenso, estas cosas las tenéis prohibidas. — había recuperado la sonrisa a medida que hablaba.
— Eso es cierto, tienes razón. — contestó Mith. Aquel hombre pareció suspirar aliviado, pero el padawan sonrió: — Los jedis tienen prohibido matar a sangre fría, no está bien visto en su "código". — dijo, haciendo un ademán con la cabeza como si se burlase del Código Jedi al mencionarlo. — Sin embargo, ¿qué te hace pensar que soy un jedi? — sonrió aun más ampliamente. — ¿Acaso luzco como tal? — le preguntó, mientras su mano libre recorría sus ropajes arkanianos, tan distintos de las ropas jedi como el día y la noche. La cara de aquel tipo pareció palidecer al instante.
— Me matarán si digo algo. — contestó con brusquedad.
— Al menos tendrás la oportunidad de escapar. ¿O de veras crees poder escapar ahora de mi sable? — dijo en tono intimidante, acercando la verde hoja de mismo al cuello de aquel tembloroso hombre.
— No, n-no sé mucho, de verdad. — comenzó a decir, algo titubeante. — Fui contratado a través de un enlace, nunca supe quien era. Sólo sé que todo esto es obra de una gran corporación, no recuerdo su nombre. — Mith lo miró con cara de insatisfacción. — Corporación Zann, creo que se llamaba.
— Muy bien. Eso bastará. Ahora poneros las esposas que lleváis en el cinto. — le ordenó Mith. Aquellos dos no tardaron en obedecer. — Hablaré bien de vosotros a las autoridades.
El arkaniano volvió junto a Larbi, que esperaba unos metros atrás. Una ténue sonrisa había aparecido en su boca. Era feliz por haber podido encontrar al menos alguna respuesta a todo aquel embrollo, pero seguía angustiado por el hecho de volver a decepcionar a la Orden.
— Fueron contratados por una organización conocida como Corporación Zann, o algo así. ¿Te suena de algo? — le preguntó a su maestro. — Aunque no sepas nada acerca de ellos deberíamos volver pronto a Dantooine e informar al consejo. Puede que el Registro Jedi contenga algún tipo de información acerca de ellos.
La experiencia de Larbi en situaciones como esa era mucho más extensa que la de Mith, por lo que creyó que se podría haber topado antes con aquella Corporación y que conocería algo de ella. Sea como fuera, Mithrandir se consoló un poco con la idea de que al menos esta vez no volverían a la Academia con las manos vacías.
Mithrandir- Caballero Jedi
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Re: Meditando VII: Movimientos sismicos [Tigre, Mith, Kahlan]
- No me suena esa corporación, sin embargo, una vez estemos en casa podremos investigar sobre ella - respondio Mohamed. - En cuanto lleguemos a Dantooine informaremos al consejo jedi de lo sucedido, pero antes de nada, debemos entregar a estos a Ukata, ya que estamos en su planeta, y que ellos los castiguen como se merecen -
Después de recoger a Mai Tsun, a la que encontraron en el lugar donde Kahlan habia dejado la nave, se dirigieron hacia la casa de gobierno. Donde encontraron a Ukata, al cual informaron de como habian salido los acontencimientos y entregaron a los dos criminales.
Ukata agradecio entonces a los muchachos su trabajo - Mohamed, Mithrandir, siempre es un placer teneros con nosotros, y Mai, como no, siempre al servicio del planeta, es un orgullo para nosotros, teneros de nuestro lado -
Mohamed respondio de forma similar - El placer es nuestro, siempre es agradable volver a tu planeta natal, y encontrarse con viejos amigos. Sin embargo, ahora tenemos prisa, despideme de Nadir, y tened cuidado con la Corporación Zann, tenemos aun trabajo que hacer, encargaos de vosotros de que no haya ninguna mala consecuencia, en cuanto acabemos con las tareas que nos quedan nos marcharemos, gracias por todo - dijo Mohamed, despidiendose de sus amigos.
Los guardias habian sido claramente y abandonados a su suerte y a la benevolencia de los vencedores Jedi, después de todo unos guardias no importaban en una línea criminal más que como carne de cañón.
Tras meditar, Mohamed avisa a Mithrandir, - Vamos Mith, esto me huele mal, ya he cometido errores en el pasado, no quiero volver a cometerlos, marchandome antes de tiempo, vamos a asegurarnos de que todo sale bien -
Entonces Mohamed se dirige rapidamente hacia la zona de extracción, una vez en la zona de extracción, se concentra en los sonidos del ambiente, y logra escuchar un sonido tintineante, tin-tin tin-tin ... parecia ser el sonido de varias - ¿bombas? - pensó Mohamed, - Espero que mis habilidades con la informática sirvan de algo - se dijo para si mismo, dirigiendose hacia las zonas de donde procedian los sonidos, al parecer la Corporación Zann habia dejado bombas en la zona de extracción, y su deber como protector, era desactivarlas y evitar males mayores.
Siguiendo su intuición localizo la primera, y procedio a desactivarla... la desmonto rapidamente con sus habilidades, la bomba tenia tres cables, uno rojo, otro verde y otro ambar... Mohamed se concentró para desactivarla, primero pensó - El verde normalmente significa activación, el ambar... un estado neutral.. el rojo desactivación o parada de ejecución... - ... Finalmente decidido confiar en la fuerza y cortar los cables
Continuo hacia el siguiente sector, la bomba era identica en forma e imagen a la anterior exteriormente, asi que siguio el mismo procedimiento, pero antes de cortar nada, la comprobo... una vez abierta se encontro con un problema... no era igual, esta además de los cables verdes, rojo y ambar, tenia otro de color [blue]azul[/color]... Mohamed se encontraba algo preocupado, parecia que la situación se ponia bastante dificil... se concentro en su poder con la fuerza, y fijo la mirada en los cables, al parecer del cable rojo fluia una energia negativa, mientras que de los demás no surgia energia... así que tras esto, decidio cortar el cable
Se encontraba con una bomba neutralizada, y otra desactivada completamente, la primera la serviria para su investigación, alguna pista que en el futuro le pudiese guiar hacia la Corporación Zann, la otra podria desacerse de ella... tras esto decidio emprender el camino, cuando alguien le seguia los pasos, tanta concentración, le habia hecho olvidar que Mithrandir le habia estado acompañando durante el viaje.
