Viejo ep. IV: Tatooine
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Viejo ep. IV: Tatooine
Episodio IV: Tatooine
Una esfera desértica
en medio del vacío espacial.
Así describen muchos viajeros
Tatooine.
El planeta visto desde el espacio es
una pelota marrón carente de encanto.
Dadas sus condiciones climatológicas y
geológicas, es un planeta sin ningún interés
estratégico.
Quizá sea por eso que se ha convertido en una isla
espacial, refugio de todo tipo de maleantes. Lo peor de lo peor
(y lo mejor de lo peor, lo que es peor) de la galaxia siempre acaba
por pasar por Tatooine.
Una esfera desértica
en medio del vacío espacial.
Así describen muchos viajeros
Tatooine.
El planeta visto desde el espacio es
una pelota marrón carente de encanto.
Dadas sus condiciones climatológicas y
geológicas, es un planeta sin ningún interés
estratégico.
Quizá sea por eso que se ha convertido en una isla
espacial, refugio de todo tipo de maleantes. Lo peor de lo peor
(y lo mejor de lo peor, lo que es peor) de la galaxia siempre acaba
por pasar por Tatooine.
Como siempre, al abrirse la escotilla de la nave, un bofetón de calor sacudió la cara del viejo. Cuando bajó fué el puño de un tipo con cara de malas pulgas.
Al señor Crobba no le gusta que la gente llegue tarde.
El viejo se incorporó como pudo en la escalerilla del Libre. "Crobba". Intentó recordar si ese nombre formaba parte de la lista de clientes insatisfechos, los enfadados o los que querían su muerte. Probablemente lo primero, porque seguía vivo. Y probablemente también, acabaría en el tercer lugar, como todos.
Viejo- Transportista
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Re: Viejo ep. IV: Tatooine
El viejo se levantó finalmente. Alzó la mano y la pasó por delante de la cara del hombretón que lo había sacudido. Con un tono neutro dijo:
El señor Crobba no está enfadado. No quieres pegarme más.
Increíblemente, y en contra de todas las expectativas, el intento funcionó. A medias. Detrás del viejo se oyó una risotada, de un individuo que más tarde se presentaría como el señor Crobba. Pero el tipo de las pulgas (todas malas) volvió a sacudir al viejo, que besó de nuevo la escalerilla (metafóricamente hablando, claro... en realidad más bien se partió el labio inferior contra ella).
No le sacudas más, melón. Este tío me cae bien. - le tendió una mano al viejo, para ayudarle a ponerse en pie - Soy Crobba. Lugarteniente y hombre de confianza en Tatooine del señor Natta el hut. Creo que tienes algo para mí.
El viejo se rascó la coronilla, mientras sostenía un trapo sucio contra su boca, para cortar el flujo de la sangre.
¿Natta el hut? No me suena, lo siento.
Sin dejar de sonreir, el tal Crobba le dió un puñetazo al viejo en el esternon. De nuevo al suelo. Por suerte, esta vez sólo cayó de rodillas, intentando recuperar la respiración.
En.. serio... no... sé... nada... de... ese... Natta...
El siguiente impacto no llegó a alcanzar al viejo, el pie pasó justo donde estaba la cabeza del viejo segundos antes, pero éste se había derrumbado sobre sus manos intentando respirar.
¿Qué coño pasa aquí?
El señor Crobba no está enfadado. No quieres pegarme más.
Increíblemente, y en contra de todas las expectativas, el intento funcionó. A medias. Detrás del viejo se oyó una risotada, de un individuo que más tarde se presentaría como el señor Crobba. Pero el tipo de las pulgas (todas malas) volvió a sacudir al viejo, que besó de nuevo la escalerilla (metafóricamente hablando, claro... en realidad más bien se partió el labio inferior contra ella).
No le sacudas más, melón. Este tío me cae bien. - le tendió una mano al viejo, para ayudarle a ponerse en pie - Soy Crobba. Lugarteniente y hombre de confianza en Tatooine del señor Natta el hut. Creo que tienes algo para mí.
El viejo se rascó la coronilla, mientras sostenía un trapo sucio contra su boca, para cortar el flujo de la sangre.
¿Natta el hut? No me suena, lo siento.
Sin dejar de sonreir, el tal Crobba le dió un puñetazo al viejo en el esternon. De nuevo al suelo. Por suerte, esta vez sólo cayó de rodillas, intentando recuperar la respiración.
