Lianna City [Lianna] [Libre]

El joven Ysanna se movía por la capital de aquél planeta. Nunca había visto tanta gente en el mismo lugar, durante los dos años qué había habitado allí, no había cruzado aquel bosque. Por protección, y más qué nada para no desconcentrarse de su tan arduo entrenamiento. Era visto cómo un extraño, su cabello tan largo, cuidado mediante sustancias extraídas de la naturaleza, las cuales brindaban color y brillo, a la vez qué nutrían. Su forma de vestir tampoco era considerada "normal" por los habitantes del planeta, un musculosa blanca, imperfecta en la zona de contacto con sus extremidades superiores, y un pantalón sujetado con una especie de soga, realmente parecía un Ysanna.

"Salvaje" era lo qué murmuraban los citadinos mientras le veían cruzando la plaza principal. Wook mantenía sus ojos abiertos, sus iris se veían extraños bajo el reflejo del Sol. Entre tantas naves, edificaciones y personas, no sabía por donde comenzar a instalarse.

Cualquier otro viajero hubiera llevado algo más, una mochila, o dinero quizás. Pero Wook no era así, sus ropas fueron tejidas con seda de la flor más hermosa qué encontró. Una propiedad extraña qué tenían la flora de aquel planeta.

Entre sus pensamientos, se encontraban las últimas palabras de su maestro.

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"El joven aún estaba recostado a espaldas de aquél árbol, uno qué portaba Espíritus, además de un aura de bondad. En sus manos, descansaba la empuñadura de su sable láser, y sus iris estaban fijados en los de su verdoso maestro, quién segundos antes, le había indicado qué su destino sería Ilum, pero qué él no lo acompañaría.

-Maestro, muchísimas gracias por toda su ayuda, estoy seguro de qué nos volveremos a ver- Wook no había reprochado a su maestro, estaba viendo la vida del Jedi desde otro punto de vista. No cuestionaría su deber. -Encontrarme... No podrás. Pero inevitable es nuestro reunión- El alienígena habló por última vez a su aprendiz en un largo tiempo. En ese momento, se desvaneció, usando la Fuerza para hacer eso. Sus capacidades no conocían límites.

Por otra última vez en mucho tiempo, el pupilo de Ded asintió con la cabeza, mientras observaba cómo desaparecía su maestro, sin dejar rastro alguno. Algunos hubieran pensado qué se unió con la Fuerza, pero aún sobraba vida en aquel diminuto cuerpo.

El Ysanna se levantó de su posición, el único Sol del planeta brillaba con intensidad, era recién el medio día. Sí se apresuraba, podría llegar a la civilización en poco tiempo.

Marchó a la cueva donde había residido durante dos años. El tiempo pasa rápido, ¿No?. No demoró en juntar unas capsulas alimenticias, y en marcharse en busca de la aventura. La ciudad más próxima, la capital del planeta, se encontraba a unos ochenta o más kilómetros. Los pies del joven estaban acostumbrados a caminar afortunadamente."

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Sudaba un poco, así qué decidió sentarse, en aquella plaza, encontró un pequeño banco. Donde podía conseguir descanso y sombra.

Colgada en su cinturón, tenía una de las últimas capsulas alimenticias, el maestro casi no las usaba, y el las detestaba, así qué sólo ingería pescado o fruta. Pero en ese momento no tenía otra cosa.

El líquido almacenado llevaba años ahí dentro, a pesar de las propiedades de conservación, tenía un horrible sabor. ¿Cuántas cosas podría hacer alguien con sed?

La plaza donde estaba, era un cuadrado, sumergido unos veinte metros bajo tierra. A sus costados, tenía pequeños casilleros cubiertos con flores, unos cuantos metros arriba, diferentes vehículos transitaban el gigantesco asentamiento. En una pequeña esquina, un robot anunciaba algo. El joven no alcanzaba a oír.

Una persona cruzó por delante de él, y el robot se marchó a informar sobre sus anuncios a otra parte.

-Disculpe señor- Wook era muy educado y respetuoso -Pero, ¿Qué decía aquella máquina- No se refería a ellos como "droides".

-Anunciaba empleos señor- Dijo el hombre antes de marcharse. Previamente, miró a Wook de reojo, seguramente prejuzgándolo.

El Ysanna levantó emocionado, un método con el cuál producir dinero, quizás suficiente para comprar una nave, o para pagar el alquiler de alguna. Corrió tras el droide. Un metal celeste cubría sus circuitos.

-Perdón, ¿Qué trabajos ofreces?- Preguntó simpático el Ysanna, su forma de tratar con los droides era similar a la de los humanos, no por ignorancia, sino qué por gusto propio.

La metálica silueta del droide observó a Wook, antes de enseñar una proyección, en ella, los distintos puestos libres qué anunciaba. Un método inusual, pero también usado para hacer publicidades a varios productos


Off: A algún narrador, le pido qué me especifique qué me enseña el droide en sus proyecciones.

Tras escuchar las palabras del chico, el droide se volvió y mostró en un holograma los puestos aun vacantes en diferentes trabajos fuera y dentro de la Ciudad:

* Conducción de un ganado a través del desierto: Conducir un ganado de Sheik a través del desierto, hasta el poblado de Jianle. Los Sheiks están emparentados con los Shaaks, siendo más pequeños y de tonalidades más rojizas que sus parientes de Naboo. [1000 créditos]

* Trabajo en fábrica de naves: Trabajo de una semana para ayudar en un gran pedido de naves estelares. No se necesita experiencia. [650 créditos]

* Comercio ambulante: ayuda a un comerciante en su comercio durante una semana hasta que abandone la ciudad. [500 créditos]

(El resto eran trabajos para tranporstistas que necesitaban de un pase para ser visionados.)



- ¿Desea más información acerca de alguno de los puestos?, señor. - le preguntó el droide con una voz muy robótica, como si se tratara de un robot de hace unos cuantos años.

El droide informante ya se volvía a seguir su ruta por las calles de la Capital cuando aquel ysanna lo detuvo, interrogándolo de nuevo. Parecía interesado en el trabajo como comerciante. Aunque su aspecto fuera rudo y denotara algunos tintes salvajes, sus modales eran selectos y educados, aun tratándose de un mero robot. Éste proyecto de nuevo el mismo rótulo con todos los trabajos anteriores. El de comerciante se iluminó, creció ocupando todo el ancho de la proyección y apareció una descripción, junto con una foto del comerciante para el que trabajaría.



Deberás ayudar en tareas cotidianas del comerciante, obedeciendo y ejecutando con decisión todas los trabajo y quehaceres diarios que te encomiende. Se dedica a vender piezas de diferentes droides, pero no se necesita experiencia en el campo.


Salario: 500 créditos máximo.

Duración: Una semana.

Lugar: Suburbio Norte. Puesto 34.





OFF: Postea tu viaje por la ciudad y como conoces al tendero, un hombrecillo pequeño, de bigote fino y largo, tez oscura y túnicas marrones. Tiene un pequeño deje en el hablar, alargando las últimas palabras de cada frase y parece esconder algo, aunque no adivinas qué es. Podría decirse que es el típico tendero que no es muy de fiar, pero a ti no te dará razones para ello.

Instrucciones: Cada post equivaldrá a un día de la semana, al menos en principio, pudiendo hacer dos post por cada día real, para darle más realismo. En el primero, el mismo que cuando llegues, improvisarás tú. Para los demás te dejaré instrucciones para los trabajillos a realizar. Describe bien el día, al completo, pues según como lo hagas se te otorgará más o menos créditos.

¡Suerte! ^^