Pruebas de Aprendiz 3
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Pruebas de Aprendiz 3
.:: Todos aquellos sumidos en la Orden Sith que ostenten el rango de Sensibles y quieran aspirar a subir a Aprendiz, presentense aquí para su evaluación ::.
Darth Revan- Señor Oscuro del Sith
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Re: Pruebas de Aprendiz 3
El joven pelinegro, con paso lento, pausado, calmado y firme, se adentró en el extraño lugar mientras observaba todo a su alrrededor. Con las manos metidas en los bolsillo, el chico, centraba su pensamiento en aquella prueba que debía pasar, mientras, con los ojos casi entrecerradas, buscaba con la mirada a aquel que sería su adiestrador o aquel que le iva a hacer la prueba.
Jack Dark- Aprendiz Sith
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Re: Pruebas de Aprendiz 3
Cuan oscura es la noche, dicen que el mal se viste de negro para pasar desapercibido, se esconde entre el viento para entrar de un respiro, y se queda hay adentro plantando la semilla del Destino. Esa semilla crecerá como crecen las plantas, y se expenderá por todas las ramas, llenara todo el ser que contagie y lo obligara a sucumbir a su poder. Luego dará frutos, esos frutos que marcaran el camino elegido. Y por ultimo los más viejos perecerán y caerán dormidos en un sueño profundo, quedando extinguidos.
- Analícenlo y mañana me tendrán que dar una muestra de ello. El presentante de dicha frase estaba parado de frente despidiendo a los alumnos, que a diferentes pasos dejaban el salón.
Al salir todos, una figura entro con la vista perdida, el Maestro Sith la reconoció enseguida como la figura de aquel joven que le habían capacitado para realizar su prueba definitiva para convertirse en un Guerrero Sith. - Pasa y deja de andar rebuscando que solo andamos tu y yo, Sígueme. Dijo el Maestro Sith en un tono seco, mientras a paso lento se acercaba a una puerta de fondo, que se encontraba a lado contrario de la salida del salón.
Del otro lado de la puerta se podía observar un cuarto totalmente oscuro, un cuarto en el cual se denotaba la ausencia de luz, perdiéndose entre la espesa niebla que la inundaba.
- Sigue adelante, cuando lo creas conveniente te detendrás, si no te detienen antes. Dijo el Maestro y se postro a un lado cerrando la puerta y dejando a ciegas al joven.
Off. Roll: Como primera prueba se medirá tu capacidad de interpretación e imaginación. Lo único que sabes es que el cuarto es oscuro y cegador, dejándote indispuesto de la vista, te daré total libertad de interpretar lo que tu creas conveniente, que hay en ese cuarto, lo tan grande que puede ser y lo que te puedas encontrar. Claro esta sin pasarte de los límites y llegar a algo sumamente irreal en este mundo.
Dato: El primer párrafo te servirá para entender lo que hay podrás ver o sentir o tendrás la idea. Por lo que también tienes que analizar ^.^
- Analícenlo y mañana me tendrán que dar una muestra de ello. El presentante de dicha frase estaba parado de frente despidiendo a los alumnos, que a diferentes pasos dejaban el salón.
Al salir todos, una figura entro con la vista perdida, el Maestro Sith la reconoció enseguida como la figura de aquel joven que le habían capacitado para realizar su prueba definitiva para convertirse en un Guerrero Sith. - Pasa y deja de andar rebuscando que solo andamos tu y yo, Sígueme. Dijo el Maestro Sith en un tono seco, mientras a paso lento se acercaba a una puerta de fondo, que se encontraba a lado contrario de la salida del salón.
Del otro lado de la puerta se podía observar un cuarto totalmente oscuro, un cuarto en el cual se denotaba la ausencia de luz, perdiéndose entre la espesa niebla que la inundaba.
- Sigue adelante, cuando lo creas conveniente te detendrás, si no te detienen antes. Dijo el Maestro y se postro a un lado cerrando la puerta y dejando a ciegas al joven.
Off. Roll: Como primera prueba se medirá tu capacidad de interpretación e imaginación. Lo único que sabes es que el cuarto es oscuro y cegador, dejándote indispuesto de la vista, te daré total libertad de interpretar lo que tu creas conveniente, que hay en ese cuarto, lo tan grande que puede ser y lo que te puedas encontrar. Claro esta sin pasarte de los límites y llegar a algo sumamente irreal en este mundo.
Dato: El primer párrafo te servirá para entender lo que hay podrás ver o sentir o tendrás la idea. Por lo que también tienes que analizar ^.^
Darth Revan- Señor Oscuro del Sith
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Re: Pruebas de Aprendiz 3
El joven aprendiz Sith, se adentró en la sala tal y como le ordenaba su maestro, permitiendo, mientras el cerraba las puertas, que la oscura y completa oscuridad, acechante y pavorosa, se cerniera sobre el, haciendo que el chico quedara a ciegas aen una amplia sala como era esa, sin ser conocedor de los peligros que le podían acechar, convirtiéndose de ese modo la misma oscuridad, en un posible hábitat del depredador, que con paciencia e inteligencia, acecharía a su presa para lanzarse sobre ella cuando esta estubiera desprevenida. Sin embargo, el cuerpo del pelinegro estaba enso, preparándose para toda reacción necesaria, con la empuñadura de una de sus espadas láser en la mano, preparado para desenvainarla con un sencillo y hábil movimiento. La mente del chico era fuerte, por lo que no permitía que cualquier tipo de emoción importunara en ella, convirtiéndole así en un blanco más débil y fácil de eliminar. El aprendiz Sith, cerró los ojos y no hizo ni el más mínimo sonido, incluso paró su respiración durante instantes, para poder apreciar cualquier mínimo sonido existente en la sala. Y sin embargo, no consiguió escuchar nada, lo que le alarmó tremendamente, sin llegar a sacarle de sy tranquilidad mental y su tensión corpórea. El pelinegro, comenzó a avanzar en la sala, mientras aún portaba su mano preparada para desenvainar su luminosa arma. Sus pasos eran lentos, aunque largos, y al mismo tiempo que daba uno, observaba de un lado a otro, tratando de adapatar su vista a esa compleja oscuridad. De improvisto, ante el, se encendió una larga luz roja, luminosa, la de una espada láser Sith. El chico reaccionó con velocidad, dando un pequeño salto atrás y desenvainando su primera espada láser, color azul Cyan. La espada roja, pudo mostrar el rostro de aquel que se había presentado frente a Jack, y por la cara de este último, debía ser alguien conocido para el. Los cabellos negros de un hombre adulto, de piel tostada y arrugas abundantes en su rostro y cuerpo, caían a ambos lados de la cabeza de este, como si de una cascada se tratara. Su flequillo, se posaba sobre la frente sin llegar a tapar sus característicos ojos color carmesí. El cuerpo del sujeto no era excesivamente corpulento, y sin embargo, estaba bien trabajado, con una altura mayor a la de Jack y unos músculos bien marcados en todo su cuerpo. Jack, sin saber lo que ese sujeto hacía frente a el, se colocó en una básica posición defensiva, con el ceño fruncido, desconfiando de la existencia del ente que amenazaba con atacarle comenzando a caminar lentamente hacia el. Puesto que la distancia entre los dos era bastante corta, (Unos cinco metros), el aprendith Sith, con un ágil salto, se avalanzó sobre aquel que trataba de ser su depredador, cambiando así los papeles, y haciendo que el se convirtiera en la presa. El rápido choque hizo que el robusto hombre cayera al suelo, y esto permitió, que Jack se colocara sobre el, y amenazara con clavarle la espada en el mismo pecho... y podría haberlo hecho, si no hubiera dudado durante un segundo, pero aquel segundo, fue suficiente para que el hombre se deshiciera de el muchcacho que junto a el le amenazaba, golpeándole, y haciéndole retroceder varios metros. La duda fue la pérdida de aquella oportunidad, pero claro, ¿Quien no dudaría en algo así teniendo en frente a su mismo padre...? El hombre se fue levantando con lentitud y pesadez, limpiándose un hilillo de sangre que descendía por su labio. El espíritu combatibo de Jack, menguaba segundo a segundo. Ahora mismo, no estaba seguro de si debía ser Sith, de si saldría vivo de esa, de si sería capaz de matar a su padre.... la duda acechó a su ser en todas sus variantes de pregunta... pero todo ello desapareció ante la aparición de "ella".