En.. serio... no... sé... nada... de... ese... Natta...
El siguiente impacto no llegó a alcanzar al viejo, el pie pasó justo donde estaba la cabeza del viejo segundos antes, pero éste se había derrumbado sobre sus manos intentando respirar.
¿Qué coño pasa aquí?
Viejo- Transportista
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Re: Viejo ep. IV: Tatooine
Siempre igual. Cuando el viejo pensaba que las cosas ya no podían ir peor, algo le demostraba que estaba equivocado. Con una sonrisa lobuna, el viejo barrió los pies del tal Crobba, de tal forma que los haces de luz cargada que iban destinadas a la cabeza del individuo se limitaron a cruzar el aire.
¡Nos rendimos! - gritó el viejo.
Y un carajo - dijo el tipo de las malas pulgas descolgando de su espalda el blaster más grande que el viejo había visto en años. Con ese poder de destrucción, hasta el "Libre" habría tenido problemas.
Pero claro, cuanto más grande es un arma, más difícil y lento es apuntar con ella, así que el viejo tuvo el tiempo justo para apartar la cabeza. El arma impactó en el suelo mientras el cuerpo del mendrugo de malas pulgas y pocas luces se derrumbaba inerte.
Me debes una, Crobba - susurró el viejo mientras una docena de guardias fuertemente armados entraba en el hangar, apuntando a los rincones por si acaso.
Dos minutos más tarde, el viejo estaba dando explicaciones al comandante del destacamento:
Como le digo, mi general. Se lo juro por mi hijo: el tipo éste - dijo señalando el cadáver del matón - me obligó a transportar mercancía peligrosa desde Nar Shadda. Por suerte, mi amigo Crobba llegó a tiempo para evitar que me despanzurrara, y así pudo salvar mi vida, dándome la posibilidad de alargarla un par de meses más.
¿Mercancía peligrosa? - el comandante indicó al viejo que pasara al interior del "Libre" dispuesto a inspeccionar su carga. Crobba hizo ademán de sacar algo de alguna parte, pero se contuvo al ver la cara de seriedad del viejo.
Sí, coronel. Le aseguro que es una mercancía que estaré encantado de dejar bajo su custodia.
Mientras estaba pronunciando esas palabras, el viejo abrió la puerta del compartimento de carga. Media docena de fusiles blaster y el doble de ojos robóticos apuntó al comandante.
Claro que si prefiere que me quede yo custodiándola con usted, mientras envía a sus hombres a descansar, seguro que nadie correrá peligro.
La cara del guardia pasó por todos los estados intermedios entre "con este pringado me voy a forrar" y "¿cómo carajo voy a salir de ésta?". Finalmente decidió quedarse a medio camino, en un valiente "vale, y ahora ¿qué?".
Miró al viejo un rato, evaluando las posibilidades de que éste ordenara a los droides abrir fuego antes de que le pudiera freir la panza con la pistola con la que le apuntaba.
No te engañes, capitán. No obedecen mis órdenes. Les importa un carajo si me matas o si me dejas salir, tienen sus órdenes y las cumplirán aunque eso signifique pasar sobre nuestros cadáveres. Cosa que creo que quizá lo hagan para no dejar testigos. Algo gordo se está cociendo, y no me preguntes el qué. Yo si salgo de ésta dejaré el planeta durante una larga temporada. El planeta y quizá la misma galaxia.
Eehh... chicos, id a tomar algo. Yo me quedaré custodiando esta nave y lo que contiene. Hablaremos luego.
Los guardias obedecieron a disgusto. Se olían que había alguna especie de trato en el ambiente, y querían su parte. Parte que el viejo estaría encantado de repartir, vistas las circunstancias.
¡Nos rendimos! - gritó el viejo.
Y un carajo - dijo el tipo de las malas pulgas descolgando de su espalda el blaster más grande que el viejo había visto en años. Con ese poder de destrucción, hasta el "Libre" habría tenido problemas.
Pero claro, cuanto más grande es un arma, más difícil y lento es apuntar con ella, así que el viejo tuvo el tiempo justo para apartar la cabeza. El arma impactó en el suelo mientras el cuerpo del mendrugo de malas pulgas y pocas luces se derrumbaba inerte.
