Convocatoria al examen de ascenso - Parte final [Leira y Jack]
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Convocatoria al examen de ascenso - Parte final [Leira y Jack]
|| Exteriores de los salones de entrenamiento ||
Segundos tras segundos, lentos, interminables. ¿Cuándo llegaría la hora?
Younglings nerviosos trataban de meditar, de calmarse, otros simplemente charlaban por las cercanías tratando de pasar aquellos minutos.
Y la hora llegó, al fin…
Los murmuros acallaron, los rostros voltearon al unísono al ver al pequeño droide aproximarse. El nerviosismo renace, ¿dónde sería la siguiente prueba? ¿De qué se trata?
La metálica parsimonia termina, sus orugas descansan sobre el gras fresco y la imagen holográfica tridimensional de la Jedi no tarda en reaparecer.
— El tiempo pasa volando, ¿eh? Es hora de la segunda y última etapa de su evaluación. —
Binario zumbido, la imagen no tarda en aclararse. La perfecta acústica de la Cámara anterior había desaparecido; el viento susurra, el céfiro hace acto de presencia, ¿dónde se encontraba la Jedi?
— Sigan las coordenadas que les envío a continuación y nos encontraremos allí. Partan en grupo cuando estén todos juntos y no se separen en ningún momento, T3 estará con ustedes. Mucha suerte, y cuidado con los Kinraths. — Aquel murmuro bromista finaliza la transmisión, la tridimensionalidad de la Jedi desaparece y tras ella el plano topográfico del punto indicado se forma ante la vista de los iniciados.
— A ver… el Templo Jedi esta aquí… entonces debemos seguir el camino y cruzar por la planicie de Khoonda hasta llegar a estas formaciones rocosas… ¿verdad? — Uno de los iniciados murmura tras visualizar el holográfico relieve, el droide emite una serie de bips en confirmación.
El holograma desaparece, sus orugas rechinan y su marcha se reinicia siguiendo aquel camino mostrado, él sería su guía. Los doce siguieron el paso del pequeño droide como fue indicado. El sensor óptico de este giraba ocasionalmente percatándose que nadie fuese a separarse.
|| Exterior del Templo Jedi – Planicie de Khoonda ||
Minutos pasaron, el fortín Jedi había desaparecido tras algunas colinas, solamente queda la naturaleza.
El dorado solar reviste el terreno natural bajo su manto cálido, la mañana tranquila bajo el fresco viento.
Murmullos, susurros de cuestionamiento, de curiosidad, era la primera vez que se aventuraban solos hacia aquellas coordenadas.
Y el tiempo seguía su paso…
|| Planicie de Khoonda – Cuevas ||
Una formación se alza desafiante en aquella planicie, pétrea, majestuosa. Se eleva frente a ellos emergiendo en el horizonte indicando el fin del camino ¿era ese el lugar? ¿Finalmente habían llegado?
La efigie Jedi yace presente allí. La Twi’lek de azulada piel descansa en el confort de una pétrea roca, yace sentada en esta aguardando a aquellos doce.
— Ajá, veo que llegaron sin problemas. Gracias T3. — El tranquilo proferir de la Jedi es dedicado hacia los jóvenes tan pronto estos se reúnen en las cercanías.
— Prosigamos. Para esta segunda y última parte tendrán una misión especial la cual ha sido aprobada por la Maestra Fay, la Jedi encargada de ayudar en la forja y creación de sables a los Padawan, ella les explicará que deberán hacer. —
La mano diestra de la Jedi se extiende con lentitud, sus falanges descubren el comunicador personal que sostiene el cual, una vez activo, no tarda en forjar la tridimensional imagen de la Jedi mencionada.
— Bienvenidos jóvenes, es grato ver una nueva generación de estudiantes de la Fuerza… Ahora bien, debido al progreso de su clase hemos tomado la decisión y oportunidad de hacer dos pruebas en una. Como saben, cada Padawan recién ascendido debe iniciar un viaje hasta aquí, la Cueva de cristales, para elaborar su primer sable láser, así que en esta ocasión haremos ambas cosas en una. El nivel de desafío decidirá quienes aprobarán y alcanzarán su ascenso, y a su vez, alcanzarán su cristal. —
La Jedi murmura en calma, tranquila, dirigiéndose en aquel holograma hacia los doce iniciados.
— Así como un Jedi se nutre de la Fuerza, el cristal de la espada se nutre y vincula al Jedi gracias a la meditación. Hay un lazo entre los tres, los tres son uno sólo, no lo olviden.
Una vez que localicen la Cueva de Cristales, dejen que la Fuerza los guíe hacia el cristal de su elección… su calma y tranquilidad es clave para ello. Aunque, eso no descarta que puedan elegir el color de cristal que les guste. —
Un ligero sonreír se había manifestado en la Jedi quien no pretendía hacer demasiado formal el sermón sobre el tema en cuestión. Poco a poco, su rostro retoma una calma que no oculta una más evidente seriedad en su expresar.
— Una advertencia jóvenes, mantengan su mente en calma y lejana de dudas y temores… pues ello solamente ocasionará su confusión. La Cueva sólo es accesible tras una serie de complejos túneles los cuales presentarán desafíos cada vez más difíciles para ustedes. Confíen en la Fuerza y en ustedes mismos, de lo contrario quedarán atrapados en el laberinto de los túneles. ¿Alguna pregunta? —
Ambas Jedi aguardaron en silencio observando a los doce iniciados tras las indicaciones planteadas.
Off: Por limitación de espacio no puedo narrar el acercamiento a la entrada de la cueva, por ello les pido que en sus primeros post narren hasta el punto de la pregunta final, yo proseguiré desde ahí con la intro al ingreso a la cueva y demás.
Segundos tras segundos, lentos, interminables. ¿Cuándo llegaría la hora?
Younglings nerviosos trataban de meditar, de calmarse, otros simplemente charlaban por las cercanías tratando de pasar aquellos minutos.
Y la hora llegó, al fin…
Los murmuros acallaron, los rostros voltearon al unísono al ver al pequeño droide aproximarse. El nerviosismo renace, ¿dónde sería la siguiente prueba? ¿De qué se trata?
La metálica parsimonia termina, sus orugas descansan sobre el gras fresco y la imagen holográfica tridimensional de la Jedi no tarda en reaparecer.
— El tiempo pasa volando, ¿eh? Es hora de la segunda y última etapa de su evaluación. —
Binario zumbido, la imagen no tarda en aclararse. La perfecta acústica de la Cámara anterior había desaparecido; el viento susurra, el céfiro hace acto de presencia, ¿dónde se encontraba la Jedi?
— Sigan las coordenadas que les envío a continuación y nos encontraremos allí. Partan en grupo cuando estén todos juntos y no se separen en ningún momento, T3 estará con ustedes. Mucha suerte, y cuidado con los Kinraths. — Aquel murmuro bromista finaliza la transmisión, la tridimensionalidad de la Jedi desaparece y tras ella el plano topográfico del punto indicado se forma ante la vista de los iniciados.
— A ver… el Templo Jedi esta aquí… entonces debemos seguir el camino y cruzar por la planicie de Khoonda hasta llegar a estas formaciones rocosas… ¿verdad? — Uno de los iniciados murmura tras visualizar el holográfico relieve, el droide emite una serie de bips en confirmación.
El holograma desaparece, sus orugas rechinan y su marcha se reinicia siguiendo aquel camino mostrado, él sería su guía. Los doce siguieron el paso del pequeño droide como fue indicado. El sensor óptico de este giraba ocasionalmente percatándose que nadie fuese a separarse.
|| Exterior del Templo Jedi – Planicie de Khoonda ||
Minutos pasaron, el fortín Jedi había desaparecido tras algunas colinas, solamente queda la naturaleza.
El dorado solar reviste el terreno natural bajo su manto cálido, la mañana tranquila bajo el fresco viento.
Murmullos, susurros de cuestionamiento, de curiosidad, era la primera vez que se aventuraban solos hacia aquellas coordenadas.
Y el tiempo seguía su paso…
|| Planicie de Khoonda – Cuevas ||
Una formación se alza desafiante en aquella planicie, pétrea, majestuosa. Se eleva frente a ellos emergiendo en el horizonte indicando el fin del camino ¿era ese el lugar? ¿Finalmente habían llegado?
La efigie Jedi yace presente allí. La Twi’lek de azulada piel descansa en el confort de una pétrea roca, yace sentada en esta aguardando a aquellos doce.
— Ajá, veo que llegaron sin problemas. Gracias T3. — El tranquilo proferir de la Jedi es dedicado hacia los jóvenes tan pronto estos se reúnen en las cercanías.
— Prosigamos. Para esta segunda y última parte tendrán una misión especial la cual ha sido aprobada por la Maestra Fay, la Jedi encargada de ayudar en la forja y creación de sables a los Padawan, ella les explicará que deberán hacer. —
La mano diestra de la Jedi se extiende con lentitud, sus falanges descubren el comunicador personal que sostiene el cual, una vez activo, no tarda en forjar la tridimensional imagen de la Jedi mencionada.
— Bienvenidos jóvenes, es grato ver una nueva generación de estudiantes de la Fuerza… Ahora bien, debido al progreso de su clase hemos tomado la decisión y oportunidad de hacer dos pruebas en una. Como saben, cada Padawan recién ascendido debe iniciar un viaje hasta aquí, la Cueva de cristales, para elaborar su primer sable láser, así que en esta ocasión haremos ambas cosas en una. El nivel de desafío decidirá quienes aprobarán y alcanzarán su ascenso, y a su vez, alcanzarán su cristal. —
La Jedi murmura en calma, tranquila, dirigiéndose en aquel holograma hacia los doce iniciados.
— Así como un Jedi se nutre de la Fuerza, el cristal de la espada se nutre y vincula al Jedi gracias a la meditación. Hay un lazo entre los tres, los tres son uno sólo, no lo olviden.
Una vez que localicen la Cueva de Cristales, dejen que la Fuerza los guíe hacia el cristal de su elección… su calma y tranquilidad es clave para ello. Aunque, eso no descarta que puedan elegir el color de cristal que les guste. —
Un ligero sonreír se había manifestado en la Jedi quien no pretendía hacer demasiado formal el sermón sobre el tema en cuestión. Poco a poco, su rostro retoma una calma que no oculta una más evidente seriedad en su expresar.
— Una advertencia jóvenes, mantengan su mente en calma y lejana de dudas y temores… pues ello solamente ocasionará su confusión. La Cueva sólo es accesible tras una serie de complejos túneles los cuales presentarán desafíos cada vez más difíciles para ustedes. Confíen en la Fuerza y en ustedes mismos, de lo contrario quedarán atrapados en el laberinto de los túneles. ¿Alguna pregunta? —
Ambas Jedi aguardaron en silencio observando a los doce iniciados tras las indicaciones planteadas.
Off: Por limitación de espacio no puedo narrar el acercamiento a la entrada de la cueva, por ello les pido que en sus primeros post narren hasta el punto de la pregunta final, yo proseguiré desde ahí con la intro al ingreso a la cueva y demás.
Fuerza Luminosa- Narrador/GM
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Fecha de inscripción : 30/09/2009
Hoja de Personaje
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Re: Convocatoria al examen de ascenso - Parte final [Leira y Jack]
El viento acariciaba con delicadeza las hojas del gigante árbol del jardín... Dentro de este, la figura de un joven Arkanino podía observarse reposando en una de las ramas, siempre que la vista buscara a alguien en aquel lugar.
Tumbado, con uno de los brazos muerto y balanceándose en el aire al son del movimiento de las hojas. No se encontraba ni nervioso ni alterado, ¿Por que tendría que estarlo? Pero tampoco hubiera importado si la razón hubiera sido en verdad una por la cual hubiera de estar preocupado, después de todo, había pasado mucho tiempo dese la última vez que se dejó alterar por algo... Ahora, con los ojos cerrados, meditaba t dejaba fluir la fuerza por su cuerpo, tal y como había empezado a hacer desde unas semana atrás, habiendo descubierto que su potencial con la fuerza no era tan bajo como el pensaba, si bien lo tenía retenido... Mas quizá por miedo que por cualquier otra cosa, y es que, después de todo, había estado años sintiendo a su alrededor un vínculo y ambiente malsano, perturbado por una oscuridad plena en todo lo referente al enlace en la fuerza, lo cual le había hecho retenerlo... Intentando ahora romper ese candado para dejarse influenciar por esta... Si bien siempre evitando dejarse influenciar por cualquier registro oscuro...
El sonido de las orugas de un robot le hizo abrir los ojos con tranquilidad, percatándose de que se trataba de el mismo droide que con anterioridad les había mandado dirigirse a la sala en la cual les habían hecho la primera parte del examen de ascenso, de la cual, creía por todo lo visto, había salido victorioso... Si así podía decirse, dado que en realidad no había sido emitido ninguna palabra que así lo especificara de la examinadora. Con agilidad Jack encogió todo su cuerpo de golpe, girando hacia un lado y estirando uno de sus brazos para agarrarse a la rama y equilibrar su caída, logrando hacer esta en cuclillas y sin recibir el mas mínimo daño sobre la hierba del suelo, tras lo cual, se situó al lado del droide, escuchando las instrucciones del holograma, en el cual se mostraba de nuevo la silueta de la maestra Jedi.
¿Así que nos vamos de excursión a los exteriores? Habrá que tener cuidado de que no nos piquen los bichos.
El Arkaniano dejó fluir estas palabras en un susurro con un tono macabro y malicioso, haciendo notar su reciente presencia, en el fondo por pura picaresca, al hacer alición indirecta a los Kinraths que correteaban alegremente por los exteriores de la academia, a la espera de alguna presa que poder llevarse a la boca... Esa actitud que acababa de hacer patente, era entre otras, como su empeño en evitar todo contacto con aquellos que le resultaran extraños y su gran frialdad, eran las que habían hecho que al caso de dos años, solo una persona tuviera un contacto real con el... Claro que en el fondo tampoco le importaba demasiado, no se encontraba ahí para hacer amigos... Nunca había sido su objetivo primordial de hecho. Sin mas dilación, el joven Arkaniano comentó a andar, siguiendo a una distancia media al droide que en aquel momento les guiaba hacia su mentora...
Tras varios minutos andando, la travesía ya podía darse como obviamente iba a ser, extremamente monótona y segura... Ya que, por mas que la Maestra Jedi hubiera advertido del peligro, Jack dudaba mucho que si este fuera peligrosamente real fueran a dejar a doce Younlings a su suerte, o eso esperaba. Unos minutos mas tarde, la silueta de la Jedi podía verse en una distancia medianamente cercana, llegando a su lado a los pocos segundos, pudiendo ahora comenzar con la segunda parte de la prueba... O al menos su explicación.
Cuando se situaron a su lado, y tras unas breves palabras, la maestra extendió s mano, mostrando en esta un comunicador, que tras su activación, mostró la imagen de la mencionada maestra Fay... Una Jedi de la cual Jack había leído una gran cantidad de informes, informes que la situaban como una de las Jedi con mas vínculo con la fuerza, y con una longevidad equiparable a la del mismísimo Maestro Yoda, algo que era de gran curiosidad para el joven Arkaniano, en parte debido a que era conocimiento suyo que ese era uno de los propósitos del experimento genético al cual había sido sometido, pero nunca había entendido el como... Además, conocía el hecho no oficial de que la Jedi, era, tal y como eran otros en la orden de manera no plenamente oficial, una Caballera con ciertas tendencias mas grises y que no solía encontrarse demasiado por la academia viviendo en una mayor soledad...
La prueba sorprendió ligeramente al Arkaniano, aunque fuera de preocuparse o alterarse, emitió una leve y casi imperceptible sonrisa ante el descubrimiento de aquel sorprendente hecho, el cual era que fueran a realizar la prueba de obtención de los cristales al tiempo que la prueba de habilidad, siendo ambas una misma... Aquello era perfecto, si superaba la prueba lograrían quitarse una segunda de en medio, acelerando eso su formación, además, había algo con referencia a su color de cristal que siempre había deseado saber... Y es que nunca había tenido claro cual sería su color predilecto, habiendo llegado a pensar que quizás pudiera incluso ser el rojo, lo cual si al principio le creaba una cierta duda, al conocer la existencia de una maestra con sable rojo, como era la Maestra Adi Galia, se habían apaciguado... Pero aquel era un color poco probable... Después de todo la obtención de poder para sus propósitos era alo secundario, lo principal era el poder cumplirlos... ¿Y eso donde le dejaba? Pero por el momento aquello no importaba... Después de todo antes había que llegar a la cueva, y después, en caso de lograrlo, solo tendría que dejarse llamar con el que fuera que mas se vinculara con el.