Última edición por tigresj el Sáb Sep 26, 2009 1:57 am, editado 1 vez
tigresj- Maestro Jedi
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Re: Meditando VII: Movimientos sismicos [Tigre, Mith, Kahlan]
[Zona de excavación - Perímetro opuesto de extracción de la Droideka Corp – Incursión de los Jedi y escape adelantado.]
El tiempo había seguido su paso en la ilícita operación, los droides de servicio cargaban lo más rápido posible el buscado mineral en la nave mientras su plan salía como ellos lo pensaban. La maquinaria había dejado de funcionar, los inestables y débiles túneles habían sido abandonados solamente con la volátil carga explosiva en su interior.
El Quarren encargado de la operación inspecciona en altivo gesto el proceso, la cadena que sucesos de la operación, todo parecía normal… los droides llevan los contenedores, los acomodan en la zona de carga de la nave TZ-86, vuelven por más, etc., el mecánico ciclo seguía con la rutina en una operación ilícita típica… al menos por ahora.
Una alarma de seguridad rompió aquel ciclo con una fuerza y precisión como si cada droide interrumpiera su programación al instante. Habían sido descubiertos antes de lo planeado. Los Jedi habían ingresado en la excavación con una velocidad inesperada, sin embargo, el prepotente Quarren no había escatimado en medidas para establecer su óptimo plan. Era claro que los esperaba allí y en ese aquél momento.
Mohamed logró desactivar y neutralizar dos bombas, que si no fuera por su concentración en ello habría deducido que aquellas no eran sino el señuelo perfecto. Los acontecimientos se sudecían a una rapidez estratosférica, una risa maligna resurgió de unos parlantes ocultos en las cavernosas cuevas de excavación.
- Ilusos Jedi, tan predecibles como siempre. Tendrán oportunidad de contemplar su fracaso en primera persona...jaja...ja........ja - La comunicación se fue diluyendo junto con su maquiavélica risa. Y en ese entonces una alarma anti-gases y humo cobró protagonismo. La bomba había sido activada en los confines de la excavación, justo en su parte mas desolada e inaccesible. Solo unos segundos bastaría para que la explosión llegase hasta ellos. Pero quizá tuvieran una oportunidad. La puerta de entrada a la excavación era de acerro blindado, absolutamente resistente a fuertes calores, debido a medidas de seguridad para conservar la entereza de los ejecutivos que se encontraban en el exterior cuando estaba en funcionamiento la minería. Si fueran capaces de llegar antes que la onda expansiva a esa puerta y cerrarla, quizá la explosión se viera reducida de tal forma en que sus vidas no quedaran afectadas, pues no tenían mas que intentar salir enteros de aquella trampa.
[Centro de la ciudad - Vigilancia de la fragata]
La orden fue recibida. El sistema de camuflaje de la nave se desactiva y su enorme y blindada coraza se revela en un instante, inesperada, letal, ante la vista atónita de inocentes que no esperaban al coloso metálico sobrevolar el calmo cielo.
Antes de que pudieran reaccionar, las dos baterías láser y los cuatro cañones matriciales se habían liberado y activado tras un tétrico chirrido metálico, no dieron tiempo a nada.
El destello fue tan cegador como mortal. Todo el armamento abrió fuego al instante, al unísono, como una coreografía de la muerte en que aquella lluvia láser baña a inocentes y edificios sin piedad. El caos se había desatado, explosiones sacuden a diversos edificios que sucumben y caen tras sonoro estruendo; polvo, gritos y desorden tomaban a las calles por sorpresa. Todo parecía seguir según el maldito plan del Quarren.
[Atmósfera del planeta. – Escape de la nave de carga.]
Con ruin placer el Quarren aprecia el mortal espectáculo de la nave y la distracción que causa, “las autoridades se entretendrán con ello” se dijo a si mismo entre pensamientos.
Una de sus falanges busca su módulo de controles cercano, su vista inspecciona aquellos botones ingresando el código buscado.
— La Corporación Zann gobernará la Galaxia, este planeta será prueba de ello. —
Edited By Admin.
OFF: Editado, pueden seguir con la misión. Me gustaría aclararles una cosa, de ahora en adelante a los personajes PNJ relevantes de la mision los llevaré yo, asi que procuren no encontrarse con personas que les den una información primordial o que su intervencion sea importante. Suerte!!^^
El tiempo había seguido su paso en la ilícita operación, los droides de servicio cargaban lo más rápido posible el buscado mineral en la nave mientras su plan salía como ellos lo pensaban. La maquinaria había dejado de funcionar, los inestables y débiles túneles habían sido abandonados solamente con la volátil carga explosiva en su interior.
El Quarren encargado de la operación inspecciona en altivo gesto el proceso, la cadena que sucesos de la operación, todo parecía normal… los droides llevan los contenedores, los acomodan en la zona de carga de la nave TZ-86, vuelven por más, etc., el mecánico ciclo seguía con la rutina en una operación ilícita típica… al menos por ahora.