Me debes una, Crobba - susurró el viejo mientras una docena de guardias fuertemente armados entraba en el hangar, apuntando a los rincones por si acaso.
Dos minutos más tarde, el viejo estaba dando explicaciones al comandante del destacamento:
Como le digo, mi general. Se lo juro por mi hijo: el tipo éste - dijo señalando el cadáver del matón - me obligó a transportar mercancía peligrosa desde Nar Shadda. Por suerte, mi amigo Crobba llegó a tiempo para evitar que me despanzurrara, y así pudo salvar mi vida, dándome la posibilidad de alargarla un par de meses más.
¿Mercancía peligrosa? - el comandante indicó al viejo que pasara al interior del "Libre" dispuesto a inspeccionar su carga. Crobba hizo ademán de sacar algo de alguna parte, pero se contuvo al ver la cara de seriedad del viejo.
Sí, coronel. Le aseguro que es una mercancía que estaré encantado de dejar bajo su custodia.
Mientras estaba pronunciando esas palabras, el viejo abrió la puerta del compartimento de carga. Media docena de fusiles blaster y el doble de ojos robóticos apuntó al comandante.
Claro que si prefiere que me quede yo custodiándola con usted, mientras envía a sus hombres a descansar, seguro que nadie correrá peligro.
La cara del guardia pasó por todos los estados intermedios entre "con este pringado me voy a forrar" y "¿cómo carajo voy a salir de ésta?". Finalmente decidió quedarse a medio camino, en un valiente "vale, y ahora ¿qué?".
Miró al viejo un rato, evaluando las posibilidades de que éste ordenara a los droides abrir fuego antes de que le pudiera freir la panza con la pistola con la que le apuntaba.
No te engañes, capitán. No obedecen mis órdenes. Les importa un carajo si me matas o si me dejas salir, tienen sus órdenes y las cumplirán aunque eso signifique pasar sobre nuestros cadáveres. Cosa que creo que quizá lo hagan para no dejar testigos. Algo gordo se está cociendo, y no me preguntes el qué. Yo si salgo de ésta dejaré el planeta durante una larga temporada. El planeta y quizá la misma galaxia.
Eehh... chicos, id a tomar algo. Yo me quedaré custodiando esta nave y lo que contiene. Hablaremos luego.
Los guardias obedecieron a disgusto. Se olían que había alguna especie de trato en el ambiente, y querían su parte. Parte que el viejo estaría encantado de repartir, vistas las circunstancias.
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Re: Viejo ep. IV: Tatooine
Estaban en tablas. Hasta que se oyó la voz de Crobba:
Activar protocolo N A T T A 5 5 9 2 3 S K
Los droides respondieron al instante:
Protocolo activado. Sujeto Crobba identificado. Entrega completada. Que tenga un buen día.
Dicho esto, los droides volvieron los fusiles hacia el viejo, que sabía que algo así podía suceder y estaba preparado para todo (básicamente pedir clemencia, mendigar piedad y morir tan indignamente como le fuera posible).
Para lo que no estaba preparado nadie era que Crobba interviniera:
Anulad directriz 24.
Los fusiles bajaron.
Como te decía antes, me caes bien, viejo. Ahora ya no te debo ninguna. Salid de aquí, y recoged el cuerpo del idiota que hay fuera.
Esta última frase iba dirigida a los androides. Crobba se llevó un dedo a la frente a modo de despedida y salió de la nave. Segundos después, se oyó cómo se cerraban las puertas del hangar.
¿Y ahora qué hacemos, general? - preguntó el viejo.
Por lo que a mis jefes respecta, nada. Ha habido un altercado con un ladrón que ha tenido que ser eliminado. Y por lo que respecta a tu mercancía, creo que tienes algo para mí.
...
Al cabo de un largo rato, el departamento de carga del Libre estaba vacío. Como si de una banda de crumbs se tratara, diferentes funcionarios se habían ido pasando, de uno en uno, sin coincidir en ningún momento en el interior de la nave, se habían identificado y se habían llevado la carga que les correspondía.
El viejo estaba sentado sobre una de las cajas que siempre se encuentra uno tiradas por los hangares de media galaxia. Había cerrado el Libre y codificado la entrada. Sólo le quedaba esperar, una vez más, que su vida se complicara un poco más.
