El Día a Día (Libre) [Lianna]
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El Día a Día (Libre) [Lianna]
El joven ya se veía distinto. Su apariencía había cambiado con el tiempo, se le veía más maduro, alto, había desarrollado su músculatura, esos dos años le habían pasado con lentitud. Cada cambio había sido importante.
También había cambido su modo de ver la vida, era un aprendíz del Pontentium, el pupilo del Sabio Ded, uno de los tantos exiliados de la Orden; según lo que Wook sabía, su maestro había abandonado la senda del Jedi tras años de meditación, tomando la filosofía Pontentium como la más aceptada. Claro que ese exilio había ocurrido siglos atrás, las huellas de ese camino ya habían sido cubiertas por la nieve, no muchos le recordarían.
Aún así, el Sabio había entrenado a grandes Caballeros de la Fuerza. De la misma forma que lo hacía con Wook en ese momento, quién se encontraba frente al río en ese momento.
Había abandonado la cueva, estaba cansado del alimento que se le entregaba día a día, había divisado hacía tiempo un cardúmen, se sentó paciente, a esperar. A orillas del angosto pero caudaloso afluente; su habilidad para la pesca era notoria.
Llevaba una lanza en su mano, era algo que había fabricado manualmente, cómo lo había echo toda su vida en Ossus.
Gracias a su atención, logró ver en la distancia, como se aventuraba el cardumen por esas aguas. Se paró aún más cerca, para esperarlo.
Cuando las aguas se revolvieron, disparó su lanza, sin despegarla de su cuerpo, todo el tiempo se había encontrado confiado, pero se encontró finalmente, con la amargura de notar que no había capturado nada. Sus años de vida silvestre no eran suficientes como para atrapar a tales animales, quiénes se movían con tanta velocidad como sus aletas se lo permitían.
-Aprender una lección debes, si deseas a los pequeños atrapar- El maestro se encontraba por detrás de su aprendíz, sonriente y enigmatico como siempre. Wook ya le había tomado cariño, lo sentía como un amigo, al igual que el maestro a él.
-¿A qué se refiere maestro?- Interrogó el Ysanna, mientras miraba a Ded con un rostro lleno de dudas, deseaba aprender aquella lección. -En el momento lo sabrás- El maestro inclinó un poco la cabeza, para después mirar otra vez a Wook -Marcharnos debemos, una misión debemos cumplír-
-¿Cuál misión?- El joven Ysanna seguiría a Ded hasta el fin de la Galaxia si es que existía. Pero aún así, preguntaba por curiosidad. -A Illum marcharemos. Sigue a Ded, joven aprendiz- Wook hizo caso, caminó con su maestro otra vez hacia la cueva. Pero esta vez, el pequeño verdoso no ingresó en ella, sino que giró hacia un gran arbol, tan alto e inmenzo, que podría construirse una cabaña con su único uso.
También había cambido su modo de ver la vida, era un aprendíz del Pontentium, el pupilo del Sabio Ded, uno de los tantos exiliados de la Orden; según lo que Wook sabía, su maestro había abandonado la senda del Jedi tras años de meditación, tomando la filosofía Pontentium como la más aceptada. Claro que ese exilio había ocurrido siglos atrás, las huellas de ese camino ya habían sido cubiertas por la nieve, no muchos le recordarían.
Aún así, el Sabio había entrenado a grandes Caballeros de la Fuerza. De la misma forma que lo hacía con Wook en ese momento, quién se encontraba frente al río en ese momento.
Había abandonado la cueva, estaba cansado del alimento que se le entregaba día a día, había divisado hacía tiempo un cardúmen, se sentó paciente, a esperar. A orillas del angosto pero caudaloso afluente; su habilidad para la pesca era notoria.
Llevaba una lanza en su mano, era algo que había fabricado manualmente, cómo lo había echo toda su vida en Ossus.
Gracias a su atención, logró ver en la distancia, como se aventuraba el cardumen por esas aguas. Se paró aún más cerca, para esperarlo.
Cuando las aguas se revolvieron, disparó su lanza, sin despegarla de su cuerpo, todo el tiempo se había encontrado confiado, pero se encontró finalmente, con la amargura de notar que no había capturado nada. Sus años de vida silvestre no eran suficientes como para atrapar a tales animales, quiénes se movían con tanta velocidad como sus aletas se lo permitían.