Una alarma de seguridad rompió aquel ciclo con una fuerza y precisión como si cada droide interrumpiera su programación al instante. Habían sido descubiertos antes de lo planeado. Los Jedi habían ingresado en la excavación con una velocidad inesperada, sin embargo, el prepotente Quarren no había escatimado en medidas para establecer su óptimo plan. Era claro que los esperaba allí y en ese aquél momento.
Mohamed logró desactivar y neutralizar dos bombas, que si no fuera por su concentración en ello habría deducido que aquellas no eran sino el señuelo perfecto. Los acontecimientos se sudecían a una rapidez estratosférica, una risa maligna resurgió de unos parlantes ocultos en las cavernosas cuevas de excavación.
- Ilusos Jedi, tan predecibles como siempre. Tendrán oportunidad de contemplar su fracaso en primera persona...jaja...ja........ja - La comunicación se fue diluyendo junto con su maquiavélica risa. Y en ese entonces una alarma anti-gases y humo cobró protagonismo. La bomba había sido activada en los confines de la excavación, justo en su parte mas desolada e inaccesible. Solo unos segundos bastaría para que la explosión llegase hasta ellos. Pero quizá tuvieran una oportunidad. La puerta de entrada a la excavación era de acerro blindado, absolutamente resistente a fuertes calores, debido a medidas de seguridad para conservar la entereza de los ejecutivos que se encontraban en el exterior cuando estaba en funcionamiento la minería. Si fueran capaces de llegar antes que la onda expansiva a esa puerta y cerrarla, quizá la explosión se viera reducida de tal forma en que sus vidas no quedaran afectadas, pues no tenían mas que intentar salir enteros de aquella trampa.
[Centro de la ciudad - Vigilancia de la fragata]
La orden fue recibida. El sistema de camuflaje de la nave se desactiva y su enorme y blindada coraza se revela en un instante, inesperada, letal, ante la vista atónita de inocentes que no esperaban al coloso metálico sobrevolar el calmo cielo.
Antes de que pudieran reaccionar, las dos baterías láser y los cuatro cañones matriciales se habían liberado y activado tras un tétrico chirrido metálico, no dieron tiempo a nada.
El destello fue tan cegador como mortal. Todo el armamento abrió fuego al instante, al unísono, como una coreografía de la muerte en que aquella lluvia láser baña a inocentes y edificios sin piedad. El caos se había desatado, explosiones sacuden a diversos edificios que sucumben y caen tras sonoro estruendo; polvo, gritos y desorden tomaban a las calles por sorpresa. Todo parecía seguir según el maldito plan del Quarren.
[Atmósfera del planeta. – Escape de la nave de carga.]
Con ruin placer el Quarren aprecia el mortal espectáculo de la nave y la distracción que causa, “las autoridades se entretendrán con ello” se dijo a si mismo entre pensamientos.
Una de sus falanges busca su módulo de controles cercano, su vista inspecciona aquellos botones ingresando el código buscado.
— La Corporación Zann gobernará la Galaxia, este planeta será prueba de ello. —
Edited By Admin.
OFF: Editado, pueden seguir con la misión. Me gustaría aclararles una cosa, de ahora en adelante a los personajes PNJ relevantes de la mision los llevaré yo, asi que procuren no encontrarse con personas que les den una información primordial o que su intervencion sea importante. Suerte!!^^
La Fuerza- Narrador/GM
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Re: Meditando VII: Movimientos sismicos [Tigre, Mith, Kahlan]
Mientras su maestro y amigo se concentraba para intentar desactivar los dispositivos, Mith se quedó a su lado observando el proceso sin intentar intervenir para no molestar. Estaba de pie, algo encorbado mirando hacia el suelo, cuando de repente una extraña sensación, parecida a la que sintió en la nave minutos atrás, volvió a pasar por su mente. Algo no iba bien. A pesar de que Mohamed parecía desactivar las bombas y que el peligro iba cesando, aquella conmoción en la Fuerza no se detenía, como si el planeta siguiera aun en peligro. El padawan cerró sus ojos y se dejó llevar por el devenir de la Fuerza. Cual noctámbulo que camina dormido, seguía el susurro que la energía que regía el universo llegaba a su psique.
Al cabo de unos cuanto pasos se detuvo y observó donde estaba. A unos metros de Larbi se encontraba, habiendo penetrado en uno de los más oscuros canales laberínticos que aquella maquinaria había construido. Aquella sensación no podría ser otra cosa. Mithrandir no tardó en llegar a la conclusión de que aquellos explosivos no eran los únicos y de que seguían en grave peligro.
Sus sentidos parecieron despertar cuando la adrenalina recorrió su cuerpo. Se volvió rápidamente hacia la salida de aquel tunel donde se había internado y sus sentidos se agudizaron, aunque no perdió su concentración, intentando mantener el contacto mental con la Fuerza que lo rodeaba. Su madre le había enseñado bien desde niño a observar su entorno. Era uno de los principios de el Arte Marcial Echani, el cual enseñaba que un luchador conocedor de lo que le rodea es mucho más poderoso que aquel que sólo se fija en su adversario. Sus ojos se posaron en una ranura circular unos metros delante suyo, que recorría paredes, techo y suelo de aquel tunel. Había estado en sitios parecidos con su padre anteriormente, cuando éste investigaba el efecto de algunos gases en el genoma de humanos y otras especies, por lo que sabía que aquello era una compuerta de seguridad que se cerraba en casos de emergencia, cuando se producía un derrumbe o alguna explosión accidental, para proteger el exterior.