Después de esperar cinco minutos, el viejo se levantó y se dirigió a la puerta de salida del hangar. Le iría bien tomar algo.
Activar protocolo N A T T A 5 5 9 2 3 S K
Los droides respondieron al instante:
Protocolo activado. Sujeto Crobba identificado. Entrega completada. Que tenga un buen día.
Dicho esto, los droides volvieron los fusiles hacia el viejo, que sabía que algo así podía suceder y estaba preparado para todo (básicamente pedir clemencia, mendigar piedad y morir tan indignamente como le fuera posible).
Para lo que no estaba preparado nadie era que Crobba interviniera:
Anulad directriz 24.
Los fusiles bajaron.
Como te decía antes, me caes bien, viejo. Ahora ya no te debo ninguna. Salid de aquí, y recoged el cuerpo del idiota que hay fuera.
Esta última frase iba dirigida a los androides. Crobba se llevó un dedo a la frente a modo de despedida y salió de la nave. Segundos después, se oyó cómo se cerraban las puertas del hangar.
¿Y ahora qué hacemos, general? - preguntó el viejo.
Por lo que a mis jefes respecta, nada. Ha habido un altercado con un ladrón que ha tenido que ser eliminado. Y por lo que respecta a tu mercancía, creo que tienes algo para mí.
...
Al cabo de un largo rato, el departamento de carga del Libre estaba vacío. Como si de una banda de crumbs se tratara, diferentes funcionarios se habían ido pasando, de uno en uno, sin coincidir en ningún momento en el interior de la nave, se habían identificado y se habían llevado la carga que les correspondía.
El viejo estaba sentado sobre una de las cajas que siempre se encuentra uno tiradas por los hangares de media galaxia. Había cerrado el Libre y codificado la entrada. Sólo le quedaba esperar, una vez más, que su vida se complicara un poco más.
Después de esperar cinco minutos, el viejo se levantó y se dirigió a la puerta de salida del hangar. Le iría bien tomar algo.
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Re: Viejo ep. IV: Tatooine
Defraudar a un cliente... alegal es algo peligroso. Defraudar a cinco o seis roza el suicidio. Defraudar a quince es... interesante.
Al salir del hangar, el viejo se vió rodeado por la típica turba infantil de Tatooine: críos que pedían, aunque lo hacían más por diversión que esperando sacar algo lícitamente.
Pero los críos de Tatooine tienen un sexto sentido para los problemas, y en cuestión de milisegundos, el viejo se encontró solo a la sombra del hangar. Sostenía la cartera en la mano, conocedor de la inocencia de la infancia tatooiniana (¿o tatooinesa?). Y quizá le hubiera gustado sostener los mandos de un speeder, o un escudo de fuerza impenetrable (invento peligroso para el que lo lleva, pues tampoco deja entrar el aire).
En vez de eso, se encontró sosteniendo la mirada de un individuo con cara de pocos amigos. Vaya novedad.
Bueno, la novedad era que o le habían salido clones al individuo, de múltiples razas y colores (pero todos con la misma mirada de "vas a sufrir") o el viejo tenía muchos más problemas de los que creía (que no eran pocos).
Alguno de los matones decidió hablar. De hecho, más de uno, así que lo único que el viejo entendió fue algo parecido a "no deberías engañado sufrir vas y disfrutar matándote". Se hizo un silencio incómodo, donde las frases:
- "no deberías haber engañado a"
- "vas a sufrir"
- "voy a disfrutar matándote"
intentaron hacerse un hueco.
El viejo también intentaba hacerse un hueco a través de la pared del hangar, pero todavía no había conseguido dominar el arte de la desmaterialización. Ni el del teletransporte. En su vida el único arte que había conseguido dominar era el de meterse en problemas.
Y el de salir de ellos. Sonrió, levantando las manos y preguntó:
¿Quién va primero?
En cuestión de segundos nadie habría reconocido la calle. Impactos de láser, virotes de acero, e incluso algunos restos orgánicos decoraban el entorno. Lo bueno de los matones es que si les das órdenes concretas las obedecen a rajatabla. Y son baratos. Lo malo es que improvisar se les da de pena, y suelen hacerlo en base a "mi arma es más grande que la tuya". Cuando terminaron las "negociaciones", el viejo ya estaba sentado en la barra de la cantina (en un taburete enfrente de la barra, se entiende), y los dos o tres matones que quedaban en pie decidieron de forma unísonanime (unísonamente unánime o unánimenente unísona) decir a sus respectivos jefes que el trabajo había sido llevado a cabo.