-Aprender una lección debes, si deseas a los pequeños atrapar- El maestro se encontraba por detrás de su aprendíz, sonriente y enigmatico como siempre. Wook ya le había tomado cariño, lo sentía como un amigo, al igual que el maestro a él.
-¿A qué se refiere maestro?- Interrogó el Ysanna, mientras miraba a Ded con un rostro lleno de dudas, deseaba aprender aquella lección. -En el momento lo sabrás- El maestro inclinó un poco la cabeza, para después mirar otra vez a Wook -Marcharnos debemos, una misión debemos cumplír-
-¿Cuál misión?- El joven Ysanna seguiría a Ded hasta el fin de la Galaxia si es que existía. Pero aún así, preguntaba por curiosidad. -A Illum marcharemos. Sigue a Ded, joven aprendiz- Wook hizo caso, caminó con su maestro otra vez hacia la cueva. Pero esta vez, el pequeño verdoso no ingresó en ella, sino que giró hacia un gran arbol, tan alto e inmenzo, que podría construirse una cabaña con su único uso.
Wook Keldorian- Adepto de la Fuerza
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Re: El Día a Día (Libre) [Lianna]
-Obstruír el viaje, es lo que el arbol hace- La voz de Ded sonaba tosca y calmada. -Claro está, que no se puede seguír adelante si un obstaculo precencia hace- El maestro hablaba metaforicamente por supuesto. Se refería al arbol como un obstaculo para enseñar a Wook una lección.
-Los obstaculos no se esquivan- Afirmó Ded -Enfrentarlos es lo que debes. Eso harás ahora- Encomendó el Maestro a su pupilo, quién no entendía como lograría enfrentar tal impedimiento, seguramente aprendería importante haciendoló.
-Vé- Se limitó a decir el maestro, y tras escucharle, su aprendiz se encaminó lentamente, recorriendo los pocos metros que le separaban del robusto compuesto por madera. Era realmente grande, demasiado a comparación de los demas. Algo hacia precencia dentro, algun ser, o criatura, probablemente algo más inusual que todo lo que había vivido el Ysanna en esos años.
-Los obstaculos no se esquivan- Afirmó Ded -Enfrentarlos es lo que debes. Eso harás ahora- Encomendó el Maestro a su pupilo, quién no entendía como lograría enfrentar tal impedimiento, seguramente aprendería importante haciendoló.
-Vé- Se limitó a decir el maestro, y tras escucharle, su aprendiz se encaminó lentamente, recorriendo los pocos metros que le separaban del robusto compuesto por madera. Era realmente grande, demasiado a comparación de los demas. Algo hacia precencia dentro, algun ser, o criatura, probablemente algo más inusual que todo lo que había vivido el Ysanna en esos años.
Wook Keldorian- Adepto de la Fuerza
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Fecha de inscripción : 17/05/2009
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Re: El Día a Día (Libre) [Lianna]
Con el uso de sus manos, Wook separó las tantas ramas que cubrían la parte inferior del árbol. Allí, entre las verdosas ojas y el marrón de la madera, encontró lo que parecía ser un agujero, también visto como una entrada. Directa al interiór del robusto gigante.
El joven giró su cabeza, mirando detenidamente a su maestro, quién, cerrando los ojos, asintió con la cabeza, claramente, quería hacer entender a su aprendíz cuál era su misión: Entrar.
El joven atravezó el umbral, encontrandosé así, envuelto en las sombras. ¿Qué habitaba esa cueva? Al parecer, alguna especie de anomalía estaba allí. Algo más extraño que lo antes vivido. Algo que cambiaría la vida del joven.
Auras eternas de oscuridad, recubiertas por un brillo divino, era lo que allí habitaba, una perturabación en la Fuerza, que cualquier sensible pudo haber percibido.
Derrepente, el jove entró en un estado de sueño, su mente se separó de su cuerpo, viajando atravéz de lo que es conocido, como "Cosmos". La galaxia entera se presentó ante él. Las oscuras e infinitas estrellas. Bolas de fuego encendidas hace millones y millones de años en el pasado, el Ysanna contemplaba con asombro.
A lo lejos, un susurro, débil e incomprensible, pero susurro al fin. Esa voz, buscaba algo en el Ysanna.