Sin detenerse a comentar nada a Larbi, que seguía ocupado con sus cables y circuitos, corrió todo lo rápido que pudo hacia una cabina que localizó en el exterior, justo junto donde combatieron momentos antes. Desde los cristales pudo observar como en el interior había dos droides que parecían no haberse dado cuenta de su presencia. Echó mano de su sable, sosteniéndolo en su mano izquierda mientras subía rápidamente las escaleras. Voló la puerta de la cabina con un empujón de la Fuerza e irrumpió con violencia en la sala. Los droides estaban desarmados, aunque por poco tiempo, por lo que Mith decidió actuar con presura. Encendió su sable y con un movimiento horizontal cortó a uno de los droides, el más cercano a él, en dos mitades. Aquel movimiento lo continuó con una suave pirueta de Ataru, girando sobre sí mismo a la vez que asestaba otro golpe oblícuo sobre el hombro del último droide, destrozándolo. Sin perder más tiempo apagó su sable a la vez que buscó aquel botón que activara la alarma y cerrara aquella compuerta. Un enorme botón rojo con una carcasa cristal protectora sería la opción más acertada, según pensó Mith. Golpeó el gristal con la base de su sable y accionó el botón.
Una fuerte alarma comenzó a sonar y diversas lámparas comenzaron a parpadear el rojo a lo largo de todo aquel laberinto de túneles. Mith observó frente a él un pequeño diagrama de aquel lugar y como las compuertas de todos los túneles exteriores se fueron cerrando uno a uno.
— "Espero que lo haya conseguido a tiempo." — pensó.
Una conmoción en la Fuerza le hizo casi perder el equilibrio. Era evidente que aquellas bombas habían explotado. Corrió los pocos metros que le separaban de Larbi, y se colocó entre él y la puerta. Mith no confiaba en la resistencia de aquella puerta, que obviamente no había sido construida con aquel fin, por lo que se concentró frente a ella y se dejó envolver por la Fuerza. En su mente visualizó lo que le pareció como una marea de oscuridad que se acercaba hacia él, consumiéndolo todo a su paso. Cuando supo que la deflagración había llegado junto a la compuerta, el arkaniano abrió sus ojos y proyectó aquella energía universal, intentando controlar el envite de aquella explosión.
Al cabo de unos segundos Mith cayó exausto, hincando una rodilla en el piso. Parecía que lo había conseguido. Una sonrisa iluminó su rostro. Aunque pronto desapareció, porque descubrió que aquella perturbación que desde hace tiempo le rodeaba y que seguro Mohamed también sentía, no había desaparecido aun. Corrió hacia su maestro, mientras aquellas malas vibraciones se hacían más visibles. Por un instante sintió los gritos de desconocidos recorriendo su espalda y como el cielo ardía sobre ellos. Agotado, llegó junto a Larbi:
— La ciudad... La ciudad está en peligro. — balbuceó, cláramente conmovido por aquello.
Al cabo de unos cuanto pasos se detuvo y observó donde estaba. A unos metros de Larbi se encontraba, habiendo penetrado en uno de los más oscuros canales laberínticos que aquella maquinaria había construido. Aquella sensación no podría ser otra cosa. Mithrandir no tardó en llegar a la conclusión de que aquellos explosivos no eran los únicos y de que seguían en grave peligro.
Sus sentidos parecieron despertar cuando la adrenalina recorrió su cuerpo. Se volvió rápidamente hacia la salida de aquel tunel donde se había internado y sus sentidos se agudizaron, aunque no perdió su concentración, intentando mantener el contacto mental con la Fuerza que lo rodeaba. Su madre le había enseñado bien desde niño a observar su entorno. Era uno de los principios de el Arte Marcial Echani, el cual enseñaba que un luchador conocedor de lo que le rodea es mucho más poderoso que aquel que sólo se fija en su adversario. Sus ojos se posaron en una ranura circular unos metros delante suyo, que recorría paredes, techo y suelo de aquel tunel. Había estado en sitios parecidos con su padre anteriormente, cuando éste investigaba el efecto de algunos gases en el genoma de humanos y otras especies, por lo que sabía que aquello era una compuerta de seguridad que se cerraba en casos de emergencia, cuando se producía un derrumbe o alguna explosión accidental, para proteger el exterior.
Sin detenerse a comentar nada a Larbi, que seguía ocupado con sus cables y circuitos, corrió todo lo rápido que pudo hacia una cabina que localizó en el exterior, justo junto donde combatieron momentos antes. Desde los cristales pudo observar como en el interior había dos droides que parecían no haberse dado cuenta de su presencia. Echó mano de su sable, sosteniéndolo en su mano izquierda mientras subía rápidamente las escaleras. Voló la puerta de la cabina con un empujón de la Fuerza e irrumpió con violencia en la sala. Los droides estaban desarmados, aunque por poco tiempo, por lo que Mith decidió actuar con presura. Encendió su sable y con un movimiento horizontal cortó a uno de los droides, el más cercano a él, en dos mitades. Aquel movimiento lo continuó con una suave pirueta de Ataru, girando sobre sí mismo a la vez que asestaba otro golpe oblícuo sobre el hombro del último droide, destrozándolo. Sin perder más tiempo apagó su sable a la vez que buscó aquel botón que activara la alarma y cerrara aquella compuerta. Un enorme botón rojo con una carcasa cristal protectora sería la opción más acertada, según pensó Mith. Golpeó el gristal con la base de su sable y accionó el botón.
Una fuerte alarma comenzó a sonar y diversas lámparas comenzaron a parpadear el rojo a lo largo de todo aquel laberinto de túneles. Mith observó frente a él un pequeño diagrama de aquel lugar y como las compuertas de todos los túneles exteriores se fueron cerrando uno a uno.
— "Espero que lo haya conseguido a tiempo." — pensó.