La Maestra Fay volvió a hablar una vez mas, para, tras dar un leve sermón y aclarar unos pocos detalles mas, que eran obvios para el joven Arkaniano, preguntando tras esto si alguno de los presentes tenía alguna duda al respecto... Jack, por su parte no tenía duda alguna sobre todo lo dicho y el objetivo de la misión, así que simplemente se dedicó a desviar la mirada hacia el resto de los Younlings presentes, acabando centrándola en la joven Leira, con la cual no había cruzado palabras en aquel día, algo que por otro punto podía llegar a ser comprensible por ambas partes... Pero no se paró a pensar en ello, si no que devolvió con glacial naturalidad sus ojos hacia la Maestra Secura, indicando que por su parte podían dar comienzo a la prueba cuando gustase... En cuanto los Younlings aclararan sus dudas, si es que alguno tenía alguna duda al respecto... Durante la espera, Jack centró su mirada de nuevo en la Maestra Fay, aún con cierta curiosidad sobre esta y el aura que la envolvía.
Tumbado, con uno de los brazos muerto y balanceándose en el aire al son del movimiento de las hojas. No se encontraba ni nervioso ni alterado, ¿Por que tendría que estarlo? Pero tampoco hubiera importado si la razón hubiera sido en verdad una por la cual hubiera de estar preocupado, después de todo, había pasado mucho tiempo dese la última vez que se dejó alterar por algo... Ahora, con los ojos cerrados, meditaba t dejaba fluir la fuerza por su cuerpo, tal y como había empezado a hacer desde unas semana atrás, habiendo descubierto que su potencial con la fuerza no era tan bajo como el pensaba, si bien lo tenía retenido... Mas quizá por miedo que por cualquier otra cosa, y es que, después de todo, había estado años sintiendo a su alrededor un vínculo y ambiente malsano, perturbado por una oscuridad plena en todo lo referente al enlace en la fuerza, lo cual le había hecho retenerlo... Intentando ahora romper ese candado para dejarse influenciar por esta... Si bien siempre evitando dejarse influenciar por cualquier registro oscuro...
El sonido de las orugas de un robot le hizo abrir los ojos con tranquilidad, percatándose de que se trataba de el mismo droide que con anterioridad les había mandado dirigirse a la sala en la cual les habían hecho la primera parte del examen de ascenso, de la cual, creía por todo lo visto, había salido victorioso... Si así podía decirse, dado que en realidad no había sido emitido ninguna palabra que así lo especificara de la examinadora. Con agilidad Jack encogió todo su cuerpo de golpe, girando hacia un lado y estirando uno de sus brazos para agarrarse a la rama y equilibrar su caída, logrando hacer esta en cuclillas y sin recibir el mas mínimo daño sobre la hierba del suelo, tras lo cual, se situó al lado del droide, escuchando las instrucciones del holograma, en el cual se mostraba de nuevo la silueta de la maestra Jedi.
¿Así que nos vamos de excursión a los exteriores? Habrá que tener cuidado de que no nos piquen los bichos.
El Arkaniano dejó fluir estas palabras en un susurro con un tono macabro y malicioso, haciendo notar su reciente presencia, en el fondo por pura picaresca, al hacer alición indirecta a los Kinraths que correteaban alegremente por los exteriores de la academia, a la espera de alguna presa que poder llevarse a la boca... Esa actitud que acababa de hacer patente, era entre otras, como su empeño en evitar todo contacto con aquellos que le resultaran extraños y su gran frialdad, eran las que habían hecho que al caso de dos años, solo una persona tuviera un contacto real con el... Claro que en el fondo tampoco le importaba demasiado, no se encontraba ahí para hacer amigos... Nunca había sido su objetivo primordial de hecho. Sin mas dilación, el joven Arkaniano comentó a andar, siguiendo a una distancia media al droide que en aquel momento les guiaba hacia su mentora...
Tras varios minutos andando, la travesía ya podía darse como obviamente iba a ser, extremamente monótona y segura... Ya que, por mas que la Maestra Jedi hubiera advertido del peligro, Jack dudaba mucho que si este fuera peligrosamente real fueran a dejar a doce Younlings a su suerte, o eso esperaba. Unos minutos mas tarde, la silueta de la Jedi podía verse en una distancia medianamente cercana, llegando a su lado a los pocos segundos, pudiendo ahora comenzar con la segunda parte de la prueba... O al menos su explicación.
Cuando se situaron a su lado, y tras unas breves palabras, la maestra extendió s mano, mostrando en esta un comunicador, que tras su activación, mostró la imagen de la mencionada maestra Fay... Una Jedi de la cual Jack había leído una gran cantidad de informes, informes que la situaban como una de las Jedi con mas vínculo con la fuerza, y con una longevidad equiparable a la del mismísimo Maestro Yoda, algo que era de gran curiosidad para el joven Arkaniano, en parte debido a que era conocimiento suyo que ese era uno de los propósitos del experimento genético al cual había sido sometido, pero nunca había entendido el como... Además, conocía el hecho no oficial de que la Jedi, era, tal y como eran otros en la orden de manera no plenamente oficial, una Caballera con ciertas tendencias mas grises y que no solía encontrarse demasiado por la academia viviendo en una mayor soledad...
La prueba sorprendió ligeramente al Arkaniano, aunque fuera de preocuparse o alterarse, emitió una leve y casi imperceptible sonrisa ante el descubrimiento de aquel sorprendente hecho, el cual era que fueran a realizar la prueba de obtención de los cristales al tiempo que la prueba de habilidad, siendo ambas una misma... Aquello era perfecto, si superaba la prueba lograrían quitarse una segunda de en medio, acelerando eso su formación, además, había algo con referencia a su color de cristal que siempre había deseado saber... Y es que nunca había tenido claro cual sería su color predilecto, habiendo llegado a pensar que quizás pudiera incluso ser el rojo, lo cual si al principio le creaba una cierta duda, al conocer la existencia de una maestra con sable rojo, como era la Maestra Adi Galia, se habían apaciguado... Pero aquel era un color poco probable... Después de todo la obtención de poder para sus propósitos era alo secundario, lo principal era el poder cumplirlos... ¿Y eso donde le dejaba? Pero por el momento aquello no importaba... Después de todo antes había que llegar a la cueva, y después, en caso de lograrlo, solo tendría que dejarse llamar con el que fuera que mas se vinculara con el.
La Maestra Fay volvió a hablar una vez mas, para, tras dar un leve sermón y aclarar unos pocos detalles mas, que eran obvios para el joven Arkaniano, preguntando tras esto si alguno de los presentes tenía alguna duda al respecto... Jack, por su parte no tenía duda alguna sobre todo lo dicho y el objetivo de la misión, así que simplemente se dedicó a desviar la mirada hacia el resto de los Younlings presentes, acabando centrándola en la joven Leira, con la cual no había cruzado palabras en aquel día, algo que por otro punto podía llegar a ser comprensible por ambas partes... Pero no se paró a pensar en ello, si no que devolvió con glacial naturalidad sus ojos hacia la Maestra Secura, indicando que por su parte podían dar comienzo a la prueba cuando gustase... En cuanto los Younlings aclararan sus dudas, si es que alguno tenía alguna duda al respecto... Durante la espera, Jack centró su mirada de nuevo en la Maestra Fay, aún con cierta curiosidad sobre esta y el aura que la envolvía.
Jack- Padawan Jedi
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Fecha de inscripción : 07/12/2009
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Re: Convocatoria al examen de ascenso - Parte final [Leira y Jack]
El gran astro continuaba ascendiendo, bañando con su luz la planicie de Khonda, lugar donde se asentaba la Academia Jedi. Apoyada en el resquicio de la entrada, de cara al exterior, se encontraba Leira, nutriéndose del frescor del aire y el ambiente vegetativo, de lado, dejando reposar su hombro derecho y parte de su antebrazo en la pared, observando en la tranquilidad y canto de la naturaleza cada una de las diferentes especies.
Meditación, relajación, se dejaba envolver y traspasar por la Fuerza, dejando sus sentidos libres de emociones, depositando su confianza y guía en ella. Jack no se encontraba muy lejos de allí, la Fuerza se lo comunicaba. Sonrió para sí al sentir que Jack también estaba tranquilo. A pesar de ya no cruzar sus caminos como aquella vez, Leira siempre velaba por él.
El silencio fue siendo acallado progresivamente por el metálico tintineo del propio arrastre del droide oruga, a cuya llegada Leira aguardó con paciencia. El holograma con la forma de la maestra Secura no tardó en aparecer y anunciar que ya había llegado la hora de la continuación de su prueba. Indicaba las coordenadas de su ubicación situándolas en un mapa que Leira trató de memorizar. De repente una voz a sus espaldas indicando la ruta en el holograma terminó de cesar la tranquilidad. Se volvió hacia su origen y vio acercarse al grupo de Younglings de camino al exterior, siguiendo al droide que les habría de guiar. Tras la alegación del Youngling, el holograma desapareció.
Leira esperó a que el grupo llegara hasta su posición para unirse a ellos y tomar el camino hacia el destino donde la maestra les esperaría, momento en el cual Jack se unió también a ellos apareciendo de la nada y dejando caer un comentario que a más de uno le pondría los bellos de punta. Leira, dentro de la confianza que le tenía, le dirigió una mirada desaprobadora antes de reprimir una risita y tornarle ahora una mirada cómplice.
Ya repuesta, cerró entonces los ojos y tomó aire antes de dar su primer paso hacia el destino marcado, esta vez junto a Jack, despejando su mente para dejar que su instinto y la Fuerza la guiaran y aleccionaran durante el camino. Quería estar preparada si se topaban con algún Kinrath, aquellas criaturas insectoides muy venenosas y de proporciones mayores a un humano normal, compuestas por una cabeza-tronco alargado, de cuya base nacían cuatro alargadas patas puntiagudas y una quinta, a modo de brazo, naciente del propio pecho.
El grupo de Younglings, entre los que se encontraba Leira, se adentraron en lo profundo de lo salvaje guiados por el droide de identificación T3. Colina tras colina los aspirantes caminaban hacia su destino, muchos de ellos nerviosos, pues era la primera vez que abandonaban el fortín Jedi para enfrentarse a su primera prueba de supervivencia. ¿En qué consistiría la prueba? Fuera lo que fuese, la supervivencia estaría de su mano igualmente, eso era seguro.
Una formación rocosa comenzó a erigirse cual montaña en el horizonte. ¿Sería aquél su destino? El aura de la maestra lo percibía acercándose conforme avanzaba. Debía ser allí donde habrían de reunirse con ella.
Por suerte, los temidos y nombrados Kinraths no aparecieron en esta ocasión y los Younglings pudieron llegar al punto de encuentro sanos y salvos. ¿Qué les depararía ahora? La respuesta no tardó en llegar tras el recibimiento de la maestra. La twi'lek se aposentaba aguardándoles en una de las rocas. No tardó en darles las instrucciones para la siguiente prueba.
"Una misión especial... interesante..." Repitió Leira en su mente sin dejar de prestarle atención a las indicaciones de la maestra. "Mmm... ¿La maestra Fay? ¿Qué tiene que ver la forja de sables láser con la prueba? Se supone que aun no estamos preparados para hacerlo... al menos no antes de adquirir el rango de Padawans..." La maestra Secura descubrió entonces su comunicador, del cual surgió el holograma de la maestra antes mencionada. Una bella mujer de rasgos élficos. Según había leído, ya que no había tenido el gusto de conocerla personalmente y no se iba hablando precisamente de ello por los pasillos de la Academia, su edad, a pesar de su apariencia, era desconocida, al igual que su pasado anterior a hacerse Jedi. A pesar de ser un holograma, Leira pudo ser partícipe y evidenciar el gran vínculo con la Fuerza de aquella maestra. Se decía, y podía también evidenciarse por su apariencia, que era híbrida casi humana, aunque se desconocía cual podría ser su otra mitad... La Fuerza desprendida por el holograma y acogida por el propio vínculo de Leira, le produjo un escalofrío al establecer contacto con ella.
La maestra Fay se había puesto en contacto con ellos por medio del comunicador de la maestra Secura para darles las instrucciones que necesitaban.
"Así que la prueba consiste en adquirir nuestros cristales... y salir con vida, claro está." Se dijo, dándose a entender que había comprendido el mensaje. Leira percibió la sorpresa e incredulidad que los vínculos con la Fuerza de sus compañeros le expresaban. Y ella, no es que no lo estuviera, es que en realidad estaba fascinada y terminando de asimilar toda la información y consejos que les proporcionaba la maestra Fay, asintiendo a cada nuevo concepto con el que estuviera de acuerdo. Leira asintió, con suavidad, repitiéndose el objetivo... Encontrar la cueva de los cristales y luego su premio, el cristal que estuviera hecho para ella. Entendió que la cueva, en sí era una cavidad oculta en la montaña, y que sólo los que lograran despejar su mente, lograrían hallarla y alcanzar su premio. Eso era un hecho.
Leira negó en respuesta a la oportunidad que se les brindó de resolver sus dudas, pues para ella estaba claro. Suspiró con suavidad al tiempo que esbozaba una sonrisa tranquila mientras desviaba un instante su mirada con disimulo hacia Jack, a la espera de que dieran finalmente la indicación que le permitiría dar comienzo a aquella prueba, tras el turno de preguntas que sus compañeros también tenían derecho a resolver.
Meditación, relajación, se dejaba envolver y traspasar por la Fuerza, dejando sus sentidos libres de emociones, depositando su confianza y guía en ella. Jack no se encontraba muy lejos de allí, la Fuerza se lo comunicaba. Sonrió para sí al sentir que Jack también estaba tranquilo. A pesar de ya no cruzar sus caminos como aquella vez, Leira siempre velaba por él.
El silencio fue siendo acallado progresivamente por el metálico tintineo del propio arrastre del droide oruga, a cuya llegada Leira aguardó con paciencia. El holograma con la forma de la maestra Secura no tardó en aparecer y anunciar que ya había llegado la hora de la continuación de su prueba. Indicaba las coordenadas de su ubicación situándolas en un mapa que Leira trató de memorizar. De repente una voz a sus espaldas indicando la ruta en el holograma terminó de cesar la tranquilidad. Se volvió hacia su origen y vio acercarse al grupo de Younglings de camino al exterior, siguiendo al droide que les habría de guiar. Tras la alegación del Youngling, el holograma desapareció.
Leira esperó a que el grupo llegara hasta su posición para unirse a ellos y tomar el camino hacia el destino donde la maestra les esperaría, momento en el cual Jack se unió también a ellos apareciendo de la nada y dejando caer un comentario que a más de uno le pondría los bellos de punta. Leira, dentro de la confianza que le tenía, le dirigió una mirada desaprobadora antes de reprimir una risita y tornarle ahora una mirada cómplice.
Ya repuesta, cerró entonces los ojos y tomó aire antes de dar su primer paso hacia el destino marcado, esta vez junto a Jack, despejando su mente para dejar que su instinto y la Fuerza la guiaran y aleccionaran durante el camino. Quería estar preparada si se topaban con algún Kinrath, aquellas criaturas insectoides muy venenosas y de proporciones mayores a un humano normal, compuestas por una cabeza-tronco alargado, de cuya base nacían cuatro alargadas patas puntiagudas y una quinta, a modo de brazo, naciente del propio pecho.
El grupo de Younglings, entre los que se encontraba Leira, se adentraron en lo profundo de lo salvaje guiados por el droide de identificación T3. Colina tras colina los aspirantes caminaban hacia su destino, muchos de ellos nerviosos, pues era la primera vez que abandonaban el fortín Jedi para enfrentarse a su primera prueba de supervivencia. ¿En qué consistiría la prueba? Fuera lo que fuese, la supervivencia estaría de su mano igualmente, eso era seguro.
Una formación rocosa comenzó a erigirse cual montaña en el horizonte. ¿Sería aquél su destino? El aura de la maestra lo percibía acercándose conforme avanzaba. Debía ser allí donde habrían de reunirse con ella.
Por suerte, los temidos y nombrados Kinraths no aparecieron en esta ocasión y los Younglings pudieron llegar al punto de encuentro sanos y salvos. ¿Qué les depararía ahora? La respuesta no tardó en llegar tras el recibimiento de la maestra. La twi'lek se aposentaba aguardándoles en una de las rocas. No tardó en darles las instrucciones para la siguiente prueba.
"Una misión especial... interesante..." Repitió Leira en su mente sin dejar de prestarle atención a las indicaciones de la maestra. "Mmm... ¿La maestra Fay? ¿Qué tiene que ver la forja de sables láser con la prueba? Se supone que aun no estamos preparados para hacerlo... al menos no antes de adquirir el rango de Padawans..." La maestra Secura descubrió entonces su comunicador, del cual surgió el holograma de la maestra antes mencionada. Una bella mujer de rasgos élficos. Según había leído, ya que no había tenido el gusto de conocerla personalmente y no se iba hablando precisamente de ello por los pasillos de la Academia, su edad, a pesar de su apariencia, era desconocida, al igual que su pasado anterior a hacerse Jedi. A pesar de ser un holograma, Leira pudo ser partícipe y evidenciar el gran vínculo con la Fuerza de aquella maestra. Se decía, y podía también evidenciarse por su apariencia, que era híbrida casi humana, aunque se desconocía cual podría ser su otra mitad... La Fuerza desprendida por el holograma y acogida por el propio vínculo de Leira, le produjo un escalofrío al establecer contacto con ella.