Al salir del hangar, el viejo se vió rodeado por la típica turba infantil de Tatooine: críos que pedían, aunque lo hacían más por diversión que esperando sacar algo lícitamente.
Pero los críos de Tatooine tienen un sexto sentido para los problemas, y en cuestión de milisegundos, el viejo se encontró solo a la sombra del hangar. Sostenía la cartera en la mano, conocedor de la inocencia de la infancia tatooiniana (¿o tatooinesa?). Y quizá le hubiera gustado sostener los mandos de un speeder, o un escudo de fuerza impenetrable (invento peligroso para el que lo lleva, pues tampoco deja entrar el aire).
En vez de eso, se encontró sosteniendo la mirada de un individuo con cara de pocos amigos. Vaya novedad.
Bueno, la novedad era que o le habían salido clones al individuo, de múltiples razas y colores (pero todos con la misma mirada de "vas a sufrir") o el viejo tenía muchos más problemas de los que creía (que no eran pocos).
Alguno de los matones decidió hablar. De hecho, más de uno, así que lo único que el viejo entendió fue algo parecido a "no deberías engañado sufrir vas y disfrutar matándote". Se hizo un silencio incómodo, donde las frases:
- "no deberías haber engañado a"
- "vas a sufrir"
- "voy a disfrutar matándote"
intentaron hacerse un hueco.
El viejo también intentaba hacerse un hueco a través de la pared del hangar, pero todavía no había conseguido dominar el arte de la desmaterialización. Ni el del teletransporte. En su vida el único arte que había conseguido dominar era el de meterse en problemas.
Y el de salir de ellos. Sonrió, levantando las manos y preguntó:
¿Quién va primero?
En cuestión de segundos nadie habría reconocido la calle. Impactos de láser, virotes de acero, e incluso algunos restos orgánicos decoraban el entorno. Lo bueno de los matones es que si les das órdenes concretas las obedecen a rajatabla. Y son baratos. Lo malo es que improvisar se les da de pena, y suelen hacerlo en base a "mi arma es más grande que la tuya". Cuando terminaron las "negociaciones", el viejo ya estaba sentado en la barra de la cantina (en un taburete enfrente de la barra, se entiende), y los dos o tres matones que quedaban en pie decidieron de forma unísonanime (unísonamente unánime o unánimenente unísona) decir a sus respectivos jefes que el trabajo había sido llevado a cabo.
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Re: Viejo ep. IV: Tatooine
¿Nos conocemos?
La voz acarició la nuca del viejo como una pluma al viento. Un escalofrío recorrió la espalda, y cosas que tenía olvidadas desde hacía mucho tiempo empezaron a plantearse si valía la pena volver a despertarse.
El viejo miró el espejo de detrás del camarero. Al lado de su reflejo había una mujer. O quizá no lo era, pero si no lo era, alguien se había dejado una pasta en una imitación perfecta de un súcubo con forma humana. No sé si la lascivia puede exhudar por los poros, pero si pudiera, fijo que serían los poros del ser que había puesto tontín al viejo. Aún así, se sobrepuso como pudo y contestó sin girarse:
Puede ser, yo voy mucho por ahí.
Dos décimas de segundo fue lo que necesitó la mujer para reponerse del tropezón mental que le produjo la respuesta anticipada del viejo. Una risa cristalina inundó los alrededores del viejo. Realmente hoy no era su día de suerte.
El ruido de seda al frotarse contra la piel desnuda hizo saltar una lágrima del ojo izquierdo del viejo. El derecho estaba demasiado ocupado viendo cómo todas esas curvas se deslizaban con elegancia sobre el taburete que tenía al lado. Realmente, atraía a los problemas como las moscas a la miel... o al revés.
¿Y qué hace un muchacho como tú en un sitio como éste? - preguntó la desconocida (al menos lo era para el viejo)
Hasta hace tres segundos, esperar la mujer de mi vida.
Otra risa. Las miradas empezaron a posarse sobre la espalda del viejo. Algunas pistolas empezaron a posarse sobre algunas mesas cercanas. El camarero empezó a posarse cerca de la puerta.
¿Y ahora?