Una conmoción en la Fuerza le hizo casi perder el equilibrio. Era evidente que aquellas bombas habían explotado. Corrió los pocos metros que le separaban de Larbi, y se colocó entre él y la puerta. Mith no confiaba en la resistencia de aquella puerta, que obviamente no había sido construida con aquel fin, por lo que se concentró frente a ella y se dejó envolver por la Fuerza. En su mente visualizó lo que le pareció como una marea de oscuridad que se acercaba hacia él, consumiéndolo todo a su paso. Cuando supo que la deflagración había llegado junto a la compuerta, el arkaniano abrió sus ojos y proyectó aquella energía universal, intentando controlar el envite de aquella explosión.
Al cabo de unos segundos Mith cayó exausto, hincando una rodilla en el piso. Parecía que lo había conseguido. Una sonrisa iluminó su rostro. Aunque pronto desapareció, porque descubrió que aquella perturbación que desde hace tiempo le rodeaba y que seguro Mohamed también sentía, no había desaparecido aun. Corrió hacia su maestro, mientras aquellas malas vibraciones se hacían más visibles. Por un instante sintió los gritos de desconocidos recorriendo su espalda y como el cielo ardía sobre ellos. Agotado, llegó junto a Larbi:
— La ciudad... La ciudad está en peligro. — balbuceó, cláramente conmovido por aquello.
Mithrandir- Caballero Jedi
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Re: Meditando VII: Movimientos sismicos [Tigre, Mith, Kahlan]
La fuerza estaba de su lado, habian conseguido salvarse de la explosión, sin embargo, Mithrandir estaba herido, y gracias a él Mohamed estaba a salvo... Asi pues - Gracias Mithrandir, me has salvado la vida - le dijo a su padawan, - te debo una -, y utilizo su poder de sanación para con la fuerza, sanando las heridas de Mithrandir.
Era momento de buscar una salida e ir a buscar al Gobernador para advertirle del peligro y ayudarle en la medida de lo posible con la recuperación de los daños causados.
Recorrieron juntos los tuneles, buscando un camino por el que salir, encontrando Mohamed un boquete por el que se podia haber luz exterior. Pensó - A traves de este agujero puedo ver el exterior, pero parece que no es suficiente para que podamos pasar por el, utilizaré un empujon de fuerza -.
Así pues, utilizó un empujon de fuerza que hizo resquebrajarse la zona para agrandarla y que cupiesen por ella, tras esto, realizo un salto de caballero y salió por ese mismo agujero, esperando que Mith siguiera sus pasos.
Mientras esperaba que Mithrandir subiera, la fuerza parecia tragarle, sintiendo una gran impotencia por los errores cometidos, sin embargo, el camino de la fuerza no era sencillo, y habia que continuar, y la prioridad seria proteger la galaxia, y en este caso su Tierra.
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Off-rol: Le tocaria al Admin, y posteriormente a Mithrandir si seguimos el orden.
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tigresj- Maestro Jedi
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Re: Meditando VII: Movimientos sismicos [Tigre, Mith, Kahlan]
[Zona de excavación - Perímetro opuesto de extracción de la Droideka Corp – Incursión de los Jedi y escape adelantado.]
El "Bum" resonó en todo el perímetro que consolidaba las excavaciones mas profundas de la zona minera. Era claro que el villano con el fin de evadir la sabiduría de los Jedi había olvidado la coherencia de que una explosión mas profunda no generaría el mismo efecto en la superficie. Sin embargo era obvio que los efectos estarían, tarde o temprano. Mas un joven jedi dio manifestaciones de su conexión con la fuerza, entablando una audaz estrategia con el fin de cerrar las compuertas que subdividían los distintos sectores de excavación, con el fin de parar la onda expansiva de la explosión. Estaba claro que cuatro bombas tan destructivas como aquellas no les sería excesivamente deficil traspasar aquellos obstaculos, pero eso no era lo único que podía hacer un Jedi.
El ascenso de la onda expansiva finalmente se detuvo, pero no los temblores que parecieron continuar como si algunas capas del interior de la cueva se desmoronasen. Pasaría largo tiempo hasta que los ceutaricos pudieran volver a explotar aquellas minas, si es que podían.
El primer gran peligro había sido deshabilitado y junto con ello los jedi habían logrado hacerse un hueco hacia la superficie. Mas una imagen que tocaría hasta lo mas adentro de su alma se traspasaría por sus ojos en ese entonces.
[Centro de la ciudad - Vigilancia de la fragata]
Gritos, llantos y cuerpos se ocultaban entre los escombros que iban teniendo su caída por las calles de la gran ciudad. El paisaje era terrible, los edificios recibían el fuego directo de la imponente nave de combate de la Corporación, mientras los aterrorizados habitantes se chocaban unos a otros intentando buscar una salida a aquél caos. Mas era claro que no había ninguna clara, al menos no hasta eso...
[ - ¡Atención!. ¡Atención!. Código Rojo. Todos los civiles dirigios a los centros de emergencia. Repito: Todos los civiles dirigios a los centros de emergencia ]. Una alarma casi tan imponentemente aturdidora como las explosiones por el fuego enemigo hizo su eco en todos los aparatos de rediodifusión de la ciudad, indicando con presteza la emergencia de la situación. Al compás una serie de naves tipo caza de combate sobresalieron del puerto espacial apostado a 2km de la ciudad, con la ferviente decisión de intentar salvar a su planeta o morir en ello. Eran unos fervientes patriotas, algo característico de aquellos habitantes.
[Afueras de la zona de excavación]
Los Jedi no tendrían demasiado tiempo para apreciar aquella horrible imagen, pues el tintineo del comunicador que portaba el Maestro Mohamed comenzó a hacer acto de escena. Al parecer debía ser una llamada importante dado que no cualquiera disponía del código de comunicación que utilizaban los Jedi.