Apareció junto a su padre, con sus largos cabellos pelirrojos recogidos en forma de coleta, descendiendo a su espalda. Sus ojos eran verdes, y su cuerpo, como el del padre, altivo, aunque mucho menos robusto. Al ver la aparición de esta última figura, la mente del chico se liberó de toda duda. Eso no era real. El mismo, mató a aquella persona que frente a el se alzaba. No era real. El mismo, le cortó la cabeza a la mujer para cerciorarse de su muerte. No era real, El mismo, había visto como el hombre que había derribado, perdía la vida ante la mujer a la que amaba. Nada de ello era real, y eso era lo único, que el necesitaba tener en claro.
-Desapareced.-se limitó a murmurar el chico, mientras estiraba su brazo derecho con el que sujetaba su arma, dejándola en horizontal por completo.
Antes de la desaparición de las dos ilusiones... Jack pudo avistar una sonrisa en los rostros de sus padres, a la que respondió con una mueca de asco.
Apareció junto a su padre, con sus largos cabellos pelirrojos recogidos en forma de coleta, descendiendo a su espalda. Sus ojos eran verdes, y su cuerpo, como el del padre, altivo, aunque mucho menos robusto. Al ver la aparición de esta última figura, la mente del chico se liberó de toda duda. Eso no era real. El mismo, mató a aquella persona que frente a el se alzaba. No era real. El mismo, le cortó la cabeza a la mujer para cerciorarse de su muerte. No era real, El mismo, había visto como el hombre que había derribado, perdía la vida ante la mujer a la que amaba. Nada de ello era real, y eso era lo único, que el necesitaba tener en claro.
-Desapareced.-se limitó a murmurar el chico, mientras estiraba su brazo derecho con el que sujetaba su arma, dejándola en horizontal por completo.
Antes de la desaparición de las dos ilusiones... Jack pudo avistar una sonrisa en los rostros de sus padres, a la que respondió con una mueca de asco.
Jack Dark- Aprendiz Sith
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Re: Pruebas de Aprendiz 3
El joven habia caido ante las ilusiones de la oscuridad, el lado oscuro era fuerte y sabia como hacer su aparicion. Fueron sus padres talves su mayor temor, sentimientos encontrados, esa seria su perdicion. La Fuerza del Lado Oscuro se alimenta de esos sentimientos llenos de Odio, Rencor, Venganza, pero se ven debiles ante la duda de un sentimiento de amor.
Aquel joven no estaba del todo seguro de lo que queria ser?, tendria que afrontar el mayor de sus temores, tendria que abandonar esos pensamientos que le impedian matar a el ser que talves ¿"amaba"? o ¿ama?.
La ausencia de la oscuridad ceso ante la aparicion de un haz de luz que prontamente alumbro todo el lugar, era un salon ovalado, en el centro se encontraba el joven, mientras que en cada punto cardinal se encontraba un Sith vestidos con sus tunicas negras y mascaras que cubrian sus caras. Al norte, el Maestro.
- Porque? porque dudaste?... El maestro estaba molesto, se podia ver en sus ojos, y luego, ocurrio lo imprevisto, los Sith a los lados y atras del Aprendiz actuaron mientras este se veia rodeado en un infinito mar de agonia provocado por los relampagos incesantes que eran ejecutados por los Sith bajo la orden del Maestro.
- Ahora me recitaras el Codigo Sith, de pie a cabeza, un error te costara la vida!. Ese sera tu castigo. Se podia notar en las palabras las molestias del Maestro Sith ante aquel acto desequilibrado del joven aprendiz.
OFF ROLL: Cada acto trae sus consecuencias ^^. Interpreta como recitas el Codigo Sith, mientras agonizas ante los relucientes relampagos y quemaduras que estos producen en tu interior. El Codigo Sith, lo podras encontar en otros post dento de la Academia como en Internet. Suerte!
Atencion!: Recuerda dividir entre párrafos separados por renglones, asi darás un "respiro" a la lectura, y además quedará mejor ordenado y daras a entender mejor lo que quieres decir
Aquel joven no estaba del todo seguro de lo que queria ser?, tendria que afrontar el mayor de sus temores, tendria que abandonar esos pensamientos que le impedian matar a el ser que talves ¿"amaba"? o ¿ama?.
La ausencia de la oscuridad ceso ante la aparicion de un haz de luz que prontamente alumbro todo el lugar, era un salon ovalado, en el centro se encontraba el joven, mientras que en cada punto cardinal se encontraba un Sith vestidos con sus tunicas negras y mascaras que cubrian sus caras. Al norte, el Maestro.
- Porque? porque dudaste?... El maestro estaba molesto, se podia ver en sus ojos, y luego, ocurrio lo imprevisto, los Sith a los lados y atras del Aprendiz actuaron mientras este se veia rodeado en un infinito mar de agonia provocado por los relampagos incesantes que eran ejecutados por los Sith bajo la orden del Maestro.
- Ahora me recitaras el Codigo Sith, de pie a cabeza, un error te costara la vida!. Ese sera tu castigo. Se podia notar en las palabras las molestias del Maestro Sith ante aquel acto desequilibrado del joven aprendiz.
OFF ROLL: Cada acto trae sus consecuencias ^^. Interpreta como recitas el Codigo Sith, mientras agonizas ante los relucientes relampagos y quemaduras que estos producen en tu interior. El Codigo Sith, lo podras encontar en otros post dento de la Academia como en Internet. Suerte!
Atencion!: Recuerda dividir entre párrafos separados por renglones, asi darás un "respiro" a la lectura, y además quedará mejor ordenado y daras a entender mejor lo que quieres decir
Darth Revan- Señor Oscuro del Sith
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Re: Pruebas de Aprendiz 3
-El ser que ante mi se alzaba, era un Sith... y nunca se debe retar a un Sith de mayor rango... y menos amenazar con matarle...-susurró el pelinegro, justo antes de que los rayos fluyeran por su cuerpo.