Se le hizo difícil entenderla, le tomó tiempo, concentrarse y abrír su mente, ya lo había hecho antes, pero aún así, tomaba trabajo.
La voz fué cada vez más clara, aunque nunca llegó a terminar de distorcionarse -¡Woook!- Exclamaba, al mismo tiempo que una figura deforme, de color únicamente negro se presentaba ante el adepto.
El joven giró su cabeza, mirando detenidamente a su maestro, quién, cerrando los ojos, asintió con la cabeza, claramente, quería hacer entender a su aprendíz cuál era su misión: Entrar.
El joven atravezó el umbral, encontrandosé así, envuelto en las sombras. ¿Qué habitaba esa cueva? Al parecer, alguna especie de anomalía estaba allí. Algo más extraño que lo antes vivido. Algo que cambiaría la vida del joven.
Auras eternas de oscuridad, recubiertas por un brillo divino, era lo que allí habitaba, una perturabación en la Fuerza, que cualquier sensible pudo haber percibido.
Derrepente, el jove entró en un estado de sueño, su mente se separó de su cuerpo, viajando atravéz de lo que es conocido, como "Cosmos". La galaxia entera se presentó ante él. Las oscuras e infinitas estrellas. Bolas de fuego encendidas hace millones y millones de años en el pasado, el Ysanna contemplaba con asombro.
A lo lejos, un susurro, débil e incomprensible, pero susurro al fin. Esa voz, buscaba algo en el Ysanna.
Se le hizo difícil entenderla, le tomó tiempo, concentrarse y abrír su mente, ya lo había hecho antes, pero aún así, tomaba trabajo.
La voz fué cada vez más clara, aunque nunca llegó a terminar de distorcionarse -¡Woook!- Exclamaba, al mismo tiempo que una figura deforme, de color únicamente negro se presentaba ante el adepto.
Wook Keldorian- Adepto de la Fuerza
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Fecha de inscripción : 17/05/2009
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Re: El Día a Día (Libre) [Lianna]
OFF: A partir de esos extraños sueños y visiones que te están por llegar deberás explicar mediante el rol que significará para ti el sable de luz y que utilidad le darás... A menudo se te dará a escoger entre diversas opciones, imagínalas tú o yo te ayudaré. A medida que vayas eligiendo entre las opciones irás completando tu camino.
PRUEBA: Relata lo sucedido en la cueva mediante mínimo 3 post, en los cuales deberás describir (a través de sueños, ilusiones, etc) qué es para tí esa herramientas y como la usarás cuando la completes. Las respuestas deberán ser con el Pontentium que estás aprehendiendo de tu Mentor.
PRUEBA: Relata lo sucedido en la cueva mediante mínimo 3 post, en los cuales deberás describir (a través de sueños, ilusiones, etc) qué es para tí esa herramientas y como la usarás cuando la completes. Las respuestas deberán ser con el Pontentium que estás aprehendiendo de tu Mentor.
La Fuerza- Narrador/GM
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Fecha de inscripción : 15/05/2009
Re: El Día a Día (Libre) [Lianna]
Era irreconocible, nadie podría atestiguar de quién se trataba, esa anomalía que habitaba el lugar, esa figura era un conocido, alguien que Wook pensaba no volver a ver jamás.
-¡Wook!- Gritaba enardecida aquella voz, la cuál no provenía de la anomalía, sino que tenía su origen en la nada misma. La Fuerza tenía aún más misterios que revelar.
El Ysanna cerró sus ojos, no observó al individuo durante más de un rato, buscaba concentrase aún más. Era necesario si deseaba reconocer su objetivo dentro de aquel sin fin de estrellas que se le presentaba en forma de visión.
En su mente distintos pensamientos se fueron formulando, nunca se había cuestionado nada sobre sí mismo desde que su entrenamiento había comenzado, incluso después de horas de meditación no se había interrogado a sí mismo con la esencial pregunta que surge en la mente de todo aprendiz: ¿Soy capaz de esto?
-¡No, Wook!- La voz gritaba, pero se escuchaba débil al mismo tiempo -Las dudas sólo confunden tu mente- Esta vez la figura ya se parecía a alguien, era Eitan, el caballero que había encaminado a Wook a esa vida.
-¿Eitan? ¿Cómo?- La sorpresa lo distrajo de sus pensamientos durante unos segundos, pero sin obtener más respuesta que la cabeza del Caballero Eitan asintiendo, el Ysanna habló.