- Maestro Mohamed, ¿me recibe?. Hay ciertas interferencias en la comunicación. Estamos siendo invadidos por una nave estelar pesada, no nos dieron tiempo a levantar los escudos ni a planificar las medidas de salvataje necesarias. Necesitamos su ayuda...ne...tamos...su...uda... - La comunicación finalizó con un estruendo en los audífonos del aparato. Al parecer aquello no había sido por la interferencia de la señal, sino por algo mas directo.
Un leve análisis de la voz declararía que el que hablaba era el secretario personal del Gobernador Ukata, desde la sala de conferencias del Cabildo, sede de la Gobernación Nacional. Este Cabildo a su vez, no escatimando en mecanismos de seguridad, había sido modificado de tal forma que pudiera resistir unos cuantos ataques, sin embargo, no era inmune a un fuego directo.
La cuestión es que Ceutárica necesitaba de la mano de los Jedi ahora mas que nunca...
El "Bum" resonó en todo el perímetro que consolidaba las excavaciones mas profundas de la zona minera. Era claro que el villano con el fin de evadir la sabiduría de los Jedi había olvidado la coherencia de que una explosión mas profunda no generaría el mismo efecto en la superficie. Sin embargo era obvio que los efectos estarían, tarde o temprano. Mas un joven jedi dio manifestaciones de su conexión con la fuerza, entablando una audaz estrategia con el fin de cerrar las compuertas que subdividían los distintos sectores de excavación, con el fin de parar la onda expansiva de la explosión. Estaba claro que cuatro bombas tan destructivas como aquellas no les sería excesivamente deficil traspasar aquellos obstaculos, pero eso no era lo único que podía hacer un Jedi.
El ascenso de la onda expansiva finalmente se detuvo, pero no los temblores que parecieron continuar como si algunas capas del interior de la cueva se desmoronasen. Pasaría largo tiempo hasta que los ceutaricos pudieran volver a explotar aquellas minas, si es que podían.
El primer gran peligro había sido deshabilitado y junto con ello los jedi habían logrado hacerse un hueco hacia la superficie. Mas una imagen que tocaría hasta lo mas adentro de su alma se traspasaría por sus ojos en ese entonces.
[Centro de la ciudad - Vigilancia de la fragata]
Gritos, llantos y cuerpos se ocultaban entre los escombros que iban teniendo su caída por las calles de la gran ciudad. El paisaje era terrible, los edificios recibían el fuego directo de la imponente nave de combate de la Corporación, mientras los aterrorizados habitantes se chocaban unos a otros intentando buscar una salida a aquél caos. Mas era claro que no había ninguna clara, al menos no hasta eso...
[ - ¡Atención!. ¡Atención!. Código Rojo. Todos los civiles dirigios a los centros de emergencia. Repito: Todos los civiles dirigios a los centros de emergencia ]. Una alarma casi tan imponentemente aturdidora como las explosiones por el fuego enemigo hizo su eco en todos los aparatos de rediodifusión de la ciudad, indicando con presteza la emergencia de la situación. Al compás una serie de naves tipo caza de combate sobresalieron del puerto espacial apostado a 2km de la ciudad, con la ferviente decisión de intentar salvar a su planeta o morir en ello. Eran unos fervientes patriotas, algo característico de aquellos habitantes.
[Afueras de la zona de excavación]
Los Jedi no tendrían demasiado tiempo para apreciar aquella horrible imagen, pues el tintineo del comunicador que portaba el Maestro Mohamed comenzó a hacer acto de escena. Al parecer debía ser una llamada importante dado que no cualquiera disponía del código de comunicación que utilizaban los Jedi.
- Maestro Mohamed, ¿me recibe?. Hay ciertas interferencias en la comunicación. Estamos siendo invadidos por una nave estelar pesada, no nos dieron tiempo a levantar los escudos ni a planificar las medidas de salvataje necesarias. Necesitamos su ayuda...ne...tamos...su...uda... - La comunicación finalizó con un estruendo en los audífonos del aparato. Al parecer aquello no había sido por la interferencia de la señal, sino por algo mas directo.
Un leve análisis de la voz declararía que el que hablaba era el secretario personal del Gobernador Ukata, desde la sala de conferencias del Cabildo, sede de la Gobernación Nacional. Este Cabildo a su vez, no escatimando en mecanismos de seguridad, había sido modificado de tal forma que pudiera resistir unos cuantos ataques, sin embargo, no era inmune a un fuego directo.
La cuestión es que Ceutárica necesitaba de la mano de los Jedi ahora mas que nunca...
Espíritu Supremo- Admin
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Re: Meditando VII: Movimientos sismicos [Tigre, Mith, Kahlan]
El Maestro Jedi no podia perder más el tiempo, su planeta natal le necesitaba, y a pesar de que la imagen de este era horrible, no podia venirse abajo, y debia proteger al planeta y a sus ciudadanos siguiendo el camino del jedi... así que pensó para si mismo - Los Jedis somos los guardianes de la paz en la galaxia, debo mantener la templanza ante la situación, además de respetar toda forma de vida, debo servir a la galaxia, independientemente de que tenga conexión con ella o no, debo superarme a través de las experiencias y el conocimiento... vamos alla -
Tras recibir la llamada mediante el intercomunicador, el Maestro Mohamed se drigio con presteza hacia el palacio de gobierno, también conocido como cabildo, que se hallaba en el Monte Hacho.
Esperaba encontrar alli al gobernador, y organizar las medidas necesarias para proteger el planeta. Así pues, solicito su ayuda a Mithrandir, y sin esperar a que respondiese marcho sin demora hacia su destino.