Un pequeño grito de dolor surgió de entre sus labios en los primeros instantes del inesperado ataque, cuando calló al suelo quedando arrodillado, pero pronto, el dolor fue apagado por la valía y el espíritu de sufrimiento solitario del que el joven era poseedor. Sus ojos, negros como el carbón, relucían con furia tratando de aguantar el sufrimiento que atormentaba a su cuerpo, creando en su cuerpo, grandes marcas de quemadura, y en su rostro, una frialdad, agresividad y dureza inusuales en alguien del temperamento de aquel aprendiz. Acumulando las fuerzas necesarias, el chico comenzó a levantarse lentamente, escondiendo en su interior el dolor producido aún por los rayos, y mostrando hacia su maestro, un inconfundible gesto de indiferencia y de astucia.
-El amor no existe, solo la pasión...-la primera frase del código sonó lenta y dificultosamente expresada por el pelinegro, que seguía levantándose hasta quedar completamente rígido, cuan alto era.
El amor... sentimiento de débiles... una emoción que creaba aquella sensación de asco y odio en el chico de ojos oscuros. una emoción, que antaño había creido sentir, pero que no había sido más que una estúpida farsa creada por los innombrables Jedis. El amor, llevaba a proteger a aquellos que te importaban, poniendo tu vida en peligro, y acortándola inevitablemente. Una sensación de estupidez y de enbobecimiento que Jack detestaba, había aprendido a hacerlo en todo ese tiempo de soledad. Sin embargo, el placer, el disfrute de uno mismo... eso era otra cosa, algo por lo que merecía vivir... una de las pocas razones de la vida... placer al matar... placer al hacer sufrir a alguien... placer al odiar,,,, y finbalmente, placer al destruir, nada podía comparase con ese sentimiento, emoción o como se quisiera denominar.
-Con pasión... obtengo fuerza.-la dificultad aún dejaba mella en su voz, pero sin embargo, había luchado para que esta vez se mostrara menos que la vez anterior.
La pasión, el querer conseguir algo... es eso lo que te otorga la fuerza sobrehumana y suficiente para lograrlo. Sin duda, esa era de las mayores fuentes de fuerza existentes, además de la fuerza propia, claro está. Si una persona lucha, con el aliciente de sentir pasión al matar, al desmembrar, al beber la sangre de su oponente... sin duda, la fuerza es mayor a la de uno que lucha por luchar.
-Con fuerza... ¡Obtengo poder!-la segunda parte de la frase sonó con una explosión de voz del chico, que al recordar sus afinidades de odio con los Jedi, había obtenido una fuerza mayor.
La fuerza solo sirve para aumentar el poder de uno mismo. Hay estúpidos seres que la usan, no para el beneficio propio, si no para la ayuda de otros. Como ya había dicho el joven, esos no eran más que estúpidos suicidas qie no apreciaban su vida. y el no era así. El poder solo servía para hacer sufrir a la gente, para hacer que te respeten, para saber que eres la persona más poderosa de las existentes en ese extraño mundo, repleto de seres con poder comparable al de un dios...
-¡Con el poder obtengo la victoria!-la frase fue recitada con un grito de euforia nunca visto en el chico.
El poder te ayuda a vivir, a ganar las batallas que frente a ti se presentan, a luchar por tu supervivencia y por la muerte de los demás. Te ayudaba a conseguir tus fines y a evitar la alegría de los demás. A destruir y a construir una nueva dictadura más dura y poderosa que la de algunos, incompetentes, que eran desconocedores del sufrimiento necesario para llegar a ser un lider en condiciones.
-¡¡Con la victoria mis cadenas se rompen!!-el grito fue de mayor potencia que el anterior, tanto, que retumbó con un gran eco por toda la sala ganando en potencia a los rayos que aún atosigaban al aprendiz de Sith.
La victoria hacía que las limitaciones de uno mismo fueran menores, que se rompieran aquellas cadenas que no te permitían el paso a un nivel superior, a una misión superior, aun deseo superior, a un rival superior, convirtiéndote a ti en el magnánime dios superior por encima de todos y haciendo que todo lo que desees puedas conseguirlo y todo lo que odies pueda ser destruido.
-La fuerza me liberará.-esta última frase fue recitada con suma tranquilidad y serenidad destacables en un ser tan sencillo y oscuro como aquel valeroso aprendiz.
La fuerza era lo que le otorgaría todo lo demás, lo que le liberaría del sufrimiento y lo que le ayudaría a llegar al nivel más alto entre los Sith, y finalmente, destruir esa vomitiba clase que se hacía llamar Jedi. El odio había renacido en el chico. Un odio que dormía en su interior, un odio que ahora había pasado a sus ojos, tiñendo su iris de color carmesí.
Un pequeño grito de dolor surgió de entre sus labios en los primeros instantes del inesperado ataque, cuando calló al suelo quedando arrodillado, pero pronto, el dolor fue apagado por la valía y el espíritu de sufrimiento solitario del que el joven era poseedor. Sus ojos, negros como el carbón, relucían con furia tratando de aguantar el sufrimiento que atormentaba a su cuerpo, creando en su cuerpo, grandes marcas de quemadura, y en su rostro, una frialdad, agresividad y dureza inusuales en alguien del temperamento de aquel aprendiz. Acumulando las fuerzas necesarias, el chico comenzó a levantarse lentamente, escondiendo en su interior el dolor producido aún por los rayos, y mostrando hacia su maestro, un inconfundible gesto de indiferencia y de astucia.
-El amor no existe, solo la pasión...-la primera frase del código sonó lenta y dificultosamente expresada por el pelinegro, que seguía levantándose hasta quedar completamente rígido, cuan alto era.
El amor... sentimiento de débiles... una emoción que creaba aquella sensación de asco y odio en el chico de ojos oscuros. una emoción, que antaño había creido sentir, pero que no había sido más que una estúpida farsa creada por los innombrables Jedis. El amor, llevaba a proteger a aquellos que te importaban, poniendo tu vida en peligro, y acortándola inevitablemente. Una sensación de estupidez y de enbobecimiento que Jack detestaba, había aprendido a hacerlo en todo ese tiempo de soledad. Sin embargo, el placer, el disfrute de uno mismo... eso era otra cosa, algo por lo que merecía vivir... una de las pocas razones de la vida... placer al matar... placer al hacer sufrir a alguien... placer al odiar,,,, y finbalmente, placer al destruir, nada podía comparase con ese sentimiento, emoción o como se quisiera denominar.
-Con pasión... obtengo fuerza.-la dificultad aún dejaba mella en su voz, pero sin embargo, había luchado para que esta vez se mostrara menos que la vez anterior.
La pasión, el querer conseguir algo... es eso lo que te otorga la fuerza sobrehumana y suficiente para lograrlo. Sin duda, esa era de las mayores fuentes de fuerza existentes, además de la fuerza propia, claro está. Si una persona lucha, con el aliciente de sentir pasión al matar, al desmembrar, al beber la sangre de su oponente... sin duda, la fuerza es mayor a la de uno que lucha por luchar.