-Tienes razón, no debo mirar hacia atrás- Se limitó a agregar -Pero aún así, no logro entender que debo hacer-
-Debes despreocuparte joven, pero al mismo tiempo debes estar alerta, hay algo que debes hacer, si es que quieres defender la Galaxia y sus alrededores- El iris de Eitan no existía, eran bolas blancas, sin color alguno.
-¡Wook!- Gritaba enardecida aquella voz, la cuál no provenía de la anomalía, sino que tenía su origen en la nada misma. La Fuerza tenía aún más misterios que revelar.
El Ysanna cerró sus ojos, no observó al individuo durante más de un rato, buscaba concentrase aún más. Era necesario si deseaba reconocer su objetivo dentro de aquel sin fin de estrellas que se le presentaba en forma de visión.
En su mente distintos pensamientos se fueron formulando, nunca se había cuestionado nada sobre sí mismo desde que su entrenamiento había comenzado, incluso después de horas de meditación no se había interrogado a sí mismo con la esencial pregunta que surge en la mente de todo aprendiz: ¿Soy capaz de esto?
-¡No, Wook!- La voz gritaba, pero se escuchaba débil al mismo tiempo -Las dudas sólo confunden tu mente- Esta vez la figura ya se parecía a alguien, era Eitan, el caballero que había encaminado a Wook a esa vida.
-¿Eitan? ¿Cómo?- La sorpresa lo distrajo de sus pensamientos durante unos segundos, pero sin obtener más respuesta que la cabeza del Caballero Eitan asintiendo, el Ysanna habló.
-Tienes razón, no debo mirar hacia atrás- Se limitó a agregar -Pero aún así, no logro entender que debo hacer-
-Debes despreocuparte joven, pero al mismo tiempo debes estar alerta, hay algo que debes hacer, si es que quieres defender la Galaxia y sus alrededores- El iris de Eitan no existía, eran bolas blancas, sin color alguno.
Wook Keldorian- Adepto de la Fuerza
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Re: El Día a Día (Libre) [Lianna]
- Es verdad - Afirmó el Jedi Gris - Nuestra misión es ayudar al bien común de la Galaxia, tengo qué abrir mi mente, y buscar mi objetivo en este lugar -
- ¿Abrir tu mente? ¿Defender a la Galaxia? Tú no podrías hacer eso ni en un millón de años, mírate, desconcertado ante la simple visita de un espíritu ¿Qué bien podrías traer? - Eitan había cambiado de parecer, no se veía cómo antes.
- ¿Pero quuué dicces...?-
- Lo qué escuchaste. No sirves para nada pequeño estúpido, dime, ¿Sabrías defender a alguien? Seguramente sólo lo pondrías en problemas, cómo siempre lo has hecho - La anomalía hablaba con velocidad, una macabra sonrisa se presentaba en su rostro.
- ¡No es verdad! - Las palabras de Eitan confundían a Wook.
- ¿Cómo qué no lo es? Dime, ¿Recuerdas a tus hermanos en Ossus? Los metiste en problemas más de una vez durante tus caserías, todo porqué dudabas, porqué no confiabas en nada. Das lástima Wook, acéptalo -
-Sí, tienes razón- Asintió el joven mientras inclinaba la cabeza, afligido y desconcertado.
- ¿Lo vez? No me equivocaba para nada, eres un simple niño, ni te imaginas las numerosas formas en las qué podrías fracasar -
- ¡Basta! ¡Eh cambiado, ya no soy cómo antes, no intentes confundirme! - El Ysanna miraba desafiante a quién fue su primer mentor.
- ¿Lo crees? Porque yo no. Es más, estoy seguro de qué estás sintiendo miedo por el simple hecho de pensar en un combate. Eres patético - El Espíritu de Eitan, otrora Caballero Gris, dio forma, por medio de la Fuerza, a un sable de luz. El arma predilecta de los usuarios de la Fuerza. Está, al igual qué él, tomaron color, olvidando el tono grisáceo con el cuál se presentan los espíritus.
Era un hermoso sable escarlata, símbolo del poder, un arma forjada para la destrucción.
- Dime joven, qué harías sí intentara asesinar a tú viejo maestro - Eitan se refería a Ded.