La maestra Fay se había puesto en contacto con ellos por medio del comunicador de la maestra Secura para darles las instrucciones que necesitaban.
"Así que la prueba consiste en adquirir nuestros cristales... y salir con vida, claro está." Se dijo, dándose a entender que había comprendido el mensaje. Leira percibió la sorpresa e incredulidad que los vínculos con la Fuerza de sus compañeros le expresaban. Y ella, no es que no lo estuviera, es que en realidad estaba fascinada y terminando de asimilar toda la información y consejos que les proporcionaba la maestra Fay, asintiendo a cada nuevo concepto con el que estuviera de acuerdo. Leira asintió, con suavidad, repitiéndose el objetivo... Encontrar la cueva de los cristales y luego su premio, el cristal que estuviera hecho para ella. Entendió que la cueva, en sí era una cavidad oculta en la montaña, y que sólo los que lograran despejar su mente, lograrían hallarla y alcanzar su premio. Eso era un hecho.
Leira negó en respuesta a la oportunidad que se les brindó de resolver sus dudas, pues para ella estaba claro. Suspiró con suavidad al tiempo que esbozaba una sonrisa tranquila mientras desviaba un instante su mirada con disimulo hacia Jack, a la espera de que dieran finalmente la indicación que le permitiría dar comienzo a aquella prueba, tras el turno de preguntas que sus compañeros también tenían derecho a resolver.
Leira- Padawan Jedi
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Re: Convocatoria al examen de ascenso - Parte final [Leira y Jack]
El rostro de la Twi’lek había adquirido esa seriedad tal como la de la símil Jedi, aquello no era cosa de juego, la prueba se había presentado con un grado mucho mayor al esperado. Su mano deja aquel comunicador junto a si misma, volviendo a retomar la palabra que dirige a los doce.
— Ya conocen su misión jóvenes, a partir de la entrada de la Cueva dejen atrás todo temor o duda, de lo contrario no podrán continuar… si no se sienten listos, aguarden aquí. Ingresarán todos juntos pero irán separándose a cada bifurcación que encuentren, finalmente el reto iniciará cuando cada uno de ustedes esté en un túnel diferente. Deben seguir solos y solos encontrar la cueva de cristales.
Pueden empezar. —
— Que la Fuerza los acompañe. —
Ambas Jedis murmuraron al unísono, ya todo había sido indicado y más de uno intercambio miradas de pie frente a aquella cueva. ¿Estaban listos realmente?
Pasos dubitativos, uno tras otro se acercaron a la entrada. Uno se aventuró, con decisión su primer paso cruzó el umbral y despertó el temor.
Un raudo bramido, inesperado, una ráfaga de viento despertó del interior de la cueva como las entrañas de una bestia en un grotesco gruñido y recibió a los doce. El helado escalofrío asaltó a cada uno entre la ventisca, parecía susurrar a su oído y desaparecía con fantasmal facilidad al instante en que alguno volteaba en su busca.
“Dejen toda duda atrás… “
Aquel escalofrío fue evidente. Volvieron a intercambiar miradas, cuatro de ellos reconocieron su limitación y dieron un paso atrás. Solamente asintieron en gesto de aliento para los que aguardaron en la entrada, era hora de entrar.
El halo de luz iba mermando con normalidad a cada paso que daban, la oscuridad iba en creciente acento. Su grisáceo y oscuro manto parecía hacerse uno con los empedrados muros, con el techo, con el suelo, con aquellos ocho a cada paso en que la oscuridad los envuelve.
Elevadas estalagmitas resguardan los oscuros pasadizos bajo su punzante amenaza. Pisadas sobre el térreo suelo rompían el silencio junto al eco de las gotas de agua y su reverberación sobre pequeños charcos que adornaban los caminos, la humedad del ambiente era más que evidente. El gélido manto etéreo del viento recorre los diversos túneles con la velocidad del céfiro que enfría el camino a su paso.
La temperatura parecía descender, la oscuridad iba en aumento, todo ello incrementaba la tétrica y sombría apariencia del camino.
Una bifurcación, otra, otra… Tal como la Jedi indicó, el grupo fue separándose, de 8 quedaron dos grupos de cuatro, luego marchaban de 2 en dos, finalmente fue tiempo de tomar un camino cada uno.
La prueba había comenzado al fin…
En un instante, como premeditado, todo cambió. La luz restante se había apagado como una bombilla de luz que de súbito se quema; la luz se esfumó de golpe dejándolos ver apenas sus propias siluetas. En su confusión visual el helado céfiro asaltó a cada uno, sus frías ráfagas los alcanzaron y rodearon sin piedad dificultándoles aún más la vista y el oído bajo el tétrico sonido de la ventisca helada.
¿Qué era ello? De la nada el ambiente cambió y parecía salido de una película de terror, no era nada comparado siquiera al ingreso, ahora parecía que los túneles cobraban vida y querían devorarlos.
Los túneles, antes normales en apariencia, ahora mostraban una surrealista visión, una apariencia extraída del más loco desvarío onírico.
Cada iniciado ingresó como pudo, trastabillando entre la oscuridad y el helado viento, agitado por la seguidilla de visiones y temores que los asaltaban. No sabían a cual habían ingresado, pero los retos se ajustaban a cada uno de ellos automáticamente.
Uno a uno se adentraron por aquellos túneles elegidos. Sus paredes parecían moverse, cerrarse como si fuesen a apresarlos, crujían, sus térreos muros parecían gruñir semejando los intestinos de una bestia lista a digerirlos.
De aquí en adelante las visiones y situaciones eran tan diferentes como diferentes eran aquellos ocho iniciados y diferentes los ocho caminos que tomaron. La advertencia fue dada, cada temor debía ser dejado al ingreso pues estos se iban forjando con extremo realismo en desafío a su mente y concentración.
OFF: Segunda parte, intro del ingreso al túnel y algo de su descripción.
— Ya conocen su misión jóvenes, a partir de la entrada de la Cueva dejen atrás todo temor o duda, de lo contrario no podrán continuar… si no se sienten listos, aguarden aquí. Ingresarán todos juntos pero irán separándose a cada bifurcación que encuentren, finalmente el reto iniciará cuando cada uno de ustedes esté en un túnel diferente. Deben seguir solos y solos encontrar la cueva de cristales.
Pueden empezar. —
— Que la Fuerza los acompañe. —
Ambas Jedis murmuraron al unísono, ya todo había sido indicado y más de uno intercambio miradas de pie frente a aquella cueva. ¿Estaban listos realmente?
Pasos dubitativos, uno tras otro se acercaron a la entrada. Uno se aventuró, con decisión su primer paso cruzó el umbral y despertó el temor.
Un raudo bramido, inesperado, una ráfaga de viento despertó del interior de la cueva como las entrañas de una bestia en un grotesco gruñido y recibió a los doce. El helado escalofrío asaltó a cada uno entre la ventisca, parecía susurrar a su oído y desaparecía con fantasmal facilidad al instante en que alguno volteaba en su busca.
“Dejen toda duda atrás… “
Aquel escalofrío fue evidente. Volvieron a intercambiar miradas, cuatro de ellos reconocieron su limitación y dieron un paso atrás. Solamente asintieron en gesto de aliento para los que aguardaron en la entrada, era hora de entrar.
El halo de luz iba mermando con normalidad a cada paso que daban, la oscuridad iba en creciente acento. Su grisáceo y oscuro manto parecía hacerse uno con los empedrados muros, con el techo, con el suelo, con aquellos ocho a cada paso en que la oscuridad los envuelve.
Elevadas estalagmitas resguardan los oscuros pasadizos bajo su punzante amenaza. Pisadas sobre el térreo suelo rompían el silencio junto al eco de las gotas de agua y su reverberación sobre pequeños charcos que adornaban los caminos, la humedad del ambiente era más que evidente. El gélido manto etéreo del viento recorre los diversos túneles con la velocidad del céfiro que enfría el camino a su paso.
La temperatura parecía descender, la oscuridad iba en aumento, todo ello incrementaba la tétrica y sombría apariencia del camino.
Una bifurcación, otra, otra… Tal como la Jedi indicó, el grupo fue separándose, de 8 quedaron dos grupos de cuatro, luego marchaban de 2 en dos, finalmente fue tiempo de tomar un camino cada uno.
La prueba había comenzado al fin…
En un instante, como premeditado, todo cambió. La luz restante se había apagado como una bombilla de luz que de súbito se quema; la luz se esfumó de golpe dejándolos ver apenas sus propias siluetas. En su confusión visual el helado céfiro asaltó a cada uno, sus frías ráfagas los alcanzaron y rodearon sin piedad dificultándoles aún más la vista y el oído bajo el tétrico sonido de la ventisca helada.
¿Qué era ello? De la nada el ambiente cambió y parecía salido de una película de terror, no era nada comparado siquiera al ingreso, ahora parecía que los túneles cobraban vida y querían devorarlos.
Los túneles, antes normales en apariencia, ahora mostraban una surrealista visión, una apariencia extraída del más loco desvarío onírico.
Cada iniciado ingresó como pudo, trastabillando entre la oscuridad y el helado viento, agitado por la seguidilla de visiones y temores que los asaltaban. No sabían a cual habían ingresado, pero los retos se ajustaban a cada uno de ellos automáticamente.
Uno a uno se adentraron por aquellos túneles elegidos. Sus paredes parecían moverse, cerrarse como si fuesen a apresarlos, crujían, sus térreos muros parecían gruñir semejando los intestinos de una bestia lista a digerirlos.
De aquí en adelante las visiones y situaciones eran tan diferentes como diferentes eran aquellos ocho iniciados y diferentes los ocho caminos que tomaron. La advertencia fue dada, cada temor debía ser dejado al ingreso pues estos se iban forjando con extremo realismo en desafío a su mente y concentración.
OFF: Segunda parte, intro del ingreso al túnel y algo de su descripción.
Fuerza Luminosa- Narrador/GM
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Re: Convocatoria al examen de ascenso - Parte final [Leira y Jack]
En el rostro de Jack se dibujó una curiosa sonrisa cuando la maestra Secura comenzó a decir las que se podía adivinar serían las últimas palabras antes de entrar en la cueva... Su sonrisa había surgido ante la mención de que les atacarían una serie de miedos durante la cueva, así que tendrían que no dejarse influenciar por ellos... O enfrentarlos... La última respuesta era la razón de aquella momentánea sonrisa que había recorrido el rostro del Arkaniano, el chico conocía bien sus miedos y temores y los tenía todos superados, a excepción de uno, siempre que hubiera algo que no supiera sobre si mismo...
Tras sus pensamientos y la indicación por parte de las maestras de que ya podían comenzar con la prueva, Jack comenzó a caminar hacia la cueva, ligeramente detrás del primero en ir hacia esta... Se tapó ligeramente el rostro de manera inconsciente en cuanto de la boca del túnel surgió una ventolera un tanto inquietante, protegiéndose del viento, antes de, observando como cuatro iniciados retrocedía volver la mirada hacia la entrada de esta con un gesto completamente firme...
Esto ya promete ser interesante...
El Arkaniano continuó caminando hacia el interior de la cueva, siendo el primero en esta ocasión en cruzar el umbral, mientras sus ojos gatunos iban modulando la recepción de luz cada vez en una mayor medida... En ese aspecto podría decirse que iba a tener cierta ventaja, gracias a su capacidad, típica en cualquier Arkaniano de ver con asombrosa facilidad en la mas plena oscuridad. Paso a paso las dos pupilas rasgadas de sus ojos comenzaron a ser, acogidas por un brillo típicamente gatuno, la única luz de la zona... El aún podía ver perfectamente, aunque esta tarea posiblemente fuera mas difícil para el resto de los que caminaban detrás suya... Por pura curiosidad se giró para comprobar el grupo, viendo que, en efecto, al final cuatro se habían retirado antes de empezar, recorriendo con sus ojos de apariencia lumínica y bella pero peligrosa el grupo de Younlings descubrió con una invisible mueca de sonrisa a Leira unos pasos detrás de su estela... Posiblemente la única que al girar el su rostro no se hubiera sobrecogido ante sus relampagueantes ojos gatunos. Pero ese no era momento de entretenerse, así que volviéndose a girar continuó con su camino, hasta llegar a la primera bifurcación, en la cual paró unos segundos, para decidirse... Aunque, bien visto, si todas levaban al mismo sitio, poco importaría la elección, así que sin continuar pensándoselo se encaminó hacia el camino de la izquierda, suponiendo, aunque sin comprobarlo, que la mitad del grupo... O incluso mas si alguno se había asustado con el "chico gato".
El joven Arkaniano continuo con su avance, paso a paso, hasta llegar después de un largo rato al siguiente desvío, girándose ahora hacia los que le seguían, recorridos para su propia visión por un alo de luz en todos sus rasgos, a causa de su visión felina. Eran dos y aunque le pareció reconocer a uno de estos no se detuvo mas tiempo, si no que continuo andando, escogiendo en esta ocasión el camino de la derecha, escuchando tras de si los pasos de uno de los dos que habían antes detrás suya, girando el rostro mientras caminaba para observar a la humana una serie de pasos tras de si, volviendo a mirar hacia delante, continuando caminando en la oscuridad sin problema alguno, comenzando a darle vueltas hasta encontrarse con una duda que, si bien lo sabía, había estado evitando y dejando de lado durante un espacio amplio de tiempo...
- Y tenía que surgir justo en este momento... Aunque...
Tras estas palabras meditativas, pronunciadas en un tono que si bien no era alto, no trataba de ocultar nada, Jack continuó paso a paso su camino, eludiendo toda respuesta a cualquier posible pregunta, hasta que un par de minutos mas tarde se encontró con un nuevo desvío que hacia acto de presencia e indicaba el final del camino conjunto... El Arkaniano se detuvo, girándose hacia Leira, mientras sus ojos resplandecían con una mezcla de tonos esmeralda y ambarino por la luz que estos reflejaban.
Ahora debemos separarnos. Pero antes querría decirte... Mas bien pedirte algo - El Joven se acercó unos pasos hacia Leira, hasta quedarse a una distancia próxima, en la que esta pudiera apreciar algo mas sus rasgos, en aquel momento fríos - No se si voy a superar esta prueba... Venía convencido de que así sería, de saber con que me iba a encontrar y de como superarlo si así fuera... Pero durante la travesía me he dado cuenta que ha dos cosas a las que temo mas que nada y de las cuales desconocía sentir temor, o lo escondía... Una es mas reciente pero la otra lleva forjándose desde el momento en que nací... Aunque esto no es del todo cierto, en realidad se que si superaré esta prueba... Es solo que no se como saldré mentalmente cuando todo termine, porque se perfectamente que voy a tener que enfrentarme a mi mismo, en el sentido mas explícito de la palabra... Y quiero quitarme de encima el otro factor que puede crearme temores en este momento, porque combinados... Podría ser catastrófico.
Mientras hablaba el joven mantuvo en todo momento sus ojos fijos en los de la Younling, no mostraban ni dudas ni temor, a pesar de que este fuera la principal razón de lo que se encontraba diciendo, no por sentirlo, si no para no dejarse influenciar por este mas de lo necesario durante la prueba - ¿Recuerdas lo que te dije la primera noche en el tejado? En realidad no entendí porque reaccioné de aquella manera ante la norma de no dejarse influenciar por los sentimientos, si nunca me he dejado llevar por ellos y siempre los he dejado de lado... Quizás prevenía un cambio o ya se había realizado. Solo quiero decirte algo antes de comenzar la prueba, decirte algo y pedirte algo... Lo primero, desearte suerte, se que para ti lo mas importante de todo es llegar a ser una Jedi, mas que probablemente cualquier persona, como debería ser... Lo segundo, cuando esto termine, si fuera posible esta misma noche, me gustaría hablar contigo, precisamente sobre algo de lo que he dicho anteriormente, por un lado no quiero perjudicarte y por otro lado prefiero renunciar a algo antes de perderlo y seguir mi camino... Eso es todo, si no aciertas a preveer el resto y tienes curiosidad acepta mi petición, si no, de todos modos el resultado será el mismo, no volveré a interferir ni cruzarme en tu camino.
Sin mas el Arkaniano giró por completo todo su cuerpo, quedándose de frente con el nuevo desvío, comenzando a andar al momento hacia el camino de la derecha - Mantén tu mente en calma y que la Fuerza sea contigo Leira... Si tu fallas esta prueba será imposible que los demás consigamos sortearla, tienes un vínculo como Younling con el que los demás solo pueden soñar. Suerte.
La silueta del chico desapareció por completo en la oscuridad del desvío de la derecha... Ahora que todo estaba hecho, solo le quedaba enfrentarse a la prueba de la caverna... Iba a ser un reto duro, ya que por mas que alejara sus temores de si, había algo que no podría apartar nunca de si...
)) Superación de los miedos - El laberinto del Doppelgänger ((
El joven gatito no puede vislumbrar pues sus relucientes ojos le han dejado de alumbrar...