-Con fuerza... ¡Obtengo poder!-la segunda parte de la frase sonó con una explosión de voz del chico, que al recordar sus afinidades de odio con los Jedi, había obtenido una fuerza mayor.
La fuerza solo sirve para aumentar el poder de uno mismo. Hay estúpidos seres que la usan, no para el beneficio propio, si no para la ayuda de otros. Como ya había dicho el joven, esos no eran más que estúpidos suicidas qie no apreciaban su vida. y el no era así. El poder solo servía para hacer sufrir a la gente, para hacer que te respeten, para saber que eres la persona más poderosa de las existentes en ese extraño mundo, repleto de seres con poder comparable al de un dios...
-¡Con el poder obtengo la victoria!-la frase fue recitada con un grito de euforia nunca visto en el chico.
El poder te ayuda a vivir, a ganar las batallas que frente a ti se presentan, a luchar por tu supervivencia y por la muerte de los demás. Te ayudaba a conseguir tus fines y a evitar la alegría de los demás. A destruir y a construir una nueva dictadura más dura y poderosa que la de algunos, incompetentes, que eran desconocedores del sufrimiento necesario para llegar a ser un lider en condiciones.
-¡¡Con la victoria mis cadenas se rompen!!-el grito fue de mayor potencia que el anterior, tanto, que retumbó con un gran eco por toda la sala ganando en potencia a los rayos que aún atosigaban al aprendiz de Sith.
La victoria hacía que las limitaciones de uno mismo fueran menores, que se rompieran aquellas cadenas que no te permitían el paso a un nivel superior, a una misión superior, aun deseo superior, a un rival superior, convirtiéndote a ti en el magnánime dios superior por encima de todos y haciendo que todo lo que desees puedas conseguirlo y todo lo que odies pueda ser destruido.
-La fuerza me liberará.-esta última frase fue recitada con suma tranquilidad y serenidad destacables en un ser tan sencillo y oscuro como aquel valeroso aprendiz.
La fuerza era lo que le otorgaría todo lo demás, lo que le liberaría del sufrimiento y lo que le ayudaría a llegar al nivel más alto entre los Sith, y finalmente, destruir esa vomitiba clase que se hacía llamar Jedi. El odio había renacido en el chico. Un odio que dormía en su interior, un odio que ahora había pasado a sus ojos, tiñendo su iris de color carmesí.
Jack Dark- Aprendiz Sith
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Re: Pruebas de Aprendiz 3
Los rayos emanados de las manos de aquellos Sith, no teian compasion alguna, entraban tan rapido como tocaban la piel del joven aprendiz quemando tanto por dentro como por fuera, entrando a traves de su sistema nervioso causando fuertes descargas electricas por dentro de su cuerpo, descargas que harian en instantes caer el cuerpo del joven al piso en un mal herido estado de agonia y dolor. A pesar de eso, el joven de manera impotente seguia recitando el legado de los Sith, mientras a su alrededor el Maestro lo pudo sentir.
-Un Sith se vale de si mismo, no importa que tan fuerte sea su oponente. Un sith tiene que estar por encima de todo, y buscar la supervivencia acomode lugar. No olvides estas palabras y la proxima ves que te enfrentes a esa imagen que te agobia, LO MATARAS!. El Maestro grito esta ultima frase, en un intento por dar entender al alumno lo que en verdad importa.
Los rayos cesaron dejando en el joven pequeñas descargas corporales, claro esta, producidas por el contacto de esta energia con los nervios. Estas descargas no pasarian por alto el tiempo, y durarian talves un poco mas, pero estas talvez provocaran la muerte del joven.
- Siento el Lado Oscuro en ti, siento esa Ira! ese Odio! pero ten cuidado. Tu los controlas a ellos, ellos no te controlan a ti. Dejate llevar y buscaras tu muerte, domila y usala a tu favor y conseguiras Poder!. Estas palabras eran dichas por el Maestro mientras caminaba hacia el aprendiz, hasta quedar codo a codo. - Si buscas ser un Sith, actua como tal.
Dicha estas palabras a Jack se le arrebato de sus manos el sable laser que portaba sin siquiera darse cuenta, y fue ocultado entre las togas del Maestro. Los Sith salieron de la Sala, seguidos por el Maestro quien se dio la vuelta para ver una vez mas al Aprendiz antes de que esta se cerrara lentamente ante su cara.
El sonar de la puerta con el piso fue el interruptor que activo el abrir de una puerta mas del lado contrario, camuflagiada como una simple pared pero que en su interior escondia algo mas, en el fonde de la oscuridad se esconde la verdadera maldad.
Off Rol: Perfecta interpretacion, ves como se hace todo mas facil ^.^. Ok esta sera tu Ultima Prueba, al entrar por el pasadizo descenderas por una escalera unos 3 metros. En ella un pasillo que contiene 3 caminos, pero que solo uno es permitido transitar (Derecha), los otros estaran resguardados por grupos de 2 Sith.El recorrido es el siguiente:
En la primeta estancia: Pasado el pasillo entraras a la puerta de en frente, donde estara un Sith de guardia. Encontraras unos 4 esclavos salvajes ante la aparicion de los Sith (Y tu eres uno ^.^ (O seras)). Nivel de Dificultad: Facil
Segunda Estancia: Pasada la puerta de 1ra Estancia, se te abrira el camino de la izquierda (siendo avisado porel guardia). En esa segunda estancia te encontraras con 2 Acolitos (aprendices sensibles a la Fuerza), que fueron sentenciados a la pena de muerte. Pero fueron utilizados como elementos para la Prueba Final. Nivel de Dificultad: Media Alta
(Cabe destacar que estan instruidos en el arte del combate, pero su nivel de la fuerza es casi nulo)
Tercera Estancia: Terminando se te permitira el paso al ultimo de los pasillos. En ese pasillo al frente se encuentra la ultima puerta, la puerta que al ser abierta podria abrir los ojos de aquel joven. Al fondo de la estancia en una zona oscura, encadenado, azotado por años, perdido ante la Fuerza, y en un estado demacrado. Tu Padre.
Por ultima saldras de aquella sala por las mismas escaleras. En el cuarto anterior te estara esperando el Maestro.
Nota: Es aqui donde te daras cuenta que tu padre aun sigue con vida, rescatado por ordenes del Lord Sith Revan, tu padre vivio duros años en los cuales sufrio los mil y un dolores producidos por antiguos aprendices, y por los propios Sith que lo resguardaban. Esa seria su pena de muerte, hasta que llegara aquel que le daria fin.
Pero como es tu historia te dejare al tanto de actuar que crees que te dice tu padre, y te permitire dar libertad en los escenarios, dandoles tu la ambientacion deseada (De acuerdo con la zona). Tampoco podrian ser paredes de marmol con Sofas de Tela Fina xD!.
Buena Suerte ^,^
-Un Sith se vale de si mismo, no importa que tan fuerte sea su oponente. Un sith tiene que estar por encima de todo, y buscar la supervivencia acomode lugar. No olvides estas palabras y la proxima ves que te enfrentes a esa imagen que te agobia, LO MATARAS!. El Maestro grito esta ultima frase, en un intento por dar entender al alumno lo que en verdad importa.