Antes de que pudiera contestar, una mano se posó sobre el hombro izquierdo del viejo. Una voz, un par de palmos por encima de su cabeza, interrumpió la conversación:
¿Te está molestando este pervertido?
La voz acarició la nuca del viejo como una pluma al viento. Un escalofrío recorrió la espalda, y cosas que tenía olvidadas desde hacía mucho tiempo empezaron a plantearse si valía la pena volver a despertarse.
El viejo miró el espejo de detrás del camarero. Al lado de su reflejo había una mujer. O quizá no lo era, pero si no lo era, alguien se había dejado una pasta en una imitación perfecta de un súcubo con forma humana. No sé si la lascivia puede exhudar por los poros, pero si pudiera, fijo que serían los poros del ser que había puesto tontín al viejo. Aún así, se sobrepuso como pudo y contestó sin girarse:
Puede ser, yo voy mucho por ahí.
Dos décimas de segundo fue lo que necesitó la mujer para reponerse del tropezón mental que le produjo la respuesta anticipada del viejo. Una risa cristalina inundó los alrededores del viejo. Realmente hoy no era su día de suerte.
El ruido de seda al frotarse contra la piel desnuda hizo saltar una lágrima del ojo izquierdo del viejo. El derecho estaba demasiado ocupado viendo cómo todas esas curvas se deslizaban con elegancia sobre el taburete que tenía al lado. Realmente, atraía a los problemas como las moscas a la miel... o al revés.
¿Y qué hace un muchacho como tú en un sitio como éste? - preguntó la desconocida (al menos lo era para el viejo)
Hasta hace tres segundos, esperar la mujer de mi vida.
Otra risa. Las miradas empezaron a posarse sobre la espalda del viejo. Algunas pistolas empezaron a posarse sobre algunas mesas cercanas. El camarero empezó a posarse cerca de la puerta.
¿Y ahora?
Antes de que pudiera contestar, una mano se posó sobre el hombro izquierdo del viejo. Una voz, un par de palmos por encima de su cabeza, interrumpió la conversación:
¿Te está molestando este pervertido?
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Re: Viejo ep. IV: Tatooine
Si la mujer era la viva imagen de la feminidad, el hombre era un claro ejemplo de lo que es un macho. Mucho pelo, mucho músculo y cara de poca inteligencia.
Err... estoooo... yo no le estaba diciendo nada...
No te lo digo a tí, monada, se lo digo a él. - dijo el matón señalando con la cabeza a la... ¿mujer?
¿Me he perdido algo?
Err... estoooo... yo no le estaba diciendo nada...
No te lo digo a tí, monada, se lo digo a él. - dijo el matón señalando con la cabeza a la... ¿mujer?
¿Me he perdido algo?
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Re: Viejo ep. IV: Tatooine
Hay una máxima en la galaxia: "No todo es lo que parece". Hay otra: "Nunca juzgues antes de saber". Y finalmente hay una que se cumple siempre: "Si el viejo entra en una cantina, habrá pelea".
Da igual si sólo entra a pedir una dirección, a beberse una cerveza o directamente buscando jaleo (bueno, eso no se ha dado nunca, así que igual sería la forma de que no se produjeran las peleas...), la cuestión es que, tarde o temprano, volarán las sillas. O las mesas si las sillas están ancladas al suelo. O los parroquianos si ambos muebles lo están.
Esta vez ni el viejo entendió cómo empezó todo. La tía (el tío) buena de su lado le lanzó un puñetazo (a saber por qué). Él se agachó por instinto, y el puño impactó sobre el bruto (la bruta) de su espalda. A partir de aquí, todo sucedió como siempre: unos cuantos golpes, copas y muebles siendo lanzados en todas direcciones, el camarero gritando...
Para cuando el primer blaster fue disparado, el viejo ya estaba camino de la tienda de recambios de Hurto el Honrado.
¿Por qué todos los mercaderes mienten con sus nombres? Era algo que el viejo no entendería jamás. Todo el que hubiera pasado alguna vez por la tienda de Hurto el Honrado sabía que de honrado sólo tenía el apodo.
Aunque existe un cierto tipo de honradez más allá del engaño, y por eso el viejo se dirigió a esa tienda... Quería un par de cosas para el Libre, a ver si conseguía mejorar en algo sus viajes.