Las palabras salían una vez detrás de otra, consumiéndose en el propio eco que estas, junto al sonar de unas suaves y casi imperceptibles pisadas producían en aquella silenciosa nada... Desde casi el principio el Arkaniano había hecho la mayor parte del camino con los ojos cerrados y meditando, por el hecho de que, a causa de su propia mente, la luz había desaparecido por completo del túnel... Algo que, sumando sus ojos de Arkaniano y sus pupilas de gato, significaba que a aquel lugar no llegaba el mas mínimo resquicio de luz... Lo cual era completamente imposible a excepción de que en ese momento se encontrara enterrado vivo, lo cual resultaba imposible.
Imposible no es la palabra que consideramos adecuada... ¿Acaso no estamos nosotros así en tu mente alterada?
No entiendo a que vienen las rimas... ¿Y el plural? Yo diría que solo tengo a una persona encerrada en mi mente... Mierda...
El joven Arkaniano abrió los ojos, a sabiendas de que hora que el solo se había dejado alterar y había permitido surgir un recuerdo, sus ojos si serían capaces de ver delante suya... Aunque no le fuera a agradar con aquello contra lo que se encontrara de frente - ¿Por que escapases sin mi? - Jack entrecerró los parpados levemente disgustado, aquella aparición había sido exclusivamente culpa suya, y ahora una mujer con bata de científica se encontraba en frente suya, con algunas partes el vestuario y del rostro quemados, mirando con cierta incredulidad al Arkaniano.
No termino de comprenderlo, mi temor es haberte abandonado o que continúes con vida? Oh... Que cruel... ¿Por que dices eso? Soy tu madre... No te alegras de verme? ¿O es que acaso lo has descubierto? Pensé que nunca lo averiguarías... Suponía que si te dejaba escapar no pensarías que en realidad solo estabas ahí porque yo te ofrecí para el experimento, tienes que entenderlo, es mas fácil cuidar y mantener a un niño con sustentos de un poder mayor ya la ayuda de varias personas mas, y además me permitía avanza en la investigación que propuse.
Jack cerró los ojos un instante, tomando en este acto algo de aire para procurar relajarse, ahora su miedo estaba claro, no era ni que su madre aun estuviera viva, cosa que, por mas extraño que pudiera resultar le importaba bien poco, ni haberla dejado abandonada, ya que el únicamente siguió la instrucciones de esta, sin mirar atrás... Su miedo interno era enfrentarse al hecho de que su madre, aquella que le dio la vida y la única persona con la que llegó a tener algo que propiamente pudiera ser denominado vínculo, hubiera sido la que le hubiera entregado al experimento que le había arrebatado varios años de su vida de tan cual manera - Tienes que entenderlo, los Sith pagan bien - No podía permitirse flaquear en algo tan absurdo como aquello... Después de todo, los hechos que le hubieran llevado a ser la rata de investigación de unos científicos asalariados de los Sith poco importaban, después de todo, aquello se encontraba en el pasado y ya era imposible de arreglar, ahora debía de seguir la senda pura que se había marcado y... - Ni siquiera estarías aquí si no hubiéramos hecho lo que hicimos con tu cuerpo, ese dolor mereció la pena - ... y seguirlo hasta el final... Pero aquello era cierto, había llegado hasta el punto en el cual se encontraba por un camino al cual le había empujado en cierta manera su pasado... El era corrupto y estaba intentando engañarse a si mismo... - Eso es... Vuelve a mis brazos, aún desconoces tu verdadero potencial. - No iba a permitirlo
- No pienso dejar de caminar. Desaparece.
Jack reabrió los ojos en aquel instante... El cuerpo lesionado de Aima había dejado de encontrarse en frente suya, claro que en realidad nunca había estado allí, había sido una mera ilusión infundida por sus miedos y canalizada por la cueva... Y aunque había llegado a crear ciertas dudas en la mente del Younling, aquellos miedos eran un viejo conocido al cual ya había derrotado con anterioridad... Mas fuertes a causa de la aparición "real" de la científica ante los ojos del Arkaniano, si, pero a fin de cuentas era algo a lo que ya se había enfrentado y superado mas de una vez, gracias a lo cual había logrado vencer la ilusión en el último momento... De nuevo la luz desapareció por completo y la oscuridad fue completamente densa incluso para los ojos del Arkaniano... Era hora de seguir caminando.
Los minutos continuaron transcurriendo preocupantemente tranquilos, pero la luz aún seguía sin aparecer ante los ojos del Arkaniano, el cual empezaba a preguntarse si de verdad estaba avanzando o solo era una ilusión mas que trataba de alterarle... Aunque el mero hecho de no ver no iba a lograr tal objetivo... Tras varios minutos mas el joven dejó de caminar, al percatarse por la corriente de la Fuerza de la que llevaba ayudándose desde casi el comienzo para moverse, de que se encontraba dando vueltas en círculos.
Bien... Supongo que tengo que aceptar que no podré salir de aquí sin enfrentarme... A mi.
El joven Arkaniano reabrió los ojos, enfocándolos hacia abajo al tiempo que sentía como un brazo le agarraba la pierna por la altura de entre la rodilla y el muslo, descubriéndose tal y como esperaba a si mismo, con la única diferencia de que vestía con ropajes negros, sus ojos brillaban de un color rubí y... Que la mitad de su cuerpo estaba enterrado bajo tierra, hablándole con una voz siniestra, y con un leve eco perturbador.
¿Así que no podías estar enterrado bajo tierra no? Y como estoy entonces?
El ente rió macabramente durante un segundo, antes de deshacerse en una densa niebla que, volviendo a condensarse le hizo re-materializarse un metro y medio delante del Jack original, al tiempo que, al lado del Arkaniano una espada surgía de la tierra, como si de una broma se tratara... El Doppelgänger se encontraba completamente cubierto de tierra, con la ropa marcada y el pelo desordenado, pero, en un simple gesto, como el que se aparta un mechón de la cara, todo su aspecto, no solo su pelo, quedó completamente impoluto, como si nunca hubiera pasado nada.
Entonces... ¿De que tenemos que hablar? Pasado, futuro... La paz en la galaxia?
Como respuesta a su pregunta, Jack empuñó la espada que se hallaba a su lado, alzándola hacia la cabeza de su oponente y dejando la punta a escasos milímetros de su rostro, centrada a la altura de los ojos, sin que esto lograra arrancar la macabra sonrisa de alarmante seguridad que portaba su reflejo en el rostro - ¿Que tal si desapareces y me dejas continuar?
Vamos, no te olvides de algo esencial, esto es solo una ilusión creada por tus miedos... ¿Te doy miedo Jack? No debería, teniendo en cuenta que solo soy tu verdadero ser.
El joven Younling hizo avanzar parte de su cuerpo para, en un rápido movimiento disponerse a ensartar la cabeza de su otro ser, estaba seguro de que posiblemente eso no terminara con el, pero quien sabe, a lo mejor se callaba unos segundos y quería comprobar si podía hacerle daño... Pero, antes de que su brazo comenzara a avanzar todo cambió. Como si el Arkaniano estuviera mirando al espejo, en el mismo instante en el que se disponía a hacer avanzar su mano, el ya no portaba espada alguna y sin embargo, ante sus ojos un reluciente filo se encontraba dispuesto a ensartarle la cabeza, haciéndole que, como reacción natural se apartara, pero sin lograr evadirlo del todo y logrando llevarse un leve arañazo en el rostro, que le hizo llevarse la mano a este ante el sobrecogedor dolor que sintió, al tiempo que observaba a su sonriente doble... No sangraba, por lo que el daño había sido puramente una ilusión, pero era de igual modo preocupante le indicaba que a partir de ese momento tendría que procurar tener mas cuidado para no inflingirse daño psicosomático alguno.
Somos solo un experimento fallido que se ha revelado contra sus creadores... Tu no eres un Jedi... ¿La senda luminosa? Eso no va contigo, ¿donde estaban los buenos mientras te encontrabas encerrado con los malos experimentando con tu cuerpo? No te puedes engañar a ti mismo, por eso estoy aquí... Llevas mucho tiempo renunciando a mi, pero a fin de cuentas soy una parte de ti, tu parte Sith... Te repito, que tu no eres un Jedi Jack... No estamos destinados a esconder nuestro verdadero ser toda la vida, no te das cuenta que los Sith no nos recriminarían por haber sido Jedi? Y sin embargo los buenos, los justos, te tienes que esconder de ellos para que te acepten y no te juzguen, y cuando consigues algo real tienes que renunciar a ello para seguir ¿No te dice eso nada?
Las palabras del ente golpeaban la mente de Jack, el cual durante aquellos dos años se había estado repitiendo todas aquellas palabras, algunas incluso mas tiempo, algunas desde que empezó a tener conciencia sobre sus actos... Conciencia... Eso era lo que le había llevado a donde se encontraba, pero ahora que conocía los dos lados era hora de decidir. El silencio a pesar de que en realidad no hubiera transcurrido prácticamente nada de tiempo pudo llegar a parecer eterno, hasta que al final el joven Arkaniano elevó su rostro dispuesto a dar su veredicto.
Han sido muchas maldades, he matado a mucha gente y no puedo engañarme a mi mismo y ocultarme en que lo hice para salvar mi vida, porque después de todo muchas de esas personas también, tenía una elección y elegí vivir, costándole eso a ellos su vida. He experimentado con el lado oscuro, y sería mentira si dijera que cada vez que esto ha sucedido ha sido una tortura y es que a pesar de que tuviera miedo de dejar aflorar mi poder porque esta senda pudiera reaparecer, es lo que soy y no voy a poder evitarlo... - El rostro del Doppelgänger parecía exultante, como si todo lo que deseaba se estuviera cumpliendo por completo - Pero...
Jack avanzó precipitadamente hacia el filo de la espada que el Doppelgänger portaba aún alado y apuntando hacia el y como una broma cruel del destino, el espejo volvió a reflejar a las dos mitades... Dando como resultado el final de la misma escena, con la única diferencia de que ahora Jack volvía a empuñar en sus manos la espada y el ser oscuro se encontraba atravesado a la altura del corazón por la espada justiciera...
Pero... Comprendo y acepto el autosacrificio y además, por mas que sepa que nunca podré apartar mi pasado, por mas que sepa que estoy corrompido y no solo nunca podré quedar limpio, si no que tarde o temprano para los ojos de los Caballeros Jedi me corromperé en mayor medida... Puede que me halla equivocado de camino, pero no de lado. No soy un Sith y nunca lo seré. Y aunque se que tampoco lograré nunca ser un Jedi completo, este es el bando que he elegido y se que aunque quizás imperfecto, es el correcto. De todas maneras te acepto... La oscuridad es solo una parte mas de mi a la que puedo usar para atacar a esta misma... Quizás el camino de la destrucción no sea el perfecto para alguien que combate contra el mal... Pero eso era algo que había olvidado, mi mayor poder, reside en mi imperfección. Gracias.
El Younling extrajo la espada, al tiempo que esta y su Doppelgänger desaparecían como los espejismos de los que se trataban... Ahora un nuevo camino había aparecido a la vista de sus ojos y tras este podía vislumbrarse la entrada a la cueva de los cristales, desde la que una fuerte tensión de la Fuerza parecía tirar de el, llamándole a seguir caminando...
Tras sus pensamientos y la indicación por parte de las maestras de que ya podían comenzar con la prueva, Jack comenzó a caminar hacia la cueva, ligeramente detrás del primero en ir hacia esta... Se tapó ligeramente el rostro de manera inconsciente en cuanto de la boca del túnel surgió una ventolera un tanto inquietante, protegiéndose del viento, antes de, observando como cuatro iniciados retrocedía volver la mirada hacia la entrada de esta con un gesto completamente firme...
Esto ya promete ser interesante...
El Arkaniano continuó caminando hacia el interior de la cueva, siendo el primero en esta ocasión en cruzar el umbral, mientras sus ojos gatunos iban modulando la recepción de luz cada vez en una mayor medida... En ese aspecto podría decirse que iba a tener cierta ventaja, gracias a su capacidad, típica en cualquier Arkaniano de ver con asombrosa facilidad en la mas plena oscuridad. Paso a paso las dos pupilas rasgadas de sus ojos comenzaron a ser, acogidas por un brillo típicamente gatuno, la única luz de la zona... El aún podía ver perfectamente, aunque esta tarea posiblemente fuera mas difícil para el resto de los que caminaban detrás suya... Por pura curiosidad se giró para comprobar el grupo, viendo que, en efecto, al final cuatro se habían retirado antes de empezar, recorriendo con sus ojos de apariencia lumínica y bella pero peligrosa el grupo de Younlings descubrió con una invisible mueca de sonrisa a Leira unos pasos detrás de su estela... Posiblemente la única que al girar el su rostro no se hubiera sobrecogido ante sus relampagueantes ojos gatunos. Pero ese no era momento de entretenerse, así que volviéndose a girar continuó con su camino, hasta llegar a la primera bifurcación, en la cual paró unos segundos, para decidirse... Aunque, bien visto, si todas levaban al mismo sitio, poco importaría la elección, así que sin continuar pensándoselo se encaminó hacia el camino de la izquierda, suponiendo, aunque sin comprobarlo, que la mitad del grupo... O incluso mas si alguno se había asustado con el "chico gato".
El joven Arkaniano continuo con su avance, paso a paso, hasta llegar después de un largo rato al siguiente desvío, girándose ahora hacia los que le seguían, recorridos para su propia visión por un alo de luz en todos sus rasgos, a causa de su visión felina. Eran dos y aunque le pareció reconocer a uno de estos no se detuvo mas tiempo, si no que continuo andando, escogiendo en esta ocasión el camino de la derecha, escuchando tras de si los pasos de uno de los dos que habían antes detrás suya, girando el rostro mientras caminaba para observar a la humana una serie de pasos tras de si, volviendo a mirar hacia delante, continuando caminando en la oscuridad sin problema alguno, comenzando a darle vueltas hasta encontrarse con una duda que, si bien lo sabía, había estado evitando y dejando de lado durante un espacio amplio de tiempo...
- Y tenía que surgir justo en este momento... Aunque...
Tras estas palabras meditativas, pronunciadas en un tono que si bien no era alto, no trataba de ocultar nada, Jack continuó paso a paso su camino, eludiendo toda respuesta a cualquier posible pregunta, hasta que un par de minutos mas tarde se encontró con un nuevo desvío que hacia acto de presencia e indicaba el final del camino conjunto... El Arkaniano se detuvo, girándose hacia Leira, mientras sus ojos resplandecían con una mezcla de tonos esmeralda y ambarino por la luz que estos reflejaban.
Ahora debemos separarnos. Pero antes querría decirte... Mas bien pedirte algo - El Joven se acercó unos pasos hacia Leira, hasta quedarse a una distancia próxima, en la que esta pudiera apreciar algo mas sus rasgos, en aquel momento fríos - No se si voy a superar esta prueba... Venía convencido de que así sería, de saber con que me iba a encontrar y de como superarlo si así fuera... Pero durante la travesía me he dado cuenta que ha dos cosas a las que temo mas que nada y de las cuales desconocía sentir temor, o lo escondía... Una es mas reciente pero la otra lleva forjándose desde el momento en que nací... Aunque esto no es del todo cierto, en realidad se que si superaré esta prueba... Es solo que no se como saldré mentalmente cuando todo termine, porque se perfectamente que voy a tener que enfrentarme a mi mismo, en el sentido mas explícito de la palabra... Y quiero quitarme de encima el otro factor que puede crearme temores en este momento, porque combinados... Podría ser catastrófico.
Mientras hablaba el joven mantuvo en todo momento sus ojos fijos en los de la Younling, no mostraban ni dudas ni temor, a pesar de que este fuera la principal razón de lo que se encontraba diciendo, no por sentirlo, si no para no dejarse influenciar por este mas de lo necesario durante la prueba - ¿Recuerdas lo que te dije la primera noche en el tejado? En realidad no entendí porque reaccioné de aquella manera ante la norma de no dejarse influenciar por los sentimientos, si nunca me he dejado llevar por ellos y siempre los he dejado de lado... Quizás prevenía un cambio o ya se había realizado. Solo quiero decirte algo antes de comenzar la prueba, decirte algo y pedirte algo... Lo primero, desearte suerte, se que para ti lo mas importante de todo es llegar a ser una Jedi, mas que probablemente cualquier persona, como debería ser... Lo segundo, cuando esto termine, si fuera posible esta misma noche, me gustaría hablar contigo, precisamente sobre algo de lo que he dicho anteriormente, por un lado no quiero perjudicarte y por otro lado prefiero renunciar a algo antes de perderlo y seguir mi camino... Eso es todo, si no aciertas a preveer el resto y tienes curiosidad acepta mi petición, si no, de todos modos el resultado será el mismo, no volveré a interferir ni cruzarme en tu camino.
Sin mas el Arkaniano giró por completo todo su cuerpo, quedándose de frente con el nuevo desvío, comenzando a andar al momento hacia el camino de la derecha - Mantén tu mente en calma y que la Fuerza sea contigo Leira... Si tu fallas esta prueba será imposible que los demás consigamos sortearla, tienes un vínculo como Younling con el que los demás solo pueden soñar. Suerte.