Los rayos cesaron dejando en el joven pequeñas descargas corporales, claro esta, producidas por el contacto de esta energia con los nervios. Estas descargas no pasarian por alto el tiempo, y durarian talves un poco mas, pero estas talvez provocaran la muerte del joven.
- Siento el Lado Oscuro en ti, siento esa Ira! ese Odio! pero ten cuidado. Tu los controlas a ellos, ellos no te controlan a ti. Dejate llevar y buscaras tu muerte, domila y usala a tu favor y conseguiras Poder!. Estas palabras eran dichas por el Maestro mientras caminaba hacia el aprendiz, hasta quedar codo a codo. - Si buscas ser un Sith, actua como tal.
Dicha estas palabras a Jack se le arrebato de sus manos el sable laser que portaba sin siquiera darse cuenta, y fue ocultado entre las togas del Maestro. Los Sith salieron de la Sala, seguidos por el Maestro quien se dio la vuelta para ver una vez mas al Aprendiz antes de que esta se cerrara lentamente ante su cara.
El sonar de la puerta con el piso fue el interruptor que activo el abrir de una puerta mas del lado contrario, camuflagiada como una simple pared pero que en su interior escondia algo mas, en el fonde de la oscuridad se esconde la verdadera maldad.
Off Rol: Perfecta interpretacion, ves como se hace todo mas facil ^.^. Ok esta sera tu Ultima Prueba, al entrar por el pasadizo descenderas por una escalera unos 3 metros. En ella un pasillo que contiene 3 caminos, pero que solo uno es permitido transitar (Derecha), los otros estaran resguardados por grupos de 2 Sith.El recorrido es el siguiente:
En la primeta estancia: Pasado el pasillo entraras a la puerta de en frente, donde estara un Sith de guardia. Encontraras unos 4 esclavos salvajes ante la aparicion de los Sith (Y tu eres uno ^.^ (O seras)). Nivel de Dificultad: Facil
Segunda Estancia: Pasada la puerta de 1ra Estancia, se te abrira el camino de la izquierda (siendo avisado porel guardia). En esa segunda estancia te encontraras con 2 Acolitos (aprendices sensibles a la Fuerza), que fueron sentenciados a la pena de muerte. Pero fueron utilizados como elementos para la Prueba Final. Nivel de Dificultad: Media Alta
(Cabe destacar que estan instruidos en el arte del combate, pero su nivel de la fuerza es casi nulo)
Tercera Estancia: Terminando se te permitira el paso al ultimo de los pasillos. En ese pasillo al frente se encuentra la ultima puerta, la puerta que al ser abierta podria abrir los ojos de aquel joven. Al fondo de la estancia en una zona oscura, encadenado, azotado por años, perdido ante la Fuerza, y en un estado demacrado. Tu Padre.
Por ultima saldras de aquella sala por las mismas escaleras. En el cuarto anterior te estara esperando el Maestro.
Nota: Es aqui donde te daras cuenta que tu padre aun sigue con vida, rescatado por ordenes del Lord Sith Revan, tu padre vivio duros años en los cuales sufrio los mil y un dolores producidos por antiguos aprendices, y por los propios Sith que lo resguardaban. Esa seria su pena de muerte, hasta que llegara aquel que le daria fin.
Pero como es tu historia te dejare al tanto de actuar que crees que te dice tu padre, y te permitire dar libertad en los escenarios, dandoles tu la ambientacion deseada (De acuerdo con la zona). Tampoco podrian ser paredes de marmol con Sofas de Tela Fina xD!.
Buena Suerte ^,^
Darth Revan- Señor Oscuro del Sith
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Re: Pruebas de Aprendiz 3
El chico, chamuscado y extremadamente dolorido, respiró con tranquilidad al ver que los atacantes dejaban de emitir aquellos rayos cointra su cuerpo, algo que agradeció tremendamente, aunque ese agradecimiento no fue mostrado ni en su rostro, ni en su mirada... aparentemente, seguía igual que en el anterior momento.
-Se agradece su consejo, maestro.-dijo ante las primeras frases de ese Sith que tanto imponía ante el- Jamás volveré a comenter la estupidez de tener piedad con uno de los nuestros, siempre que sea necesario.
Tras esas palabras del aprendiz, el maestro prosiguió con sus palabras. Sin que Jack siquiera fuera capaz de notar el movimiento, le arrebató aquella arma que en sus manos residía... la espada láser de su madre. Tras ello, jutno a sus compañeros Sith, salió de la sala, sin musitar palabra alguna, sin dar ninguna instrucción al confuso aprendiz. Y de nuevo, todo fue oscuridad. Aquella oscuridad que el chico tanto conocía, aquella que ya había experimentado y sabía que en ese momento nada bueno podía traerle. Esta vez, no tardó nada en desenvainar su segunda arma, esta vez, la robada a su padre, aquella, con la que su madre había sido asesinada, a manos del jovencísimo Jack de doce años... de eso, ya hacia mucho tiempo... Al desenvainar y encender el arma, de nuevo, una pequeña luz se creó en la sala, pero apenas fue algo notorio, pues la oscuridad seguía reinante y dominante en la sala. Jack, con paso firme y silencioso, se dirigió a el lugar donde había oído, al cerrarse la puerta, un extraño sonido que no había sido capaz de identificar.
-...-su mudez mostraba la tensión en la que se encontraba el aprendiz, al igual que se habría podido ver si su rostro hubiera estado iluminado.
Con la leve iluminación de la espada, Jack fue capaz de avistar unas cortas escaleras de apenas tres metros de longitud. El chico, las bajó con extremo cuidado hasta llegar a un largo pasillo, en el que se podían observar, tres pasillos caminos que llevaban a diferentes sitios. Dos de ellos (El del centro y el de la izquierda) se encontraban custodiados, ambos, por dos Sith de poder relativamente alto. El joven aprendiz no aminoró su paso pasando por el lado de los Sith, observándoles con cautela, esperando que su reacción no fuera agresiva. Y así fue, el chico, llegó hasta el camino de la derecha sin ser detenido por ninguno de ellos, lo que el agradeció con un suspiro de alivio.
-Ufff...-inspiró hondo para después soltar el aire.
Su camino prosiguió, sin demora,l hasta una nueva sala, en la que Jack se paró en seco, al ver cuatro seres de aspecto penoso, sin duda, esclavos de algún ser cruel y despiadado. Y así debía ser, pues un Sith. El aprendiz observó instantáneamente los rostros de los esclavos. Todos estaban casi deshechos, magullados, destrozados y sucios. Sus ropas, deberían ser llamadas harapos por sus roturas y su suciedad. Los esclavos poseían cuerpos pequeños y muy delgados. Uno a uno, Jack observó los rostros de todos ellos, hasta acabar quedándose mirando fijamente a la del último... le recordaba. Ese rostro que el había tenido que ver día a día varios años atrás. Ese rostro, de un niño de diez años, que había sido suyo propio antaño... Los esclavos, le observaron con refulgiente y endiablada mirada, tensados a más no poder. Al parecer, a pesar de el estado de sus cuerpos y sus ropajes, aún poseían fuerza. El aprendiz de Sith, observó con frialdad a todos ellos, mostrando en su astuta y oscura mirada la indiferencia ante la ira de aquellos que amenazaban con echársele encima.