Da igual si sólo entra a pedir una dirección, a beberse una cerveza o directamente buscando jaleo (bueno, eso no se ha dado nunca, así que igual sería la forma de que no se produjeran las peleas...), la cuestión es que, tarde o temprano, volarán las sillas. O las mesas si las sillas están ancladas al suelo. O los parroquianos si ambos muebles lo están.
Esta vez ni el viejo entendió cómo empezó todo. La tía (el tío) buena de su lado le lanzó un puñetazo (a saber por qué). Él se agachó por instinto, y el puño impactó sobre el bruto (la bruta) de su espalda. A partir de aquí, todo sucedió como siempre: unos cuantos golpes, copas y muebles siendo lanzados en todas direcciones, el camarero gritando...
Para cuando el primer blaster fue disparado, el viejo ya estaba camino de la tienda de recambios de Hurto el Honrado.
¿Por qué todos los mercaderes mienten con sus nombres? Era algo que el viejo no entendería jamás. Todo el que hubiera pasado alguna vez por la tienda de Hurto el Honrado sabía que de honrado sólo tenía el apodo.
Aunque existe un cierto tipo de honradez más allá del engaño, y por eso el viejo se dirigió a esa tienda... Quería un par de cosas para el Libre, a ver si conseguía mejorar en algo sus viajes.
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Re: Viejo ep. IV: Tatooine
Hurto el Honrado tenía una forma especial de negociar con sus clientes "preferentes". Obviamente, el viejo no lo era, así que las negociaciones se llevaban a cabo en el mismo taller donde las piezas eran desmanteladas de sus ubicaciones originales (jamás insinuaría nadie que esas ubicaciones eran restos de naves robadas).
El viejo estaba sentado al lado de una mesa de trabajo, con los pies por encima de ella. Era un contraste chocante verlo desarmado en un planeta donde la supervivencia se medía en la carga de tu blaster, pero el viejo había sobrevivido mucho tiempo precisamente por no representar un peligro para nadie.
Pero eso que buscas es imposible de encontrar... sólo se fabricaron... bueno, ni siquiera se fabricaron, creo. ¿En serio tienes un Enano*?
Bueh... si me haces un descuentillo te dejo que le eches un vistazo mientras me instalas las piezas.
Hurto el Honrado era un artesano. No un chatarrero de los que corren hoy en día por la galaxia, sino un tipo interesado en su trabajo. Vendía caro. Sus piezas no tenían un origen muy claro. Pero sabía lo que hacía, cómo lo hacía y qué usaba para hacerlo. El brillo que tenían sus ojos en ese momento no era el del que está haciendo un gran negocio, sino el del que habla de una reliquia de coleccionista.
¿Y nadie te lo ha querido comprar nunca?
El viejo soltó una carcajada.
¿Y quién querría comprar esa pieza de chatarra? Si no llegaron a fabricarlo fue porque resultaba más peligroso volar con él que dispararse en la sien con un blaster.
Debes tenerlos muy bien puestos, si has conseguido llegar hasta aquí con eso.
Na, llevo muchos años volando con él, y al final uno se acostumbra a las volteretas. Además, es como un amigo, después de tanto tiempo. Y me dolería saber que iba a pasarse el resto de su vida encerrado en el hangar de algún niñato.
El viejo acababa, sin saberlo, de tocar la fibra sensible de Hurto. Si el comerciante se había planteado hacer negocios con el "Libre", su pequeño corazón de coleccionista apasionado se hizo, por una vez en su vida, con el dominio. No iba a hacerle eso a una nave que era leyenda entre los mecánicos de antigüedades. Si el viejo estaba dispuesto a jugarse la vida en cada viaje a cambio de mantener vivo al "Libre", no sería Hurto el Honrado el que retirara del espacio al último prototipo de Orlean.
Bueno. Como te decía, es imposible encontrar esos sensores hoy en día. Pero creo que podría hacer algunas modificaciones sobre los nuevos HJ_2002, pero tendría que hacerle algunas cosillas a la computadora de a bordo.
Humm... eso me recuerda algo. ¿No tendrás por ahí tirado un módulo de personalidad o algún sistema de interfaz por voz?
¿Estás chalado? Bueno, no contestes a eso, si estás volando en ese cacharro desde la mitad del tiempo que dices que lo llevas haciendo, fijo que lo estás. ¿Sabes a lo que te arriesgas dándole personalidad a una nave? Imagínate si en algún momento decide que le caes mal... ibas a...