La silueta del chico desapareció por completo en la oscuridad del desvío de la derecha... Ahora que todo estaba hecho, solo le quedaba enfrentarse a la prueba de la caverna... Iba a ser un reto duro, ya que por mas que alejara sus temores de si, había algo que no podría apartar nunca de si...
)) Superación de los miedos - El laberinto del Doppelgänger ((
El joven gatito no puede vislumbrar pues sus relucientes ojos le han dejado de alumbrar...
Las palabras salían una vez detrás de otra, consumiéndose en el propio eco que estas, junto al sonar de unas suaves y casi imperceptibles pisadas producían en aquella silenciosa nada... Desde casi el principio el Arkaniano había hecho la mayor parte del camino con los ojos cerrados y meditando, por el hecho de que, a causa de su propia mente, la luz había desaparecido por completo del túnel... Algo que, sumando sus ojos de Arkaniano y sus pupilas de gato, significaba que a aquel lugar no llegaba el mas mínimo resquicio de luz... Lo cual era completamente imposible a excepción de que en ese momento se encontrara enterrado vivo, lo cual resultaba imposible.
Imposible no es la palabra que consideramos adecuada... ¿Acaso no estamos nosotros así en tu mente alterada?
No entiendo a que vienen las rimas... ¿Y el plural? Yo diría que solo tengo a una persona encerrada en mi mente... Mierda...
El joven Arkaniano abrió los ojos, a sabiendas de que hora que el solo se había dejado alterar y había permitido surgir un recuerdo, sus ojos si serían capaces de ver delante suya... Aunque no le fuera a agradar con aquello contra lo que se encontrara de frente - ¿Por que escapases sin mi? - Jack entrecerró los parpados levemente disgustado, aquella aparición había sido exclusivamente culpa suya, y ahora una mujer con bata de científica se encontraba en frente suya, con algunas partes el vestuario y del rostro quemados, mirando con cierta incredulidad al Arkaniano.
No termino de comprenderlo, mi temor es haberte abandonado o que continúes con vida? Oh... Que cruel... ¿Por que dices eso? Soy tu madre... No te alegras de verme? ¿O es que acaso lo has descubierto? Pensé que nunca lo averiguarías... Suponía que si te dejaba escapar no pensarías que en realidad solo estabas ahí porque yo te ofrecí para el experimento, tienes que entenderlo, es mas fácil cuidar y mantener a un niño con sustentos de un poder mayor ya la ayuda de varias personas mas, y además me permitía avanza en la investigación que propuse.
Jack cerró los ojos un instante, tomando en este acto algo de aire para procurar relajarse, ahora su miedo estaba claro, no era ni que su madre aun estuviera viva, cosa que, por mas extraño que pudiera resultar le importaba bien poco, ni haberla dejado abandonada, ya que el únicamente siguió la instrucciones de esta, sin mirar atrás... Su miedo interno era enfrentarse al hecho de que su madre, aquella que le dio la vida y la única persona con la que llegó a tener algo que propiamente pudiera ser denominado vínculo, hubiera sido la que le hubiera entregado al experimento que le había arrebatado varios años de su vida de tan cual manera - Tienes que entenderlo, los Sith pagan bien - No podía permitirse flaquear en algo tan absurdo como aquello... Después de todo, los hechos que le hubieran llevado a ser la rata de investigación de unos científicos asalariados de los Sith poco importaban, después de todo, aquello se encontraba en el pasado y ya era imposible de arreglar, ahora debía de seguir la senda pura que se había marcado y... - Ni siquiera estarías aquí si no hubiéramos hecho lo que hicimos con tu cuerpo, ese dolor mereció la pena - ... y seguirlo hasta el final... Pero aquello era cierto, había llegado hasta el punto en el cual se encontraba por un camino al cual le había empujado en cierta manera su pasado... El era corrupto y estaba intentando engañarse a si mismo... - Eso es... Vuelve a mis brazos, aún desconoces tu verdadero potencial. - No iba a permitirlo
- No pienso dejar de caminar. Desaparece.
Jack reabrió los ojos en aquel instante... El cuerpo lesionado de Aima había dejado de encontrarse en frente suya, claro que en realidad nunca había estado allí, había sido una mera ilusión infundida por sus miedos y canalizada por la cueva... Y aunque había llegado a crear ciertas dudas en la mente del Younling, aquellos miedos eran un viejo conocido al cual ya había derrotado con anterioridad... Mas fuertes a causa de la aparición "real" de la científica ante los ojos del Arkaniano, si, pero a fin de cuentas era algo a lo que ya se había enfrentado y superado mas de una vez, gracias a lo cual había logrado vencer la ilusión en el último momento... De nuevo la luz desapareció por completo y la oscuridad fue completamente densa incluso para los ojos del Arkaniano... Era hora de seguir caminando.
Los minutos continuaron transcurriendo preocupantemente tranquilos, pero la luz aún seguía sin aparecer ante los ojos del Arkaniano, el cual empezaba a preguntarse si de verdad estaba avanzando o solo era una ilusión mas que trataba de alterarle... Aunque el mero hecho de no ver no iba a lograr tal objetivo... Tras varios minutos mas el joven dejó de caminar, al percatarse por la corriente de la Fuerza de la que llevaba ayudándose desde casi el comienzo para moverse, de que se encontraba dando vueltas en círculos.
Bien... Supongo que tengo que aceptar que no podré salir de aquí sin enfrentarme... A mi.
El joven Arkaniano reabrió los ojos, enfocándolos hacia abajo al tiempo que sentía como un brazo le agarraba la pierna por la altura de entre la rodilla y el muslo, descubriéndose tal y como esperaba a si mismo, con la única diferencia de que vestía con ropajes negros, sus ojos brillaban de un color rubí y... Que la mitad de su cuerpo estaba enterrado bajo tierra, hablándole con una voz siniestra, y con un leve eco perturbador.
¿Así que no podías estar enterrado bajo tierra no? Y como estoy entonces?
El ente rió macabramente durante un segundo, antes de deshacerse en una densa niebla que, volviendo a condensarse le hizo re-materializarse un metro y medio delante del Jack original, al tiempo que, al lado del Arkaniano una espada surgía de la tierra, como si de una broma se tratara... El Doppelgänger se encontraba completamente cubierto de tierra, con la ropa marcada y el pelo desordenado, pero, en un simple gesto, como el que se aparta un mechón de la cara, todo su aspecto, no solo su pelo, quedó completamente impoluto, como si nunca hubiera pasado nada.
Entonces... ¿De que tenemos que hablar? Pasado, futuro... La paz en la galaxia?
Como respuesta a su pregunta, Jack empuñó la espada que se hallaba a su lado, alzándola hacia la cabeza de su oponente y dejando la punta a escasos milímetros de su rostro, centrada a la altura de los ojos, sin que esto lograra arrancar la macabra sonrisa de alarmante seguridad que portaba su reflejo en el rostro - ¿Que tal si desapareces y me dejas continuar?
Vamos, no te olvides de algo esencial, esto es solo una ilusión creada por tus miedos... ¿Te doy miedo Jack? No debería, teniendo en cuenta que solo soy tu verdadero ser.
El joven Younling hizo avanzar parte de su cuerpo para, en un rápido movimiento disponerse a ensartar la cabeza de su otro ser, estaba seguro de que posiblemente eso no terminara con el, pero quien sabe, a lo mejor se callaba unos segundos y quería comprobar si podía hacerle daño... Pero, antes de que su brazo comenzara a avanzar todo cambió. Como si el Arkaniano estuviera mirando al espejo, en el mismo instante en el que se disponía a hacer avanzar su mano, el ya no portaba espada alguna y sin embargo, ante sus ojos un reluciente filo se encontraba dispuesto a ensartarle la cabeza, haciéndole que, como reacción natural se apartara, pero sin lograr evadirlo del todo y logrando llevarse un leve arañazo en el rostro, que le hizo llevarse la mano a este ante el sobrecogedor dolor que sintió, al tiempo que observaba a su sonriente doble... No sangraba, por lo que el daño había sido puramente una ilusión, pero era de igual modo preocupante le indicaba que a partir de ese momento tendría que procurar tener mas cuidado para no inflingirse daño psicosomático alguno.
Somos solo un experimento fallido que se ha revelado contra sus creadores... Tu no eres un Jedi... ¿La senda luminosa? Eso no va contigo, ¿donde estaban los buenos mientras te encontrabas encerrado con los malos experimentando con tu cuerpo? No te puedes engañar a ti mismo, por eso estoy aquí... Llevas mucho tiempo renunciando a mi, pero a fin de cuentas soy una parte de ti, tu parte Sith... Te repito, que tu no eres un Jedi Jack... No estamos destinados a esconder nuestro verdadero ser toda la vida, no te das cuenta que los Sith no nos recriminarían por haber sido Jedi? Y sin embargo los buenos, los justos, te tienes que esconder de ellos para que te acepten y no te juzguen, y cuando consigues algo real tienes que renunciar a ello para seguir ¿No te dice eso nada?
Las palabras del ente golpeaban la mente de Jack, el cual durante aquellos dos años se había estado repitiendo todas aquellas palabras, algunas incluso mas tiempo, algunas desde que empezó a tener conciencia sobre sus actos... Conciencia... Eso era lo que le había llevado a donde se encontraba, pero ahora que conocía los dos lados era hora de decidir. El silencio a pesar de que en realidad no hubiera transcurrido prácticamente nada de tiempo pudo llegar a parecer eterno, hasta que al final el joven Arkaniano elevó su rostro dispuesto a dar su veredicto.
Han sido muchas maldades, he matado a mucha gente y no puedo engañarme a mi mismo y ocultarme en que lo hice para salvar mi vida, porque después de todo muchas de esas personas también, tenía una elección y elegí vivir, costándole eso a ellos su vida. He experimentado con el lado oscuro, y sería mentira si dijera que cada vez que esto ha sucedido ha sido una tortura y es que a pesar de que tuviera miedo de dejar aflorar mi poder porque esta senda pudiera reaparecer, es lo que soy y no voy a poder evitarlo... - El rostro del Doppelgänger parecía exultante, como si todo lo que deseaba se estuviera cumpliendo por completo - Pero...
Jack avanzó precipitadamente hacia el filo de la espada que el Doppelgänger portaba aún alado y apuntando hacia el y como una broma cruel del destino, el espejo volvió a reflejar a las dos mitades... Dando como resultado el final de la misma escena, con la única diferencia de que ahora Jack volvía a empuñar en sus manos la espada y el ser oscuro se encontraba atravesado a la altura del corazón por la espada justiciera...
Pero... Comprendo y acepto el autosacrificio y además, por mas que sepa que nunca podré apartar mi pasado, por mas que sepa que estoy corrompido y no solo nunca podré quedar limpio, si no que tarde o temprano para los ojos de los Caballeros Jedi me corromperé en mayor medida... Puede que me halla equivocado de camino, pero no de lado. No soy un Sith y nunca lo seré. Y aunque se que tampoco lograré nunca ser un Jedi completo, este es el bando que he elegido y se que aunque quizás imperfecto, es el correcto. De todas maneras te acepto... La oscuridad es solo una parte mas de mi a la que puedo usar para atacar a esta misma... Quizás el camino de la destrucción no sea el perfecto para alguien que combate contra el mal... Pero eso era algo que había olvidado, mi mayor poder, reside en mi imperfección. Gracias.
El Younling extrajo la espada, al tiempo que esta y su Doppelgänger desaparecían como los espejismos de los que se trataban... Ahora un nuevo camino había aparecido a la vista de sus ojos y tras este podía vislumbrarse la entrada a la cueva de los cristales, desde la que una fuerte tensión de la Fuerza parecía tirar de el, llamándole a seguir caminando...
Jack- Padawan Jedi
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Re: Convocatoria al examen de ascenso - Parte final [Leira y Jack]
Leira cerró los ojos con un profundo aunque suave suspiro en cuanto ambas Jedis les desearon suerte, dando inicio a la prueba que tenían por delante. Cuatro aspirantes se vieron superados y retrocedieron, no atreviéndose a entrar con el primer grupo. Leira, por su parte, miró un instante a Jack tras su comentario y sonrió para sí con picardía previo a su preparación, cerrando ella los suyos para despejar su mente de dudas y temores. Debía confiar en la Fuerza, ella la guiaría hasta su destino aleccionándola de aquellos agentes externos que de seguro tratarían de ponerla a prueba. Pero no debía dejar cabida alguna para ellos. En su mente debía fijarse un único objetivo y ante cualquier duda o temor, fijar sus pensamientos acallaría los susurros del temor que la oscuridad del túnel, el frío proveniente de su interior, el silencio, el propio desconocimiento o la ignorancia, podrían ocasionarle. Debía estar por encima de todo aquello si quería llegar al final y no caer en el intento.
Abrió los ojos, descubriendo a Jack siendo el primer valiente en adentrarse a la cueva, reparando fugazmente en la forma que ahora habían tomado los ojos del Arkaniano. Alzó el mentón levemente con una nueva sonrisa y gesto pícaro encubierto devolviéndole la mirada, antes de volver la vista al frente demostrando su predisposición, adelantando el primer paso y luego el siguiente y luego otro y otro, acompasándose a los de Jack, penetrando tras él hacia el interior de la cueva y superar sus temores. Fuerza... Fe... Claridad... Instinto... Si todo ello seguía su curso le sería más fácil tomar el control de sus emociones.
Frío... y oscuridad. A pesar de la túnica y su uniforme Jedi, el frío le caló hasta los huesos. Leira no podía ver en la oscuridad, como Jack, sin embargo podía suplir aquella carencia percibiendo todo lo que le rodeaba por medio de la Fuerza. Era muy consciente de que la visión e incluso el oído podrían engañarla... por eso ahora se centraba mucho más en percibir por su sexto sentido proporcionado por la propia Fuerza. La información que ella le proporcionaba era precisa. No necesitaba verlo para saber que estaba ahí, sólo dejarse guiar por sus sentidos, por su instinto. Lo que sí necesitaba era convencerse de que ella tenía el poder para influir sobre ello si algo trataba de volverse contra ella.
Ocupaba una posición en primera línea, a la cabeza del grupo de ocho Younglings junto a Jack, de quien estaba pendiente siempre que no tuviera que luchar contra sus propias emociones y sentimientos, cual perro pastor, pudiendo percibir también el nerviosismo de sus compañeros, el frío... Aquello le infundía un indirecto valor, calideciéndole la sangre que corría por sus venas y llenándola de aquél vigor que necesitaba para seguir adelante.
Llegaron a la primera bifurcación. ¿Izquierda o derecha? Leira cerró nuevamente los ojos, tratando de despejar su mente para así hallar la respuesta. La energía procedente de ambos lados era muy similar. Estaba claro que se podría llegar a la cámara de los cristales por cualquiera de los dos lados, luego dependía del camino que se escogiera posteriormente. Su intuición la empujaba hacia el camino de la Izquierda, o quizá sería la atracción... por lo que, obedeciéndola, se dirigió hacia aquél... otro de sus compañeros se aventuró a seguirla para unirse al nuevo grupo encabezado por Jack y ella, mientras que los otros cinco, quizá por un psicológico temor hacia la fantasmagórica imagen del Arkaniano, tomaron el camino opuesto. Ya no los volvería a ver hasta abandonar la cueva, y tampoco era seguro que todos salieran con vida de allí...
Pero aparcó esos pensamientos a un lado y se volvió a centrar en el camino que se les abría ahora.
Ahora el frío del entorno volvió a incrementarse al haber dejado atrás a los cuatro compañeros que habían decidido tomar el otro camino y cuyo calor humano, en cierto modo, aleccionaba al resto del grupo, que ahora, una vez más, se había dejado envolver por el frío y de nuevo volvían a ellos los sentimientos negativos tales como el temor. "Fuerza... Fe... Claridad... Instinto..." Se repitió Leira, sin detenerse. Aquellos pensamientos en cierto modo la ayudaban a disipar los malos augurios y centrarse en lo que debía. O al menos la convencían. Aunque en realidad caminar al lado de Jack la tranquilizase en cierto modo.
Los túneles, se volvían cada vez más estrechos cuanto más profundo avanzaban, eso los obligaba a agruparse más. Pero ellos continuaban su paso en la oscuridad. Leira se había acostumbrado a ella, aunque realmente no pudiera ver más allá de sus narices. Le tranquilizaba sentir a alguien en quien confiaba cerca de ella.
Llegaron a la siguiente desviación. El planteamiento fue el mismo. Todos los caminos llevaban al mismo punto, otra cosa era escoger uno más corto o más largo. Pero seguía percibiendo lo mismo de uno que de otro. Así que se adelantó hacia el de la derecha antes que el otro que venía en su grupo se le adelantase. Sabía que debía separarse del Arkaniano con ojos de gato tarde o temprano, pero prefería avanzar el máximo posible en su cercanía y compañía para sentirse más tranquila. Sabía que cuando se separasen, toda la barrera que se había logrado formar para proteger su mente de temores y sentimientos negativos, se desvanecería y tendría que enfrentarse al fin a ella.