-Intentadlo...-susurró Jack
Uno de ellos, el que parecía ser el más enérgico, se lanzó sobre el, a su cara. Jack se limitó a agacharse para esquivarle, y a continuación, le partió en dos, dejando el cuerpo inerte del niño en el suelo, desangrándose momento a momento, con un interminable rostro de ira y cabreo infernal. Los otros niños, al parecer, habían aminorado sus ganas de atacar al observar la muerte de su compañero. Sin embargo, Jack no tuvo piedad con ellos, de un tajo, sus cabezas fueron separándose de su roso y cayeron al suelo una a una, en hilera. Todas excepto la del chico, aquel que había despertado recuerdos en Jack.
-Porque... ¿Por qué haces esto?-sus ojos lagrimeaban, y en su nariz se comenzaban a formar mocos.
Jack se limitó a acercarse a el y agarrarle de la camiseta llevándole consigo, dirección a el pasillo por el que había venido. Antes de que saliera de la sala, el olscuro Sith que todo había observado, se dirigió al muchacho vencedor con breves y profundas palabras:
-Puedes pasar a la próxima fase...
El niño no dejaba de llorar y berrear, pero Jack hacía caso omiso a sus ruidos, hasta que se encontraron justo delante de la puerta, cuando Jack colocó el sable de luz justo delante de su cara y le dijo con voz aterradora.
-Si no te callas te acabaré cortando las cuerdas vocales.
El niño pequeño comenzó a sorberse los mocos, pero su llanto cesó, lo que hizo que el amenazador Sith se conformara. Salieron ambos para acabar encontrándose de nuevo en el mismo pasillo. Esta vez, se podía ver que la puerta de la izquierda había dejado de ser custodiada. De nuevo, Jack cruzó el pasillo sin desprenderse de la mano del niño y sin ser importunado por los Sith que aún custodiaban la puerta del centro. De nuevo, entró en la nueva sala de paredes oscuras. En ella, se pudo observa a dos seres, se podían identificar fácilmente como acólitos por su vestimenta y su aún asustadizo rostro. El Sith dejó apartado al niño y siempre con la espada encendida, se acercó a ellos. Estos, llevados por el miedo, se avalanzaron sin deliberar contra el Sith. Jack, con un habilidoso giro, logró cortarle la pierna a uno de ellos, el que se había lanzado para derribarle con una patada, mientras que al otro, que amenazaba con propinarle un puñetazo, le repelió con una patada frontal. Seguidamente, se avalanzó sobre aquel que había perdido su pierna, que ahora era incapaz de levantarse. Tratéó de eliminarle con un tajo de arriba a abajo, partiéndole en dos, pero este, pudo esquivar el ataque rodando hacia delante, y a continuación, con su pierna restante, logró derribar a Jack haciéndole caer al suelo. El segundo enemigom, que ya se había recuperado, agarró una filosa arma que en el suelo residía para avalanzarse sobre el caido aprendiz, pero este, recogió sus piernas, y antes de que llegara a el, golpeó con ellas al acólito que sobre el caía a vertiginosa velocidad y potencia. El acólito falto de su pierna trató de seguir combatiendo al Sith que en el suelo residía aún, pero este logró esquivarle rodando hacia atrás, y acabó finalmente con el primer rival cortándole la cabeza de un tajo. Pero en ese mismo instante cayó al suelo de nuevo deribado por una nueva patada del restante acólito. Sin embargo, sin importarle partirse la uña del dedo pulgar y incrustarla en la espada para que estuviera encendida todo el tiempo, la lanzó hacia su rival al mismo tiempo que caía atrás. La espada logró atravesar el cuello del oponente haciendo que su cabeza cayera inevitablemente al suelo.
-Tch...-dijo el aprendiz mientras se levantaba costosamente.
Se acercó de nuevo al cuerpo inerte y recogió su arma.
-Vamos.-dijo el oscuro Sith dirigiéndose a su acompañante.
De nuevo, salió por donde había entrado, y como esperaba, la última de las puertas ya no estaba custodiada. Se dirigió hacia ella firme, sin dudar un solo segundo. Aquello que le esperaría ahí, sería lo peor de todo. Aquello que ahí encontraría, sería su más dura prueba... y el la aforntaría, din un mínimo lugar a dudas. Jack y el pequeño traspasaron la puerta sin más. Una amplia sala, de paredes azules y suelo gris, se mostró a la vista de ambos visitantes. Al fondo, una figura se encontraba encadenada a una cruz, con el torso desnudo, lleno de cortes, quemaduras... Su rostro fue apenas reconocible para aquellos que en cualquier lugar le hubieran identificado... El niño se deshizo de la mano de el Sith que le había cogido con un movimiento brusco. Tras hacerlo, salió corriendo hacia la figura que había identificado como la de su padre, cayó a los pies de este, y de nuevo comenzó a llorar, mientras gritaba con isteria:
-¡Papa! ¡Papa! ¿¡Que te han hecho!?
El receptor de las palabras, tardó un poco en darse cuenta de la situación. Comnenzó a moverse débilmente de un lado a otro, sin fuerzas siquiera para mover las cadenas que le asían a la cruz donde le había crucificado. Esa imagen, casi hizo que a JAck le entrara una arcada. No por el estado de su padre, si no, por la suma debilidad que en ese momento mostraba el que antaño, Jack había creído, mayor héroe de todos los tiempos.
-Jacky... mi pequeño Jacky... ¿Que haces aquí...? ¿...No has crecido en todo este tiempo...?-su voz era débil y apenas audible. Ronca y rasposa.
El niño siguió llorando a los pies de su padre. Los llantos habían ido en aumento, lo que habría irritado a Jack, pero en ese momento, nada de ello le importaba. Su mente, mazquiavelicamente, unía piezas que no tardaron en juntarse por completo.
Su padre, en su tiempo, había llegado a ser un poderoso Sith, pero tal fue su bajada de poder, que el mismo olvidó su estado de guerrero oscuro, creyéndose finalmente solo un humano. Esa fue la primera señal de debilidad sentida, y por ella, Jack comenzó a andar a paso ligero dirigiéndose a su padre.
Además de ello, sin una sola oportunidad, su padre había caido en las malévolas redes del amor de una Jedi, que seguro, solo le había otorgado su amor por simple pena, por alguna razón de propio convenimiento... pero nunca por amosr, y por si fuera poco, el Sith de debilidad sublime fue avatido por su misma mujer. Esta segunda muestra de debilidad hizo que Jack comenzará a ir al trote hacia donde se encontraba su padre, sumamente cabreado.