No le dio tiempo de responder, se posicionó en una clásica posición de combate del Ataru. Ofensiva por supuesto. - Verás lo qué podría pasarte - El Jedi Gris se abalanzó sobre Wook, realizando previamente un gran salto, impulsado gracias a la Fuerza; realizó un corte de forma horizontal, directamente al cuello del Ysanna.
Wook reaccionó rápidamente, flexionando sus rodillas, posicionándolas en un ángulo de 90 grados, agachándose, para esquivar el corte qué pudo haber terminado con su vida o al menos con la visión.
- ¡¿Qué haces?! ¡Blande un arma inútil! - Eitan se lo reprochaba al confundido joven cómo si fuera fácil. Pero de alguna forma u otra, era posible. Un sable láser se presentó en las manos del Ysanna, sin qué el notara cómo apareció.
Otro violento salto fue realizado por Eitan, invocando la Fuerza para tomar más velocidad, al aproximarse a Wook, utilizando una variante del Juyo, acompañado con su Dun Möch, comenzó una serie de estocadas al joven.
La primer fue de índole vertical, poniendo en peligro el hombro derecho del aprendiz, quién se cubrió de forma horizontal, con el misterioso sable color carmesí qué ahora portaba. Seguidamente, Eitan atacó su cóccix con un movimiento renombrado, llamado Shiak, del cuál Wook se defendió saltando hacia atrás.
- ¡Detente! - Ordenó, al mismo tiempo qué utilizaba la Fuerza para empujar a su oponente, haciendo uso de ondas telequinéticas para ello. Algo qué había practicado con anterioridad.
Caminó lentamente hacia su rival, con una mirada fría, y vacía de felicidad. Desde el suelo, recostado, Eitan hablaba.
- ¿¡Para esto usarías tu sable?! ¿¡Crees qué la destrucción es la senda qué debería recorrer un Usuario de la Fuerza¡?- La anomalía gritaba con toda su inexistente garganta, sus gritos eran secos.
- ¡No, mis intenciones no son esas! ¡Yo busco la paz, el bien común, proteger a la Galaxia, para eso utilizaré mis habilidades, nada más qué para servir a la Galaxia! - Decidido se encontraba Wook.
- ¿Abrir tu mente? ¿Defender a la Galaxia? Tú no podrías hacer eso ni en un millón de años, mírate, desconcertado ante la simple visita de un espíritu ¿Qué bien podrías traer? - Eitan había cambiado de parecer, no se veía cómo antes.
- ¿Pero quuué dicces...?-
- Lo qué escuchaste. No sirves para nada pequeño estúpido, dime, ¿Sabrías defender a alguien? Seguramente sólo lo pondrías en problemas, cómo siempre lo has hecho - La anomalía hablaba con velocidad, una macabra sonrisa se presentaba en su rostro.
- ¡No es verdad! - Las palabras de Eitan confundían a Wook.
- ¿Cómo qué no lo es? Dime, ¿Recuerdas a tus hermanos en Ossus? Los metiste en problemas más de una vez durante tus caserías, todo porqué dudabas, porqué no confiabas en nada. Das lástima Wook, acéptalo -
-Sí, tienes razón- Asintió el joven mientras inclinaba la cabeza, afligido y desconcertado.
- ¿Lo vez? No me equivocaba para nada, eres un simple niño, ni te imaginas las numerosas formas en las qué podrías fracasar -
- ¡Basta! ¡Eh cambiado, ya no soy cómo antes, no intentes confundirme! - El Ysanna miraba desafiante a quién fue su primer mentor.
- ¿Lo crees? Porque yo no. Es más, estoy seguro de qué estás sintiendo miedo por el simple hecho de pensar en un combate. Eres patético - El Espíritu de Eitan, otrora Caballero Gris, dio forma, por medio de la Fuerza, a un sable de luz. El arma predilecta de los usuarios de la Fuerza. Está, al igual qué él, tomaron color, olvidando el tono grisáceo con el cuál se presentan los espíritus.
Era un hermoso sable escarlata, símbolo del poder, un arma forjada para la destrucción.
- Dime joven, qué harías sí intentara asesinar a tú viejo maestro - Eitan se refería a Ded.
