Misión - Amaenzar

La Cámara del Consejo yace en calma, tras sus pétreos muros el tiempo parecía haberse detenido en su interior.
El hálito del silencio recorre sus muros, su entorno, cubriendo cada centímetro bajo su manto en prueba de la seriedad de lo que se iba a tratar.

La Maestra Galia se encontraba allí. Su palma zurda sostiene con cuidado un pequeño datapad, aparato en el cual asesta certeros toques e ingresa caracter tras caracter con el índice de su mano libre. Su rostro refleja una evidente seriedad

Solamente quedaba esperar la presencia del Padawan convocado, el joven llamado Amaenzar.


Misión:
Amaenzar

Lento e indetenible, el paso del sol dibujaba una estela lumínica sobre el suelo tras filtrarse por la cúpula de la Cámara. El tiempo sigue su ineludible paso.
La Maestra Galia asiente con levedad ante la presencia del Padawan, pese a su tardanza muestra un tranquilo gesto y la calma que mana de si. Sus manos dejan aquel datapad enfocando su vista en aquel joven hacia quien finalmente se dirige.

— Bien. Debes ser conciente de la situación actual en la Galaxia, nuevos enemigos y obstáculos se presentan uno tras de otro. Es por ello que la Orden necesita ahora de todos sus integrantes, Jedi o Padawan, y un nuevo Maestro Jedi te ha sido asignado para proseguir tu entrenamiento… una Maestra Jedi mejor dicho, debe llegar en un instante… —

La Maestra Galia no perdía de vista al Padawan. Sus labios esgrimen un ligero sonreír al comunicarle la noticia, tras la cual hace una ligera pausa como si supiera con certeza la cercanía de la Jedi mencionada.
La puerta de la Cámara del Consejo se abre con evidente sincronía, revelando tras de si la fémina silueta de la Jedi. Una larga túnica con un bordado ornado, una piel tersa y blanca contrastaba con el largo y dorado cabello que cae por sus hombros, su paso tranquilo la acerca hacia el Padawan al lado del cual se posa tras dedicar a ambos presentes una respetuosa reverencia.

— Bienvenida, Maestra Fay. Prosigamos.
Fay, eres una de las Jedi más reconocidas en la Orden y tu entrenamiento en la creación de sables láser es vital para todos. Pero en esta ocasión necesitamos tu habilidad en la negociación para prevenir que se desate una masacre. Y por último, quisiera que consideres a este joven como tu nuevo Padawan. —

En un ligero ademán de su mano la Maestra Galia presenta al Padawan. El tranquilo y sereno mirar de la Jedi de apariencia elfica no tarda en posarse sobre él a quien ahora sonríe con levedad. Finalmente, aquella Maestra Jedi toma la palabra.

— Siempre he seguido la voluntad de la Fuerza. Si este es el nuevo camino que me presenta lo aceptaré con gusto. —


— Esta decidido, no debemos perder tiempo entonces. — La Maestra Galia retoma la palabra. — Es necesario que vayan a Kuat, esa plataforma es hogar de los forjadores y blanco posible de un inminente ataque por parte de la Corporación Zann. Puede haber infiltrados así que regístrense como comerciantes o refugiados.

Los demás informes les serán entregados tan pronto aborden la nave. La unidad T3 irá con ustedes dos. Que la Fuerza los acompañe. —

Una nueva y respetuosa reverencia es dedicada hacia ambos presentes, mismo gesto que corresponde la Jedi de elfica apariencia. Tras su nueva asignación, el sereno andar de sus pasos la lleva a abandonar aquella Cámara del Consejo en espera del Padawan asignado.

El cabello dorado caía por sus hombros y espalda, se arremolinaba en pequeños bucles que oscilaban en armonía a cada paso de la Jedi. Parecía un ser élfico y sus puntiagudas orejas realzaban más aquella idea.
Su ser irradia por naturaleza un aura de tranquilidad, una calma y gracia que manan de su fémina figura aún con mayor intensidad al ser una Jedi. Su rostro es decorado con un leve sonreír de atención cuando su atención vuelve hacia aquel joven.

— ¿Ah si? Me parece bien, va a ser algo útil si las cosas no se tornan favorables. —
Su mano derecha se liberó de la opuesta por un breve momento, un instante en que realizó un ligero ademán indicando al Padawan uno de los pasillos que ahí se encontraban.

— Cada sable de luz refleja al Jedi que lo porta, por ello nunca habrá dos iguales y el equilibrio y armonía entre ambos debe ser perfecto. Antes de partir a la misión, y si no te molesta, quisiera saber que tan bien forjado está tu sable. —
Dicho aquello, la calma de sus pasos prosigue mientras la Jedi se encamina por aquel pétreo pasillo en compañía del joven Padawan.