Off-rol: Hemos cambiado el turno, pensando en que el mensaje venia para mi, nos hemos puesto de acuerdo, el siguiente en postear seria Mithrandir.
Tras recibir la llamada mediante el intercomunicador, el Maestro Mohamed se drigio con presteza hacia el palacio de gobierno, también conocido como cabildo, que se hallaba en el Monte Hacho.
Esperaba encontrar alli al gobernador, y organizar las medidas necesarias para proteger el planeta. Así pues, solicito su ayuda a Mithrandir, y sin esperar a que respondiese marcho sin demora hacia su destino.
Off-rol: Hemos cambiado el turno, pensando en que el mensaje venia para mi, nos hemos puesto de acuerdo, el siguiente en postear seria Mithrandir.
tigresj- Maestro Jedi
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Re: Meditando VII: Movimientos sismicos [Tigre, Mith, Kahlan]
Aunque algo cansado aun por el sobre esfuerzo mental para concentrarse tanto en la Fuerza, Mith siguió el paso rápido de Larbi, hacia el exterior de aquellas cuevas. Mohamed ensanchó un hueco, usando la Fuerza, por el que ambos Jedis escaparon a la superficie. El aspecto de todo era desolador y las bombas, aunque no dañaron a nadie, habían tenido su consecuencia en el exterior, mostrándose algun deterioro en el terreno, zanjas y árboles caído aquí y allá.
Al salir Larbi recibió una llamada de auxilio en su comunicador, por lo que no tardó en decidir ayudar al que había enviado aquel SOS, que no era otro que el Gobernador Ukata, desde el cabildo del Palacio. El Maestro Jedi decidió ir hacia allí y Mith siguió sus pasos como buenamente pudo.
Una sensación de alivio recorrió al padawan cuando encontró no muy lejos de allá un par de motos aerodeslizadoras. El transporte perfecto para recorrer aquellas angostas laderas y llegar cuanto antes al Palacio del Gobernador:
— ¡Mohamed, mira! Con estos trastos llegaremos en seguida, vamos. — le dijo Mith a su maestro y amigo, a la vez que se subía en uno de ellos y los ponía en marcha, esperando que Larbi siguiera su ejemplo.
Con ellos llegaron mucho más rápido al lugar de donde procedía la llamada de socorro, teniendo así más posibilidades de encontrar aun al Gobernador con vida y que su intervención no fuese demasiado tarde para salvar la ciudad.
Al salir Larbi recibió una llamada de auxilio en su comunicador, por lo que no tardó en decidir ayudar al que había enviado aquel SOS, que no era otro que el Gobernador Ukata, desde el cabildo del Palacio. El Maestro Jedi decidió ir hacia allí y Mith siguió sus pasos como buenamente pudo.
Una sensación de alivio recorrió al padawan cuando encontró no muy lejos de allá un par de motos aerodeslizadoras. El transporte perfecto para recorrer aquellas angostas laderas y llegar cuanto antes al Palacio del Gobernador:
— ¡Mohamed, mira! Con estos trastos llegaremos en seguida, vamos. — le dijo Mith a su maestro y amigo, a la vez que se subía en uno de ellos y los ponía en marcha, esperando que Larbi siguiera su ejemplo.
Con ellos llegaron mucho más rápido al lugar de donde procedía la llamada de socorro, teniendo así más posibilidades de encontrar aun al Gobernador con vida y que su intervención no fuese demasiado tarde para salvar la ciudad.
Mithrandir- Caballero Jedi
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Re: Meditando VII: Movimientos sismicos [Tigre, Mith, Kahlan]
[ Centro de la Ciudad - Cabildo Nacional ]
El paso de los jedi por la ciudad se hizo veloz y precipitadamente, pues no debían desperdiciar el tiempo que ya no tenían. Las imagenes de las calles dejaban entrever lo que ellos sospechaban en la lejanía. Civiles heridos gravemente, niños llorando sin encontrar a sus padres, gente que se peleaba por el simple hecho de robar un aerodeslizador y salir de allí. Todo era un caos constante invadido por el miedo y la desesperación.
La imponente fachada del gran Cabildo se encontraba allí plantada. Se podía entrever algunos huecos en la estructura, pero el esqueleto general del edificio seguía intacto. Mas sin embargo, la entrada principal se hallaba colapsada de gente intentando encontrar un hueco dentro de este. Las filas de civiles se contaban por centenas. El servicio de seguridad privada del organismo gubernamental se hayaba haciendo la labor de controlador en la circulación de personas hacia el interior. - No se desesperen, habrá lugar para todos - Expresaba la voz del comandante en jefe de la maniobra. Mas aquél discurso carecía de veracidad, pues era claro que tanta gente no sería capaz de ingresar dentro del recinto.
Una mujer con las ropas empolvadas, posiblemente por el polvo de las estructuras destruídas, se acercó de repente al mas joven de los dos Jedi, y arremetió contra él de manera desesperada. - Por favor, señor. Oh por amor de Dios, salvelos...Oh Dios mío, van a morir...van a morir - Le decía al padawan Mithrandir, mientras sollozaba en sus manos. - Tu puedes hacer algo, lo se...puedes hacer algo, por favor...salvalos - Ahora le comunicaba desesperadamente mientras le sujetaba los hombros al jedi. La mirada de la ceutariana se debatía entre el Jedi y el final de la calle, como si estuviera observando dos cosas al mismo tiempo.
Por otro lado, justo al instante de los sollozos de la mujerzuela, apareció un Teniente del servicio secreto nacional dirigiéndose al Maestro Mohamed. - Maestro Jedi, le necesitamos. Le iré explicando en el camino. No hay tiempo que perder - Resaltaba el segurita denotando cierto cansancio en sus modales, parecía comenzar a sufrir la fatiga de todo ese desenfrenado caos imprevisto.