Le sorprendía que no hubiese aparecido ninguna clase de ser al que le gustase la oscuridad, aunque por otro lado le parecía evidente debido al frío. Sin embargo, y a pesar de que su grupo se hubiera visto reducido a dos personas, en el punto en el que estaban el frío ya no era tan prominente aunque siguiera haciendo frío.
Se habían quedado solos en la oscuridad... tal vez por eso, su empeño y concentración por tratar de guiarse fiándose de la Fuerza, no había reparado en ello hasta que le escuchó murmurar algo que le hizo centrar su atención ahora en él.
– ¿Has dicho algo? –Cuestionó lo suficientemente alto como para que Jack recibiera el mensaje.
Ella caminaba con pasos más lentos al no poder ver dónde colocaba los pies. Por eso, y por la continua confusión que le ocasionaba la oscuridad al no poder ver, además de su esfuerzo por tratar de ver con la Fuerza en su lugar, y el no haberse esperado que fuese a decir algo, no le había prestado la suficiente atención y consecuentemente no había comprendido lo que éste había dicho.
A pesar de la atención que Leira le prestó ahora, la respuesta no llegó en aquél momento. Por lo que tuvo que tragarse su curiosidad y volver a centrarse en despejar su mente para poder proseguir.
Sin embargo, unos pocos minutos más tarde, Jack anunció la aparición de un nuevo desvío al momento en que Leira lo percibió unos metros por delante de ella. Volvió a centrar su atención en Jack, quería hacerle una petición. Pensar en tener que separarse de él y que tal vez, deseaba que no, aquella fuese la última vez que se vieran, la embargó, acelerándole repentinamente el pulso. Escuchó sus pasos retroceder hacia ella...
En aquella oscuridad podía intuir sus rasgos, sin embargo sólo podía ver sus ojos, como dos brillantes luciérnagas fosforesciendo en la oscuridad.
En ese momento no podía despejar su mente, estaba asustada... a pesar de no haber detectado ningún peligro. Sin embargo, ya había logrado comprender que los peligros que apareciesen en aquel lugar serían los impuestos por su propia mente ante lo adverso y desconocido. Y Jack le había ayudado a comprenderlo al plantearle sus dudas. Tenía miedo por él.
Leira asintió, sin dejar de mirar las luciérnagas de sus ojos, ante la pregunta que aludía a cuando se conocieron, en el tejado de la Academia. No sabía si realmente la habría visto asentir, simplemente confiaba en que así fuera. Aunque fuese desconcertante tener aquella visión de él, su voz era tranquilizante para ella. Sin embargo, su petición, aunque de respuesta fácil, la dejó bastante confusa y algo nerviosa. Podía vaticinar lo que quisiera decirle, pero se quedaba ahí, en un mero vaticinio que no podría verificar por el momento.
Cuando se quiso dar cuenta, las luciérnagas que alumbraban los ojos de Jack ya no estaban frente a ella, pues sus pasos le habían hecho dar media vuelta para continuar su camino.
– Que la Fuerza te acompañe a ti también, Jack –Alcanzó a decir antes de que sus pasos dejaran de resonar en su cercanía, modulando la voz de forma que no se percibiese su alteración, perdiéndose por el camino de la derecha.
Silencio... Soledad...
Aun le duraba el rubor que las últimas palabras de Jack le habían causado. Estaba acostumbrada a estar sola, era cuando más cómoda se sentía... pero en una situación y circunstancias completamente fuera de peligro. Y aquello era todo lo contrario... El verdadero reto comenzaba ahora.
Sola... Esta vez se encontraba sola de verdad, perdida en la oscuridad sin amparo alguno. Sentía mucho frío, respiraba agitadamente y notaba su propio aliento congelarse ante sus narices, pero continuaba sin poder ver más allá... Únicamente le sobrecogía un temor y éste no se encontraba a su alcance, ella no podía acallarlo ni ponerle remedio, únicamente podía aferrarse a la esperanza, a la fe... su fe en la Fuerza... esa fe esperanzada que volvería a reunirlos de nuevo. Aquella idea le dio fuerzas para continuar. Deseaba fervientemente verlo de nuevo...
Se dibujó por un instante una macabra sonrisa en sus labios al darse cuenta de algo... aquella no era más que una mera prueba para probar su valía. Jack tenía fe en que ella conseguiría superarla, pues como bien había dicho, su vínculo con la Fuerza para ser una Youngling era superdotado. Y es que lo cierto era, que desde el comienzo se había sentido bastante cómoda, o al menos había conseguido despejar su mente con mayor facilidad. Su fe en la Fuerza le había otorgado la confianza en sí misma que necesitaba. Si aquello no era más que un reto, ¿qué le deparaban las futuras misiones que habría de enfrentar? Debía estar por encima de aquello, ni cosquillas le debería ocasionar. ¿Miedo? Ella no sabía lo que era el verdadero miedo, cuando superaba su temor a fracasar día a día esforzándose por mejorar. Sin embargo, estaba segura de una cosa, y era que allí ya no lo hallaría. Lo había dejado atrás, a la entrada de la cueva, donde le aguardaría para asaltarla cuando realmente la situación, los acontecimientos, lo requiriesen.
Sin más, y libre de miedos y temores, Leira prosiguió su camino, por el túnel de la izquierda, esta vez con la mente clara y decidida, comenzando a percibir con claridad una energía, aura, Fuerza, a la que se sentía extrañamente vinculada y que parecía estar llamándola...
Abrió los ojos, descubriendo a Jack siendo el primer valiente en adentrarse a la cueva, reparando fugazmente en la forma que ahora habían tomado los ojos del Arkaniano. Alzó el mentón levemente con una nueva sonrisa y gesto pícaro encubierto devolviéndole la mirada, antes de volver la vista al frente demostrando su predisposición, adelantando el primer paso y luego el siguiente y luego otro y otro, acompasándose a los de Jack, penetrando tras él hacia el interior de la cueva y superar sus temores. Fuerza... Fe... Claridad... Instinto... Si todo ello seguía su curso le sería más fácil tomar el control de sus emociones.
Frío... y oscuridad. A pesar de la túnica y su uniforme Jedi, el frío le caló hasta los huesos. Leira no podía ver en la oscuridad, como Jack, sin embargo podía suplir aquella carencia percibiendo todo lo que le rodeaba por medio de la Fuerza. Era muy consciente de que la visión e incluso el oído podrían engañarla... por eso ahora se centraba mucho más en percibir por su sexto sentido proporcionado por la propia Fuerza. La información que ella le proporcionaba era precisa. No necesitaba verlo para saber que estaba ahí, sólo dejarse guiar por sus sentidos, por su instinto. Lo que sí necesitaba era convencerse de que ella tenía el poder para influir sobre ello si algo trataba de volverse contra ella.
Ocupaba una posición en primera línea, a la cabeza del grupo de ocho Younglings junto a Jack, de quien estaba pendiente siempre que no tuviera que luchar contra sus propias emociones y sentimientos, cual perro pastor, pudiendo percibir también el nerviosismo de sus compañeros, el frío... Aquello le infundía un indirecto valor, calideciéndole la sangre que corría por sus venas y llenándola de aquél vigor que necesitaba para seguir adelante.
Llegaron a la primera bifurcación. ¿Izquierda o derecha? Leira cerró nuevamente los ojos, tratando de despejar su mente para así hallar la respuesta. La energía procedente de ambos lados era muy similar. Estaba claro que se podría llegar a la cámara de los cristales por cualquiera de los dos lados, luego dependía del camino que se escogiera posteriormente. Su intuición la empujaba hacia el camino de la Izquierda, o quizá sería la atracción... por lo que, obedeciéndola, se dirigió hacia aquél... otro de sus compañeros se aventuró a seguirla para unirse al nuevo grupo encabezado por Jack y ella, mientras que los otros cinco, quizá por un psicológico temor hacia la fantasmagórica imagen del Arkaniano, tomaron el camino opuesto. Ya no los volvería a ver hasta abandonar la cueva, y tampoco era seguro que todos salieran con vida de allí...
Pero aparcó esos pensamientos a un lado y se volvió a centrar en el camino que se les abría ahora.
Ahora el frío del entorno volvió a incrementarse al haber dejado atrás a los cuatro compañeros que habían decidido tomar el otro camino y cuyo calor humano, en cierto modo, aleccionaba al resto del grupo, que ahora, una vez más, se había dejado envolver por el frío y de nuevo volvían a ellos los sentimientos negativos tales como el temor. "Fuerza... Fe... Claridad... Instinto..." Se repitió Leira, sin detenerse. Aquellos pensamientos en cierto modo la ayudaban a disipar los malos augurios y centrarse en lo que debía. O al menos la convencían. Aunque en realidad caminar al lado de Jack la tranquilizase en cierto modo.
Los túneles, se volvían cada vez más estrechos cuanto más profundo avanzaban, eso los obligaba a agruparse más. Pero ellos continuaban su paso en la oscuridad. Leira se había acostumbrado a ella, aunque realmente no pudiera ver más allá de sus narices. Le tranquilizaba sentir a alguien en quien confiaba cerca de ella.
Llegaron a la siguiente desviación. El planteamiento fue el mismo. Todos los caminos llevaban al mismo punto, otra cosa era escoger uno más corto o más largo. Pero seguía percibiendo lo mismo de uno que de otro. Así que se adelantó hacia el de la derecha antes que el otro que venía en su grupo se le adelantase. Sabía que debía separarse del Arkaniano con ojos de gato tarde o temprano, pero prefería avanzar el máximo posible en su cercanía y compañía para sentirse más tranquila. Sabía que cuando se separasen, toda la barrera que se había logrado formar para proteger su mente de temores y sentimientos negativos, se desvanecería y tendría que enfrentarse al fin a ella.
Le sorprendía que no hubiese aparecido ninguna clase de ser al que le gustase la oscuridad, aunque por otro lado le parecía evidente debido al frío. Sin embargo, y a pesar de que su grupo se hubiera visto reducido a dos personas, en el punto en el que estaban el frío ya no era tan prominente aunque siguiera haciendo frío.
Se habían quedado solos en la oscuridad... tal vez por eso, su empeño y concentración por tratar de guiarse fiándose de la Fuerza, no había reparado en ello hasta que le escuchó murmurar algo que le hizo centrar su atención ahora en él.
– ¿Has dicho algo? –Cuestionó lo suficientemente alto como para que Jack recibiera el mensaje.
Ella caminaba con pasos más lentos al no poder ver dónde colocaba los pies. Por eso, y por la continua confusión que le ocasionaba la oscuridad al no poder ver, además de su esfuerzo por tratar de ver con la Fuerza en su lugar, y el no haberse esperado que fuese a decir algo, no le había prestado la suficiente atención y consecuentemente no había comprendido lo que éste había dicho.
A pesar de la atención que Leira le prestó ahora, la respuesta no llegó en aquél momento. Por lo que tuvo que tragarse su curiosidad y volver a centrarse en despejar su mente para poder proseguir.
Sin embargo, unos pocos minutos más tarde, Jack anunció la aparición de un nuevo desvío al momento en que Leira lo percibió unos metros por delante de ella. Volvió a centrar su atención en Jack, quería hacerle una petición. Pensar en tener que separarse de él y que tal vez, deseaba que no, aquella fuese la última vez que se vieran, la embargó, acelerándole repentinamente el pulso. Escuchó sus pasos retroceder hacia ella...
En aquella oscuridad podía intuir sus rasgos, sin embargo sólo podía ver sus ojos, como dos brillantes luciérnagas fosforesciendo en la oscuridad.
En ese momento no podía despejar su mente, estaba asustada... a pesar de no haber detectado ningún peligro. Sin embargo, ya había logrado comprender que los peligros que apareciesen en aquel lugar serían los impuestos por su propia mente ante lo adverso y desconocido. Y Jack le había ayudado a comprenderlo al plantearle sus dudas. Tenía miedo por él.
Leira asintió, sin dejar de mirar las luciérnagas de sus ojos, ante la pregunta que aludía a cuando se conocieron, en el tejado de la Academia. No sabía si realmente la habría visto asentir, simplemente confiaba en que así fuera. Aunque fuese desconcertante tener aquella visión de él, su voz era tranquilizante para ella. Sin embargo, su petición, aunque de respuesta fácil, la dejó bastante confusa y algo nerviosa. Podía vaticinar lo que quisiera decirle, pero se quedaba ahí, en un mero vaticinio que no podría verificar por el momento.
Cuando se quiso dar cuenta, las luciérnagas que alumbraban los ojos de Jack ya no estaban frente a ella, pues sus pasos le habían hecho dar media vuelta para continuar su camino.
– Que la Fuerza te acompañe a ti también, Jack –Alcanzó a decir antes de que sus pasos dejaran de resonar en su cercanía, modulando la voz de forma que no se percibiese su alteración, perdiéndose por el camino de la derecha.
Silencio... Soledad...
Aun le duraba el rubor que las últimas palabras de Jack le habían causado. Estaba acostumbrada a estar sola, era cuando más cómoda se sentía... pero en una situación y circunstancias completamente fuera de peligro. Y aquello era todo lo contrario... El verdadero reto comenzaba ahora.
Sola... Esta vez se encontraba sola de verdad, perdida en la oscuridad sin amparo alguno. Sentía mucho frío, respiraba agitadamente y notaba su propio aliento congelarse ante sus narices, pero continuaba sin poder ver más allá... Únicamente le sobrecogía un temor y éste no se encontraba a su alcance, ella no podía acallarlo ni ponerle remedio, únicamente podía aferrarse a la esperanza, a la fe... su fe en la Fuerza... esa fe esperanzada que volvería a reunirlos de nuevo. Aquella idea le dio fuerzas para continuar. Deseaba fervientemente verlo de nuevo...
Se dibujó por un instante una macabra sonrisa en sus labios al darse cuenta de algo... aquella no era más que una mera prueba para probar su valía. Jack tenía fe en que ella conseguiría superarla, pues como bien había dicho, su vínculo con la Fuerza para ser una Youngling era superdotado. Y es que lo cierto era, que desde el comienzo se había sentido bastante cómoda, o al menos había conseguido despejar su mente con mayor facilidad. Su fe en la Fuerza le había otorgado la confianza en sí misma que necesitaba. Si aquello no era más que un reto, ¿qué le deparaban las futuras misiones que habría de enfrentar? Debía estar por encima de aquello, ni cosquillas le debería ocasionar. ¿Miedo? Ella no sabía lo que era el verdadero miedo, cuando superaba su temor a fracasar día a día esforzándose por mejorar. Sin embargo, estaba segura de una cosa, y era que allí ya no lo hallaría. Lo había dejado atrás, a la entrada de la cueva, donde le aguardaría para asaltarla cuando realmente la situación, los acontecimientos, lo requiriesen.
Sin más, y libre de miedos y temores, Leira prosiguió su camino, por el túnel de la izquierda, esta vez con la mente clara y decidida, comenzando a percibir con claridad una energía, aura, Fuerza, a la que se sentía extrañamente vinculada y que parecía estar llamándola...
Leira- Padawan Jedi
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Re: Convocatoria al examen de ascenso - Parte final [Leira y Jack]
[1]
La silueta se adentraba por aquel túnel, los muros habían dejado de moverse. El pétreo suelo ahora se amoldaba a sus pisadas, crujía bajo el peso de sus botas como si fuera…¿Césped…?
… Las visiones comenzaron…
El manto oscuro aún era denso, el aire cargado iba menguando, ahora su aroma se sentía fresco, ligero… familiar, sí, más familiar a cada paso. El túnel y su claustrofóbica sensación desaparecían, no estaban más.
Una mano se extendió en la oscuridad, hurgaba entre esta a cada paso como si quisiese atrapar su objetivo… pero…
¿Uh?... plantaciones… altas cosechas… puedo sentir sus tallos, sus hojas rozar mi mano... ¿es posible acaso?... su aroma… no, no puede ser…
El muro de oscuridad se había transformado en un muro de cultivos, una cosecha. Las manos de la iniciada se abrían paso entre tal vegetación como antes hacía entre las sombras.
No, no igual que antes, ella ya conocía ese camino, lo recordaba. Una luz en el fondo, apenas la veía pero la conocía bien, si, ella la llamaba. Las manos de la iniciada apartaban aquella cosecha con desespero mientras corría entre aquella plantación.
… Uh, las visiones te alcanzaron…
El cielo… puedo ver el cielo… el cielo estrellado es como en… no es posible… no puede ser que este en…
El aliento se le escapaba, la prisa y emociones iban en aumento, sus manos terminaron de apartar aquella cortina de vegetación y su silueta abandonó esta de un salto.
Casa…
El aliento se le escapó, su musculatura hubo de quedar inmóvil de golpe, frente a ella se encontraba aquella cabaña perdida entre los campos de cultivo de su planeta natal. La luz encendida en la entrada, la estela de humo que escapa de la chimenea de piedra, un “Volviste a casa… “ acabó con el silencio.
Una mirada extraviada en aquella aparente realidad, una sonrisa desbordada en felicidad, la mente se había perdido en el páramo ilusorio.