Y por último, su padre, antiguo poderoso Sith, durante todo ese tiempo, había sido tratado como un esclavo, castigado por simples aprendices y Sith mediocres. Sin resistirse, sin luchar, sin dar nada de si por librarse de su situación... Tras esta última muestra de debilidad, Jack se avalanzó con un furioso grito de ira sobre aquel que antes había llamado padre, y en ese momento, se limitaría a llamar: Estúpido representativo de debilidad Sith.
Con la espada encendida, Jack se avalanzó sobre el asustado hombre´, que podía sentir en el ambiente, al igual que en el rostro de este, la ira expresada por aque, que en breve, se convertiría en su asesino... Y la espada fue clavada en un primer cuerpo, para después acabar clavándose en el cuerpo del odioado padre. El pequeño niño, en defensa de su padre, había saltado para defenderle, y solo había encontrado una muerte indigna, penosa y patética. Jack, también odió eso, ese espíritu de defensa que antaño había experimentado... No deseaba verlo ni siquiera un segundo más.
-Desaparece.-siseó el aprendiz de Sith en el oído del niño, cuya boca rebosaba en sangre- No eres más que un recuerdo, y ya no te necesito.
La mirada del niño se perdió un segundo... pero poco a poco, su cuerpo fue desapareciendo, dejando solos, a Jack y a su padre. Este último, ya se encontraba inerte, y su última mirada agónica, había sido dirigida a su enrabietado hijo. Temerosa y dolorosa, pero al mismo tiempo... agradecida. Solo un simple humano débil habría agradecido la muerte simplemente porque estaba sufriendo. Su padre ya no era Sith, había dejado de serlo mucho tiempo atrás... Jack quitó la espada clavada del cuerpo de su padre y con ella acabó cortándole la cabeza a este.
-Espero que tu sufrimiento fuera lo suficientemente duro como para hacerte arrepentirte de tu suma debilidad.-dijo con frialdad el victorioso pelinegro, que acabó dando la espalda a su padre y saliendo de la sala sin más.
Sin más puertas por las que entrar, lo único que pudo hacer el chico fue dirigirse a las mismas escaleras por las que había bajado, volviendo a la sala donde su maestro le había dejado, para de nuevo, acabar encontrándose con el...
-Se agradece su consejo, maestro.-dijo ante las primeras frases de ese Sith que tanto imponía ante el- Jamás volveré a comenter la estupidez de tener piedad con uno de los nuestros, siempre que sea necesario.
Tras esas palabras del aprendiz, el maestro prosiguió con sus palabras. Sin que Jack siquiera fuera capaz de notar el movimiento, le arrebató aquella arma que en sus manos residía... la espada láser de su madre. Tras ello, jutno a sus compañeros Sith, salió de la sala, sin musitar palabra alguna, sin dar ninguna instrucción al confuso aprendiz. Y de nuevo, todo fue oscuridad. Aquella oscuridad que el chico tanto conocía, aquella que ya había experimentado y sabía que en ese momento nada bueno podía traerle. Esta vez, no tardó nada en desenvainar su segunda arma, esta vez, la robada a su padre, aquella, con la que su madre había sido asesinada, a manos del jovencísimo Jack de doce años... de eso, ya hacia mucho tiempo... Al desenvainar y encender el arma, de nuevo, una pequeña luz se creó en la sala, pero apenas fue algo notorio, pues la oscuridad seguía reinante y dominante en la sala. Jack, con paso firme y silencioso, se dirigió a el lugar donde había oído, al cerrarse la puerta, un extraño sonido que no había sido capaz de identificar.
-...-su mudez mostraba la tensión en la que se encontraba el aprendiz, al igual que se habría podido ver si su rostro hubiera estado iluminado.
Con la leve iluminación de la espada, Jack fue capaz de avistar unas cortas escaleras de apenas tres metros de longitud. El chico, las bajó con extremo cuidado hasta llegar a un largo pasillo, en el que se podían observar, tres pasillos caminos que llevaban a diferentes sitios. Dos de ellos (El del centro y el de la izquierda) se encontraban custodiados, ambos, por dos Sith de poder relativamente alto. El joven aprendiz no aminoró su paso pasando por el lado de los Sith, observándoles con cautela, esperando que su reacción no fuera agresiva. Y así fue, el chico, llegó hasta el camino de la derecha sin ser detenido por ninguno de ellos, lo que el agradeció con un suspiro de alivio.
-Ufff...-inspiró hondo para después soltar el aire.
Su camino prosiguió, sin demora,l hasta una nueva sala, en la que Jack se paró en seco, al ver cuatro seres de aspecto penoso, sin duda, esclavos de algún ser cruel y despiadado. Y así debía ser, pues un Sith. El aprendiz observó instantáneamente los rostros de los esclavos. Todos estaban casi deshechos, magullados, destrozados y sucios. Sus ropas, deberían ser llamadas harapos por sus roturas y su suciedad. Los esclavos poseían cuerpos pequeños y muy delgados. Uno a uno, Jack observó los rostros de todos ellos, hasta acabar quedándose mirando fijamente a la del último... le recordaba. Ese rostro que el había tenido que ver día a día varios años atrás. Ese rostro, de un niño de diez años, que había sido suyo propio antaño... Los esclavos, le observaron con refulgiente y endiablada mirada, tensados a más no poder. Al parecer, a pesar de el estado de sus cuerpos y sus ropajes, aún poseían fuerza. El aprendiz de Sith, observó con frialdad a todos ellos, mostrando en su astuta y oscura mirada la indiferencia ante la ira de aquellos que amenazaban con echársele encima.
-Intentadlo...-susurró Jack
Uno de ellos, el que parecía ser el más enérgico, se lanzó sobre el, a su cara. Jack se limitó a agacharse para esquivarle, y a continuación, le partió en dos, dejando el cuerpo inerte del niño en el suelo, desangrándose momento a momento, con un interminable rostro de ira y cabreo infernal. Los otros niños, al parecer, habían aminorado sus ganas de atacar al observar la muerte de su compañero. Sin embargo, Jack no tuvo piedad con ellos, de un tajo, sus cabezas fueron separándose de su roso y cayeron al suelo una a una, en hilera. Todas excepto la del chico, aquel que había despertado recuerdos en Jack.
-Porque... ¿Por qué haces esto?-sus ojos lagrimeaban, y en su nariz se comenzaban a formar mocos.
Jack se limitó a acercarse a el y agarrarle de la camiseta llevándole consigo, dirección a el pasillo por el que había venido. Antes de que saliera de la sala, el olscuro Sith que todo había observado, se dirigió al muchacho vencedor con breves y profundas palabras:
-Puedes pasar a la próxima fase...
El niño no dejaba de llorar y berrear, pero Jack hacía caso omiso a sus ruidos, hasta que se encontraron justo delante de la puerta, cuando Jack colocó el sable de luz justo delante de su cara y le dijo con voz aterradora.
-Si no te callas te acabaré cortando las cuerdas vocales.