[ Centro de la Ciudad - Fragata Enemiga ]
El fuego habia cesado en su intensidad, según se sospechaba debido a un cambio o un desarrollo de un plan en concreto. Los movimientos de los tripulantes en la cabina de mando eran rápidos y precisos, parecían haberse preparado para aquello durante bastante tiempo. No se les escapaba nada y parecían estar siguiendo al pie de la letra unas extrañas consignas.
- Fase 2 completada. Procedemos al Control Social - Expresaba un humano al mando, con la frialdad propia de un comandante experimentado. Apretó un botón y los altavoces de la Fragata hicieron eco de su voz.
- ¡Atención Ciudadanos de Ceutárica!, no se resistan. Nuestros ataques van dirigidos hacia nuestro corrupto Gobernador. No tienen nada que temer, pronto restauraremos la Paz. Los que se opongan serán tratados como enemigos, y los que deseen luchar por su planeta...¡Esta es su Hora! - Los altavoces vibraban con cada expresión de sus palabras, parecía ser un orador preparado para este tipo de asuntos. La respuesta de la población fue diversa, había quienes aún creían en la fiabilidad del gobernador vigente y mas ahora al ver como estos que decían querer restaurar la paz destruían media ciudad; por otro lado estaban los que engañados se creían el discurso del orador y se exaltaban ante la situación desesperadamente; y por último estaban los que no le habían hecho ni mínimo caso, pues sus vidas eran mas importantes que tomar partido por un bando u otro.
La cuestión era que la sombra de una Guerra Civil asomaba por el horizonte. Tan cruel como decisiva, las almas de aquellos habitantes de ese planeta se encontraba en especial situación......
El paso de los jedi por la ciudad se hizo veloz y precipitadamente, pues no debían desperdiciar el tiempo que ya no tenían. Las imagenes de las calles dejaban entrever lo que ellos sospechaban en la lejanía. Civiles heridos gravemente, niños llorando sin encontrar a sus padres, gente que se peleaba por el simple hecho de robar un aerodeslizador y salir de allí. Todo era un caos constante invadido por el miedo y la desesperación.
La imponente fachada del gran Cabildo se encontraba allí plantada. Se podía entrever algunos huecos en la estructura, pero el esqueleto general del edificio seguía intacto. Mas sin embargo, la entrada principal se hallaba colapsada de gente intentando encontrar un hueco dentro de este. Las filas de civiles se contaban por centenas. El servicio de seguridad privada del organismo gubernamental se hayaba haciendo la labor de controlador en la circulación de personas hacia el interior. - No se desesperen, habrá lugar para todos - Expresaba la voz del comandante en jefe de la maniobra. Mas aquél discurso carecía de veracidad, pues era claro que tanta gente no sería capaz de ingresar dentro del recinto.
Una mujer con las ropas empolvadas, posiblemente por el polvo de las estructuras destruídas, se acercó de repente al mas joven de los dos Jedi, y arremetió contra él de manera desesperada. - Por favor, señor. Oh por amor de Dios, salvelos...Oh Dios mío, van a morir...van a morir - Le decía al padawan Mithrandir, mientras sollozaba en sus manos. - Tu puedes hacer algo, lo se...puedes hacer algo, por favor...salvalos - Ahora le comunicaba desesperadamente mientras le sujetaba los hombros al jedi. La mirada de la ceutariana se debatía entre el Jedi y el final de la calle, como si estuviera observando dos cosas al mismo tiempo.
Por otro lado, justo al instante de los sollozos de la mujerzuela, apareció un Teniente del servicio secreto nacional dirigiéndose al Maestro Mohamed. - Maestro Jedi, le necesitamos. Le iré explicando en el camino. No hay tiempo que perder - Resaltaba el segurita denotando cierto cansancio en sus modales, parecía comenzar a sufrir la fatiga de todo ese desenfrenado caos imprevisto.
[ Centro de la Ciudad - Fragata Enemiga ]
El fuego habia cesado en su intensidad, según se sospechaba debido a un cambio o un desarrollo de un plan en concreto. Los movimientos de los tripulantes en la cabina de mando eran rápidos y precisos, parecían haberse preparado para aquello durante bastante tiempo. No se les escapaba nada y parecían estar siguiendo al pie de la letra unas extrañas consignas.
- Fase 2 completada. Procedemos al Control Social - Expresaba un humano al mando, con la frialdad propia de un comandante experimentado. Apretó un botón y los altavoces de la Fragata hicieron eco de su voz.
- ¡Atención Ciudadanos de Ceutárica!, no se resistan. Nuestros ataques van dirigidos hacia nuestro corrupto Gobernador. No tienen nada que temer, pronto restauraremos la Paz. Los que se opongan serán tratados como enemigos, y los que deseen luchar por su planeta...¡Esta es su Hora! - Los altavoces vibraban con cada expresión de sus palabras, parecía ser un orador preparado para este tipo de asuntos. La respuesta de la población fue diversa, había quienes aún creían en la fiabilidad del gobernador vigente y mas ahora al ver como estos que decían querer restaurar la paz destruían media ciudad; por otro lado estaban los que engañados se creían el discurso del orador y se exaltaban ante la situación desesperadamente; y por último estaban los que no le habían hecho ni mínimo caso, pues sus vidas eran mas importantes que tomar partido por un bando u otro.
La cuestión era que la sombra de una Guerra Civil asomaba por el horizonte. Tan cruel como decisiva, las almas de aquellos habitantes de ese planeta se encontraba en especial situación......
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