No le dio tiempo de responder, se posicionó en una clásica posición de combate del Ataru. Ofensiva por supuesto. - Verás lo qué podría pasarte - El Jedi Gris se abalanzó sobre Wook, realizando previamente un gran salto, impulsado gracias a la Fuerza; realizó un corte de forma horizontal, directamente al cuello del Ysanna.
Wook reaccionó rápidamente, flexionando sus rodillas, posicionándolas en un ángulo de 90 grados, agachándose, para esquivar el corte qué pudo haber terminado con su vida o al menos con la visión.
- ¡¿Qué haces?! ¡Blande un arma inútil! - Eitan se lo reprochaba al confundido joven cómo si fuera fácil. Pero de alguna forma u otra, era posible. Un sable láser se presentó en las manos del Ysanna, sin qué el notara cómo apareció.
Otro violento salto fue realizado por Eitan, invocando la Fuerza para tomar más velocidad, al aproximarse a Wook, utilizando una variante del Juyo, acompañado con su Dun Möch, comenzó una serie de estocadas al joven.
La primer fue de índole vertical, poniendo en peligro el hombro derecho del aprendiz, quién se cubrió de forma horizontal, con el misterioso sable color carmesí qué ahora portaba. Seguidamente, Eitan atacó su cóccix con un movimiento renombrado, llamado Shiak, del cuál Wook se defendió saltando hacia atrás.
- ¡Detente! - Ordenó, al mismo tiempo qué utilizaba la Fuerza para empujar a su oponente, haciendo uso de ondas telequinéticas para ello. Algo qué había practicado con anterioridad.
Caminó lentamente hacia su rival, con una mirada fría, y vacía de felicidad. Desde el suelo, recostado, Eitan hablaba.
- ¿¡Para esto usarías tu sable?! ¿¡Crees qué la destrucción es la senda qué debería recorrer un Usuario de la Fuerza¡?- La anomalía gritaba con toda su inexistente garganta, sus gritos eran secos.
- ¡No, mis intenciones no son esas! ¡Yo busco la paz, el bien común, proteger a la Galaxia, para eso utilizaré mis habilidades, nada más qué para servir a la Galaxia! - Decidido se encontraba Wook.
Wook Keldorian- Adepto de la Fuerza
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Re: El Día a Día (Libre) [Lianna]
-Así qué para eso me atacas, para "defender" a la Galaxia- Dijo sarcásticamente Eitan.
Wook reaccionó ante las palabras de la anomalía, el acto qué estava por realizar no era el índicado, debía detenerse.
Y así lo hizo, se detuvo justo antes de realizar un corte asesino al Eitan qué reposaba en el suelo. Una sonrisa invadió el rostro del Caballero Gris, ciertamente todo era una prueba. Wook había demostrado -De alguna forma u otra- de conocer el uso qué debía hacer de su capacidad para manipular la Fuerza.
-Has madurado joven- Afirmó Eitan, mientras se levantaba. -Dime Wook, ¿Cómo definirías a un sable láser?- El Ysanna se tomó su tiempo pensándolo, alrededor de unos minutos le llevo expresar su corta, pero reflexionada definición.
-Una balanza- Dijo, refiriéndose al uso qué le daría a dicho objeto con el tiempo. Eitan había sido inmaduro en sus inicios también, pero le disgustaba admitirlo, pensó qué no sería un pecado no confesarlo. Así qué calló unos instantes.
-Así es joven, pero ten en cuenta, qué una balanza tiende a ser más pesada de un lado qué el otro, puede usarse tanto para el bien, cómo para el mal. Tú decidirás cuál uso darle, y a veces, las tentaciones pueden confundir la mente. Por eso debes controlar tus sentimientos, no suprimirlos, como hacen los Jedis; o aumentarlos, como hacen los Siths-
-Entiendo Eitan. Usaré el sable sólo cuándo sea necesario, no interferirá en la vida de los inocentes, las resguardará-
El Espíritu sonrie otra vez.
-Así es joven- Se limitó a decir -Me gustaría charlar contigo un tiempo más, pero no es posible. Pero ten presente, qué no será la última vez qué me veas. Adiós Wook-
-Adiós Eitan- Dijo el chico lentamente, mientras sus iris se ocultaban tras el cerrar de sus ojos. Entró en un estado de sueño, profundo pero corto, no pasaron más de unos minutos antes de qué el joven se despertara. O al menos eso creía él.