El niño pequeño comenzó a sorberse los mocos, pero su llanto cesó, lo que hizo que el amenazador Sith se conformara. Salieron ambos para acabar encontrándose de nuevo en el mismo pasillo. Esta vez, se podía ver que la puerta de la izquierda había dejado de ser custodiada. De nuevo, Jack cruzó el pasillo sin desprenderse de la mano del niño y sin ser importunado por los Sith que aún custodiaban la puerta del centro. De nuevo, entró en la nueva sala de paredes oscuras. En ella, se pudo observa a dos seres, se podían identificar fácilmente como acólitos por su vestimenta y su aún asustadizo rostro. El Sith dejó apartado al niño y siempre con la espada encendida, se acercó a ellos. Estos, llevados por el miedo, se avalanzaron sin deliberar contra el Sith. Jack, con un habilidoso giro, logró cortarle la pierna a uno de ellos, el que se había lanzado para derribarle con una patada, mientras que al otro, que amenazaba con propinarle un puñetazo, le repelió con una patada frontal. Seguidamente, se avalanzó sobre aquel que había perdido su pierna, que ahora era incapaz de levantarse. Tratéó de eliminarle con un tajo de arriba a abajo, partiéndole en dos, pero este, pudo esquivar el ataque rodando hacia delante, y a continuación, con su pierna restante, logró derribar a Jack haciéndole caer al suelo. El segundo enemigom, que ya se había recuperado, agarró una filosa arma que en el suelo residía para avalanzarse sobre el caido aprendiz, pero este, recogió sus piernas, y antes de que llegara a el, golpeó con ellas al acólito que sobre el caía a vertiginosa velocidad y potencia. El acólito falto de su pierna trató de seguir combatiendo al Sith que en el suelo residía aún, pero este logró esquivarle rodando hacia atrás, y acabó finalmente con el primer rival cortándole la cabeza de un tajo. Pero en ese mismo instante cayó al suelo de nuevo deribado por una nueva patada del restante acólito. Sin embargo, sin importarle partirse la uña del dedo pulgar y incrustarla en la espada para que estuviera encendida todo el tiempo, la lanzó hacia su rival al mismo tiempo que caía atrás. La espada logró atravesar el cuello del oponente haciendo que su cabeza cayera inevitablemente al suelo.
-Tch...-dijo el aprendiz mientras se levantaba costosamente.
Se acercó de nuevo al cuerpo inerte y recogió su arma.
-Vamos.-dijo el oscuro Sith dirigiéndose a su acompañante.
De nuevo, salió por donde había entrado, y como esperaba, la última de las puertas ya no estaba custodiada. Se dirigió hacia ella firme, sin dudar un solo segundo. Aquello que le esperaría ahí, sería lo peor de todo. Aquello que ahí encontraría, sería su más dura prueba... y el la aforntaría, din un mínimo lugar a dudas. Jack y el pequeño traspasaron la puerta sin más. Una amplia sala, de paredes azules y suelo gris, se mostró a la vista de ambos visitantes. Al fondo, una figura se encontraba encadenada a una cruz, con el torso desnudo, lleno de cortes, quemaduras... Su rostro fue apenas reconocible para aquellos que en cualquier lugar le hubieran identificado... El niño se deshizo de la mano de el Sith que le había cogido con un movimiento brusco. Tras hacerlo, salió corriendo hacia la figura que había identificado como la de su padre, cayó a los pies de este, y de nuevo comenzó a llorar, mientras gritaba con isteria:
-¡Papa! ¡Papa! ¿¡Que te han hecho!?
El receptor de las palabras, tardó un poco en darse cuenta de la situación. Comnenzó a moverse débilmente de un lado a otro, sin fuerzas siquiera para mover las cadenas que le asían a la cruz donde le había crucificado. Esa imagen, casi hizo que a JAck le entrara una arcada. No por el estado de su padre, si no, por la suma debilidad que en ese momento mostraba el que antaño, Jack había creído, mayor héroe de todos los tiempos.
-Jacky... mi pequeño Jacky... ¿Que haces aquí...? ¿...No has crecido en todo este tiempo...?-su voz era débil y apenas audible. Ronca y rasposa.
El niño siguió llorando a los pies de su padre. Los llantos habían ido en aumento, lo que habría irritado a Jack, pero en ese momento, nada de ello le importaba. Su mente, mazquiavelicamente, unía piezas que no tardaron en juntarse por completo.
Su padre, en su tiempo, había llegado a ser un poderoso Sith, pero tal fue su bajada de poder, que el mismo olvidó su estado de guerrero oscuro, creyéndose finalmente solo un humano. Esa fue la primera señal de debilidad sentida, y por ella, Jack comenzó a andar a paso ligero dirigiéndose a su padre.
Además de ello, sin una sola oportunidad, su padre había caido en las malévolas redes del amor de una Jedi, que seguro, solo le había otorgado su amor por simple pena, por alguna razón de propio convenimiento... pero nunca por amosr, y por si fuera poco, el Sith de debilidad sublime fue avatido por su misma mujer. Esta segunda muestra de debilidad hizo que Jack comenzará a ir al trote hacia donde se encontraba su padre, sumamente cabreado.
Y por último, su padre, antiguo poderoso Sith, durante todo ese tiempo, había sido tratado como un esclavo, castigado por simples aprendices y Sith mediocres. Sin resistirse, sin luchar, sin dar nada de si por librarse de su situación... Tras esta última muestra de debilidad, Jack se avalanzó con un furioso grito de ira sobre aquel que antes había llamado padre, y en ese momento, se limitaría a llamar: Estúpido representativo de debilidad Sith.
Con la espada encendida, Jack se avalanzó sobre el asustado hombre´, que podía sentir en el ambiente, al igual que en el rostro de este, la ira expresada por aque, que en breve, se convertiría en su asesino... Y la espada fue clavada en un primer cuerpo, para después acabar clavándose en el cuerpo del odioado padre. El pequeño niño, en defensa de su padre, había saltado para defenderle, y solo había encontrado una muerte indigna, penosa y patética. Jack, también odió eso, ese espíritu de defensa que antaño había experimentado... No deseaba verlo ni siquiera un segundo más.
-Desaparece.-siseó el aprendiz de Sith en el oído del niño, cuya boca rebosaba en sangre- No eres más que un recuerdo, y ya no te necesito.
La mirada del niño se perdió un segundo... pero poco a poco, su cuerpo fue desapareciendo, dejando solos, a Jack y a su padre. Este último, ya se encontraba inerte, y su última mirada agónica, había sido dirigida a su enrabietado hijo. Temerosa y dolorosa, pero al mismo tiempo... agradecida. Solo un simple humano débil habría agradecido la muerte simplemente porque estaba sufriendo. Su padre ya no era Sith, había dejado de serlo mucho tiempo atrás... Jack quitó la espada clavada del cuerpo de su padre y con ella acabó cortándole la cabeza a este.
-Espero que tu sufrimiento fuera lo suficientemente duro como para hacerte arrepentirte de tu suma debilidad.-dijo con frialdad el victorioso pelinegro, que acabó dando la espalda a su padre y saliendo de la sala sin más.
Sin más puertas por las que entrar, lo único que pudo hacer el chico fue dirigirse a las mismas escaleras por las que había bajado, volviendo a la sala donde su maestro le había dejado, para de nuevo, acabar encontrándose con el...
Jack Dark- Aprendiz Sith
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