La voz de Hurto se fue perdiendo en la distancia a medida que el comerciante/mecánico/artesano se iba centrando en los diseños que iban pasando por delante de su pantalla. Iba a pasárselo en grande con el "Libre", de eso no había duda. El viejo sólo se preocupaba por un pequeño detalle: en ningún momento habían acordado ningún precio, y él no tenía muy claro cuánto había sacado del último viaje...
_______________________
* "Enano" es el mote que algunos "anticuarios" o historiadores pusieron al prototipo de Orlean Light Brave ("valiente ligero"), por el contraste de tamaño que ofrecía con el modelo en el que estaba basado (el Orlean Star Explorer sesenta y cuatro veces más grande)
El viejo estaba sentado al lado de una mesa de trabajo, con los pies por encima de ella. Era un contraste chocante verlo desarmado en un planeta donde la supervivencia se medía en la carga de tu blaster, pero el viejo había sobrevivido mucho tiempo precisamente por no representar un peligro para nadie.
Pero eso que buscas es imposible de encontrar... sólo se fabricaron... bueno, ni siquiera se fabricaron, creo. ¿En serio tienes un Enano*?
Bueh... si me haces un descuentillo te dejo que le eches un vistazo mientras me instalas las piezas.
Hurto el Honrado era un artesano. No un chatarrero de los que corren hoy en día por la galaxia, sino un tipo interesado en su trabajo. Vendía caro. Sus piezas no tenían un origen muy claro. Pero sabía lo que hacía, cómo lo hacía y qué usaba para hacerlo. El brillo que tenían sus ojos en ese momento no era el del que está haciendo un gran negocio, sino el del que habla de una reliquia de coleccionista.
¿Y nadie te lo ha querido comprar nunca?
El viejo soltó una carcajada.
¿Y quién querría comprar esa pieza de chatarra? Si no llegaron a fabricarlo fue porque resultaba más peligroso volar con él que dispararse en la sien con un blaster.
Debes tenerlos muy bien puestos, si has conseguido llegar hasta aquí con eso.
Na, llevo muchos años volando con él, y al final uno se acostumbra a las volteretas. Además, es como un amigo, después de tanto tiempo. Y me dolería saber que iba a pasarse el resto de su vida encerrado en el hangar de algún niñato.
El viejo acababa, sin saberlo, de tocar la fibra sensible de Hurto. Si el comerciante se había planteado hacer negocios con el "Libre", su pequeño corazón de coleccionista apasionado se hizo, por una vez en su vida, con el dominio. No iba a hacerle eso a una nave que era leyenda entre los mecánicos de antigüedades. Si el viejo estaba dispuesto a jugarse la vida en cada viaje a cambio de mantener vivo al "Libre", no sería Hurto el Honrado el que retirara del espacio al último prototipo de Orlean.
Bueno. Como te decía, es imposible encontrar esos sensores hoy en día. Pero creo que podría hacer algunas modificaciones sobre los nuevos HJ_2002, pero tendría que hacerle algunas cosillas a la computadora de a bordo.
Humm... eso me recuerda algo. ¿No tendrás por ahí tirado un módulo de personalidad o algún sistema de interfaz por voz?
¿Estás chalado? Bueno, no contestes a eso, si estás volando en ese cacharro desde la mitad del tiempo que dices que lo llevas haciendo, fijo que lo estás. ¿Sabes a lo que te arriesgas dándole personalidad a una nave? Imagínate si en algún momento decide que le caes mal... ibas a...
La voz de Hurto se fue perdiendo en la distancia a medida que el comerciante/mecánico/artesano se iba centrando en los diseños que iban pasando por delante de su pantalla. Iba a pasárselo en grande con el "Libre", de eso no había duda. El viejo sólo se preocupaba por un pequeño detalle: en ningún momento habían acordado ningún precio, y él no tenía muy claro cuánto había sacado del último viaje...
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* "Enano" es el mote que algunos "anticuarios" o historiadores pusieron al prototipo de Orlean Light Brave ("valiente ligero"), por el contraste de tamaño que ofrecía con el modelo en el que estaba basado (el Orlean Star Explorer sesenta y cuatro veces más grande)
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