Se encontraba arrecostado, a espaldas del árbol en el cuál se había alojado. El lugar portaba un aura distinta. El chico lo sentía.
Por delante de él, se encontraba el verdoso y diminuto Sabio del Pontentium qué le había estado enseñando. Una sonrisa se posaba en su rostro, era un confiable e inteligente ser.
-A Illum, marchar debes- Dijo con una tenue voz, la cuál armonizó con el sonido del bosque. El joven -Aún acostado- posó sus manos en el suelo, para intentar levantarse, se encontraba mareado.
También notó algo más, algo qué se encontraba aún en su mano, pero no había sido sentido por él, debido a la distracción qué llevaba. Giró su vista a ese objeto. Mirándolo con serenidad. Era la empuñadura de un sable láser, se le había legado a él. Contenía todos los componentes, a exepción de un cristal.
Lo levantó con ambas manos, para contemplarlo durante unos segundos más. Seguidamente, miró a su Maestro con curiosidad, algo no se sentía bien en él.
-A Ilum debes marchar- Reiteró -Sólo tendrás qué buscar una ruta hacia allí. Pero ten presente, qué te acompañaré en tu viaje-
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Wook reaccionó ante las palabras de la anomalía, el acto qué estava por realizar no era el índicado, debía detenerse.
Y así lo hizo, se detuvo justo antes de realizar un corte asesino al Eitan qué reposaba en el suelo. Una sonrisa invadió el rostro del Caballero Gris, ciertamente todo era una prueba. Wook había demostrado -De alguna forma u otra- de conocer el uso qué debía hacer de su capacidad para manipular la Fuerza.
-Has madurado joven- Afirmó Eitan, mientras se levantaba. -Dime Wook, ¿Cómo definirías a un sable láser?- El Ysanna se tomó su tiempo pensándolo, alrededor de unos minutos le llevo expresar su corta, pero reflexionada definición.
-Una balanza- Dijo, refiriéndose al uso qué le daría a dicho objeto con el tiempo. Eitan había sido inmaduro en sus inicios también, pero le disgustaba admitirlo, pensó qué no sería un pecado no confesarlo. Así qué calló unos instantes.
-Así es joven, pero ten en cuenta, qué una balanza tiende a ser más pesada de un lado qué el otro, puede usarse tanto para el bien, cómo para el mal. Tú decidirás cuál uso darle, y a veces, las tentaciones pueden confundir la mente. Por eso debes controlar tus sentimientos, no suprimirlos, como hacen los Jedis; o aumentarlos, como hacen los Siths-
-Entiendo Eitan. Usaré el sable sólo cuándo sea necesario, no interferirá en la vida de los inocentes, las resguardará-
El Espíritu sonrie otra vez.
-Así es joven- Se limitó a decir -Me gustaría charlar contigo un tiempo más, pero no es posible. Pero ten presente, qué no será la última vez qué me veas. Adiós Wook-
-Adiós Eitan- Dijo el chico lentamente, mientras sus iris se ocultaban tras el cerrar de sus ojos. Entró en un estado de sueño, profundo pero corto, no pasaron más de unos minutos antes de qué el joven se despertara. O al menos eso creía él.
Se encontraba arrecostado, a espaldas del árbol en el cuál se había alojado. El lugar portaba un aura distinta. El chico lo sentía.
Por delante de él, se encontraba el verdoso y diminuto Sabio del Pontentium qué le había estado enseñando. Una sonrisa se posaba en su rostro, era un confiable e inteligente ser.
-A Illum, marchar debes- Dijo con una tenue voz, la cuál armonizó con el sonido del bosque. El joven -Aún acostado- posó sus manos en el suelo, para intentar levantarse, se encontraba mareado.
También notó algo más, algo qué se encontraba aún en su mano, pero no había sido sentido por él, debido a la distracción qué llevaba. Giró su vista a ese objeto. Mirándolo con serenidad. Era la empuñadura de un sable láser, se le había legado a él. Contenía todos los componentes, a exepción de un cristal.
Lo levantó con ambas manos, para contemplarlo durante unos segundos más. Seguidamente, miró a su Maestro con curiosidad, algo no se sentía bien en él.
-A Ilum debes marchar- Reiteró -Sólo tendrás qué buscar una ruta hacia allí. Pero ten presente, qué te acompañaré en tu viaje-
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Wook Keldorian- Adepto de la Fuerza
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