Trastabilló algunos pasos tratando de alcanzar a la figura materna pero no hubo de resultar. El gruñido despertó, el aire se volvió turbio y pesado de súbito, el aroma a muerte ronda.
El cielo se tiño de rojo y un sobresalto sacude a la iniciada, ah si, su peor temor viene por ella.
No alcanzó a decirles algo, solamente las vio desaparecer. Las figuras familiares se desintegraron bajo un haz láser rojizo que las carcomía, piel, huesos y vestimenta, ahora todo era ceniza bajo la aterradora vista.
Panorama infernal, el fuego devoraba todo, las cosechas, la casa, a su familia.
Un grito de terror, la visión acaba con un golpe similar de aquella espada, ah si, todo se nubla en aquel haz rojo.
… Jm, las visiones te atraparon…
Las visiones se habían ido, la normalidad vuelve. En la oscuridad, el sollozo de aquella iniciada recorre aquel túnel.
====
[2]
Mi aldea…[2]
El iniciado cedía a la vista, el túnel se había transformado en aquel poblado familiar.
El sonido, el aroma, la gente, la algarabía, todo era tan real. Su paso lo condujo a la plaza donde hubo de ser recibido como uno más de ellos, como siempre fue.
Aunque no duró mucho tiempo…
Nubes oscuras oscurecen el cielo en una tétrica vista. Entre ellas emergen las bestias aladas de metálica estructura, una flota, un ejército, un centenar.
Su amenaza oscurece la tierra a su paso. El cielo se ilumina de rojo, las bestias abren fuego, una lluvia de interminables destellos rojizos cae sobre la tierra desnuda en una ola de muerte.
La aldea perece a causa del bombardeo, el fuego consume todo a su paso mientras el iniciado yace inmerso en aquella terrorífica visión.
Silencio. La ilusión había terminado y tras ella el iniciado yace quieto en la oscuridad, inmerso entre las sombras y aquel shock.
====
|| Exterior ||
— Dos menos…—
— Te lo dije, los presionaste demasiado… son niños aún… no esperarás a que pierdan la razón.—
— Lo sé, pero aún quedan 2 adentro… y no parecen pretender detenerse... están cerca ya…—
Las Jedi murmuran entre si. Fuera de la cueva un campamento improvisado se alza, los 4 iniciados que rechazaron la prueba se encargan de tranquilizar a quienes eran retirados de la cueva tras tal duro examen.
|| Interior - Cueva de Cristales ||
Los túneles terminan, para quienes no cayeron en su ilución, metros más adelante. Vuelven a unirse en un paso tranquilo que flanquea una laguna subterránea. Frente a ella se encuentra el lugar.
Una caverna cualquiera, eso parece, mas su entrada se ve bañada de multicolores tonos luminosos. A cada paso aquella energía resuena y vibra como un ente vivo, lleno de energía, que va llamándolos.
Los tonos se mezclan creando armonías de color inimaginables, brillan, irradian toda su belleza y energía ante quienes llegan.
OFF: Llegada a la Cueva en si, pueden profundizar un poco más en sus temores, tal como los ejemplos [1] y [2] que puse, ello si desean. Sino, pasan directamente a la Cueva de los cristales, deben seleccionar uno de ellos, según el color que prefieran.
Los cristales rojos, fuera de los artificiales creados por los Sith, se obtienen de huevos no incubados de Kinraths. Por ello, si alguno desea ese color, debe indicar encontrarse uno de esos huevos enterrado u olvidado por allí xD.
Disculpen demora.
Azula.
Fuerza Luminosa- Narrador/GM
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Re: Convocatoria al examen de ascenso - Parte final [Leira y Jack]
Paso a paso l joven Arkaniano fue adentrándose en la cueva de los cristales, mirando a todos los rincones de esta mientras observaba con atención la gran cantidad de diversas luces de color que alumbraban la que, hasta aquel momento había sido la cueva mas oscura e la que jamás se había adentrado...
Su mente, ahora despejada, examinaba cuidadosamente los vínculos de fuerza que flotaban en el aire, cada uno distinto a cualquier otro, hasta pararse y reconocer un aura que le era familiar... Sin pararse a pensarlo, el joven desvió la mirada hacia el punto del cual había salido aquella Aura conocida, descubriendo varios metros a uno de sus lados a la Younling Leira, que al parecer también había logrado superar la prueba... Lo cual le hizo dar un rápido repaso a su alrededor, descubriendo que, al menos por el momento, Leira y el eran los únicos que habían logrado superar la prueba del miedo... Claro que, vista su dificultad tampoco era algo de extrañar para el joven Arkaniano.
Tras un nuevo escaneo que sirvió a Jack para confirmar que solo ellos dos habían logrado superar el laberinto, el joven paró en seco, para, tras saludar con un leve gesto a Leira, comenzar a centrarse en aquello a lo que había ido a la cueva... Así que, dejando de lado el Aura de la joven y cerrando los ojos el Arkaniano comenzó a examinar uno a uno los vínculos que flotaban en el aire, dejándose acariciar por todos ellos, dejando que le llamaran y rechazando poco a poco todos aquellos que no le resultaran tan atrayentes como el resto.
Distintas sensaciones acompañaban a cada roce... Poder, habilidad, sabiduría, fe, pasión... Pero ninguna de estas terminaba de enlazarse del todo con el. Faltaba algo, había algo que no terminaba de encajar con el... Si bien era cierto que podía llegar a tener pasión en ocasiones concretas, que la habilidad era un rasgo importante para el y que siempre había sentido respeto por la sabiduría... No terminaba de sentirse del todo cómodo con aquellas sensaciones, no al menos en un estado tan puro. Algunos vínculos eran demasiado puros, y otros en su opinión demasiado inestables, así que, poco a poco la lista de posibilidades fue reduciéndose en gran medida, hasta llegar al punto en el cual, desprovisto ahora de la mayoría de las distracciones sensoriales encontró un vínculo con el cual lograba identificarse.
Mientras Jack e dejaba acariciar por la fuerza emergente de aquellos cristales en concreto recordó la conversación final que había mantenido con su Doppelgänger durante su encuentro... Recordó como había aceptado que su camino estaba plagado de muerte y destrucción y como había negado que esto pudiera ser negativo para el... Ese era en una gran medida su verdadero ser, y aquello era lo que estaba tirando de el en aquel preciso instante. En aquel momento le rodeaba un aura de caos, muerte y destrucción que llegaba a resultar un tanto incómodo... Pero, examinándolo con ligera atención el joven pudo percibir en todo aquello un halo del destino... Aquello no era la muerte por la muerte ni contenía propósito oscuro alguno. Era simplemente el proceso de destrucción, el cual siempre acababa alcanzando a todo lo que se hallase en la galaxia, y que aunque aterrador para muchos, guardaba el equilibrio de la Galaxia, además de ser el poder mayor después de porsupuesto el propio poder de la Fuerza... Para que hubiera vida tenía antes que haber muerte, y la propia vida siempre acababa en muerte... Aquello quizás no fuera la propia muerte, si no mas el destino...
Todas las demás sensaciones ya habían desaparecido por completo, y ahora, parte de la energía que le llamaba desapareció ante la mención del destino, dividiéndose l que quedaba en una atracción que podía percibirse a modo de distintos hilos, cada uno de un tamaño y forma que llamaban a Jack... Algunos mas oscuros, otros mas puros y otros pocos de carácter neutral. Poco a poco el joven Arkaniano fue apartando hilos, hasta que al final solo quedaron una cantidad de vínculos que podían llegar a ser contados con la mano... Hasta que se percató de algo, si bien todos los cristales emitían un vínculo con la fuerza distinto, dos de los que quedaban creaban entre si un vínculo extraño, podía decirse que uno emitía mas pureza que el otro, pero al mismo tiempo eran completamente iguales, lo cual resultaba extraño... Pero al tiempo, era lo que el Arkaniano estaba buscando, de manera que el resto de los vínculos fueron apartados, abriendo los ojos y comenzando de nuevo a caminar hacia donde esta extraña atracción le conducía.
Tras un par de minutos Jack llegó a su objetivo, sorprendiéndose al ver lo que se encontraba ante sus ojos. Apartados ligeramente del resto de los cristales, dos pequeñas y relucientes gemas negras destacaban por su increíble simetría. Se encontraban tocándose entre si, pero separados d cualquier otro cristal. Jack alargó la mano cogiendo los dos cristales, dejando uno en cada mano y volviendo a cerrar los ojos, examinándolos ahora con mayor atención, percibiendo justo lo que buscaba. Por separado ninguno de los dos terminaba de adaptarse al Arkaniano, al igual que resultaban completamente distintos ante una percepción aguda, pero, una vez que su vínculo se mezclaba y se percibía en conjunto podía notarse una completa sincronía entre ellos, además de una exactitud completa con el vínculo del Arkaniano. Había logrado hallar lo que para el era la perfección, dos entes dispares pero iguales que mezclados eran uno solo.
Tras terminar de aceptarlos, de ser aceptado y vincularse con estos, Jack se giró por completo para, al tiempo que abría los ojos una vez mas, dirigirse hacia el lugar del cual había salido, habiendo logrado ya su objetivo.
La vuelta no fue para nada difícil. En aquella ocasión ninguna visión se mostró ante sus ojos, al haber aceptado y superado todos sus miedos a la ida. Tras unos minutos Jack había logrado salir al exterior de la cueva de los cristales, encontrándose ahora ante la Maestra Secura y el holograma de la Maestra Fay. Parando a dos metros de estas para elevando la mano derecha, mostrar en esta los dos cristales gemelos negros que había obtenido de la cueva, muestra de que había logrado superar la prueba que les había sido impuesta a todos ellos... Gracias a la cual, podía considerarse ya un recién ascendido Padawan... Ahora solo quedaba ser nombrado como tal y que se le asignara un maestro que el consejo creyera acorde para el Arkaniano.
____________________________________________
OFF: El cristal negro existe, y lo propuse ayer antes de ponerme con el post. Además tambien viene en la Wiki de Star Wars... Espero que sea válido, si no indícamelo por algún lado y lo edito cogiendo otro, aunque creo que es el que mas pega con mi pj.
Su mente, ahora despejada, examinaba cuidadosamente los vínculos de fuerza que flotaban en el aire, cada uno distinto a cualquier otro, hasta pararse y reconocer un aura que le era familiar... Sin pararse a pensarlo, el joven desvió la mirada hacia el punto del cual había salido aquella Aura conocida, descubriendo varios metros a uno de sus lados a la Younling Leira, que al parecer también había logrado superar la prueba... Lo cual le hizo dar un rápido repaso a su alrededor, descubriendo que, al menos por el momento, Leira y el eran los únicos que habían logrado superar la prueba del miedo... Claro que, vista su dificultad tampoco era algo de extrañar para el joven Arkaniano.
Tras un nuevo escaneo que sirvió a Jack para confirmar que solo ellos dos habían logrado superar el laberinto, el joven paró en seco, para, tras saludar con un leve gesto a Leira, comenzar a centrarse en aquello a lo que había ido a la cueva... Así que, dejando de lado el Aura de la joven y cerrando los ojos el Arkaniano comenzó a examinar uno a uno los vínculos que flotaban en el aire, dejándose acariciar por todos ellos, dejando que le llamaran y rechazando poco a poco todos aquellos que no le resultaran tan atrayentes como el resto.
Distintas sensaciones acompañaban a cada roce... Poder, habilidad, sabiduría, fe, pasión... Pero ninguna de estas terminaba de enlazarse del todo con el. Faltaba algo, había algo que no terminaba de encajar con el... Si bien era cierto que podía llegar a tener pasión en ocasiones concretas, que la habilidad era un rasgo importante para el y que siempre había sentido respeto por la sabiduría... No terminaba de sentirse del todo cómodo con aquellas sensaciones, no al menos en un estado tan puro. Algunos vínculos eran demasiado puros, y otros en su opinión demasiado inestables, así que, poco a poco la lista de posibilidades fue reduciéndose en gran medida, hasta llegar al punto en el cual, desprovisto ahora de la mayoría de las distracciones sensoriales encontró un vínculo con el cual lograba identificarse.
Mientras Jack e dejaba acariciar por la fuerza emergente de aquellos cristales en concreto recordó la conversación final que había mantenido con su Doppelgänger durante su encuentro... Recordó como había aceptado que su camino estaba plagado de muerte y destrucción y como había negado que esto pudiera ser negativo para el... Ese era en una gran medida su verdadero ser, y aquello era lo que estaba tirando de el en aquel preciso instante. En aquel momento le rodeaba un aura de caos, muerte y destrucción que llegaba a resultar un tanto incómodo... Pero, examinándolo con ligera atención el joven pudo percibir en todo aquello un halo del destino... Aquello no era la muerte por la muerte ni contenía propósito oscuro alguno. Era simplemente el proceso de destrucción, el cual siempre acababa alcanzando a todo lo que se hallase en la galaxia, y que aunque aterrador para muchos, guardaba el equilibrio de la Galaxia, además de ser el poder mayor después de porsupuesto el propio poder de la Fuerza... Para que hubiera vida tenía antes que haber muerte, y la propia vida siempre acababa en muerte... Aquello quizás no fuera la propia muerte, si no mas el destino...
Todas las demás sensaciones ya habían desaparecido por completo, y ahora, parte de la energía que le llamaba desapareció ante la mención del destino, dividiéndose l que quedaba en una atracción que podía percibirse a modo de distintos hilos, cada uno de un tamaño y forma que llamaban a Jack... Algunos mas oscuros, otros mas puros y otros pocos de carácter neutral. Poco a poco el joven Arkaniano fue apartando hilos, hasta que al final solo quedaron una cantidad de vínculos que podían llegar a ser contados con la mano... Hasta que se percató de algo, si bien todos los cristales emitían un vínculo con la fuerza distinto, dos de los que quedaban creaban entre si un vínculo extraño, podía decirse que uno emitía mas pureza que el otro, pero al mismo tiempo eran completamente iguales, lo cual resultaba extraño... Pero al tiempo, era lo que el Arkaniano estaba buscando, de manera que el resto de los vínculos fueron apartados, abriendo los ojos y comenzando de nuevo a caminar hacia donde esta extraña atracción le conducía.
Tras un par de minutos Jack llegó a su objetivo, sorprendiéndose al ver lo que se encontraba ante sus ojos. Apartados ligeramente del resto de los cristales, dos pequeñas y relucientes gemas negras destacaban por su increíble simetría. Se encontraban tocándose entre si, pero separados d cualquier otro cristal. Jack alargó la mano cogiendo los dos cristales, dejando uno en cada mano y volviendo a cerrar los ojos, examinándolos ahora con mayor atención, percibiendo justo lo que buscaba. Por separado ninguno de los dos terminaba de adaptarse al Arkaniano, al igual que resultaban completamente distintos ante una percepción aguda, pero, una vez que su vínculo se mezclaba y se percibía en conjunto podía notarse una completa sincronía entre ellos, además de una exactitud completa con el vínculo del Arkaniano. Había logrado hallar lo que para el era la perfección, dos entes dispares pero iguales que mezclados eran uno solo.
Tras terminar de aceptarlos, de ser aceptado y vincularse con estos, Jack se giró por completo para, al tiempo que abría los ojos una vez mas, dirigirse hacia el lugar del cual había salido, habiendo logrado ya su objetivo.
La vuelta no fue para nada difícil. En aquella ocasión ninguna visión se mostró ante sus ojos, al haber aceptado y superado todos sus miedos a la ida. Tras unos minutos Jack había logrado salir al exterior de la cueva de los cristales, encontrándose ahora ante la Maestra Secura y el holograma de la Maestra Fay. Parando a dos metros de estas para elevando la mano derecha, mostrar en esta los dos cristales gemelos negros que había obtenido de la cueva, muestra de que había logrado superar la prueba que les había sido impuesta a todos ellos... Gracias a la cual, podía considerarse ya un recién ascendido Padawan... Ahora solo quedaba ser nombrado como tal y que se le asignara un maestro que el consejo creyera acorde para el Arkaniano.
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OFF: El cristal negro existe, y lo propuse ayer antes de ponerme con el post. Además tambien viene en la Wiki de Star Wars... Espero que sea válido, si no indícamelo por algún lado y lo edito cogiendo otro, aunque creo que es el que mas pega con mi pj.
Jack- Padawan Jedi
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Re: Convocatoria al examen de ascenso - Parte final [Leira y Jack]
La oscuridad poco a poco transitó a una colorida luminosidad. Había llegado al final de aquellos túneles para recibirle finalmente la caverna que albergaba los diferentes cristales luminosos centelleando hermosamente mostrando cada rincón de aquella cavidad. La Fuerza que sobrecogía aquél lugar era estremecedora. Diferentes auras, incompletas al carecer o no disponer del vínculo con la persona que los complementaba. El familiar aura de Jack, su figura, y la mirada cómplice que éste le regaló, la hicieron sonreír. Ambos lo habían logrado. Por un momento buscó las auras de los demás iniciados, pero encontró que todos ellos habían fracasado. Únicamente ella y Jack habían logrado superar sus miedos y localizar la cueva de los cristales.
Pero el examen no había terminado. Debía completar la prueba hallando el cristal cuya invocación la había guiado hasta allí. Cerró los ojos respirando profundamente, pues la belleza de los diferentes cristales luminosos la estaba cegando, y centrarse en despejar de nuevo su mente para poder escuchar la llamada de su cristal.
Diferentes clamos llegaron a su percepción, todos ellos atractivos, procedentes de los diferentes cristales, pero no... Aquellos no le demostraban lo que ella estaba buscando. "Fuerza... Fe... Claridad... Instinto..." Se repitió en su mente. Respecto a la Fuerza Leira tenía ante todo Fe en ella, al margen de que luego sus creencias pudiesen analizar los extremos y aunarlos en un solo poder neutral, pues lo primordial era tener Fe en ella.
Entre todos aquellos clamos desconcertantes, Leira halló uno que la llamaba con más fuerza. Trató de aislarlo reduciendo la escucha de los demás para centrarse en uno solo, el que parecía haber estado llamándola aun cuando se encontraba en la oscuridad de los túneles. Pero no continuó su camino hasta estar saber con claridad dónde se encontraba.
Consiguió acallar los susurros de los cristales que habían visto en ella un aura que bien podría encarnarlos a todos. Pero no, había sólo uno que estaba vinculado a ella. No tenía dudas, se habían quedado atrás con sus temores. Sólo tenía que despejar su mente para hallar la respuesta, el camino, la verdad.
El aura de un cristal en concreto destelleó con fuerza aislado ahora del resto. "Fuerza... Fe... Claridad... Instinto..." Se repitió una vez más. Aquél cristal buscaba ser completado con la más limpia pureza, la luz encarnada, el espíritu, la confianza plena y ciega en la propia Fuerza... La aclamaba, invocaba, llamaba... había encontrado en ella el factor que necesitaba para estar completo.
Ahora sí, estaba segura. Enderezó su cuerpo hacia el origen de la llamada, para luego abrir los ojos en la trayectoria del cristal, fijando su mirada analítica en él. Plata pura emergiendo una fulgente aura luminosa. Reflejaba todos los colores cual espejo en un bello espectáculo de arcoiris, exhibido entre las puntas de una estalactita y una estalagmita.
Leira no dudó. Aquél había sido el vínculo que había estado buscando. Se aproximó hacia él, con paso firme, aunque tranquilo, admirada por su belleza, deteniéndose a un metro de distancia para concentrarse ahora en desencajar el cristal de su altar. Una vez familiarizada con el aura de éste, pudo dejar que la Fuerza fluyera a través de ella y rodease el cristal, acomodándolo entre un invisible aunque mullido colchón que penetró con suavidad entre la interjección que lo sostenía, liberándolo con suavidad de la presión que éstas ejercían sobre él, quedando finalmente suspendido ligeramente en el aire. Aquel gesto terminó de sellar el vínculo y Leira pudo entonces avanzar un paso extendiendo su mano hacia él para acogerlo.
Lo había logrado, había conseguido obtener el cristal de luz que terminaría de colorear el haz de luz de su futuro sable láser en la forja.
Miró a su alrededor. Jack había desaparecido, la Fuerza le decía que ya había retomado su camino hacia el exterior. Había estado tan concentrada en encontrar su cristal, que le había perdido la pista completamente. Ni siquiera había llegado a ver cual habría sido el cristal que le habría elegido. Pero ya no había más opción, ella debía regresar también. Volvió a tomar el túnel por el que había llegado, esta vez alumbrada por la plateada luz de su cristal, libre de dudas y temores, dejándose guiar por la senda que la Fuerza le marcaba hacia el exterior aunque ahora pudiendo dilucidar dónde posaba sus pies.
Luz, aire, calidez. Había alcanzado el final del túnel finalmente. Era la última en llegar. Afortunadamente todos los aspirantes se encontraban bajo el amparo de la maestra Secura y el holograma de la maestra Fay, incluido Jack, cuya visión tranquilizó en cierto modo a Leira, quien recordó que tras el examen tenían una cita en el tejado a la que no debía faltar.
Pero el examen no había terminado. Debía completar la prueba hallando el cristal cuya invocación la había guiado hasta allí. Cerró los ojos respirando profundamente, pues la belleza de los diferentes cristales luminosos la estaba cegando, y centrarse en despejar de nuevo su mente para poder escuchar la llamada de su cristal.
Diferentes clamos llegaron a su percepción, todos ellos atractivos, procedentes de los diferentes cristales, pero no... Aquellos no le demostraban lo que ella estaba buscando. "Fuerza... Fe... Claridad... Instinto..." Se repitió en su mente. Respecto a la Fuerza Leira tenía ante todo Fe en ella, al margen de que luego sus creencias pudiesen analizar los extremos y aunarlos en un solo poder neutral, pues lo primordial era tener Fe en ella.
Entre todos aquellos clamos desconcertantes, Leira halló uno que la llamaba con más fuerza. Trató de aislarlo reduciendo la escucha de los demás para centrarse en uno solo, el que parecía haber estado llamándola aun cuando se encontraba en la oscuridad de los túneles. Pero no continuó su camino hasta estar saber con claridad dónde se encontraba.
Consiguió acallar los susurros de los cristales que habían visto en ella un aura que bien podría encarnarlos a todos. Pero no, había sólo uno que estaba vinculado a ella. No tenía dudas, se habían quedado atrás con sus temores. Sólo tenía que despejar su mente para hallar la respuesta, el camino, la verdad.
El aura de un cristal en concreto destelleó con fuerza aislado ahora del resto. "Fuerza... Fe... Claridad... Instinto..." Se repitió una vez más. Aquél cristal buscaba ser completado con la más limpia pureza, la luz encarnada, el espíritu, la confianza plena y ciega en la propia Fuerza... La aclamaba, invocaba, llamaba... había encontrado en ella el factor que necesitaba para estar completo.
Ahora sí, estaba segura. Enderezó su cuerpo hacia el origen de la llamada, para luego abrir los ojos en la trayectoria del cristal, fijando su mirada analítica en él. Plata pura emergiendo una fulgente aura luminosa. Reflejaba todos los colores cual espejo en un bello espectáculo de arcoiris, exhibido entre las puntas de una estalactita y una estalagmita.
Leira no dudó. Aquél había sido el vínculo que había estado buscando. Se aproximó hacia él, con paso firme, aunque tranquilo, admirada por su belleza, deteniéndose a un metro de distancia para concentrarse ahora en desencajar el cristal de su altar. Una vez familiarizada con el aura de éste, pudo dejar que la Fuerza fluyera a través de ella y rodease el cristal, acomodándolo entre un invisible aunque mullido colchón que penetró con suavidad entre la interjección que lo sostenía, liberándolo con suavidad de la presión que éstas ejercían sobre él, quedando finalmente suspendido ligeramente en el aire. Aquel gesto terminó de sellar el vínculo y Leira pudo entonces avanzar un paso extendiendo su mano hacia él para acogerlo.
Lo había logrado, había conseguido obtener el cristal de luz que terminaría de colorear el haz de luz de su futuro sable láser en la forja.
Miró a su alrededor. Jack había desaparecido, la Fuerza le decía que ya había retomado su camino hacia el exterior. Había estado tan concentrada en encontrar su cristal, que le había perdido la pista completamente. Ni siquiera había llegado a ver cual habría sido el cristal que le habría elegido. Pero ya no había más opción, ella debía regresar también. Volvió a tomar el túnel por el que había llegado, esta vez alumbrada por la plateada luz de su cristal, libre de dudas y temores, dejándose guiar por la senda que la Fuerza le marcaba hacia el exterior aunque ahora pudiendo dilucidar dónde posaba sus pies.
Luz, aire, calidez. Había alcanzado el final del túnel finalmente. Era la última en llegar. Afortunadamente todos los aspirantes se encontraban bajo el amparo de la maestra Secura y el holograma de la maestra Fay, incluido Jack, cuya visión tranquilizó en cierto modo a Leira, quien recordó que tras el examen tenían una cita en el tejado a la que no debía faltar.
Leira- Padawan Jedi
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Re: Convocatoria al examen de ascenso - Parte final [Leira y Jack]
Todo terminó…
O comenzaba, para ellos…
Las ilusiones terminaron tan pronto ambos iniciados pasaron aquel límite, el límite en que superaron sus temores y sus miedos.
Todo se había ido, visiones y sonidos, sensaciones. Aquello se desvaneció y dejo ver la realidad tal como era, túneles, una caverna, la tierra bajo sus pies y al fondo, si, finalmente estaba allí, el fulgor de cientos de cristales cuya luminiscencia adornaba y mermaba toda oscuridad.
Los iniciados lograron su objetivo y eligieron sus cristales, la prueba había terminado ya.
El retorno no presentó ningún obstáculo. El ente vivo que se había mostrado al inicio por aquellos túneles ahora simplemente era un sendero tranquilo, silencioso sin el menor desafío para ellos, la salida se mostraba claramente.
El campamento improvisado a las afueras de la Cueva permanecía, ambas Jedi ahora se presentes se dedicaban a meditar y charlar junto a los 10 iniciados.
Finalmente los dos faltantes aparecieron.
Un ligero ademán de la mano de la Twi’lek indicó a ambos iniciados aproximarse, nuevamente todos volvían a estar reunidos.
— La prueba ha sido extensa y agotadora en sobremanera, psicológicamente sobretodo. — La Jedi de rasgos élficos es ahora quien toma la palabra. Su cabello rubio cae libre por sus hombros, algunos mechones descienden por su frente y rostro arremolinándose entre si en un grácil ondear. Su tez blanca, sus orejas puntiagudas y aquella aura que mana de si eran característicos de la Jedi.
— La Maestra Secura y yo charlamos sobre los desafíos de esta prueba que como han visto y sentido, ha sido mucho mayor a las que antes habíamos considerado. No se sientan mal quienes no lo lograron, son prudentes de reconocer sus límites y ahora deben trabajar y meditar en poder controlar esos miedos. Pueden volver al Templo, descansen y relájense, se lo han ganado. —
Aquellos diez iniciados se encontraban en calma, el equilibrio mental de quienes cayeron en sus temores se había normalizado ya con ayuda de aquellas Jedi. Un tranquilo sonreír fue dedicado por cada uno de ellos hacia ambas, hacia los dos iniciados que cumplieron el reto, pronto aquel grupo hubo de retornar hacia el Templo junto a la metálica escolta del pequeño droide T3.
El ademán de la extremidad diestra de la Twi’lek había vuelto a detener a ambos iniciados aprobados. Ambas Jedi ahora se dirigían hacia ellos.
— Cristales negros… no muy comunes… no había visto uno hace mucho tiempo… y… un cristal color plata… uhm, interesante. — La Jedi muestra un tono tranquilo, sereno, asomando aquel mirar propio con cierta curiosidad hacia los cristales que ambos portaban tras su elección.
Su vestimenta más tradicional, aquella Jedi de apariencia élfica porta un manto en ornado y grácil decorado sin el distintivo de un sable propio.
— Por un momento pensé que la prueba había sido demasiado, en cierta forma lo fue. — La Twi’lek había intervenido al fin, enfocando su atención en ambos ahora Padawans.
— Requiere mucha concentración sobreponerse a los temores propios en ese desafío, no siempre suele ser así cuando se viene a buscar cristales pero lo pensamos así para este caso. Ambos lo consiguieron, el autocontrol de sus mentes, sobreponerse a sus temores, conquistar el desafío y obtener sus cristales. —
— Han dado un paso más en su camino como Jedis, son Padawans ahora y como tales pueden proseguir. —
— Descansen, bien se lo merecen, pues ahora iniciarán un camino cuyos desafíos son mucho mayores. El Consejo los convocará cuando un Maestro Jedi sea asignado para ustedes. —
— Hasta entonces, que la Fuerza los acompañe, Padawans. —
Un evidente sonreír, un ligero asentir fue dedicado por ambas Jedi, al unísono como un gesto aprobatorio hacia ambos iniciados ahora Padawans, lo habían conseguido finalmente.
Las Jedi no tardaron mucho en retirarse de regreso al Templo, la planicie de aquel páramo tranquilo aún se mantiene en calma iluminado por el astro solar en toda su plenitud.
Aquella aventura había terminado. Los jóvenes habían quedado liberados de las tareas del día junto a los nuevos rangos que les fueron otorgados.
OFF: Sus rangos ya han sido cargados así como el resultado de su evaluación que les será enviada. Tras finalizar, si lo desean así, cierren el tema y pueden iniciar algún otro nuevo si gustan.
Saludos.
Azula
O comenzaba, para ellos…
Las ilusiones terminaron tan pronto ambos iniciados pasaron aquel límite, el límite en que superaron sus temores y sus miedos.
Todo se había ido, visiones y sonidos, sensaciones. Aquello se desvaneció y dejo ver la realidad tal como era, túneles, una caverna, la tierra bajo sus pies y al fondo, si, finalmente estaba allí, el fulgor de cientos de cristales cuya luminiscencia adornaba y mermaba toda oscuridad.
Los iniciados lograron su objetivo y eligieron sus cristales, la prueba había terminado ya.
El retorno no presentó ningún obstáculo. El ente vivo que se había mostrado al inicio por aquellos túneles ahora simplemente era un sendero tranquilo, silencioso sin el menor desafío para ellos, la salida se mostraba claramente.
El campamento improvisado a las afueras de la Cueva permanecía, ambas Jedi ahora se presentes se dedicaban a meditar y charlar junto a los 10 iniciados.
Finalmente los dos faltantes aparecieron.
Un ligero ademán de la mano de la Twi’lek indicó a ambos iniciados aproximarse, nuevamente todos volvían a estar reunidos.
— La prueba ha sido extensa y agotadora en sobremanera, psicológicamente sobretodo. — La Jedi de rasgos élficos es ahora quien toma la palabra. Su cabello rubio cae libre por sus hombros, algunos mechones descienden por su frente y rostro arremolinándose entre si en un grácil ondear. Su tez blanca, sus orejas puntiagudas y aquella aura que mana de si eran característicos de la Jedi.
— La Maestra Secura y yo charlamos sobre los desafíos de esta prueba que como han visto y sentido, ha sido mucho mayor a las que antes habíamos considerado. No se sientan mal quienes no lo lograron, son prudentes de reconocer sus límites y ahora deben trabajar y meditar en poder controlar esos miedos. Pueden volver al Templo, descansen y relájense, se lo han ganado. —
Aquellos diez iniciados se encontraban en calma, el equilibrio mental de quienes cayeron en sus temores se había normalizado ya con ayuda de aquellas Jedi. Un tranquilo sonreír fue dedicado por cada uno de ellos hacia ambas, hacia los dos iniciados que cumplieron el reto, pronto aquel grupo hubo de retornar hacia el Templo junto a la metálica escolta del pequeño droide T3.
El ademán de la extremidad diestra de la Twi’lek había vuelto a detener a ambos iniciados aprobados. Ambas Jedi ahora se dirigían hacia ellos.
— Cristales negros… no muy comunes… no había visto uno hace mucho tiempo… y… un cristal color plata… uhm, interesante. — La Jedi muestra un tono tranquilo, sereno, asomando aquel mirar propio con cierta curiosidad hacia los cristales que ambos portaban tras su elección.
Su vestimenta más tradicional, aquella Jedi de apariencia élfica porta un manto en ornado y grácil decorado sin el distintivo de un sable propio.
— Por un momento pensé que la prueba había sido demasiado, en cierta forma lo fue. — La Twi’lek había intervenido al fin, enfocando su atención en ambos ahora Padawans.
— Requiere mucha concentración sobreponerse a los temores propios en ese desafío, no siempre suele ser así cuando se viene a buscar cristales pero lo pensamos así para este caso. Ambos lo consiguieron, el autocontrol de sus mentes, sobreponerse a sus temores, conquistar el desafío y obtener sus cristales. —
— Han dado un paso más en su camino como Jedis, son Padawans ahora y como tales pueden proseguir. —
— Descansen, bien se lo merecen, pues ahora iniciarán un camino cuyos desafíos son mucho mayores. El Consejo los convocará cuando un Maestro Jedi sea asignado para ustedes. —
— Hasta entonces, que la Fuerza los acompañe, Padawans. —
Un evidente sonreír, un ligero asentir fue dedicado por ambas Jedi, al unísono como un gesto aprobatorio hacia ambos iniciados ahora Padawans, lo habían conseguido finalmente.
Las Jedi no tardaron mucho en retirarse de regreso al Templo, la planicie de aquel páramo tranquilo aún se mantiene en calma iluminado por el astro solar en toda su plenitud.
Aquella aventura había terminado. Los jóvenes habían quedado liberados de las tareas del día junto a los nuevos rangos que les fueron otorgados.
OFF: Sus rangos ya han sido cargados así como el resultado de su evaluación que les será enviada. Tras finalizar, si lo desean así, cierren el tema y pueden iniciar algún otro nuevo si gustan.
Saludos.
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